google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Universidad de Alicante
Mostrando entradas con la etiqueta Universidad de Alicante. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Universidad de Alicante. Mostrar todas las entradas

14 de octubre de 2024

Loma Eugenia: testimonio en piedra de los campesinos visigodos en Albacete

Los arqueólogos finalizan la tercera campaña de excavaciones en el yacimiento de Loma Eugenia donde han descubierto un área productiva formada por un molino harinero de uso comunitario y un gran edificio formado por al menos seis estancias y construido con muros de los que se conserva sólo la cimentación y algo de alzado.
Excavación en Loma Eugenia en años anteriores. José Iván Suárez

En el imaginario colectivo de varias generaciones, hablar de visigodos es hacerlo de una larga lista de reyes que muchos tuvieron que aprender de memoria. Nombres como Walia, Sisebuto o Recesvinto quizá aún resuenan entre los recuerdos escolares de infancia sobre aquellas tierras de Hispania que, tras siglos de romanización, pasaron a ser controladas por un grupo de pueblos venidos desde el norte. Un imperio de la antigüedad desaparecía y un nuevo poder avanzaba en la larga historia de la península ibérica.

El reino hispanovisigodo estableció su capital en Toledo, a mediados del siglo VI. A partir de aquel momento, el mundo rural adquirió un vigoroso impulso. Miles de campesinos comenzaron a fundar aldeas, en ocasiones, sobre las ruinas de las villas romanas. Y, aunque no se contara con esplendor en las crónicas, aquellas gentes, con su sudor y esfuerzo, sostuvieron vivo una estirpe de “bárbaros” que en el año 589 se convirtieron al catolicismo. Ahora podemos conocer el testimonio de estas comunidades gracias a la arqueología.

Las piedras tienen mucho que decir. Los arqueólogos saben interpretar su disposición sobre el terreno o la relación con otros materiales. En Loma Eugenia, un yacimiento situado en la pedanía de Agra (Hellín), ha terminado recientemente la tercera campaña de excavación. El trabajo se traslada ahora al laboratorio, pero antes conocemos las últimas novedades de la mano de Julia Sarabia, profesora titular de la Universidad de Alicante.

“Encontramos un área productiva formada por un molino harinero de uso comunitario y una era para aventar y trillar el cereal; en esta campaña queríamos centrarnos en conocer los espacios de hábitat de la aldea más allá de los espacios de producción, así que hicimos una prospección geomagnética en todo el sector sur del molino y vimos que habían bastantes estructuras soterradas, posibles silos y aljibes, basureros, muros”, cuenta la directora del proyecto. Y afirma que “en base a estos resultados hemos abierto un nuevo sondeo a unos cincuenta metros al sur del molino y la sorpresa ha sido que, bajo un gran paquete de derrumbes de piedra aparece un gran edificio formado por, al menos, seis estancias, construido con muros de los que se conserva sólo la cimentación y algo de alzado, pero que, pese a ser de ámbito rural, alcanzan dimensiones muy similares a las encontradas en el contexto urbano de la sede episcopal visigoda de El Tolmo de Minateda”.

Unas construcciones muy sólidas que dan la medida sobre el desarrollo de estas comunidades campesinas. Y precisa Sarabia: “Probablemente estemos ante un edificio que cuenta con espacios de vivienda, almacenaje, quizá algún ambiente de trabajo y algún espacio abierto que pudo funcionar como corral o establo”.

Ajustamos más el contexto donde se levantó este asentamiento. Abrimos el libro “Tolmo de Minateda. Cuando Hellín aún no lo era. Historia y relatos”, editado por el IEA, en palabras de la propia Julia: “En el territorio de la ciudad visigoda de Eio, la arqueología ha demostrado cómo la gran mayoría de los asentamientos que surgen en este momento ocuparán los mismos espacios agrícolas que antes eran explotados por los establecimientos romanos”.

Aparte de la aldea de Loma Eugenia, se ha constatado la existencia cercana de poblamientos similares en Loma Lencina (Hellín) y Torre Uchea (Hellín). “Esto nos lleva a suponer que el surgimiento de estas comunidades campesinas tiene que ver con el control administrativo del territorio por parte del obispo y la necesidad de explotarlo para obtener productos primarios para pagar los tributos al Estado Visigodo; aunque las fuentes escritas del momento no aclaran estas cuestiones”, argumenta la arqueóloga.

El dominio sobre los valles fértiles
En los últimos años ha crecido el interés arqueológico sobre el medio rural visigodo. Según los expertos, estas aldeas no se caracterizaban por su monumentalidad. Parece que las aldeas de aquellos primeros campesinos católicos eran funcionales, construidas en lomas y con un dominio sobre los valles fértiles. Un instante de la historia que habla de una expansión económica que propició el surgimiento de estos poblados. Lugares como Loma Eugenia representan la “realidad rural” del Reino Visigodo, muy distinta a los aires palaciegos de Toledo. La desigualdad o las intrigas entre la aristocracia también debieron ser una constante en aquellos siglos de transición entre la antigüedad tardía y la alta edad media. Convulsiones de salón que quizá desconocían los que araban la tierra en el suelo que hoy llamamos Hellín.

En la provincia de Guadalajara se alza la prestigiosa Recópolis. Un complejo palatino de cerca de 33 hectáreas que fue el sueño de un rey visigodo inspirado por Bizancio. Vicente G. Olaya, en su libro 'La costurera que encontró un tesoro cuando hacía pis y otras historias de la arqueología española', editado por Espasa, relata el hallazgo en 1893 de Juan Catalina García López: “Descubrió un enigmático cerro pelado a las afueras de Zorita de los Canes, una pequeña población devorada urbanísticamente por un apabullante castillo musulmán que se erige junto y sobre ella.

Al excavar el altozano, situado a un kilómetro del casco urbano, aparecieron unos muros de gran potencia. Juan Catalina García se mostraba seguro de haber encontrado la ciudad de Recaredo, pero, como siempre, nadie pareció hacerle mucho caso“. El periodista explica en este divertido y didáctico volumen que hasta 1945-46 no hubo más excavaciones. Y fue entonces cuando se declaró monumento nacional. Recópolis estaba unida con Toledo, la capital del Reino Visigodo, por el río Tajo.

Aguas abajo, apareció el famoso 'Tesoro de Guarrazar', en la localidad toledana de Guadamur. Orfebrería de lujo que nos ayuda a comprender el desequilibrio de una época. La riqueza de la élite frente al sacrificio de los campesinos. En las tierras que hoy conforman Castilla-La Mancha perviven vestigios del pasado visigodo. Lugares como Santa María de Melque (San Martín de Montalbán), los hitos de Arisgotas (Orgaz) o San Pedro de La Mata (Sonseca).

Y para profundizar en los siglos VI-VIII, en la ciudad de Toledo, encontramos el Museo de los Concilios y la Cultura Visigoda. Aún más hacia el sur, sin tanta solemnidad, pero con los mismos ritos, todavía reposan bajo las piedras las mujeres y hombres que habitaron Loma Eugenia. De nuevo, nos cuenta Julia Sarabia: “Hemos actuado en la zona de la necrópolis exhumando otra de las tumbas que permanecían intactas, tapada con las losas”.

Los trabajos arqueológicos en Agra han transcurrido en dos líneas de forma paralela. Esta segunda ha tenido por objetivo “seguir conociendo aspectos de la ritualidad funeraria de esta población visigoda, obtener material para datar por carbono 14 o avanzar en estudios antropológicos que nos muestren el género de los inhumados, edad de la muerte, posibles patologías”, afirma la profesora y recuerda que en el caso de las necrópolis, los profesionales actúan sobre las tumbas más visibles en superficie para “salvaguardar sus restos frente a posibles acciones de expolio o alteraciones de este patrimonio”.

Precisamente, la primera y única vez que se había actuado en Loma Eugenia hasta el comienzo de este proyecto, fue en 1993 y de manera urgente. Como en tantas ocasiones, un descubrimiento fortuito desencadenó el conocimiento de nuestro pasado. Así ocurrió cuando José Zarnorano, Eugenia García y Ramón Izquierdo, visitando la zona, se percataron de la peculiaridad del lugar. La actuación de emergencia la emprendieron María Teresa Rico, Francisco Javier López Precioso y Blanca Gamo Parras. En el artículo científico que publicaron daban cuenta: “La excavación ha permitido documentar la existencia de un cementerio de regular tamaño, del cual, se han excavado 33 sepulturas, realizadas en su mayoría a base de lajas de piedra, o mampuesto”.

Regresamos a la excavación arqueológica de 2024. “La tumba excavada vuelve a ser, como en campañas anteriores, una tumba de uso colectivo. En este caso, han aparecido tres individuos; uno en posición secundaria, hecho un paquete y colocado a los pies, y otros dos colocados en posición anatómica uno al lado del otro, por lo que es probable que fueran enterrados a la vez tras haber pasado unos años del enterramiento del primer individuo”, analiza Julia Sarabia.

Tumbas reutilizadas
“El ritual es el típicamente cristiano de época visigoda, tal y como encontramos en el cementerio junto a la iglesia del Tolmo de Minateda; esto es, los cuerpos envueltos en un sudario, probablemente, en posición de decúbito supino o boca arriba, orientados desde la cabeza de oeste a este y sin ningún elemento de ajuar, aunque a veces, aparecen con algún elemento de vestimenta como hebilla de cinturón o similares; es probable que las tumbas sean de carácter familiar, por eso se reutilizan durante varias generaciones”.

Para llegar a estas hipótesis después del trabajo de campo, el proyecto ha contado nuevamente con la colaboración de estudiantes de la Universidad de Alicante y con la codirección de Victoria Amorós, Marta Torres y Pablo Cánovas. Una cooperación técnica del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la UA y el Museo de Hellín que cuenta con la financiación del Ayuntamiento.

Durante los siguientes meses, la labor científica se centrará en clasificar y catalogar el material cerámico aparecido en el sector del poblado, que “a simple vista parece material relacionado con recipientes de cocina, vajillas de mesa y tinajas para el almacenaje; intentaremos reconstruir alguna pieza fragmentada y realizaremos los dibujos pertinentes antes de depositarlos en el Museo de Albacete”, anuncia Julia Sarabia entre los pasos a seguir. Mientras, el equipo está inmerso en la redacción de un libro donde se recogerán los principales datos obtenidos en estos tres primeros años de excavaciones arqueológicas.

Porque lo que queda escrito ya no lo arranca el viento. Los arqueólogos de hoy están redactando la crónica de los olvidados. La historia de miles de personas de tiempos remotos que con su abnegación construyeron el devenir de la humanidad. Hazañas sencillas de supervivencia que no merecieron la pluma de San Isidoro de Sevilla. El sabio católico de los visigodos, luchador incansable contra herejías, compilador de enciclopedias y, finalmente, narrador de la historia de aquellos reyes con nombres estrambóticos. El obispo nos dejó una frase que bien nos vale para dar término a este artículo. Escribió: “El tiempo de vida que resta es inescrutable al conocimiento humano”.

26 de septiembre de 2024

Descubren una tumba intacta en Jumilla que contenía un ajuar tartésico

En el ajuar tartésico encontrado destaca un pasarriendas de bronce único en España, cuyos paralelos más cercanos se encuentran en Portugal, además de dos bronces de bronce y varios fragmentos de jarras de bronce con forma de cabeza de animal.

Durante el mes de septiembre se han llevado a cabo las excavaciones arqueológicas en la necrópolis del Collado y Pinar de Santa Ana, puesta en marcha por el Museo Arqueológico Municipal junto a la Universidad de Alicante, donde se ha realizado un importante hallazgo de una tumba sin expoliar que contenía un excelente ajuar tartésico fechado entre los siglos VII y VI a.C.

La tumba encontrada se trata de un túmulo cuadrangular compuesto por un ajuar de piezas tartésicas, destacando un pasarriendas de bronce único en España, cuyos paralelos más cercanos se encuentran en Portugal, además de dos broches de bronce de cinturón femenino y varios fragmentos de asas con forma de cabeza de animal pertenecientes a jarras de bronce, lo que manifiesta el gran poder adquisitivo del propietario de la tumba.

La arqueóloga del Ayuntamiento de Jumilla, Estefanía Gandía, ha manifestado la importancia a nivel nacional de los hallazgos, así como “la pronta musealización y puesta en valor del yacimiento gracias a la financiación conseguida recientemente con la subvención procedente de la Secretaría de Estado de Turismo para la mejora de la competitividad y dinamización del patrimonio histórico con uso turístico.

Durante las tres semanas que ha durado la campaña arqueológica en Jumilla, se ha constatado la existencia de siete nuevos túmulos, se han limpiado un total de diez y se han excavado varias tumbas entre las que destaca la tumba intacta mencionada que ha dado grandes resultados en su interior.

Historia de la Necrópolis del Collado y Pinar de Santa Ana
La necrópolis del Collado y Pinar de Santa Ana tiene una tipología muy variada, encontrando desde túmulos monumentales con formas cuadrangulares hasta túmulos del Bronce Final con formas circulares. Este yacimiento comenzó a excavarse en 1956 y las intervenciones de Jerónimo Molina serían constantes desde entonces hasta 1974.

A finales de la década de los 80 y principios de los 90, Emiliano Hernández acomete un estudio arqueológico y científico de este yacimiento obteniendo excelentes resultados, como el hallazgo de un fragmento de vaso de alabastro, lo que indica la importancia social, cultural y económica de la zona.

19 de septiembre de 2024

Investigadores de la UA desvelan que las técnicas agrarias de las áreas de montaña de Alicante tienen dos mil años de antigüedad

Prácticas como la irrigación, el abonado o los abancalamientos se iniciaron en la Edad de Hierro
Los investigadores de la UA durante el trabajo de campo en la montaña alicantina.

Dos artículos recientemente publicados por investigadores de la Universidad de Alicante en revistas de alto impacto internacional demuestran que las técnicas agrarias intensivas utilizadas en la montaña alicantina, atribuidas a la población medieval islámica, son mil años más antiguas de lo que se suponía. “Estas actividades, como son la irrigación, el abonado o los abancalamientos se iniciaron a fines de la Edad del Hierro, hacia el 100 a C., y se han mantenido a través del tiempo y las culturas, mostrándose tremendamente sostenibles ambiental y socialmente”, explica el catedrático de Arqueología de la UA Ignasi Grau, uno de los coordinadores de la investigación junto a la profesora Julia Sarabia, del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la UA.

En concreto, los artículos publicados son, por una parte, Archaeological landscapes and long-term settlements in the Perputxent valley (eastern Iberia): Exploring land use strategies and sustainability in a Mediterranean mountain área, publicado por The Holocene; y, por otra, Roman farmers in eastern Iberia: A spatial, geoarchaeological and bioarchaeological approach to agrarian strategies, publicado en Quaternary International.

Los estudios, que analizan la actividad agraria y el poblamiento rural de fines de la Edad del Hierro y época romana, se han basado en técnicas múltiples como análisis arqueológico, teledetección, análisis geoquímicos, arqueométricos o de micromorfología de suelos. Y con ellas se han caracterizado zonas de huertas en la Vall de Perputxent y bancales en Banyeres de Mariola, unas investigaciones en las que han participado especialistas de las Universidades de Jaén, Burgos, Valencia, el CSIC o la Sociedad Aranzadi de Euskadi y que han contado con la financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo-GVA.

Ignasi Grau señala como el mosaico agroforestal que conforma nuestro paisaje, el de las comarcas alicantinas, en el que se combinan los cultivos y los huertos con las zonas boscosas, ya era así hace más de 2.000 años. “Lo que vemos ahora es la suma del trabajo de muchas generaciones de personas que han estado haciendo lo mismo durante siglos. Hemos creado una agricultura sostenible a costa de mucho esfuerzo, que empezó a perderse a partir de los años 60 cuando se abandonó el cultivo tradicional”, explica el profesor, para quien la falta de estudios arqueológicos sobre la vida rural sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes de los investigadores ya que “se ha puesto mucho interés en saber qué se hacía en las urbes, pero se desconoce cómo era la vida en el campo cuando, en realidad, el 95 % de la población habitaba en ese entorno”.

6 de septiembre de 2024

Inician la prospección magnética del yacimiento visigodo de Hellín (Albacete)

Un equipo de arqueólogos regresa a Loma Eugenia para realizar prospecciones magnéticas que saquen a la luz nuevos tesoros del yacimiento altomedieval
Uno de los arqueólogos 'barre' la zona. - Foto: MUSS

Esta semana se han retomado los trabajos de investigación arqueológica en Loma Eugenia, sita en la pedanía hellinera de Agra, según informa el Ayuntamiento de esta localidad en su página web .

En concreto, este año el equipo concentrará sus esfuerzos en una nueva área abierta en extensión, así como en la continuación de los trabajos en la necrópolis y en la realización de la correspondiente prospección magnética.

A lo largo de estos trabajos, un nutrido grupo de estudiantes de diferentes universidades tratarán de obtener nuevos datos para conocer mejor este asentamiento rural de época visigoda y que es el único, por otra parte, en la mitad sur de España.

Además, junto a lo anterior, este equipo tiene prevista la realización de unas jornadas de puertas abiertas precisamente en coincidencia con los últimos días de esta campaña.

Estas labores, como es habitual, se realizan gracias a la aportación económica del Ayuntamiento de Hellín a través de un convenio de colaboración con la Universidad de Alicante y su Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (Inaph).

Como es conocido, fue en el 2022 cuando un equipo de la Universidad de Alicante y del MUSS, financiado por el Ayuntamiento de Hellín , comenzarían a documentar las primeras estructuras de un asentamiento rural de época visigoda en este paraje y a investigar la relación social, política o económica que podía existir entre este tipo de poblados campesinos con los centros urbanos, en este caso, con el Tolmo de Minateda, en época alto medieval, siendo posteriormente, el pasado año cuando se encontrarían nuevas evidencias de producción agraria en esta época.

No obstante, estas no fueron la primeras veces que se actuaba en este lugar, pues en el año 1993 unas obras de construcción de una balsa de riego cercana pusieron al descubierto toda una serie de tumbas de cronología visigoda y se tuvo que realizar una excavación arqueológica de urgencia en aras de poder salvaguardar este lugar en cuestión y ya a partir del 2013 se sucederían las prospecciones de distinto tipo hasta llegar al momento actual.

24 de julio de 2024

El hallazgo de una urna ibérica bajo las termas romanas abre una nueva perspectiva sobre el yacimiento de La Alcudia

La urna encontrada es una vasija cerámica decorada que, sellada con una tapa, guarda presumiblemente en su interior un enterramiento infantil. El poblado íbero podría ser mucho más grande de lo previsto. En las termas romanas se ha encontrado una nueva piscina, además de materiales curiosos como un colgante en forma de pene
Equipo de la UA: Irene Rodríguez, la estudiante que ha encontrado la urna, junto a dos compañeros: José Pastor, a su derecha, y Héctor Santos, a su izquierda.

El hallazgo de una urna bajo las termas romanas de La Alcudia de Elche abre una nueva visión sobre las dimensiones del poblado ibérico, que podría ser mucho más grande de lo previsto. Jaime Molina Vidal, catedrático de Historia Antigua, y codirector del equipo del proyecto La Alcudia de Elche. Las Termas Orientales y áreas circundantes (ASTERO) junto a los investigadores de la UA Francisco Javier Muñoz Ojeda y Juan Francisco Álvarez Tortosa, califica como una "sorpresa" este descubrimiento.

La urna encontrada es una vasija cerámica decorada que, sellada con una tapa, guarda presumiblemente en su interior un enterramiento infantil, los únicos que se hacían en bajo el pavimento de las viviendas, según explica Jaime Molina, quien cuenta como se ha producido este descubrimiento: "El objetivo fundamental de esta campaña era conocer el urbanismo de la época romana y hemos excavado un tramo de una calle de más de 50 metros de longitud, con pavimentos y alcantarillados. Funcionaba la ciudad al mismo tiempo que las termas en su momento de máximo apogeo, en el siglo II, pero dentro del conjunto termal hemos excavado en profundidad y, para nuestra sorpresa, hemos descubierto niveles de época ibérica y una parte de viviendas, y la urna, enterrada en el suelo de una de ellas".

El investigador señala que, aunque tradicionalmente La Alcudia se ha asociado a la época ibérica, faltan todavía muchos datos sobre este periodo. "No sabemos cómo se configuraba el poblado o el núcleo ibérico original. Con el descubrimiento de estas viviendas, este enterramiento probablemente infantil, junto con los resultados que están ofreciendo los otros equipos de la Universidad de Alicante estamos seguros de que en los próximos años se va a dar una nueva visión total al poblamiento ibérico y a su importancia".

Las termas
Respecto a las termas, las grandes novedades que aportan las excavaciones recientes tienen que ver con la historia de la ciudad. "Nos hemos encontrado que son aún más grandes de lo esperado, alcanzando de momento los 1.160 m2, y todavía faltan espacios y habitaciones por excavar", cuenta Jaime Molina, quien informa que también se han hallado nuevas dependencias como una piscina para refrescarse dentro del conjunto termal.

Los resultados de las excavaciones van construyendo el relato de estos grandes baños públicos, que se construyeron a principios del siglo II d.C., momento de máximo crecimiento económico y demográfico de la ciudad y que, durante los siglos III-IV d.C., sufrieron abandonos e importantes deterioros, lo que sugiere que hubo problemas socioeconómicos y un probable descenso de la población. A finales del siglo IV y la primera mitad del siglo V d.C. se restauraron parte de los baños, aunque tendrían menores dimensiones, indicando una reducción de la población, para, después de distintas destrucciones y remodelaciones quedar abandonadas a partir del siglo VI d.C.

A lo largo del proceso de excavación la campaña de 2024, que se ha llevado a cabo durante todo el mes de junio, se han recuperado, además, diversos materiales arqueológicos de gran interés como nuevos fragmentos de las pinturas de las paredes del conjunto termal, fragmentos de pilastras de mármol con hojas de acanto y flores esculpidas y objetos de uso cotidiano, entre los que destaca un colgante de carácter sexual en forma de pene y las decoraciones de un joyero realizadas con fragmentos de hueso con relieves de carácter mitológico.

En el yacimiento de La Alcudia se encuentran los restos arqueológicos de la Colonia Iulia Ilici Augusta, la ciudad más importante entre Carthago Nova (Cartagena) y Valentia (Valencia). Fundada en la segunda mitad del siglo I a.C., con el emperador Augusto se llevó a cabo el definitivo reparto de tierras a colonos, militares licenciados de las Guerras Cántabras.

Sin embargo, a pesar de su indudable relevancia, la información disponible acerca de su ocupación en época romana es, a día de hoy, muy parcial. De hecho, los únicos espacios públicos conocidos se reducen a una serie de tramos de muralla, a la basílica de época bajoimperial y a dos complejos termales. De la campaña arqueológica de este año, Molina ha querido destacar, sobre todo, la gran participación de estudiantes de grado y de master de la Universidad de Alicante, más de 50, además de los técnicos y los profesores.

Los proyectos en La Alcudia
En 2017, el Vicerrectorado de Investigación y Transferencia de Conocimiento de la Universidad de Alicante inició, dentro del programa propio de fomento de la investigación en proyectos I+D+I, una línea específica de proyectos para el yacimiento de La Alcudia. Desde sus inicios, los proyectos de excavación emprendidos en tres sectores del yacimiento cuentan con el inestimable apoyo del Excmo. Ayuntamiento de Elche. Cada uno de ellos constituye una importante contribución a algunas de las líneas prioritarias de actuación establecidas en el Plan director de La Alcudia para el periodo 2017-2029.

Los proyectos y sus investigadores principales son "Proyecto Domus: vivir en Ilici", en el sector 4F con la catedrática de Arqueología Sonia Gutiérrez Lloret; Arqueología y socialización del conocimiento en La Alcudia de Elche. Las Termas Orientales y áreas circundantes (ASTERO), dirigido por Jaime Molina Vidal; y Damas y héroes. Tras la Ilici ibérica, bajo la dirección del catedrático de Prehistoria Alberto Lorrio, en calidad de investigador principal, y el profesor de Historia Antigua Héctor Uroz, como co-director.

13 de junio de 2024

Arqueólogos de la UA obtienen una secuencia ininterrumpida de la ocupación de Ilici

Arqueólogos de la Universidad de Alicante han conseguido documentar la vida del yacimiento desde la Edad Media hasta las raíces del asentamiento ibérico
Equipo Domus 2024.

El proyecto ‘Domus-La Alcudia: vivir en Ilici’ culmina sus objetivos en las nuevas excavaciones y obtiene una secuencia contrastada e ininterrumpida de ocupación en el sector nororiental de la ciudad, uno de los puntos más elevados de la topografía original, donde existían indicios de ocupación entre la prehistoria y la época medieval, según ha informado Sonia Gutiérrez Lloret, catedrática de Arqueología de la Universidad de Alicante y codirectora del proyecto junto a los profesores Julia Sarabia, Victoria Amorós y Jesús Moratalla, todos ellos del área de Arqueología de la UA, especialistas en diversos periodos y problemáticas históricas.

La campaña cuenta, además, con un equipo amplio de especialistas de prehistoria y arqueología de la Universidad de Alicante y otros centros investigación, como el Instituto de Arqueología de Mérida-CSIC (Trinidad Tortosa) o la Universidad de Murcia (Alicia Fernández). En él participan también estudiantes y egresados del Máster en Arqueología Profesional y Gestión Integral del Patrimonio de la UA y un excelente equipo de técnicos y peones especializados, fruto de la colaboración con el Ayuntamiento de Elche.

Gutiérrez Lloret explica que Domus pretendía contrastar el relato idealizado de las ciudades superpuestas con la verdadera historia material de IIlici. “Y para ello, en lugar de focalizar el interés en un periodo o monumento concretos, convertimos la diacronía (el tiempo en un espacio) en nuestro objetivo, rechazando los clichés arbitrarios que tanto han condicionado y siguen condicionando la interpretación de La Alcudia, desde la aparición casual de la Dama de Elche en un contexto desconocido de la ladera oriental de la colina”, señala la arqueóloga, que incide en el hecho de que “todas las ciudades, como espacios construidos, son una sucesión de paisajes urbanos en continua transformación y La Alcudia es un ejemplo impresionante”.

De este modo, Sonia Gutiérrez señala que la excelente conservación de la estratigrafía en este sector ha proporcionado ya interesantes novedades, como el descubrimiento, por vez primera, de una ocupación islámica temprana (siglos VIII y IX) que permite demostrar que la madina Ilš del pacto de Teodomiro del año713 estuvo en La Alcudia, mucho antes de que una nueva ciudad heredase su nombre, dando lugar a Elx en el siglo X. “Hemos constatado la importancia de la Ilici romana a través de una intensa y monumental remodelación urbanística fechada entre los siglos IV y V, con el trazado de calles y edificios que estuvieron en uso, tras diversas remodelaciones, hasta la época visigoda. Se ha documentado también una fase urbana altoimperial del siglo I d. C. correspondiente a la fundación colonial, un importante contexto del siglo III a. C. y niveles que alcanzan el ibérico pleno”.

“Con todo, esta última campaña ha marcado tres hitos fundamentales en el conocimiento de la historia de La Alcudia: la materialización del urbanismo romano tardío, la constatación de la importancia de la ciudad en el convulso siglo III a. C y la documentación de sus raíces ibéricas”, recalca la investigadora.

En las venas de la ciudad romana
Asimismo, la excavación de un cruce de calles romano ha sacado a la luz, bajo su pavimento, las tuberías de plomo por las que circulaba el agua que abastecía casas y termas, junto con la impresionante red de alcantarillado subterráneo que saneaba la ciudad. “Con los nuevos datos obtenidos se demuestra que buena parte de los restos romanos visibles en diversos sectores de la ciudad corresponden en realidad a los siglos IV y V, verdadero periodo de esplendor de la ciudad de Ilici, mientras que la materialidad de la ciudad altoimperial se muestra esquiva”, comenta Gutiérrez.

Entre púnicos y romanos: el convulso siglo III a.C.
Además, la arqueóloga señala que uno de los descubrimientos más llamativos, que ha permitido constatar la complejidad del siglo III a. C., se refleja en una inusitada intensidad constructiva durante su segunda mitad, comparable con la detectada en otros asentamientos próximos de características urbanas como el Tossal de Manises. Se trata del ángulo de una monumental estructura de más de 9 metros de longitud por un metro de anchura, de la que se conserva el zócalo de mampostería con alzado de grandes adobes y refuerzos de vigas verticales pensados para sostener algún adarve voladizo, sobre una cimentación heterogénea de dos metros de anchura, que transformó sustancialmente la trama urbana de carácter doméstico preexistente. La regularidad y características de su diseño, con paralelos en el mundo púnico y helenístico, y su cronología reforzada por el hallazgo de una moneda hispano- cartaginesa (221-218 a. C.), lo sitúan en el contexto de la II Guerra Púnica, es decir, el enfrentamiento entre púnicos y romanos que asoló con gran intensidad el sureste de la Península Ibérica.

Las raíces ibéricas del asentamiento
Por otra parte, la excavación de los niveles más profundos ha demostrado que la zona estuvo densamente habitada entre los siglos III y IV a. C., ya que a más de 4 m. de profundidad respecto al suelo agrícola actual y por debajo de los niveles de la primera mitad del siglo III a. C, se suceden suelos y estructuras que reutilizan piezas de fases anteriores, como un espectacular molino giratorio ibérico, hasta llegar a las habitaciones de adobe y barro amasado, similares a otras documentadas en La Alcudia, que nos sitúan en vísperas de la sociedad que alumbró la Dama. ,

Algunos significativos indicios, como un molino barquiforme o cerámica de la Edad del Bronce, indican que la ocupación pudo ser mucho más antigua, pero no es posible documentarla sin dañar otros valiosos restos que es necesario conservar. Recuerdan los investigadores, que “el objetivo final de un proyecto diacrónico es la puesta en valor de cada fase histórica detectada, explicando no una sino todas las historias escritas en la propia tierra de este sector de La Alcudia”.

Instantáneas de la historia en la tierra
“Aunque la arqueología en general y nuestro proyecto en particular estudian procesos antes que acontecimientos, la investigación a veces depara sorpresas asombrosas que son capaces de congelar el tiempo en un instante”, asegura Sonia Gutiérrez al tiempo que destaca dos de estas “instantáneas”: Por un lado, el descubrimiento, en una humilde habitación de la antigüedad tardía, de una antigua jarrita de producción local, cuidadosamente sellada con arcilla y envuelta en una tela, cuya urdimbre quedó impresa en el barro. “No sabemos por qué ni qué contenía, aunque en épocas romanas más antiguas era de buen augurio realizar ofrendas similares con carácter ritual, mientras que en periodos posteriores de inestabilidad a menudo se utilizaban como escondrijos”, matiza la arqueóloga. Por otro, una pequeña fosa llena a rebosar de cacharros rotos (tapaderas y marmitas, jarras, tinajas y ánforas con restos aún de sus tapones de yeso). “Este humilde basurero, que alguien llenó de trastos viejos, es un ‘tesoro’ que nos ha proporcionado un excelente contexto material de los siglos VII y VIII que permitirá conocer no solo cómo vivían los últimos habitantes de La Alcudia, sino también de dónde venían los productos que almacenaban”, cuenta la investigadora, señalando con humor que “a veces nuestro gozo sí está en un pozo”.

17 de enero de 2024

Arrancan las nuevas excavaciones en el yacimiento de la Villa Romana de l’Albir

El proyecto de ampliación del Museo se ha centrado en los trabajos de excavación de los restos arquitectónicos detectados en el sector V del yacimiento y que se podrían identificar con un torcularium para la elaboración de aceite en las villas romanas.
Arrancan las nuevas excavaciones en el yacimiento de la Villa Romana de l’Albir

El ayuntamiento del L’Alfàs del Pi junto con la colaboración científica de la Universidad de Alicante, ha iniciado los trabajos de excavación, restauración y revalorización de parte de los restos encontrados en el sector V del yacimiento de la Villa Romana de l’Albir, para su incorporación al área visitable del Museo.

Este proyecto ha tenido un inversión de 242.000 euros, incluida en el Plan Provincial de la Diputación Provincial de Alicante, que aporta 217.000 euros, y cuyo plazo de ejecución estimado es de cuatro meses y medio.

Algo destacable es el apoyo recibido desde el primer momento por parte de todas las administraciones, sobre todo, local, provincial y autonómica.

Esta mañana en el acto de presentación del mismo a los medios el alcalde, Vicente Arques junto al concejal de Patrimonio, Manuel Casado, y la arqueóloga municipal y directora del Museo Villa Romana de l’Albir, Carolina Frías, lo han recogido “como un paso más dentro del Plan de Recuperación, Conservación y Difusión de nuestro patrimonio, para diversificar la oferta turística del municipio”.

En concreto, el proyecto de ampliación del Museo se ha centrado en los trabajos de excavación de los restos arquitectónicos detectados en el sector V del yacimiento y que se podrían identificar con un torcularium para la elaboración de aceite en las villas romanas.

Ha comenzado ahora la excavación, pero fue entre marzo y junio de 2022, explica la arqueóloga municipal y directora del Museo, Carolina Frías, cuando se llevó a cabo un sondeo mecánico en el extremo más oriental de la parcela arqueológica de la Villa Romana de l’Albir encontrándose los restos arqueológicos de una superficie de mortero de cal.

Este hecho se interpreta como la base de un torcularium, hipótesis apoyada por la localización, en campañas anteriores, de un contrapeso y del área de una prensa de aceite.

Además se han encontrado fragmentos de dolia que podrían estar destinados al almacenaje del aceite. En este sentido la arqueóloga ha subrayado que se trata de una zona de carácter comercial debido a la actividad agrícola desarrollada en la villa de l’Albir.

Cabe destacar que desde el hallazgo de estos restos, la concejalía de Patrimonio de l’Alfàs viene trabajando para su incorporación al área visitable del Museo, como ha querido señalar el concejal titular Manuel Casado, quien también ha hecho hincapié en la puesta en valor de los restos arqueológicos encontrados como algo imprescindible para la correcta interpretación y comprensión del yacimiento.

Centro Azul para el Museo al Aire Libre Villa Romana 
En el año 1979 unas obras próximas a la playa de l’Albir sacaron a la luz los restos óseos de un enterramiento de época romana.

Fue durante los años ochenta y noventa del siglo XX cuando las excavaciones arqueológicas descubrieron un yacimiento de una gran riqueza patrimonial y científica formado por una extensa necrópolis, un mausoleo y una villa.

Todo el conjunto se ha datado entre los siglos IV a VII d.C. En 2008 el Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, en colaboración con la Universidad de Alicante, retomó los trabajos arqueológicos con el fin de recuperar uno de los yacimientos más significativos de la provincia de Alicante convirtiéndose en el primer Museo al Aire Libre de la Comunidad Valenciana, inaugurado en marzo de 2011.
(Fuente: Radio Sirena)

20 de julio de 2023

Descubren la escultura de una ninfa acuática del siglo II d.C. en La Alcudia (Elche)

Una escultura de una ninfa acuática que data del siglo II d.C., tallada en mármol y sosteniendo en un costado un cuerno de la abundancia, ha sido descubierta en las excavaciones realizadas en junio por investigadores de la Universidad de Alicante (UA) en el yacimiento de La Alcudia, en el término municipal de Elche.
Escultura de una ninfa acuática, del siglo II d.C., descubierta en el yacimiento de La Alcudia, en Elche.Universidad de Alicante

Una escultura de una ninfa acuática que data del siglo II d.C., tallada en mármol y sosteniendo en un costado un cuerno de la abundancia, ha sido descubierta en las excavaciones realizadas en junio por investigadores de la Universidad de Alicante (UA) en el yacimiento de La Alcudia, en el término municipal de Elche.

Así lo ha desvelado Jaime Molina Vidal, catedrático de Historia Antigua y codirector del equipo del proyecto 'La Alcudia de Elche. Las Termas Orientales y áreas circundantes (Astero)', junto a los investigadores de la UA Francisco Javier Muñoz Ojeda y Juan Francisco Álvarez Tortosa.

Molina Vidal ha explicado que las ninfas -la figura representada- son espíritus o divinidades menores femeninas asociadas a la naturaleza (manantiales, arroyos, montes, mares o bosques).

“En este caso se trataría de una náyade, una ninfa relacionada con una fuente de agua dulce, pozo, río o arroyo", que se tomaba como "productora de bienestar y riqueza, dado que es portadora del cuerno de la abundancia o cornucopia”, ha concretado el arqueólogo.

Esta escultura es la segunda que se ha hallado en La Alcudia dentro de los proyectos de investigación de la institución universitaria alicantina. La primera figura se encontró en 2017. Se trataba de una estatuilla que representaba a una mujer desnuda con un manto sobre el hombro izquierdo, hecha en hueso.

Según ha revelado Molina Vidal, a lo largo del proceso de excavación del mes pasado se han recuperado otros materiales arqueológicos de gran interés.

En concreto, se han localizado fragmentos de las pinturas de las paredes del conjunto termal, objetos cotidianos (agujas tanto para coser como de adorno personal para hacerse recogidos en el pelo), otros de carácter más lúdico (un dado de hueso con el que se practicarían juegos de azar) y fragmentos cerámicos decorados, como un disco de lucerna (lámpara de aceite) con la imagen de un gladiador con red y tridente.

El vicerrector de Investigación de la UA, Juan Mora, ha destacado, por su parte, la importante labor que desempeñan los investigadores en La Alcudia, así como el trabajo y la implicación de los estudiantes que colaboran en las excavaciones.

De hecho, según han indicado fuentes de la institución docente, ha sido un alumno de segundo del grado en Historia, Mario Bañón, el que ha encontrado la escultura.

“Este descubrimiento nos demuestra lo mucho que queda por conocer en La Alcudia, si tenemos en cuenta que apenas el 10 % del yacimiento está excavado”, ha asegurado Mora.

"Para poder abordarlo como nos gustaría, necesitamos más apoyo de parte de las instituciones y de forma urgente un plan especial que nos permita musealizar y poner en valor los importantes hallazgos encontrados para que la sociedad ilicitana, todos los alicantinos y el mundo en general conozcan este patrimonio”, ha manifestado.

Uno de los proyectos de la UA es la intervención arqueológica multidisciplinar en el Sector 11 de La Alcudia, lugar donde se halló la Dama de Elche en 1897. Esta actuación tiene como objetivo aportar información sobre las fases ibéricas de este yacimiento.

Los trabajos desempeñados entre 2017 y 2021 por la UA han ido sacando a la luz los restos materiales de las fases ibéricas más antiguas de La Alcudia, en torno al siglo V a.C., lo que permitiría, por primera vez, conocer el contexto arqueológico de la Dama de Elche.
(Fuente: Heraldo // EFE)

25 de abril de 2023

Descubren pruebas de agricultura en época visigoda en un yacimiento de Hellín (Albacete)

La profesora de arqueología de la UA, Julia Sarabia, sostiene que Loma Eugenia fue un asentamiento rural “que se establece en el ámbito de influencia de El Tolmo, justo cuando éste vive un momento importante, al instalarse allí la sede episcopal visigoda de Elo”.
El Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la Universidad de Alicante y el MUSS de Hellín están llevando a cabo labores de excavación.

El alcalde de Hellín, Ramón García, ha visitado el yacimiento arqueológico de Loma Eugenia en la pedanía hellinera de Agra, donde un equipo de investigadores del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la Universidad de Alicante y el MUSS de Hellín están llevando a cabo labores de excavación. El Ayuntamiento ha aportado 5.000 euros para financiar el proyecto, en el marco de un convenio de colaboración con la Universidad de Alicante.

La profesora de arqueología de la UA, Julia Sarabia, sostiene que Loma Eugenia fue un asentamiento rural “que se establece en el ámbito de influencia de El Tolmo, justo cuando éste vive un momento importante, al instalarse allí la sede episcopal visigoda de Elo”. El proyecto trabaja con la hipótesis de que Loma Eugenia tenía una función productiva, relacionada con la transformación de grano en harina, además de ser una era donde se trillaba el cereal.

El alcalde ha destacado su compromiso por la recuperación del patrimonio de Hellín y ha anunciado que el convenio firmado con la UA se extiende hasta 2025, con la continuidad del proyecto de investigación arqueológica en Loma Eugenia. Además, ha anunciado otros proyectos que se desarrollarán en Hellín en los próximos meses.

El MUSS ha organizado “abierto por excavaciones” los días 24 y 25 de abril, entre las 18 y las 20 horas, para mostrar los trabajos realizados en el yacimiento y poner en valor el patrimonio arqueológico del municipio.

31 de octubre de 2022

Documentan en La Alcudia 50 metros de muralla y huellas de urbanismo

Las excavaciones de los investigadores de la Universidad de Alicante confirman que el lienzo del muro ocupaba el frente sur y oriental de la antigua ciudad y la identificación de casas pegadas a él
Excavaciones en La Alcudia llevadas a cabo por la Universidad de Alicante el pasado verano.

Las excavaciones de los investigadores de la Universidad de Alicante (UA) en el yacimiento de La Alcudia de Elche han finalizado por este año y lo han hecho con no pocos descubrimientos. Los últimos trabajos se han desarrollado durante el mes de septiembre y han conseguido documentar 50 metros de muralla y huellas de urbanismo en la zona donde se halló la Dama de Elche en 1897, de lo que, precisamente, se cumplen 125 años. El equipo «Damas y héroes. Tras la Ilici ibérica», es el tercer y último de los proyectos de excavaciones que ha acogido esta quinta campaña en el yacimiento de La Alcudia, que realiza la UA en colaboración con el Ayuntamiento de Elche.

Los trabajos han estado dirigidos por el catedrático de Prehistoria de la UA, Alberto Lorrio. Se plantean aportar información sobre las fases ibéricas de La Alcudia en el frente suroriental del yacimiento, lugar donde se halló el busto íbero. La campaña de excavaciones ha usado un georradar para identificar el urbanismo de la fase Ibérica Antigua, lo que ha permitido comprobar que los ambientes individualizados corresponden a viviendas.

Así, se ha podido documentar que en 50 metros de la zona oriental hay una muralla, que ocuparía todo el frente oriental de la antigua ciudad, y que su lienzo sigue hacia el sur. Además, se han identificado diversos espacios de viviendas, muros que salen de la fortificación que confirman que hay urbanismo también en esa zona.

«El próximo años seguiremos excavando en ese sector, para ver si encontramos la puerta de acceso a la ciudad», explica el catedrático de la UA, Alberto Lorrio. Se han sacado en estas excavaciones unos 50 metros lineales de muralla, no continuos. El georradar, cuyos resultados más concretos aún no los tienen, ha permitido detectar interrupciones en los lienzos.

Muralla de cajones
Se trata de una muralla de cajones que ofrece importantes singularidades, ya que los tres cajones que ocupan la mayor parte son distintos. Uno tiene grandes lajas, otro guijarros del Vinalopó de gran tamaño y el último es una construcción de barro amasado muy singular. La muralla es tan antigua como la Dama, lo que se ha determinado tras hacer la prueba del carbono-14. Tiene 2,20 metros de ancho.

Así, han podido seguir excavando muralla, muy alterada por una acequia moderna, pero lo que se ha hallado es muy significativo, ya que son diferentes ambientes de esas viviendas asociadas al muro, justo en la zona donde se localizó el busto íbero. «No hemos excavado ninguna, porque nos hemos limitado a los niveles más recientes, de época tardoantigua muchos de ellos», añade Alberto Lorrio, que esta semana ha participado en el seminario sobre el mundo íbero organizado por la UNED en Elche. «Lo que hemos dejado es el escenario ideal para el año que viene hacer una gran campaña donde entremos directamente, una vez excavados los niveles más superficiales», explica.

Ese lienzo continuo de la muralla que se ha hallado indica que esa zona está dentro de la ciudad y la muralla seguiría a lo largo del límite sur del yacimiento, algo que no se había documentado hasta ahora. Quedan aún dos años más de excavación y otro de restauración.

«La Dama de Elche tiene que estar asociada a un núcleo urbano, pero en La Alcudia no encontrábamos esos indicios, los restos materiales de las viviendas o las murallas o los lugares donde vivía la gente de la época», señala, por lo que la localización de los primeros vestigios de la civilización de la época permitirá también contextualizar mejor el busto íbero que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid.

21 de octubre de 2022

Hallan 14 pinturas rupestres que se desprendieron de una pared rocosa de Cuenca

Las imágenes son figuras de animales que se encontraban en dos bloques de piedra desprendidos de la pared de una cueva en Minglanilla.
Dos de las figuras de cérvidos halladas en una cueva del parque natural de las Hoces del Cabriel en Cuenca.UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA

Un equipo de investigadores y estudiantes dirigido por los arqueólogos Juan Francisco Ruiz López, de la UCLM y Virginia Barciela y Ximo Martorell, de la Universidad de Alicante, ha hallado dos bloques con 14 pinturas rupestres levantinas desprendidos de la pared de un abrigo en las Hoces del Cabriel, en el término municipal de Minglanilla.

La información la avanza este miércoles El País y la ha podido confirmar Voces de Cuenca con la Junta de Comunidades y el Museo de Cuenca. Estos bloques cuentan con figuras de animales y se trata de la primera vez que al estar desprendidos y obtenerse en una excavación, es decir, dentro de las capas estratigráficas con materiales de la época como huesos y demás objetos, podrán ser objeto de una datación relativa.

Estos dos bloques, junto con todos los materiales descubiertos en el registro arqueológico, serán depositados en el Museo de Cuenca (Museo Arqueológico), donde serán expuestos. La intervención arqueológica se ha realizado bajo la financiación de la Viceconsejería de Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha.

El investigador principal del proyecto y profesor de Prehistoria de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UCLM en Cuenca ha explicado en declaraciones a El País la “importancia fundamental” de este descubrimiento porque “la cueva tiene objetos que podrían ser coetáneos con el momento de realización de las pinturas, algo que hasta el momento ha sido objeto de profundas discusiones y especulaciones”.

En la excavación se han recuperado asimismo restos de óxido de hierro con el que componían el pigmento rojizo para hacer las pinturas rupestres. Así, se podrá ver si hay coincidencias con las ocupaciones humanas que había en la cueva.

La delegada provincial de Educación, Cultura y Deportes de Cuenca, Sonia Isidro, ha destacado en declaraciones a Voces de Cuenca la importancia del hallazgo por las cualidades que ha presentado el descubrimiento, así como por ser el único en la zona en el que la pintura mezcla pigmentación blanca y rojiza. Sobre la exposición en el Museo de Cuenca (Arqueológico), ha indicado que no va a ser inmediato, pues lo descubierto ahora se encuentra en fase de protección e investigación y no obstante las piezas estarán custodiadas en el museo y a disposición de los investigadores que soliciten su inspección.
(Fuente: Voces de Cuenca)

4 de octubre de 2022

Inician la primera excavación arqueológica en la isla de Portitxol, en Xábia (Alicante)

El Museo, la Fundación Cirne y la Universidad de Alicante comienzan las catas en una isla ocupada desde la Prehistoria y que tuvo su momento de gloria en los últimos estertores del Imperio Romano. Los expertos efectuarán cuatro sondeos arqueológicos localizados en los lugares donde parece haber estructuras antiguas, situados en la zona más alta y llana de la isla.
La isla de Portitxol en una imagen del Ayuntamiento de Xábia.

Adentrarse en el vértigo milenario de la historia siempre tiene algo de emocionante. Y eso es lo que está a punto de suceder en uno de los litorales de mayor simbolismo de la Marina Alta. El Museo de Xàbia y el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la Universidad de Alicante iniciarán durante este mes de octubre la primera campaña de excavaciones arqueológicas en la isla del Portitxol. Esta intervención se enmarca dentro de un Plan General de Investigación, aprobado por la Conselleria de Cultura, que tendrá una duración de cuatro años.

El proyecto es posible gracias al espaldarazo económico del Ayuntamiento de Xàbia, así como a la colaboración de la Fundación CIRNE y a la familia Pons, propietaria de la isla.

La isla del Portitxol es un rico yacimiento arqueológico, con ocupaciones documentadas desde finales de la prehistoria hasta los siglos XIX e incluso XX. Aun así, fue en época tardo-antigua, entre los siglos IV y V cuando la isla estuvo habitada de manera más intensa, coincidiendo con los momentos de una gran actividad comercial testimoniada por las numerosas anclas encontradas al fondo marino del Portitxol, así como por el excepcional hallazgo del tesoro de monedas de oro hecho el verano pasado.

Problemas del BIC
Toda esta riqueza hizo que ya en 1980 se iniciara el proceso de protección de la isla, que fue declarada BIC (Bien de Interés Cultural) en 2018, cuatro décadas después. Y todo este tiempo no ha sido suficiente: problemas administrativos forzaron a que se tuviera que incoar de nuevo el expediente de preservación de esta costa en 2022.

Qué se va a excavar
Los trabajos de esta primera campaña se harán entre los meses de octubre y noviembre y consistirán en la cata arqueológica intensiva de toda la superficie de la isla y la realización de cuatro sondeos arqueológicos localizados en los lugares donde parece haber estructuras antiguas, situados en la zona más alta y llana de la isla.

Del mismo modo, se realizará alguna inmersión submarina para aclarar y recuperar algunos materiales arqueológicos localizados en las anteriores campañas subacuáticas hechas ya en el Portitxol.
(Fuente: La Marina Plaza)

27 de septiembre de 2022

El yacimiento de Higueruela (Albacete) alcanza una dimensión internacional

La Diputación de Albacete incrementa la cuantía del convenio para el proyecto que dirigen José Luis Simón García, del Instituto de Estudios Albacetenses-IEA-"Don Juan Manuel", Pedro Jiménez Castillo, del CSIC-Escuela de Estudios Árabes, y José María Moreno Narganes, de la Universidad de Alicante.
Visita del presidente de la Diputación de Albacete, Santiago Cabañero, al yacimiento de Higueruela.

Si la campaña de trabajo del año pasado en las excavaciones arqueológicas de la Alquería de La Graja, en la localidad albaceteña de Higueruela, deparó el gran descubrimiento de la primera mezquita rural de Castilla-La Mancha, este 2022 se ha centrado en la definición del espacio completo que ocupaba dicho hallazgo.

Así, se ha conseguido excavar una habitación colindante, cuya función todavía tratan de determinar. Además, según han informado desde la Diputación provincial, han conseguido encontrar la cantera de la que extraían las piedras que servían para la construcción de algunos edificios de la aldea.

Por otra parte, las labores en la casa número 15 están permitiendo avanzar en el conocimiento del urbanismo de la alquería y el uso de los espacios en las casas, completando datos sobre la arquitectura del lugar. De hecho, junto a la casa en la que ya se trabajó anteriormente, hay más de 1.000 metros cuadrados de excavación abierta.

Se dedicaban a la agricultura y la ganadería
Según han podido averiguar, en La Graja, hacia el año mil de nuestra era, vivió un grupo de personas dedicadas a la ganadería y al cultivo de cereales. La aparición este año de un almacén para el grano y un nuevo silo, están ayudando a confirmar la economía de esta sociedad, con fuertes lazos familiares y con una práctica religiosa muy importante, como atestigua la mezquita.

Tocaban música
Este año también se ha encontrado el fragmento de un yembé o tambor, indicando que de las manos de aquellos humildes ganaderos y agricultores, la música también sonó en este paraje de Higueruela. Mientras tanto, las incógnitas crecen con cada excavación. La Graja aún tiene mucho que decir sobre aquel tiempo conflictivo y de frontera llamado Edad Media.

Por ello, el proyecto ha alcanzado una dimensión internacional que, «sin lugar a dudas, nos enorgullece y se confirma como un enorme factor de atracción de riqueza y promoción a la zona«, como ha destacado el presidente de la institución provincial, Santiago Cabañero.

La Diputación aumenta su inversión
Cabañero también ha reiterado el compromiso de la Diputación, que apostó por esta investigación a través de la colaboración directa, con un convenio con el Ayuntamiento de la localidad que, de cara a este 2022, ha crecido un 50%, alcanzando los 15.000 euros.

«Tenemos el convencimiento absoluto de que cualquier inversión que hagamos en recuperar nuestro patrimonio y nuestra historia, revierte multiplicada en el territorio en forma de turismo, de generación de empleo, de dinamismo, de riqueza y también de marca», ha asegurado.

21 de septiembre de 2022

Primer paso para rehabilitar el Castellar de Elche (Alicante)

Con este proyecto, que ha recibido una ayuda de 24.000 euros, se pretende adecentar la zona, realizar una pequeña cata, y consolidar los restos del Edificio I (hay también un Edificio II y III) para su puesta en valor.
Restos del Edificio I del Castellar, una gran fortaleza cuadrangular

La conselleria de Cultura hizo público el pasado viernes la concesión de una ayuda de algo más de 24.000 euros al Ayuntamiento para el proyecto de estudio, consolidación y puesta en valor del Yacimiento del Castellar de la Morera, un relativo desconocido del patrimonio local. Tanto a nivel general, como explícitamente a nivel arqueológico, ya que se reconoce la funcionalidad defensiva del yacimiento, procedente de época califal, del siglo X y algo de principios del XI. Con este proyecto impulsado por el arqueólogo municipal, Víctor Cañavate, se pretende adecentar la zona, realizar una pequeña cata, y consolidar los restos del Edificio I (hay también un Edificio II y III) para su puesta en valor. 

La puerta a posibles futuras actuaciones.
En este sentido, desde la concejalía de Urbanismo, donde está adscrito el arqueólogo, se solicitó una subvención de 48.287 euros, financiados al 50% por ambas administraciones. Se ha calculado un plazo para la actuación de cuatro meses, teniendo que cumplir con el calendario para obtener la financiación autonómica. La iniciativa consiste en la limpieza del patio de la zona fortificada para poder seguir estudiándola, continuar con una pequeña prospección arqueológica en el conocido como 'Edificio I', con sus dos estancias y rematar un muro. También se ha planteado indicar los dos accesos y sendas por el pantano con una pequeña cartelería para poder facilitar. Así como vallar el recinto por vandalismo. A priori, la idea es que este sea el punto de arranque para futuras actuaciones que apuesten por una puesta en valor de todo el recinto. Pero, ¿qué es el Castellar de la Morera?

¿Qué era el Castellar de la Morera?
Se trata de un asentamiento islámico del siglo X-XI. Aunque se pensaba que podía ser de primera época de conquista, era una construcción califal. En ella se encontraron "niveles de tardorromano, debe haber del siglo V y VI y de la época del Bronce, pero la gran estructura es califal", explica Sonia Gutiérrez, catedrática de Arqueología de la Universidad de Alicante, quien estuvo excavando hace una década el yacimiento con José Luis Menéndez (conservador del MARQ) y Pierre Guichard, destacado hispanista francés que ha fallecido recientemente y que ha realizado investigaciones claves sobre el mundo de Al-Ándalus. De aquella excavación en tres puntos siempre en la parte alta, tanto en la parte de la muralla como en una zona de casas, se sacó la datación histórica, así como una posterior exposición del MARQ, con su respectivo catálogo.

Así pues, se trata de un complejo del que lo que se sabe a ciencia cierta su funcionalidad defensiva "clara". "Puede ser una instalación de algún grupo, o grupos de tropas; quizá una estructura de control, una Alcazaba", señala Gutiérrez, quien destaca que con esa función y el hecho de estar en altura permitía vigilar la zona de Elche y Aspe. "Es un asentamiento muy grande, con una muralla importante y varias hectáreas (13,4). Algunos autores dicen que fue un campamento (al-‘Askar), otros que un asentamiento o punto de control de época califal de final del siglo IX". O un poblado fortificado, un hisn. Su situación le confería en su época las características idóneas como defensa natural, aislada y protegida por tres de sus costados y orientación al mediodía, única zona accesible cuyo plano inclinado desciende hasta la cota de 140 metros. Se encuentraba estratégicamente defendido por una sucesión de terrazas amuralladas hasta alcanzar en el ángulo más elevado, al Nordeste, un cuartel o edificación principal fortificada. 

En cualquier caso, para la catedrática este asentamiento fortificado y en altura, refuta las teorías de que la población fue abandonando unos asentamientos por otros en el municipio de forma 'rotatoria', "no es que vayan de La Alcúdia a otro sitio. Ils es una medina cuyos restos más antiguos son del siglo X, y este asentamiento tiene unas características muy particulares. Todavía es una incógnita". Y señala que toda esa zona está llena de asentamientos como el Caramoro, "pero los niveles islámicos son muy homogéneos, del momento en que se está empezando a crear la ciudad, pero no está probado que fueran rotando".

Más actuaciones para conocer más
En este sentido, desde el departamento se ha estado asesorando al servicio de arqueología municipal para el proyecto de actuación que se ha diseñado. Se trata de un yacimiento muy importante en un paraje también singular, al norte del pantano. Tras la excavación de hace algo más de una década, quedó a la espera de que se incardinara en un proyecto integral, que ahora el Ayuntamiento y el arqueólogo municipal se han tomado en serio, y que debería permitir concretar más sobre esta gran fortaleza cuadrangular. Las excavaciones de entonces también presentaron problemas porque la ubicación es complicada al estar en altura. De hecho, un particular, tiempo después, tras repoblaciones naturales, habían quedado fragmentos cerámicos en la superficie, por lo que se donaron al Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE). "Es decir que tuvo una parte importante de participación de la gente, relevante también en el patrimonio", apunta Gutiérrez.

Trabajos previos durante el siglo XX
Por otra parte, cabe resaltar, cómo no, que aunque en tiempos recientes se han realizado estas catas arqueológicas, con una prospección sistemática, ya había documentación previa gracias a la labor de Pere Ibarra y de Alejandro Ramos Folqués, así como del extinto Geia (Grupo Ilicitano de Estudios de Arqueología), que hizo un plano del conjunto. En definitiva, un yacimiento que puede ayudar a seguir entendiendo el desarrollo del municipio en su época islámica ya que según se concluyó tras las catas, el Castellar puede ser la clave para comprender mejor el hiato existente entre el registro del abandono de Ilici (La Alcudia) y la fundación de madinat Ilš en su actual emplazamiento; "el tiempo en el que Ilici dejó de ser Ilici e Ilš comenzó a convertirse en Elx, a la sombra del Castellar".

De hecho, gran parte de los materiales documentados en el yacimiento se corresponden con productos que se realizaron realizados en los alfares de la cercana ciudad de Ilš. Asimismo, en los años de las excavaciones, trascendió el descubrimiento de un yacimiento muy similar en el Ribat Hargha, en Igiliz (Marruecos), en una estructura que podía corresponderse con la jefatura rural de una tribu almohade. Así pues, muchas piezas aún por colocar en un gran puzle que con esta ayuda autonómica y el proyecto arqueológico se puede volver a seguir completando. El recinto amurallado es de 105.505,26 m2, la zona arqueológica de 409.946,85 m2 y el área de protección afecta de 549.238,36 m2. Un Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2006, con su Plan Especial de Conservación, que estaba a la espera de actuaciones.

10 de septiembre de 2022

Descubren una villa romana de grandes dimensiones en Altea (Alicante)

Las excavaciones esperaban encontrar una explotación agraria, en su lugar han aparecido los restos de una vivienda de la alta sociedad.
Los técnicos han visitado el trabajo en la partida de Sogai donde han encontrado la villa.

De una explotación agraria a una villa romana de la alta sociedad. Eso es lo que se han encontrado el grupo de arqueólogos que estaban excavando en el proyecto de la partida de Sogai de Altea. El descubrimiento se ha presentado este viernes con los expertos de la Universidad de Alicante que lo dirigen.

La gran cantidad de cerámicas en superficie fueron el punto de partida para estos trabajos. Así lo relata el arqueólogo y catedrático de la UA, Jaume Molina, al recordar el origen del proyecto. En colaboración con el Ayuntamiento de Altea iniciaron las primeras prospecciones con georradar con las que se encontraron muros, restos de techos columnas y baños. Habían encontrado la prueba de que era una villa romana.

Gracias a estos trabajos "tenemos la oportunidad de conocer cómo vivían y aprovechan los recursos naturales en la antigüedad". Así lo explica el arqueólogo alteano, Alejandro Pérez. Como autor de investigaciones de yacimientos en su municipio avanza que aún hay mucho por delante que hacer. "Tenemos que investigar más para saber por qué estaban en este sitio, estos primeros resultados son muy esperanzadores y nos dirán la importancia que tenía Altea en la época".

Apoyo van a seguir teniendo para conseguirlo. Así lo ha destacado durante la visita institucional el alcalde de Altea, Jaume Llinares. "Desde el Ayuntamiento hemos dado apoyo a los trabajos de intervención arqueológica con un convenio con la Universidad de Alicante", ha apuntado. "La excavación ha sido un éxito por el descubrimiento y se merece más campañas de excavaciones para saber nuestro pasado e historia".

De momento lo que está claro es que los trabajos de intervención tienen duración aproximada de un mes. En ellos están investigadores y estudiantes de la Universidad de Alicante, así como voluntarios y colaboradores. Como explican a través de un comunicado municipal, se trata de una tarea "muy compleja ya que los bancales están abandonados y los arqueólogos han tenido que excavar entre dos y tres metros de superficie de tierra muy dura".

Este yacimiento es de de gran importancia para el estudio de la evolución histórica y cultural en la Marina Baixa, ya que, se trata de época romana, una villa de grandes dimensiones, con un patio de trabajo y con estructuras tremares. Se han confirmado que los restos son de la primera etapa de la época romana, aproximadamente del siglo I o II de nuestra era.

Esta acción se enmarca dentro del convenio de colaboración que han firmado las Concejalías de Urbanismo y Cultura con la Universidad de Alicante. El consistorio ha aportado ocho mil euros para llevar a cabo este proyecto que empezó llamándose Explotación del espacio agrario rural en el mundo antiguo alrededor del río Algar pensando en que iba a tratarse de una explotación agrícola.

El primer edil, Jaume Llinares, ha avanzado que "desde el consistorio se realizarán acciones para adquirir los terrenos y que estos sean municipales para seguir trabajando en estas excavaciones". Con ello ha remarcado el interés de su gobierno por "seguir investigando para saber el papel de Altea en la época romana, además de entender nuestro presente y conocer nuestro pasado".

1 de julio de 2022

Aparece un torculario de origen romano en el yacimiento de Jalón (Alicante)

  • El ayuntamiento y el museo han puesto en valor el horno alfarero de Les Hortes y ahora es visible desde la misma calle. También se han localizado dos balsas y un dolium con una inscripción numérica

La campaña de este año de estudio del yacimiento romano de Les Hortes realizada por el Museo Arqueológico y Etnológico de Jalón (Xaló) y la Universidad de Alicante se ha dado por finalizada. En total han sido tres semanas a lo largo de las cuales se ha actuado en dos de los tres sondeos que se abrieron en la fase 1. Los resultados han sido muy positivos, según ha explicado el director del museo, Ruben Vidal i Bertomeu, en lo que se refiere a la detección de restos arqueológicos, tanto de elementos arquitectónicos como de cultura material. Debe tenerse en cuenta que el yacimiento tiene una cronología que va del siglo I hasta el III o IV después de Nuestra Era.

Así, se han podido corroborar los indicios previos sobre el torculario, es decir, el área de prensado, dentro del sector productivo de la villa. Entre los hallazgos más destacados se encuentran los restos de dos balsas y también se ha documentado un dolium casi completo en el que hay un fragmento que tiene una inscripción numérica. Es probable que haga referencia a su capacidad. Sobre el torculario, lo que no se ha podido averiguar es si hacía las funciones de prensado de almazara para aceite, de lagar para vino o ambas cosas.

En cuanto a la ubicación de la parte urbana de la villa, a pesar de no conocerla en exactitud, sí que se han podido documentar cultural material perteneciente a elementos suntuarios que dan pistas de su existencia.

Esta actuación se enmarca dentro del plan de actuación sobre el yacimiento llevado a cabo por parte del Ayuntamiento de Xaló y del Museo arqueológico y etnológico de Xaló con el que también este año se ha realizado la limpieza, consolidación y puesta en valor del horno alfarero de las Huertas. Es un tipo de horno vinculado a la producción de ánforas y de materiales de construcción. Según ha explicado el concejal de Patrimonio, Gerard Fullana, «gracias a esta instalación, el vecindario puede ver en la misma calle los restos localizados».

La excavación que ahora acaba ha sido realizada por el museo de Xaló y el equipo arqueológico de la Universidad de Alicante. Y para poner el punto y final ayer jueves hubo una visita guiada y jornada de puertas abiertas para que la ciudadanía conozca de primera mano el resultado de los trabajos.

6 de abril de 2020

Arqueología en tiempos de pandemia

La Universidad de Alicante (UA) inició la cuarta campaña de excavación arqueológica con el proyecto Domus-La Alcudia "Vivir en Ilici". Las excavaciones comenzaron el 2 de marzo en el sector 4F del Yacimiento arqueológico de La Alcudia de Elche “con grandes expectativas”, según Sonia Gutiérrez, investigadora principal del proyecto. La intervención, que ha visto detenida su actividad de arqueología de campo estos días por el COVID-19 continúa, sin embargo, como arqueología en casa

La Universidad de Alicante (UA) inicia la cuarta campaña de excavación arqueológica con el proyecto Domus-La Alcudia. Vivir en Ilici, que se lleva a cabo en el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH). Las excavaciones comenzaron 2 de marzo en el sector 4F del Yacimiento arqueológico de La Alcudia de Elche “con grandes expectativas”, según ha manifestado Sonia Gutiérrez, investigadora principal del proyecto. La intervención, que ha visto detenida su actividad de arqueología de campo estos días por el COVID-19 continúa, sin embargo, como arqueología en casa en lo que, tomando prestada la metáfora de Gabriel García Márquez, ha dado en llamar su directora principal “arqueología en tiempos de pandemia”. Domus-La Alcudia. Vivir en Ilici se desarrolla en el marco financiado por el Programa propio de ayudas del vicerrectorado de Investigación y Transferencia de Conocimiento, con el apoyo del Ayuntamiento de Elche, y con la participación de estudiantes del Grado de Historia y del Máster de Arqueología Profesional y Gestión Integral del Patrimonio de la UA.

El objetivo general del proyecto es documentar la historia de la ciudad a través de la secuencia arqueológica completa en un sector nunca excavado, indica el equipo, que cuenta esta vez con cuatro directores de la excavación: a la catedrática de Arqueología Sonia Gutiérrez se suman los investigadores Jesús Moratalla y Julia Sarabia, y el técnico Víctor Cañavate, aunque el equipo de investigación implicado es mucho más amplio e incluye profesores de las áreas de arqueología, prehistoria y construcciones arquitectónicas de la UA, de la Universidad de Murcia, investigadores del INAPH y del CSIC, entre otros.

En las campañas previas encontraron testimonios de ocupación islámica temprana, visigoda y romana bajoimperial, en concreto restos de una calle y algunas viviendas, y “este año aspirábamos a dar un salto más en la secuencia histórica del sitio”, señala Gutiérrez. De hecho, durante la primera semana de trabajo “empezamos a vislumbrar, a una profundidad de dos metros respecto al paisaje actual, la trama urbana correspondiente posiblemente al momento de la fundación de la Colonia Iulia Ilici Augusta”. Los derrumbes de las casas de esta época, construidas con muros de tierra sobre gruesos zócalos de piedra, proporcionan abundantes cerámicas, metales, monedas y todo tipo de objetos domésticos correspondientes al periodo Julio-Claudio (en torno al 20-60 d.n.e.), como detalla la catedrática. La excelente conservación de la estratigrafía en este sector y la proximidad al lugar donde aparecieron algunos de los vasos más emblemáticos de La Alcudia, como el de la famosa ‘Tonta del Bote’, en un potente nivel de incendio, generó “una gran expectativa e ilusión en el equipo, que esperaba poder documentar contextos similares a los hallados por Alejandro Ramos Folqués en la década de los años 40 del siglo XX. Y, por qué no, llegar a los niveles romanos republicanos e ibéricos antes de concluir los trabajos. Sin embargo, no contábamos con el enemigo silencioso y volátil que nos ha golpeado”, confiesa Gutiérrez.

Es por este motivo, en el marco de la alerta por coronavirus COVID-19 y siguiendo las instrucciones del gobierno y las autoridades académicas, la dirección del proyecto Domus-La Alcudia suspendió temporalmente su actividad arqueológica el viernes 13 de marzo, “con apenas dos semanas de trabajo de campo, para garantizar la seguridad de todos los miembros del equipo (estudiantes, investigadores, técnicos y peones), se protegieron in situ los vestigios descubiertos y se notificaron las medidas adoptadas a las autoridades competentes”, declara la investigadora.

ARQUEOLOGÍA EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Pero dejar de excavar no significa dejar de investigar. En espera de poder retomar las excavaciones en mejores circunstancias y antes de marcharse a casa, el equipo recogió toda la documentación que genera una excavación en curso, tanto virtual como material, incluidos los materiales pendientes de limpieza y catalogación que se trasladaron con el equipo. Para continuar con el trabajo iniciado, han diseñado una estrategia de investigación compatible con el periodo de confinamiento. Desde entonces Domus “ha abierto las puertas de numerosas casas y ordenadores, los de todo el equipo, para seguir trabajando unidos en lo fundamental”, apunta la investigadora. Así, por ejemplo, Víctor Cañavate gestiona la información estratigráfica y fotogramétrica, realizando fichas, matrices, planos y ortofotos de lo excavado; Raquel Bujalance, con la colaboración de Violeta Martínez y Victoria Amorós, lleva al día el inventario de los materiales y cataloga los nuevos materiales; mientras Carolina Doménech estudia los repertorios numismáticos, ambas tareas cruciales para datar los contextos arqueológicos. Julia Sarabia y Sonia Gutiérrez trabajan en la memoria científica del proyecto, que en breve se ofrecerá en abierto a la comunidad científica en el Repositorio universitario, como en años anteriores (fase II y fase I).

Por su parte, Jesús Moratalla ha lavado, ordenado y estudiado los materiales de la última unidad excavada, crucial para establecer la cronología de los últimos restos arqueológicos hallados en la excavación, al tiempo que ha organizado un proyecto colaborativo a través de WhattsApp – el Programa “Tu cerámica me suena”- para que los estudiantes puedan seguir sus prácticas de forma no presencial, catalogando desde casa las piezas cerámicas que podían ser determinantes para la datación de esos restos. Para ello, cada uno ha recibido la fotografía de una pieza para que descubriera la forma, su origen y su cronología, de acuerdo a la bibliografía recomendada.

Las conclusiones han sido de calado, señala Jesús Moratalla, pues varias piezas corresponden al primer tercio del siglo I d.n.e (sigillatas sudgálicas y cerámicas de paredes finas, especialmente, el vaso decorado con un rostro humano, datable entre los años 25-75 d.n.e), “lo que nos permite situar la importante reforma arquitectónica del sector excavado en el gobierno de la dinastía Julio-Claudia. Como por debajo de estos niveles empezaba a aparecer una nueva fase arquitectónica, podemos suponer que la Colonia Iulia Ilici Augusta y los enigmas que su fundación entraña, están esperando que leamos una nueva página del libro de la tierra donde se compila su historia”, concluye Sonia Gutiérrez, resumiendo el sentir del equipo con esta afirmación: “volveremos nuevamente a La Alcudia, a las aulas y a las calles; pero entre tanto el proyecto Domus-La Alcudia sigue ‘abierto por excavaciones’ desde las ventanas virtuales y físicas de las domus de todos sus colaboradores y colaboradoras”.