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15 de noviembre de 2024

Tras ser robado en 2013, un busto de Marco Aurelio regresa restaurado y se presenta en Valladolid

El busto fue robado en 2013 de la iglesia de San Pedro en la localidad leonesa de Quintana de Marco y fue localizado en Córdoba. Mañana se presentará tras su restauración en la feria de turismo cultural AR-PA 2024 que se celebra en Valladolid. 
Busto de Marco Aurelio en la espadaña de la iglesia de San Pedro de Quintana del Marco.

Mañana sábado, a las 11:00 horas, el busto de "Marco Aurelio" de Quintana del Marco -aunque en la localidad se le llamaba San Pedro por estar incrustado en la fachada de la iglesia-, será presentado ante el público en la feria AR-PA de Valladolid, tras una reciente restauración que lo devuelve a su esplendor. La escultura, recuperada en 2013 después de haber sido robada en Quintana del Marco, es una de las piezas más valiosas del patrimonio local, y su exhibición en la feria cultural representa un significativo regreso a la memoria colectiva de la comarca.

El busto, esculpido en mármol en el siglo II, no solo tiene un valor arqueológico, sino que también encierra una compleja historia de identidades y propietarios. Situado durante siglos en la espadaña de la iglesia de San Pedro de Quintana del Marco, fue camuflado como una figura religiosa hasta su identificación como parte de una villa romana, lo que incrementó su relevancia cultural. Sin embargo, el 9 de febrero de 2013, ladrones equipados con arneses se lo llevaron en un robo que resonó tanto en la propia localidad como en el resto de la provincia.

Meses después, la Guardia Civil localizó el busto en Córdoba, en el maletero de un vehículo que intentaba vender la pieza por 80.000 euros. La operación, en la que participaron más de cien agentes, culminó con la recuperación de la escultura y varios detenidos. Desde entonces, la obra ha permanecido en el Museo de León tras un fallo judicial que resolvió un conflicto de propiedad entre el museo y el Obispado de Astorga.

Ahora se puede decir que para la localidad de Quintana del Marco, esta presentación en AR-PA será una oportunidad para recordar y reivindicar la rica historia que acumula tanto el propio pueblo como la comarca, reviviendo su simbolismo cultural. A lo largo de los años, los vecinos han reclamado su regreso a la iglesia de San Pedro, o al menos la instalación de una réplica en su lugar original. Esta demanda también subraya la preocupación por el estado de Los Villares, el yacimiento arqueológico de donde procede la pieza y que, debido al abandono y a saqueos, se ha incluido en la Lista Roja de Patrimonio en riesgo de desaparición, elaborada por la asociación Hispania Nostra.

El estado de conservación de Los Villares, que aún alberga valiosos vestigios romanos, es una asignatura pendiente para la provincia. A lo largo de los años, varios mosaicos de la villa han terminado dispersos entre museos de España y del extranjero, con uno de sus tesoros, el mosaico "Hilas y las Ninfas", expuesto en el Museo de León. A pesar de ser Bien de Interés Cultural (BIC), el yacimiento sigue sin haber sido excavado en profundidad, y los esfuerzos de conservación han sido escasos.

La presentación de este busto romano restaurado representa no solo un momento de orgullo para Quintana del Marco, sino también una llamada a la preservación del patrimonio arqueológico de la provincia de León, con la esperanza de que estas reliquias sean valoradas, protegidas y devueltas a sus comunidades de origen.
Fuente: La Bañeza)

4 de noviembre de 2024

Un puñal de Pintia para iluminar el tiempo de los celtas

El investigador Roberto Matesanz descifra la iconografía de un pomo vacceo hallado en Padilla de Duero, en 1986, descubriendo un calendario con el que releer otros objetos de la céltica europea
Dibujo e imagen de una parte del pomo hallado en PintiaCEVFW

Hay pasajes de la historia que tardan siglos en sacudirse el polvo del tiempo, y ni siquiera revelan sus secretos al ser recuperados para la memoria colectiva. Exhumados sus restos, depositados quizá en algún museo arqueológico, son contemplados cada día por cualquiera sin que nadie sea consciente de los arcanos que encierra. Eso podría decirse de uno de los hallazgos realizados en 1986 en la tumba número 32 de la necrópolis de Las Ruedas, en Padilla de Duero (Valladolid), en el conjunto arqueológico de Pintia. Allí se conservaba una urna cineraria junto a varios objetos que parecían pertenecer al ajuar de un guerrero vacceo: entre ellos, junto al broche de un tahalí, el pomo de un puñal de tipo Monte Bernorio del siglo III antes de Cristo, en plena Edad del Hierro.

A lo largo de estos años, diferentes especialistas interpretaron de forma variada las escenas, tanto la que incluye trece animales desfilando en el borde superior del pomo como la que adorna el reverso, simétrica en su composición, en la que se despliegan tres misteriosas figuras zoomórficas, cuatro animales identificados como suidos –jabalíes o verracos domésticos, como la docena que ocupa el canto– y sendas escenas de combate en los márgenes. Interpretaciones que dotaban a la pieza de una significación económica o productiva, o le asignaban una lectura que apelaba al coraje y la ferocidad propios de la sociedad vaccea. Hasta ahora.

Porque el investigador de la Universidad de Valladolid Roberto Matesanz Gascón ha conectado la rica y misteriosa ornamentación del reverso y el canto del pomo –los motivos geométricos se extienden por el anverso– con el calendario lunisolar celta de finales de la Edad de Hierro, que dividía el año en dos semestres, cuatro estaciones y doce meses –cada uno con dos quincenas separadas por el plenilunio– a los que había que sumar, de forma periódica, uno intercalar para sincronizar las fases –12 lunaciones suman 354 días, de ahí la necesidad de añadir días para sincronizar con el año solar–. Tanto días como meses y años se dividían, a su vez, en dos mitades, una nocturna u oscura y otra diurna o luminosa. Sus eras eran de 30 años.

Una organización del tiempo que se ha podido reconstruir, recuerda el experto, en base a antiguas referencias literarias como Julio César (Guerra de las Galias) y Plinio (Historia Natural), hallazgos como el calendario galorromano de Coligny (siglo II d.C.) y tardías tradiciones gaélicas que apuntan al 1 de noviembre como el inicio del calendario (Samain), comenzando la parte oscura del año, con festividades el 1 de febrero (Imbolc), 1 de mayo (Beltaine) y 1 de agosto (Lugnasad), las cuatro estaciones ya contempladas en los primeros siglos de nuestra era por los pueblos celtas de Irlanda.

«El pomo no solo es el documento iconográfico más importante que existe para comprender cómo concebían los pueblos célticos de toda Europa su ciclo anual durante la protohistoria, sino que, por eso mismo y porque es un objeto cuyo riquísimo programa figurativo se conserva prácticamente completo, es la piedra angular que nos permitirá analizar muchos otros objetos arqueológicos con una composición mucho más sencilla en su ornamentación. Sin las claves interpretativas que proporciona el equipo metálico de la tumba 32 jamás vislumbraríamos su posible significación calendárica», expone Matesanz Gascón, que traza conexiones con otros hallazgos como el llamado ‘Vaso de los Lobos’ de Rauda (Roa, Burgos) o el pectoral lusitano en forma de lúnula de Chao de Lamas.

El historiador, que ya ha defendido su trabajo en foros como la Real Academia de Bellas Artes de Valladolid, de la mano de académicos como Germán Delibes y Eloísa Wattenberg, así como en publicaciones como el Anuario del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg o la prestigiosa Paleohispánica –dependiente de la Institución Fernando El Católico, adscrita al CSIC–, asegura que la investigación iniciada hace ya más de dos años «apenas acaba de comenzar», habida cuenta de «toda la luz que la iconografía del pomo pintiano vierte sobre otros hallazgos arqueológicos o sobre textos antiguos».

Cuál pudo ser la motivación de quien hizo labrar el hierro naviforme: en una sociedad eminentemente ágrafa como era la vaccea, plasmar los ciclos temporales de una forma visual era un «mecanismo de conservación y transmisión de dicho conocimiento». Quien controlaba el tiempo en aquellas sociedades controlaba aspectos fundamentales como las actividades productivas, desde la siembra a la recolección; también las festividades o la vida pública, desde la duración de las sanciones al tiempo en el que un individuo podía ostentar un cargo. Si en la antigua Roma esa misión recaía en los sacerdotes del Collegium Pontificum, era la clase sacerdotal druídica la que se ocupaba de ello entre los celtas, explica el historiador.

«La necesidad de medir el tiempo es un anhelo universal», apunta el arqueólogo Carlos Sanz Mínguez, profesor de la Universidad de Valladolid y fundador y director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg. «La interpretación calendárica es una hipótesis muy coherente y plausible. Existían calendarios vinculados a las élites y esta pieza contiene un conjunto interpretativo completo, con todos los segmentos temporales incluidos, cuando en otros casos es mucho más fragmentario», matiza el que es desde 1985 máximo responsable de las excavaciones en Pintia.

¿Cómo interpretar la iconografía del pomo? 
Según Matesanz Gascón, los suidos, animales de hábitos nocturnos, funcionarían como marcadores de las distintas subdivisiones temporales. Una figura simbólica asociada a la luna, referencia «básica de cómputo en los calendarios lunares y lunisolares».

Al fijar la mirada a uno y otro lado del reverso del pomo se aprecian sendos círculos reticulados junto a dos grandes jabalíes que representarían cada semestre del año: las figuras del lado derecho tienen un contorno doble y las del lado izquierdo, un contorno simple. «Las primeras denotan la parte inicial del año y las segundas, su parte final. Esta dicotomía que opone un mismo motivo trazado con un contorno simple o doble, asociada a conjuntos duodecimales en composiciones iconográficas más sencillas, también aparece sobre objetos prehistóricos de Europa central y de las islas británicas», subraya el historiador vallisoletano. Los combates, apunta, podrían representar tanto duelos celebrados en distintas festividades del calendario como episodios mitológicos en los que se enfrentasen las fuerzas de la luz y de la oscuridad.

En la embocadura del pomo, encarnando las estaciones celtas, otros cuatro suidos desfilan de derecha a izquierda, haciéndose sus cuerpos más abultados a medida que avanza la escena. Una evolución que invita a pensar en que es en el lado diestro donde está representado el comienzo del año.

Y en el canto, a cada lado de la escotadura central, avanzan ordenadas seis bestias, rematando la composición en el extremo izquierdo un decimotercer animal que Matesanz Gascón identifica como un mustélido que encara al resto de suidos, y que él interpreta como el citado mes intercalar. Asimismo, en la parte diestra, la que representa el lado oscuro del año, una figura muy diferente a la del resto de jabalíes o verracos ocupa el cuarto lugar, el correspondiente a la segunda estación del año céltico (Imbolc). Parece un tejón, señala el investigador, que recuerda la costumbre en regiones de Europa central ocupadas en la antigüedad por pueblos celtas de celebrar el 2 de febrero el Día del Tejón como despedida del invierno.

El investigador ilumina las sombras y establece conexiones para armar un relato en el que afloran nombres como el de Estrabón, que en su Geografía aludía a un ‘dios innominado’ celtíbero que era venerado de noche en los plenilunios. «En el ámbito celta, las dos quincenas del mes, que comenzaría con la luna nueva, parecen haber estado separadas por el plenilunio», advierte el estudioso, que dirige la atención al reverso del pomo, a su centro, a los dos conjuntos de 15 molduras que flanquean una figura zoomórfica. «Es la divinidad mencionada por el geógrafo e historiador griego, un icono que desde un punto de vista arqueológico aparece documentado entre esos pueblos peninsulares que él llamaba ‘los celtíberos y sus vecinos del norte’, entre turmogos, cántabros, astures o vacceos», asevera Matesanz Gascón.

Hoy, el «soberbio» pomo descansa como un tesoro más en una vitrina del Museo de Valladolid, sin reclamar gran atención para sí. «Es la mejor pieza de la época prerromana», sentencia un Sanz Mínguez preocupado por el posible deterioro de la reliquia pintiana: desde la restauración que hiciera Cristina Escudero a finales de los ochenta, el óxido ha hecho saltar del hierro la pequeña figura de un pájaro. «Sería conveniente exhibir una réplica y conservar el original en una atmósfera neutra, sin oxígeno, para evitar la corrosión», sugiere el director del Centro de Estudios Vacceos.

‘Un producto conservador del espíritu humano’
En la cabeza de Matesanz Gascón resuenan las palabras del arqueólogo Paul-Marie Duval (1912-1997), a quien cita para explicar el horizonte que se abre al descifrar la iconografía del pomo pintiano, por las conexiones que permite con otros tesoros del pasado: ‘Entre los productos del espíritu humano, no hay nada más conservador que el calendario’. Conexiones cercanas, como con el ‘Vaso de los Lobos’ de Rauda –a unos 20 kilómetros en línea recta de Padilla–, o más lejanas, con broches de tipo Miraveche, monedas britanas o estandartes galos cuya iconografía incluye la presencia de jabalíes o de series duodecimales.

1 de octubre de 2024

Descubren en Valladolid un mausoleo paleocristiano del siglo IV

Los trabajos en el yacimiento de 'Las Calaveras', en Renedo de Esgueva, muestran los restos de un edificio monumental único en la meseta norte
Planta del edificio encontrado en el yacimiento de 'Las Calaveras', en Renedo de Esgueva, Valladolid.

Siglo IV d.C., es la centuria de los emperadores Constantino I o Teodosio I el Grande. Roma se encuentra acosada en su frontera por los bárbaros y la que otrora fuera una civilización urbana, ahora el mundo rural y el cristianismo está tomando el protagonismo. En Hispania, en la meseta, en el valle del río Esgueva, entre las tierras de labranza, se encuentra una estructura cuadrangular y cuatro ábsides, un tipo de construcción del posiblemente vinculado al “mundo paleocristiano ” y con carácter monumental. Los primeros indicios parecen que se trata de un mausoleo, anejo de una basílica, que estaría cerca de una gran villa. Así lo asegura Santiago Sánchez de la Parra Pérez, que junto a la investigadora Sonia Díaz Navarro dirigen la campaña de excavación en el yacimiento romano de 'Las Calaveras', en Renedo de Esgueva.

La primera parte, a falta del trabajo de laboratorio que permita arrojar más certezas sobre los hallazgos. En el entorno del mausoleo se han encontrado “siete inhumaciones completas”, como ha indicado Sánchez de la Parra. Además, de otros restos óseos dispersos que el trabajo agrícola durante generaciones ha removido. “Esto sugiere que hay más enterramientos, pero los huesos están mezclados y fragmentados”, precisa.

Un vuelo aéreo en 1997 localizó el yacimiento

Llama la atención que el yacimiento estuviera a tan solo 15 centímetros de la superficie, por lo que el paso de herramientas como el arado ha castigado unos restos que llevan desde el año 1999 incoados como Bien de Interés Cultural. El hallazgo inicial lo realizó el arqueólogo Julio del Olmo, —actualmente presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid— con un vuelo aéreo en 1997. En resumen, como explica Sánchez de la Parra, las fotografías tomadas con esa técnica permiten diferenciar estructura gracias al “crecimiento diferencial de la vegetación” ya que, en este caso, se puede ver por el color y la forma de la planta.

En todo el yacimiento de 'Las Calaveras' han trabajado en una parcela de 13x13 metros al sur de todo el conjunto. Los primeros indicios muestran una estructura tetraconque con cuatro ábsides paralelos que podrían haber tenido función funeraria, señala el director del proyecto. El edificio, de unos muros de espesor de metro y medio, dataría de los siglos IV o VI d.C. aunque los “estudios preliminares de la cerámica” permiten retrotraerse “más al siglo cuarto que al siglo sexto”.

Para el director de excavación el hallazgo “más significativo” es esta estructura debido a “la monumentalidad que tiene”. “Tenemos que pensar que es una estructura con unos muros muy gruesos, que tendría varias cúpulas, con teselas de vidrio y muchísimos colores en la cubierta, que las estamos encontrando dadas la vuelta ya derruidas, y varios trozos de mármol que vienen de diferentes zonas de la península y del mundo —en concreto del Peloponeso, en Grecia—”, indica.

“Tendríamos que imaginarnos un edificio majestuoso, bastante grande y todo lleno de color y decorado. La importancia de todo el conjunto es la singularidad arquitectónica ya que no tenemos un conjunto así en toda la meseta norte”, relata Sánchez de la Parra.

Otra característica singular es su modelo arquitectónico, que también seguirá la basílica cercana aún por excavar, ya que sería “puramente norteafricano” extendido principalmente en la mitad sur “desde Badajoz hacia el sur”, comenta el investigador. Este conjunto y los de Marialba en León,, la basílica de la Villa de Fortunatus, en Huesca y la basílica paleocristiana de Ampurias, en Sant Martí d’Empúries, en Gerona son los vestigios más antiguos de basílicas paleocristianas la Península.Eso sí, matiza que “ninguna” sigue el modelo arquitectónico de ‘Las Calaveras’.

Lo que se sabe de la biografía del yacimiento, como detalla Sánchez de la Parra, es que se encontraba en un entorno completamente rural en el que comienzan a proliferar las grandes villas a partir del siglo IV. En la meseta es el modelo extendido “por las propias características geográficas y de la riqueza del suelo”. Hay grandes ejemplos como las villas de Almenara-Puras, en la provincia de Valladolid, o la de la Olmeda, en Palencia.

Las hipótesis sobre 'Las Calaveras' pasan porque la villa tenía su origen en una edificación de peristilo en la que nunca se ha intervenido y que está visible desde la zona de excavación. Esta teoría no está confirmada ya que las fotografías aéreas no reflejan una continuidad entre ambas estructuras.
Origen

El origen del mausoleo estaría en torno a lugar de enterramiento de una persona o familia importante de la zona. De momento, han localizado un cementerio con unas siete inhumaciones completas además de los restos casi un centenar de personas. De forma más superficial a los muros y las sepulturas se han hallado “un nivel” previo con muchos “huesos inconexos”. “Por la cantidad de huesos que estamos localizando creemos que podría llegar a centenar, pero bueno, evidentemente eso es una impresión desde el campo”, apunta Sánchez de la Parra.

Sobre el método de enterrar los cuerpos, Sánchez de la Parra indica que es muy similar en todos los casos: ladrillo, teja, piedra y mortero de cal. Una fórmula simple con materiales comunes y sin grandes ajuares salvo los hallazgos de teselas de mosaico que vendrían del edificio.

A falta de las pruebas con Carbono 14, estos enterramientos serían posteriores a la construcción del edificio. Por el momento, los hallazgos en los restos muestran signos de “estrés estrés físico bastante fuerte del tipo artrosis”. “A menos que sean personas de edad muy avanzada, que eso lo tenemos que ver luego en laboratorio cuando limpiemos bien los huesos, probablemente tuvieran unas condiciones de vida muy duras debido a que tenían un trabajo físico”, explica Sánchez de la Parra.

Entre los restos óseos de cuatro de las inhumaciones también han encontrado metal a modo de “una especie de pulseras”, como afirma el investigador. Tampoco han encontrado nada de cerámica u objetos preciosos algo que hacen que el director del yacimiento piense “más en el cristianismo que en otra que en otra en otro tipo de cultura”.

El trabajo de laboratorio va permitir conocer la cronología. Es posible, como matiza Sánchez de la Parra, que los restos inhumados de los niveles inferiores serían los del siglo IV, vinculados al mausoleo. Los más superficiales estarían en el uso de la basílica y la concepción de enterramiento cristiano cercano a la iglesia actual.

De la misma forma que conocer la vida de los edificios, la muerte del mausoleo y la basílica vendría a partir “del siglo sexto, siglo séptimo o siglo octavo” a mano de los visigodos que reaprovechan muchas de las estructuras. Al menos, ha sobrevivido al expolio “moderno” a pesar del daño sufrido por el arado.

Los trabajos de excavación, financiados por el Instituto de Promoción Cultural Arcadia de la Fundación Universidad de Valladolid y apoyados por el Ayuntamiento de Renedo y la Comandancia Militar de Valladolid y Palencia, se han realizado en este mes de septiembre. Los siguientes pasos a dar son elaborar un informe para remitirlo a la Junta de Castilla y León y buscar una financiación que permita estudiar la historia del yacimiento de 'Las Calaveras' de Renedo de Esgueva.

16 de enero de 2024

Un agricultor destruye parte del yacimiento vacceo de Pintia (Valladolid)

El informe preliminar elaborado por los arqueólogos apunta que la zanja de riego ejecutada por el agricultor se extiende a lo largo de 230 de los 260 metros de longitud que median entre el arroyo de La Vega o Pajares (donde se encuentra un hidrante) y el camino de Las Quintanas. Tiene un metro cuarenta de profundidad y medio metro de anchura, y rompe la muralla de la barriada suroccidental de la ciudad de Pintia
La Junta de Castilla y León se personará contra él por causar «muchísimo daño» y destruir «en una mañana el trabajo realizado por los arqueólogos en los últimos doce años», subraya el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja
Zanja para riego que ha afectado de forma irreversible a parte del yacimiento de Pintia en Padilla de Duero (ICAL).

Mal comienzo de año para el patrimonio cultural de Valladolid. Un agricultor ha destrozado 200 metros lineales del yacimiento arqueológico de Pintia en Padilla de Duero, al lado de Peñafiel. Son los restos de una ciudad vaccea, y por tanto milenaria, que a partir de ahora podrá contar con menos detalle el pasado de los hombres a orillas del Duero. El Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg de la Universidad de Valladolid, coordinadora de las excavaciones y estudios realizados en el lugar, denunció el acto vandálico el pasado sábado, con un comunicado en su página web: «Abrimos el año de la peor forma posible, con un nuevo atentado contra la Zona Arqueológica Pintia (ZAP), recordemos, Bien de Interés Cultural desde 1993», apuntó el centro. «En esta ocasión, se trata de una zanja (otra más, cuánto picador desaprensivo suelto), realizada los pasados días 11 y 12, que ha venido a partir en dos el poblado de Las Quintanas».

La destrucción en el yacimiento «ha sido realizada a conciencia: 1,40 metros de profundidad x 0,5 metros de ancho x 230 metros lineales», detalló la entidad, dedicada al estudio de la civilización vaccea y con sede en Padilla de Duero. Los responsables del yacimiento avisaron al agricultor, explican en su comunicado, de que las rejas del arado «no pueden bajar en la ZAP más allá de 30 centímetros para no afectar a los niveles arqueológicos», a lo que el agricultor respondió que no lo sabía.

«El estrago se traduce en unos 1.200 metros cúbicos de terreno afectados, donde el patrimonio arqueológico ya ha sido alterado y carece por tanto de un contexto específico que permita su correcta interpretación», señalan desde la Universidad. El volumen de información destruida «supera en un tercio al volumen de excavaciones con metodología arqueológica (900 metros cúbicos) realizado a lo largo de doce años de investigaciones en Las Quintanas, en la zanja de excavación situada a tan sólo 120 metros del expolio realizado».

A la vista de los destrozos el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, y el director general de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Prieto, visitaron en la mañana de este lunes el yacimiento, para conocer su estado después de que el agricultor ejecutara con dos máquinas y «sin ningún tipo de permisos», apuntó Santonja, la zanja, que iba a destinarse a riego, a lo largo de 230 metros de una tierra de cultivo situada en pleno yacimiento, provocando daños irreparables.

Agentes del Seprona paralizaron las obras tras la denuncia realizada por el director del yacimiento y del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, Carlos Sanz, y este lunes Santonja confirmó que la Junta se personará en la causa contra el responsable de esta «fechoría» que ha causado «muchísimo daño», destruyendo «en una mañana el trabajo realizado por los arqueólogos en los últimos doce años». apuntó en declaraciones que recogió Ical. «Hay que respetar las leyes y, si alguien las infringe, el estado de derecho tiene mecanismos para defenderse. En este caso ha intervenido el Seprona, la denuncia está cursada y nosotros vamos a hacer un informe exhaustivo y vamos a reclamar los daños que se hayan producido», explicó.

«Hay muy pocos yacimientos de esta entidad en todo el país, que abarquen desde la Edad del Bronce hasta los visigodos, que atesoren una ciudad vaccea, una ciudad-estado con su propia necrópolis y un barrio alfarero, como la ciudad de Pintia. Es un yacimiento importantísimo que está siendo muy bien estudiado en la Universidad de Valladolid», señaló Santonja. El consejero denunció que «no se puede entender» que un yacimiento como Pintia, que cuenta con la declaración como Bien de Interés Cultural desde 1993, hace más de treinta años, sufra un ataque así. «Estamos esperando los informes, pero la imagen es absolutamente desoladora», censuró antes de denunciar que «esto no es admisible». Según defendió, «la arqueología y yacimientos arqueológicos que son BIC son como las iglesias, como las catedrales, tienen exactamente la misma entidad. Son absolutamente sagrados, hay que respetarlos y es inadmisible que se atente contra ellos».

El informe preliminar elaborado por los arqueólogos apunta que la zanja ejecutada se extiende a lo largo de 230 de los 260 metros de longitud que median entre el arroyo de La Vega o Pajares (donde se encuentra un hidrante) y el camino de Las Quintanas. Tiene un metro cuarenta de profundidad y medio metro de anchura, y rompe la muralla de la barriada suroccidental de la ciudad de Pintia.

Se trata, apuntan, de una de las zonas más densamente pobladas, que pudo haber sido el punto de origen de la ciudad, por su trazado de orientación diferente, donde se acumulan más de cuatro metros de estratigrafía y una secuencia de 1.200 años de historia. La destrucción afecta a una superficie de 322 metros cuadrados y 1.610 metros cúbicos, y el volumen de información arrasada supera en un tercio al volumen de excavaciones realizadas con metodología arqueológica (900 metros cúbicos) a lo largo de 12 años de investigaciones en Las Quintanas, en la zanja de excavaciones situada a tan solo 120 metros del expolio realizado.

Gran tristeza y un mensaje claro
Por su parte, Carlos Sanz aseguró que «la riqueza del yacimiento es apabullante» y que en estos momentos se encuentran catalogando alrededor de 30.000 piezas. «Son muchos años de trabajo minucioso, intentando recuperar el contexto de las cosas, porque ese es el que nos sirve para reconstruir la historia. Los objetos en sí mismos tienen un valor relativo, pero lo importante es cómo se articulan», afirmó en alusión a «la esencia de la acción arqueológica».

A su juicio, «se ha destruido una parte sustancial del yacimiento, que puede parecer muy pequeña porque el yacimiento es muy grande». «Que en apenas dos días se pueda haber eliminado una información tan preciosa, en un yacimiento tan excepcional, solo deja una sensación de gran tristeza», valoró. Al mismo tiempo, Sanz aplaudió la «determinación» y la rápida reacción del consejero de Cultura, algo que «no se había producido en otros casos en legislaturas anteriores» y defendió que es fundamental transmitir la idea de que «el patrimonio hay que respetarlo en su integridad». «Frente a una tropelía como esta una acción inmediata es la forma más clara de mostrar a quien no quiere entenderlo después de 30 años de declaración de BIC que esto es un lugar estratégico», explicó.

«Poner puertas al campo y controlar los 23.000 yacimientos que hay catalogados en Castilla y León es muy difícil, pero hay que cuidar especialmente los que son realmente estratégicos y cuentan con la declaración BIC. Hay que lanzar un mensaje claro de que los bienes patrimoniales deben respetarse en su integridad», concluyó. Sobre los mecanismos de protección frente a otro tipo de expolios, Santonja recalcó que «no se puede entrar en un yacimiento con detectores de metales, ni se pueden hacer agujeros en esos terrenos de la misma manera que no se pueden robar carteras ni saltar semáforos. Es absolutamente ilegal. Es un delito y la ley hay que cumplirla. Si cualquier persona pasea por un yacimiento y ve a otro haciendo una zanja tiene la obligación de denunciarlo. El patrimonio es de todos, y quien tolera esto se está causando un año a sí mismo, a sus padres, a sus hijos y a sus nietos», remachó.

2 de octubre de 2023

Documentan una muralla defensiva en el yacimiento campaniforme de Peñafiel (Valladolid)

Arqueólogos de las universidades de Burgos y Valladolid constatan la existencia de una muralla defensiva, de unos 100 metros de longitud y 2,5 metros de anchura, en el yacimiento campaniforme del Pico de la Mora, próximo a la localidad vallisoletana de Peñafiel.


La campaña de excavaciones de 2016 en el Pico de la Mora, situado en las proximidades de la localidad vallisoletana de Peñafiel, ha concluido recientemente con hallazgos realmente interesantes. La mayor novedad ha sido la constatación de que el lugar, que estuvo ocupado en época campaniforme (entre el 2500 y el 2000 antes de Cristo), se encontró protegido por una construcción de carácter defensivo la cual probablemente fuera erigida en aquellos momentos.

Hasta la fecha la posible muralla se conocía a partir de algunas prospecciones superficiales y varios fotogramas aéreos pero durante diez días de este último mes de agosto un grupo de siete investigadores ha llevado a cabo unos trabajos arqueológicos que han intervenido en uno de los puntos (sector septentrional) de su trazado y ello ha permitido reconocer algunos rasgos de su estructura constructiva. En resumidas cuentas, se ha averiguado que esta muralla de unos 100 metros de longitud y 2,5 metros de anchura debió contar con un tosco paramento, tanto al interior como al exterior. 

En efecto, en algunos puntos del recorrido se reconocen una serie de grandes bloques de caliza de entre medio y un metro de anchura, situados en la base de la estructura, que aparecen alineados y que sirvieron para soportar los empujes del relleno. Éste, integrado fundamentalmente por un cúmulo de cantos de caliza de tamaño pequeño/medio mezclado con tierra, contiene también algunos interesantes materiales arqueológicos. 

A falta de dataciones absolutas, que se realizarán en breve a partir de los “carbones” que han sido recuperados entre el relleno, tales artefactos han permitido la adscripción al “horizonte Campaniforme” de esta obra: Efectivamente, diversas cerámicas lisas y algunos útiles líticos como una pequeña lámina de sílex son fácilmente paralelizables con los que aparecen en yacimientos campaniformes cercanos (por ejemplo: Pico del Castro, en Quintanilla de Arriba, Valladolid).

Estos trabajos han sido efectuados por un grupo de investigación dirigido por el profesor de la Facultad de Historia, Patrimonio y Comunicación de la Universidad de Burgos (UBU) Dr. José Antonio Rodríguez Marcos y por el Dr. por la Universidad de Valladolid (UVa) Rodrigo Villalobos García (quien ha dirigido los trabajos de campo) y financiados por la Junta de Castilla y León.

Otros de los resultados son la constatación de que el lugar conoció una actividad propia de un pequeño hábitat hace unos 4.500 años. Esto queda probado por algunos hallazgos que se han recogido, dispersos por la superficie y laderas del alto, y en una cata que se ha abierto en el interior del recinto. En este sentido cabe señalar la presencia de un diente de hoz con pátina de haber segado cereal, algún objeto de barro relacionado con el hilado (fusayola), un buen número de núcleos de sílex y restos de talla del mismo material, y, sobre todo, un conjunto de cerámicas, la mayor parte de las cuales aparecen sin decoración y que vienen a sumarse a otras también lisas y a las pocas decoradas con motivos campaniformes que se habían recuperado en años anteriores sobre la superficie del área ocupada por el yacimiento.

Las diferentes pruebas recogidas y muestras y observaciones realizadas en el Pico de la Mora configuran un conjunto ciertamente homogéneo desde el punto de vista de su atribución cronológica y ponen en evidencia que el lugar, en efecto, dio cobijo a un pequeño pero interesante asentamiento que fue habitado, en exclusiva, a finales del periodo Calcolítico de la Meseta Norte Española, durante el desarrollo de la denominada “etapa del Vaso Campaniforme”. En este momento los moradores del lugar erigieron una muralla que protegía el acceso al poblado; la cual, por cierto, constituye la más antigua construcción que, de esta clase, se conoce en todo el sector central de la Meseta castellanoleonesa.
Un proyecto científico con perspectiva de futuro

La breve campaña que se ha realizado en Pico de la Mora ha abierto, sin duda, importantes expectativas a futuras campañas arqueológicas a desarrollar en este enclave. Por resumir, diremos que resultaría sumamente interesante completar la reconstrucción de las características de la muralla que cerró el hábitat Campaniforme, así como también lo sería reconocer las principales características del espacio habitado que se instaló sobre el Pico de la Mora. Ambos extremos tienen el indudable interés por el escaso conocimiento que, sobre ambos aspectos, tiene la “ciencia arqueológica” en la actualidad.

9 de marzo de 2023

Descubren los restos del antiguo castillo de Valladolid

Los vestigios del castillo de la ciudad, datados en el s.XII, están localizados en el actual complejo de San Benito. Javier Moreda, responsable del equipo de arqueólogos, ha destacado la dimensión del hallazgo porque se trata de descubrir los orígenes de la ciudad.

El alcazarejo fue la primera edificación defensiva cuando se produjo la separación de los Reinos de León y Castilla. Valladolid se convirtió con esta fortaleza en un punto seguro capaz de atraer a los habitantes de las poblaciones más cercanas. El patio es el lugar donde están los restos arqueológicos, según han comprobado el alcalde, Óscar Puente, junto al concejal de Planeamiento Urbanístico y Vivienda, Manuel Saravia; la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo; y la concejala de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, María Sánchez. Las excavaciones de las campañas de 1989 y 1990, en las que también estaba el arqueólogo Miguel Ángel Martín, permitieron localizar restos de la antigua villa. Hoy se puede ver, entre otros elementos, uno de los cubos circulares de la antigua fortaleza.

Esta obra que se realiza en San Benito es fundamental para habilitar el patio como el espacio que acogerá temporalmente el registro y el departamento de atención a los ciudadanos cuando comiencen las obras de remodelación de la Casa Consistorial con criterios de eficiencia energética, según el proyecto financiado con Fondos Europeos.

Javier Moreda, responsable del equipo de arqueólogos, ha destacado la dimensión del hallazgo porque se trata de descubrir los orígenes de la ciudad. La cronología del alcazarejo constata que se levantó en el periodo de Alfonso VII, llamado «el Emperador» (1105- 1157). El castillo estuvo en pie hasta 1702, cuando se derribó la estructura para construir la nueva edificación.

21 de febrero de 2023

Investigado por realizar obras dentro de un yacimiento arqueológico en Valladolid

La obra realizada consistió en el alzamiento de planta sobre un edificio protegido en el yacimiento protegido de Castroponce.
Lugar donde se ha llevado a cabo la obra ilegal. Subdelegación del Gobierno de Valladolid

La Guardia Civil de Valladolid investiga a una persona de 58 años por realizar obras no autorizadas en el Yacimiento Arqueológico de Castroponce, en Valladolid. La obra realizada consistió en el alzamiento de planta sobre un edificio protegido. El investigado se enfrenta a un posible delito sobre la ordenación del territorio y el urbanismo y a una pena de prisión de un año y seis meses a cuatro años y a una multa de doce a veinticuatro meses.

Según informa la Guardia Civil a través de un comunicado, la Benemérita tras tener conocimiento de la realización de obras ilegales en la zona protegida, procedió a la comprobación de los hechos y a la realización de las inspecciones (ocular y urbanística) de las obras denunciadas. Tras recabar información de las distintas administraciones competentes, concluyó que las obras realizadas no son autorizables.

La parcela, situada en el paraje 'El Castillo', se encuentra dentro de la delimitación del bien arqueológico denominado 'Castroponce', catalogado tanto en el Sistema Integrado de Gestión del Patrimonio Cultural (PACU) de la Junta de Castilla y León como en el catálogo de las normas urbanísticas territoriales de la provincia de Valladolid.

Además el lugar está adscrito al Régimen de Protección Común, como lugar arqueológico y al Régimen de Protección de los Bienes de Interés Cultural (BIC) denominada 'La Fortaleza', que se corresponde con el cerro fortificado de la Edad de Hierro y de un espacio catalogado como bien etnológico de la provincia de Valladolid.

El Seprona de Valladolid ha instruido las diligencias que fueron remitidas al Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción de Guardia de Medina de Rioseco (Valladolid) y copia del mismo a la Fiscal Delegada de Medio Ambiente y Urbanismo de la Audiencia Provincial de Valladolid.

31 de mayo de 2020

Los secretos del yacimiento de O'Donnell en Valladolid

Los trabajos en la excavación de la calle Constitución han permitido documentar una capilla de la que no se tenía evidencia, así como su uso funerario
Esqueletos encontrados en la excavación arqueológica de la calle Constitución / J. SANZ
La excavación realizada en la calle Constitución de Valladolid y que ha suscitado gran interés tanto en España como en Irlanda por la posibilidad de dar con los restos del noble Hugh O'Donnell ha permitido unos hallazgos arqueológicos cuya importancia va más allá de la búsqueda del héroe irlandés.

Así lo destaca una de las arqueólogas al cargo de estos trabajos, Olatz Villanueva, quien subraya la importancia de este estudio por los hallazgos tanto arquitectónicos de lo que un día fue el desaparecido convento de San Francisco, como óseos, al margen de sus identidades. «La historia de las personas anónimas también es importante», defiende al profesional en declaraciones a Europa Press.

En este sentido, Villanueva señala que estos trabajos arqueológicos han permitido documentar una capilla de la que hasta ahora «no se tenía evidencia», así como mostrar su uso a nivel funerario.

La excavación, que comenzó el pasado 18 de marzo y podría prolongarse hasta mediados de la semana próxima, tardó en avanzar debido a la interferencia de elementos de construcciones contemporáneos como tuberías, conducciones o cableado, si bien una vez superada esa fase han podido centrarse en el aspecto arqueológico para definir la estructura de la capilla del antiguo convento y los niveles de enterramientos, con bastantes restos humanos descontextualizados por intervenciones posteriores.

Más adelante han podido dar con enterramientos, algunos de ellos correspondientes a osarios y una decena de sepulturas en fosa o incluso con ataúdes, pues en al menos dos casos se toparon con huellas de la madera de estos féretros.

Aunque estos enterramientos podrían datarse de la Era Moderna, aún es pronto para establecer la antigüedad de los mismos, como reconoce la arqueóloga.

Sin embargo, ha sido la posibilidad de que entre las personas allí inhumadas esté el famoso 'Red' Hugh O'Donnell la que ha puesto el foco mediático sobre la excavación.


SIN DEDOS GORDOS EN LOS PIES
La ausencia de las falanges de los dedos de los pies de alguno de los restos humanos permitiría relacionarlos con los del 'rojo' Hugh, a quien se le amputaron después de que sufriera la congelación de los mismos en su huída del castillo de Dublín en enero de 1592, con 20 años, donde llevaba cinco confinado por designio de las autoridades inglesas en la isla, que buscaban evitar una alianza entre los clanes O'Donnel y O'Neill.

En cualquier caso, un análisis de ADN permitiría, si los restos encontrados correspondieran a los de O'Donnell pero se encontrarán incompletos, corroborar los lazos con sus descendientes, algunos de los cuales residen en España, lo cual requeriría de fondos para realizar estas pruebas.

El desarrollo de la excavación se ha visto condicionado, además, por la crisis sanitaria del coronavirus, que ha obligado a implementar medidas de distanciamiento entre los arqueólogos.

21 de febrero de 2019

La obras de un parque eólico afloran restos de la Edad de Bronce en Tordesillas

El futuro parque eólico, en el que se invertirán nueve millones de euros, se levantará así sobre un yacimiento de hace tres mil años que fue descubierto en los años setenta, pero en el que «apenas se han realizados intervenciones arqueológicas serias»
La excavadora junto a los viales abiertos para el futuro parque eólico. J.S.
El altozano que divide los términos municipales de Tordesillas y Velilla (Valladolid), conocido como el cerro de Carricastro o Carrecastro, comenzó a escupir retazos de historia a medida que una enorme excavadora de cincuenta toneladas dibujaba sobre el terreno los viales del futuro parque eólico que una empresa está levantando allí. Restos de cerámicas y piezas de granito labradas salieron a relucir prácticamente a cada dentellada de la máquina. Vestigios de un pasado muy lejano, que los expertos sitúan en el entorno de la Edad de Bronce (hace unos tres mil años), cuando los arqueólogos creen que pudo florecer en este cerro una metrópoli prerromana aún por descubrir. «El yacimiento ya era conocido y en cuanto han comenzado los trabajos de desbroce y los movimientos de tierra han comenzado a salir los restos esperados», explica el arqueólogo Ángel Palomino, responsable de supervisar unas obras que, según quiso dejar claro, y así lo confirma el alcalde de Tordesillas, José Antonio González Poncela, «cuentan con todos los permisos de Patrimonio y medioambientales para instalar cuatro aerogeneradores bajo un riguroso control arqueológico de las obras».

El futuro parque eólico, en el que se invertirán nueve millones de euros, se levantará así sobre un yacimiento de hace tres mil años que fue descubierto en los años setenta, pero en el que «apenas se han realizados intervenciones arqueológicas serias» y que se asienta sobre una tierras de cultivo de las que sí se han recogido en los últimos lustros una serie de «vestigios de la Edad de Bronce» al paso de los arados, como piezas de granito labradas para la molienda del cereal, puntas de bronce o moldes para trabajar el metal que se conservan actualmente en el Museo Arqueológico de Valladolid (Palacio de Fabio Nelli). Piezas similares, como las que se muestran en las fotografías tomadas ayer, han salido ahora a relucir durante los primeros trabajos de construcción del parque eólico. «Comenzamos la semana pasada, informamos a Patrimonio y el viernes ya vino un arqueólogo a examinar los trabajos», resume Ángel Palomino antes de incidir en que ahora «toca concretar los puntos en los que se realizarán las correspondientes catas en función de la ubicación de los viales y de las bases de los aerogeneradores para examinar el terreno y catalogar los vestigios que surjan».

El alto del cerro de Carricastro, por ahora, deja entrever «estructuras excavadas en el suelo, que pudieron ser hoyos para cabañas o escombreras de una incipiente industria del metal», añade el experto.

Pero los restos de cerámicas, incluidas algunas bocas identificables de vasijas, que están diseminados por el terreno a raíz de los primeros movimientos de tierras desataron las alarmas entre los vecinos que habitualmente pasean por el cerro. «Queremos dejar claro que los trabajos cuentan con todos los permisos y que, además, queremos aprovecharlos para que se lleve a cabo por vez primera un trabajo arqueológico para sacar y datar los restos de este yacimiento con el fin de ponerlos en valor», anticipa el alcalde de Tordesillas, quien anuncia que este viernes, a las 19:30 horas, se ofrecerá una charla en el Auditorio a cargo del citado arqueólogo sobre los trabajos a realizar y las futuras catas.

VISITAS ESCOLARES
«Nunca se ha examinado el cerro en condiciones ni se ha promovido su puesta en valor por parte de la Junta, que es la que tiene las competencias en la materia, a pesar de conocerse el enorme valor histórico de este yacimiento y ahora, por fin, podemos ponerlo en valor», reitera José Antonio González Poncela, quien anticipa que tienen intención de «realizar visitas de escolares durante las labores arqueológicas para que conozcan su trabajo».

El parque eólico, cuya construcción se paralizó ayer al «averiarse la excavadora», se levantará en el cerro de Carricastro condicionado por los resultados de las prospecciones arqueológicas. Los cuatro aerogeneradores, con una altura de 93 metros, estarán rodeados de tierras de cultivo que continuarán labrándose como hasta ahora sobre un yacimiento que aún está por descubrir y que ni siquiera está señalizado como tal. A él se accede por un sendero que parte de la carretera provincial VA-515, situado a medio camino entre Tordesillas y Velilla. El acceso, eso sí, se restringirá durante las obras para evitar posibles expolios y por cuestiones de seguridad.

15 de junio de 2016

Comienza la nueva campaña de excavaciones en la ciudad vaccea de Pintia, en Padilla de Duero (Valladolid)

El Centro de Estudios Vacceos organiza en el yacimiento el programa Arqueología en Familia y el III Ciclo de Cine Arqueológico
Alumnos de los cursos realizados en el primer turno de junio. FOTO: CENTRO ESTUDIOS VACCEOS.
La zona arqueológica de Pintia en Padilla de Duero cuenta con 19 alumnos extranjeros matriculados en la XXVII campaña de excavaciones que se desarrolla en el yacimiento vacceo. El primer turno comenzó a excavar el 30 de mayo y mañana se clausurará el curso, el segundo durará del 20 de junio al 7 de julio y el último, del 11 al 28 de julio.

La mayor parte de los alumnos, de entre 19 y 70 años, proceden de Estados Unidos, y se han dedicado a excavar las tumbas 296 y 297 de la necrópolis de Las Ruedas, en las que han aparecido una treintena de estelas funerarias. Aunque cada año se añaden nuevas tumbas al catálogo del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, su director Carlos Sanz Mínguez, señala que «los 297 enterramientos descubiertos están todavía distantes del medio millar que perseguimos obtener para hacer una relectura desde la perspectiva de la arqueología de la muerte»,.

Sobre la excavación en esas dos tumbas en las que se ha centrado el inicio de esta campaña, apuntó Sanz Mínguez que la alta densidad de estelas funerarias de los siglos II y I antes de Cristo localizadas sobre el terreno «nos hace albergar grandes esperanzas sobre la conservación de los conjuntos de han de aflorar en el segundo turno de excavaciones».

El pasado verano fueron una treintena los estudiantes internacionales que recalaron en Pintia frente a los 19 de esta edición, una caída «coyuntural» que Sanz Mínguez atribuye al cambio en la propiedad de Archeospain, empresa intermediaria que se encarga de captar alumnos extranjeros.

III CICLO DE CINE ARQUEOLÓGICO
Al igual que el año pasado, se organizará el III Ciclo de Cine Arqueológico en Pintia, que comenzará el domingo 14 de agosto y continuará los sábados 20 y 27 de ese mes. A las 22:00 horas se proyectarán los filmes ‘En busca de Djehuty: entre momias, tumbas y jeroglíficos’, de Javier Trueba y José Latova; ‘Petra, capital del desierto’, de Olivier Julen, y ‘Los secretos del coliseo’, de Paul Rambaud.

"ARQUEOLOGÍA EN FAMILIA"
También tendrá continuidad el programa de Arqueología en Familia (hay cuatro familias apuntadas para esta edición) y a lo largo de junio, julio y agosto se desarrollarán visitas guiadas individuales o para grupos sin necesidad de concertación, de miércoles a domingo a las 10:30 y a las 12:30 y a las 17:30 y 19:30 horas, con inicio en el Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg en la Plaza Mayor de Padilla de Duero.

(Fuente: El Norte de Castilla)

20 de agosto de 2015

Las excavaciones en Matallana (Valladolid) ponen al descubierto un horno cerámico del S. XIII

Las características del horno y los materiales cerámicos a él asociados permiten datarlo en Época Medieval. Más en concreto, y a tenor de la gran extensión del complejo alfarero su funcionamiento debe ponerse en relación con las obras de construcción del vecino monasterio cisterciense de Santa María de Matallana.
Desde finales del mes de julio se vienen realizando excavaciones arqueológicas en la finca Coto Bajo de Matallana, en el marco de un Curso de Arqueología organizado por la Diputación Provincial de Valladolid en colaboración con el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UVA. En el trabajo participan, repartidos en dos turnos, estudiantes de la universidad vallisoletana así como de las de León, Autónoma de Madrid, Málaga, Cantabria, Salamanca, Santiago de Compostela y Sevilla.

HUELLAS MAGNÉTICAS
Las excavaciones se han planificado en esta nueva campaña utilizando como punto de partida una cartografía geomagnética del yacimiento efectuada por el profesor H. Becker, del Instituto Geofísico de la Universidad de Munich, en la cual se aprecian perfectamente tres fosos concéntricos que circunvalan la aldea de la Edad del Cobre conocida con el nombre de El Casetón de la Era. Concretamente la intervención arqueológica de 2015 se sustancia en dos puntos del yacimiento en los que se registran importantes huellas magnéticas: un tramo del segundo foso, en cuyo relleno se han recuperado multitud de restos prehistóricos (huesos de animales, adobes, cerámicas, objetos tallados en piedra…) que el C-14 data entre el 3000 y 2500 a.C., y un espacio localizado a pocos metros al Oeste del mismo, en el que la magnetización era particularmente acusada, que ha resultado ser un área alfarera de época medieval en la que se producían materiales de construcción.

Reviste gran interés la localización en este segundo sector de hoyos o testares en los que los antiguos alfareros tiraban los productos abortados, casi siempre pasados de cocción. 


HORNO CERÁMICO
Pero el principal descubrimiento es, sin duda, un horno destinado a la elaboración de tejas del que ha sobrevivido hasta el presente la cámara de combustión o caldera. Consiste en una fosa rectangular excavada en el substrato natural, con las paredes enlucidas con barro y tres grandes arcos que la cruzan en perpendicular con el fin de dar apoyo a un suelo perforado o parrilla. Se trata, evidentemente, del espacio que acogía la leña cuya ignición proporcionaría el calor necesario para la cocción de los productos cerámicos, dispuestos sobre la parrilla, en el interior de una segunda cámara (el laboratorio) de la que no sobrevive resto alguno..

Las características del horno y los materiales cerámicos a él asociados permiten datarlo en Época Medieval. Más en concreto, y a tenor de la gran extensión del complejo alfarero (el magnetómetro detecta más de medio centenar de estructuras semejantes que ocupan un área de 160 por 60 m), su funcionamiento debe ponerse en relación con las obras de construcción del vecino monasterio cisterciense de Santa María de Matallana, cuyas ruinas aún se pueden visitar a unos 200 m al Oeste del yacimiento. La construcción de tan magno edificio, que se extendió a lo largo de la primera mitad del siglo XIII, requirió sin duda de ingentes cantidades de ladrillos, baldosas, tejas y otros productos cerámicos cuya elaboración debió tener lugar en el taller alfarero que la presente campaña de excavaciones se esfuerza en sacar a la luz.

(Fuente: El Norte de Castilla)

3 de agosto de 2015

Hallan cuatro sepulturas del siglo V en las Villas Romanas de Almenara-Puras (Valladolid)

Se suman a las seis ya descubiertas en la necrópolis en años anteriores. Una de las sepulturas está forrada de piedras calizas y junto a ella hay una plataforma que bien podría haberse utilizado para celebrar algún tipo de rito.
Tres de las sepulturas se han encontrado intactas.  FOTO: CADENA SER
Cuatro tumbas del siglo V, época tardo-romana, se han encontrado en el Tercer Campo de Arqueología del Museo de la Villa Romana de Almenara-Puras. Estas se suman a las seis ya descubiertas en la necrópolis años anteriores. En dos de ellas se puede apreciar bien los esqueletos. La más singular está forrada de piedras calizas y al lado, se aprecia una plataforma que podría haberse utilizado para celebrar algún tipo de rito. «Nos la hemos encontrado expoliada, sin persona ni ajuar, lo que nos indica que perteneció a un personaje destacado», explicó Carmen García, catedrática de Arqueología de la Universidad de Valladolid.

SEPULTURAS INTACTAS
Además, García comentó que es posible encontrar más necrópolis en la zona. Las otras tres sepulturas se han encontrado intactas, aunque en diferentes grados de conservación. Respecto a la edad de los individuos, el profesor de Anatomía de la UVA, Félix de la Paz, explicó que solo es posible determinar el período de edad, en lugar de los años exactos. También si sufrieron alguna patología que tuviera repercusión ósea o padecieron malnutrición. Sin embargo, a simple vista, los especialistas deducen que uno de los esqueletos podría ser un hombre por la fortaleza de las rótulas.

Margarita Sánchez, arqueóloga del museo, ilustró sobre la importancia de los hallazgos. «No solo se trata de un descubrimiento que se plasmará en un libro, sino que tendrá repercusión en la gente que venga a visitarlo», dijo. Las guías ya han incluido las tumbas como parte de la visita del museo para mostrar los métodos de sepultura en la época tardo-romana.


El futuro de los estudios estará enfocado a las excavaciones agropecuarias. «Es información muy importante para conocer más sobre la economía y las labores en el campo. Todavía queda mucho trabajo por hacer aquí pero hace falta mucho dinero», afirmó la catedrática.

Los trabajos comenzaron el pasado día 20 en la zona de la necrópolis. Gracias al convenio de la Diputación con la Universidad, cinco alumnos del Grado de Historia tuvieron el privilegio de participar en estos hallazgos. «Es el tercer año de pácticas y un total de veintiún alumnos han pasado por aquí en períodos de quince días», comentó la catedrática. Además, los alumnos reciben clases específicas de anatomía y topografía que usarán cuando participen o dirijan en un futuro una excavación arqueológica. La mayoría son estudiantes de Valladolid pero también reciben jóvenes de Zamora. El objetivo de este área de trabajo es avanzar en el conocimiento de los rituales de enterramiento de la población residente. 


La institución provincial también organiza campos de trabajo en Matallana (Villalba de los Alcores). En este caso, se desarrollan dos turnos (del 25 de julio al 7 de agosto y del 8 al 21 de agosto), bajo la dirección de Germán Delibes. En él participan más personas que en Almenara, en concreto, treinta alumnos. Para ambos proyectos la Diputación ha destinado un total de 50.245 euros.

(Fuente: El Norte de Castilla / Marina Casero)

19 de junio de 2015

Descubren cinco nuevos enterramientos vacceo-romanos en el yacimiento de Pintia

En las cinco nuevas sepulturas documentadas se han encontrado una treintena de piezas arqueológicas con elementos "muy novedosos". Desde 2002 ya se han descubierto 282 enterramientos en este yacimiento próximo a Padilla de Duero (Valladolid).
Necrópolis vacceo-romana de Las Ruedas en el yacimiento de Pintia. FOTO: PINTIAVACCEA.ES
El primero de los turnos de la XXVI campaña de excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Pintia situado entre las localidades vallisoletanas de Padilla de Duero y Peñafiel, ha descubierto en menos de 18 días cinco nuevas tumbas constituidas por una treintena de piezas arqueológicas en el cementerio vacceo-romano de Las Ruedas.

El director del Centro de Estudios Vacceos 'Federico Wattenberg', institución organizadora de las excavaciones arqueológicas, Carlos Sanz Mínguez, ha explicado que en los ajuares de las cinco nuevas tumbas se han descubierto "elementos novedosos" por lo que será necesario llevar a cabo un "trabajo muy exhaustivo" para lo que se requiere "mucho tiempo y esfuerzo" por lo que mantienen una baja intensidad de excavación para poder hacer frente a esta dimensión de trabajo. 

FALTA DE APOYOS
Sanz, que también es profesor titular de Prehistoria de la Universidad de Valladolid (UVA), ha resaltado la "falta de recursos suficientes" para dedicar el tiempo "necesario" a toda "la riqueza" que se descubre en las excavaciones. En esta línea, el director de las excavaciones ha señalado que el fin último de la iniciativa es la sostenibilidad para lo que existe una "falta" de apoyo por parte de la Administración autonómica, provincial o municipal, entes que no contribuyen "tanto como se desearía".
Alumnos que participan en la campaña de excavación en Pintia.

Desde 1979 se trabaja en la Zona Arqueológica de Pintia, primero a través del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad y desde 2001 por medio el Centro de Estudios Vacceos 'Federico Wattenberg'. A día de hoy, los trabajos de investigación están centrados en el cementerio vacceo-romano de Las Ruedas —situado a unos 300 metros al sur de Las Quintanas— en el que, desde su descubrimiento en los años 70, se han llevado a cabo sendas campañas de excavación que han permitido la elaboración del primer estudio sobre los rituales funerarios vacceos con seis siglos de antigüedad. 

500 AÑOS DE OCUPACIÓN
Este cementerio, de unas seis hectáreas de extensión, fue objeto de uso a lo largo de más de medio milenio, entre finales del siglo V antes de Cristo y el inicio del II después de Cristo, durante los cuales la incineración fue el ritual fúnebre mayoritariamente practicado, en el que el cadáver era ataviado con los elementos característicos de su condición social durante la cremación. 

Desde el año 2002, año en el que el proyecto de Pintia comenzó su investigación en esta zona, se ha descubierto hasta la tumba número 284 a la que se han sumado los cinco nuevos sepulcros encontrados desde el pasado 1 de junio. 

CURSOS INTERNACIONALES
Los responsables de estas novedades han sido los participantes del primero de los tres turnos, los cuales a su vez se corresponden con los XXX, XXXI y XXXIII Cursos Internacionales Teórico-Prácticos de Arqueología en los que, a lo largo de 150 horas, se combina el trabajo de campo directo con diversos seminarios y conferencias impartidos por profesores de la UVA. De esta forma, cada uno de los tres turnos cuentan con una capacidad de doce alumnos, de los cuales se han cubierto 30 plazas del total, entre los que se encuentran nacionalidades de toda índole, como Estados Unidos, Inglaterra, Australia o las provincias españolas de Asturias, Valencia o Valladolid. 

Con el objetivo de dar a conocer esta labor se ha puesto en marcha el sitio web de Pintia bajo la dirección www.pintiadata.infor.uva.es como proyecto digital integral del catálogo de la zona arqueológica con el fin de que sirva como herramienta de consulta para quienes "quieran acercarse" al patrimonio que alberga esta ciudad de los "confines orientales del territorio vacceo". Esta aplicación ya ha atravesado su primera fase con la implantación de todos los sistemas necesarios para poner en marcha la base de datos, por lo que en este momento se encuentra en proceso de cumplimentar la segunda de las fases en la que se persigue la explotación propiamente dicha de sus potencialidades. 
(Fuente: 20 Minutos)


23 de julio de 2013

Una tumba infantil saca a la luz una de las necrópolis de la villa romana de Almenara (Valladolid)

Una tumba infantil, con restos óseos de un niño que podría tener entre siete y ocho años, ha sido el importante hallazgo protagonizado en las excavaciones, que desde el pasado lunes se llevan a cabo en la villa romana de Almenara. Los arqueólogos creen que pueden ser cientos los nichos de este importante descubrimiento
Trabajos de limpieza en la necrópolis de Almenara. Foto: Fran Jiménez./ El Norte de Castilla
Se sabía cómo vivieron, sus costumbres y su forma de vida mediante la reproducción de una casa romana. Pero ahora además se podrá conocer cómo murieron, o, al menos, cómo fueron enterrados, sus ritos fúnebres y costumbres frente a la muerte. Porque las sospechas del grupo de arqueólogos que trabajan en el yacimiento romano de Almenara-Puras se ha confirmado esta misma semana: han dado con el punto donde se puede encontrar la necrópolis (o una de ellas, porque pueden ser varias) del Complejo del Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras, perteneciente a la Diputación.

Un niño de entre siete y ocho años

Una tumba infantil, con restos óseos de un niño que podría tener entre siete y ocho años, ha sido el importante hallazgo protagonizado esta semana en las excavaciones, que desde el pasado lunes se llevan a cabo con motivo del X aniversario de este importante centro arqueológico y turístico. Se encontraba a una distancia prudencial de la villa, donde la arqueóloga del museo y codirectora de las excavaciones, Margarita Sánchez Simón, y la catedrática de Arqueología de la Universidad de Valladolid y también coodirectora, Carmen García Merino, sospechaban que se podía encontrar la necrópolis. Acompañadas por alumnos de Historia, los resultados no se hicieron esperar: las catas corrobaron la existencia de la primera tumba, infantil, de inhumación, en la que se encontraba el esqueleto del fallecido. «Esperamos que salgan más, pueden ser cientos porque algunas necrópolis tienen hasta 800 y 900 tumbas, así que esta será la primera de muchas», confirmaba ayer Carmen García Merino.

La pista para dar con este importante hallazgo la encontraron en el año 2010. Con motivo de las catas que se estaban realizando para la instalación de dos pérgolas en el parque infantil tematizado salió a la luz una tumba con los restos de una mujer de unos 30 años que había sido enterrada con ajuar, en concreto con una vasija de barro y un huso de hilar que ponía de manifiesto su vinculación con este tipo de tareas. Desde ese momento surgió la sospecha de que ese podría ser el punto donde se ubicara la necrópolis de esta villa romana, posibilidad que se ha venido a confirmar hace unos días con el importante nuevo hallazgo. «Viene a confirmar la hipótesis muy plausible de que aquí estaba la necrópolis», añade la coordinadora de las excavaciones.

Siglos IV y V
La necrópolis, que según especifica Carmen García Merino podría no ser la única (algunos yacimientos tienen hasta cuatro), estaría fechada entre los siglos IV y V, con una extensión difícil de concretar aun pero que se antoja grande. Se trata de un importante descubrimiento por la cantidad de información que los enterramientos suelen custodiar sobre la época en cuestión. En este caso se espera que además de los trabajadores de la villa se encuentren también en la necrópolis los restos de los propios dueños, lo que aportaría novedosos datos para este museo. «Siempre proporcionan muchísima información, y no solo de los restos humanos, sino también de los ajuares con los que se enterraban».

Como viene siendo habitual en este tipo de trabajos, Carmen García Merino recuerda que se suele llevar a cabo un trabajo interdisciplinar con ayuda en el campo de la medicina para poder encontrar mayor información. Así ocurrió por ejemplo con la tumba del año 2010, en la que profesores de la Factultad de Medicina elaboraron un estudio de la tumba para determinar que se trataba de una mujer de 30 años. «También se estudian los cacharros y los recipientes que se encuentran en los nichos, pues en el caso de la mujer de la anterior tumba se pudo saber que la vasija con la que se enterró había portado harina», matiza la coordinadora de las excavaciones.

Los trabajos de catas y sondeos de este I Campo de Trabajo continuarán hasta el próximo 26 de julio. Después, los hallazgos, como esta tumba infantil, se estudiarán para conocer más datos y resultados. Posteriormente, habría que poner en marcha un proyecto de excavación que sacara a la luz las investigaciones.

Las catas que se llevan a cabo en estas dos semanas se incluyen así en el X aniversario del Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras, ubicado en la carretera de Valladolid-Adanero-Madrid. Para conmemorar este decenio, la Diputación de Valladolid, propietaria del complejo, ha puesto en marcha una serie de actividades que incluirán además entre los meses de octubre, noviembre y diciembre próximos una serie de cinco conferencias divulgativas que abordarán las formas de vida en las villas, el estado de Almera-Puras, el conjunto palacial de la de Noheda, en Cuenca, la rehabilitación y puesta en valor de yacimientos en Castilla y León y el análisis arqueológico de una villa romana. Además, se incorporarán al museo los hallazgos del año 2010 y se instalarán nuevos paneles explicativos en el recorrido del yacimiento arqueológico, que cada año se convierte en punto de encuentro del turismo familiar de distintos puntos del país.

La Calzadilla es el nombre con el que se conoce la primera villa romana descubierta en Valladolid en 1887 a cargo de Venancio Fernández de Castro, que informó del hallazgo de un gran mosaico del bajo imperio. No fue hasta 1969 cuando la Diputación se hizo con los terrenos del yacimiento, realizando después varias campañas de investigación arqueológica y llevando a cabo varios trabajos de restauración de los mosaicos. Ya en 2003 se puso en marcha el Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras.

22 de septiembre de 2012

Las excavaciones de Pintia sacan a la luz once tumbas vacceas y su ajuar funerario

Los enterramientos, del siglo I antes de Cristo, se suman a los 260 hallados desde 1985 en la necrópolis vaccea de Las Ruedas, donde se estima hay más de noventa mil Verano tras verano las tierras de Pintia siguen aportando vestigios de la cultura vaccea que desde el siglo IV antes de Cristo ocupó este paraje de Padilla de Duero (Valladolid), el mismo donde en centurias posteriores siguieron imprimiendo su huella pobladores romanos y visigodos hasta el siglo VIII.
Estelas de sepulturas junto al antiguo cauce del Arrollo de la Vega.
Foto: El Norte de Castilla

Las excavaciones arqueológicas del yacimiento pintiano empezaron en junio y se han cerrado con el descubrimiento de once enterramientos del siglo I antes de Cristo y un centenar de objetos hallados en el entorno de la necrópolis de Las Ruedas.

Este recinto histórico declarado Bien de Interés Cultural recibe cada período estival la visita de medio centenar de estudiantes llegados desde diversos países para excavar y conocer la cultura vaccea del siglo IV antes de Cristo. En esta campaña, el yacimiento ubicado en Padilla de Duero ha surtido de abundante material que actualmente está siendo catalogado e investigado por expertos.

Carlos Sanz Mínguez, director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattemberg de la Universidad de Valladolid, se muestra satisfecho de los resultados de las extracciones en esta 22 campaña, una cita que ha venido repitiéndose desde 1985 a 1987 y desde el año 2000 hasta el actual con el descubrimiento global de 260 tumbas en la necrópolis de Las Ruedas. «Se ha intervenido en seis sectores de excavación que ocupan unos 96 metros cuadrados; el estado de conservación de las tumbas puede calificarse de bueno en la mayoría de los casos y solo dos de ellas mostraban signos de alteración importantes».

En las tumbas encontradas se ha hallado una doble y otra triple, «tipología de enterramiento este último hasta ahora inédito en su configuración característica con la particular distribución de medio centenar de objetos formando una especie de frontón, con dos conjuntos más profundos y algo separados entre sí y uno superior dispuesto entre ambos a mayor altura», explica Sanz Mínguez.

Entre los objetos desenterrados han salido a la luz un centenar de vasijas, una veintena de canicas, alguna fusayola (contrapeso de huso de hilar) que identificaría tumbas femeninas, además de hierros diversos identificados como parrillas, pinzas para el fuego o cuchillos que simbolizan el banquete funerario, «elementos todos ellos que incrementan el ya notorio registro de Las Ruedas y que hace de ese cementerio uno de los más importantes en su género de toda la Península Ibérica».

Más datos sobre el pasado
Otra de las sorpresas que ha deparado esta campaña de excavaciones es el paleocauce del arroyo de La Vega, el curso fluvial por el que discurría hace dos mil años este arroyo, que en este tiempo ha modificado de forma natural su trayectoria en más de cuarenta metros y ha condicionado el movimiento de tierras. También se ha podido documentar cómo la margen izquierda del arroyo, en su zona de inundación y de transición al cauce, «se utilizó en el siglo I antes de Cristo como lugar de enterramiento ocasional, a juzgar por la escasa densidad de tumbas halladas en este espacio con respecto al superior y más occidental, constituido por gravas y arenas».

La labor de los arqueólogos no concluye con la captación de nuevos datos y va más allá del traslado de los materiales para ser estudiados, pues se está acondicionando el terreno excavado con el relleno de las catas abiertas. También se ha vaciado el antiguo cauce del arroyo en una anchura de unos cuatro metros y se han plantado carrizos para marcar su trazado milenario, «convirtiéndose en un punto de vista en el recorrido existente en el cementerio de Las Ruedas». Sanz Mínguez explica que esta actuación es una más de las que se siguen emprendiendo en el yacimiento de Padilla de Duero con el propósito de «incrementar su conocimiento y otorgar valores añadidos para el disfrute colectivo de esta herencia patrimonial recibida desde el pasado».

9 de febrero de 2012

Manifiesto en defensa del Yacimiento Arqueológico de La Antigua (Valladolid)

La Plaza de la Iglesia de Santa María de la Antigua de Valladolid, con su torre románica declarada Monumento en 1897, alberga importantes restos arqueológicos que abarcan las únicas evidencias constructivas de época romana en la ciudad de Valladolid y que hoy están amenazadas por la construcción de un aparcamiento público.


Los restos de la Plaza de la Antigua se corresponden a una villa de cierta entidad, junto a 51 enterramientos de la necrópolis medieval de la Iglesia, el patio de un palacio renacentista bajo el que se presume la existencia de otros restos medievales y romanos, la bóveda del cauce del río Esgueva, con los restos del antiguo Puente del Bolo de la Antigua, y la manzana de edificios del siglo XVIII que se mantuvo en pie hasta hace cuarto de siglo.

Sondeo abierto en el año 2006, detalle de la boca
del praefurnium,  y detalle de los pilae, que sustentan
 al interior el suelo de la habitación
 .
Diversas organizaciones sociales están promoviendo la puesta en marcha de un Parque Arqueológico para la Plaza que permita la documentación, conservación y divulgación de un patrimonio indisociable del propio Monumento, «que testimonia e informa de una secuencia de ocupación humana desde época romana hasta nuestros días de un interés histórico y arqueológico no solo evidente sino también excepcional en nuestra ciudad» en opinión de la Universidad de Valladolid.

Las personas que nos sumamos a este manifiesto consideramos que Valladolid no puede permitirse perder más patrimonio, tras haber sufrido durante varias décadas del siglo pasado un urbanismo de tabula rasa que privó al casco histórico de edificios y restos valiosos por su testimonio histórico y su belleza. En los últimos años el incremento del tráfico motorizado y algunos intereses empresariales han aumentado la presión sobre el subsuelo de la ciudad, precisamente en aquellas zonas donde ésta tuvo su núcleo originario. Creemos que, como ciudad, no podemos dar pasos difícilmente reversibles que nos impidan conocer y dar el merecido reconocimiento al patrimonio aún existente.
Vista de los restos estructurales de la antigua manzana de casas
 reconocidos en la campaña de excavación del año 2008.

Por ello, apoyamos la iniciativa de crear un Parque Arqueológico en la Plaza de la Antigua para salvaguardar los hallazgos realizados hasta el momento, perseverar en las tareas de excavación y ordenar adecuadamente el entorno para el conocimiento y disfrute de la ciudad y sus visitantes. Instamos igualmente al Ayuntamiento de Valladolid a que dé una solución a las personas que residen en el entorno y se han interesado por el aparcamiento de residentes previsto en dicho emplazamiento, utilizando para ello el aparcamiento en rotación de la Plaza de Portugalete cuya legalidad ha sido negada reiteradamente por los tribunales.