google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: pecio
Mostrando entradas con la etiqueta pecio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta pecio. Mostrar todas las entradas

4 de octubre de 2024

Hallan un «pecio medieval del siglo XV» en la playa de Ondarreta (San Sebastián)

El Departamento Foral de Cultura ha determinado que el fragmento es de madera de roble y mide 14 metros de eslora

Un equipo de especialistas realizó los primeros trabajos para documentar, registrar e identificar los restos del pecio en Ondarreta. Arizmendi

El pasado mes de septiembre, un fragmento de barco fue descubierto en la playa de Ondarreta en San Sebastián. Este miércoles, la diputada foral de Cultura de Guipúzcoa, Goizane Álvarez, confirmó que se trata de un «pecio medieval del siglo XV». Según ha informado, este hallazgo permite «avanzar en el estudio de la carpintería naval vasca del siglo XV y su aportación al legado europeo». Tras un análisis exhaustivo, el Servicio de Patrimonio del Departamento foral de Cultura ha determinado que el pecio es de madera de roble y mide 14 metros de eslora.

La pieza, que ha sido objeto de un «tratamiento específico de protección», no será extraída y continuará en su ubicación actual en la playa donostiarra. Álvarez destacó la importancia de este descubrimiento para el patrimonio naval medieval vasco, señalando que los testimonios arqueológicos de barcos medievales son escasos en relación con la cantidad de información disponible sobre el tráfico marítimo de la época.

Descubrimiento arqueológico
El 4 de septiembre, un paseante encontró por casualidad elementos de madera en el extremo de la playa más próximo al paseo de Eduardo Chillida. El personal técnico de la Diputación comenzó inmediatamente un plan de evaluación, que se llevó a cabo los días 5 y 6 de septiembre. Durante esta operación, se confirmó que se trataba de una embarcación con casco a tingladillo y forro interior, y una muestra de roble del casco permitió datar el último anillo de crecimiento en el año 1425.

La semana siguiente, aprovechando una semana de mareas muertas, se redactó un proyecto de actuación arqueológica de emergencia y se planificaron los trabajos para los días 17 al 22, coincidiendo con las mareas vivas. «Tuvimos mucha suerte porque incluían cotas de marea baja extraordinarias, y el pecio quedaba accesible entre 3 y 4 horas, en los casos más favorables», recordó la arqueóloga foral Mertxe Urteaga.

La labor diaria comenzaba con la ayuda de una pequeña excavadora para abrir canales de drenaje y favorecer así la evacuación con motobombas de las aguas en la zona de trabajo. Se instalaba el vallado y, en cuanto se retiraban las aguas, comenzaba la extracción a contrarreloj de los depósitos de arena que cubrían el pecio.

Entre las observaciones, se conserva parte del lastre de piedra caliza y restos de mineral de hierro que llevaba en su carga. «El estudio del lastre permitirá saber las rutas marítimas que seguía la embarcación», indicó Urteaga. El equipo técnico de esta operación estuvo compuesto por ocho personas.

Urteaga señaló que la datación que se maneja para este pecio lo hace contemporáneo del de Newport, un mercante de 30 metros de eslora, construido en los astilleros vascos, que se descubrió en esa ciudad galesa en el año 2002. Se suma, además, al pecio de Urbieta en Vizcaya de cronología similar y a los pecios de Orio II y Orio IV que se extrajeron de la desembocadura del Oria para evitar que fueran destruidos en unas obras de drenaje en 1991-1992.
(Fuente: The Objective)

9 de agosto de 2024

La expedición al pecio del galeón "San José" descubre nuevas piezas arqueológicas

La expedición arqueológica realizada hace dos meses por el Gobierno colombiano al área en la que está el galeón español San José, hundido por corsarios ingleses en el siglo XVIII frente a las costas de Cartagena de Indias, descubrió componentes estructurales del barco como un ancla y recipientes como botellas de vidrio y botijas.
Entre otros elementos, la expedición documentó numerosos recipientes.

«Los resultados de la exploración revelaron un mapa de evidencias arqueológicas inédito, ampliando significativamente lo conocido hasta ahora», informó este jueves el Gobierno colombiano en un comunicado en el que precisó que la investigación se llevó a cabo entre el 23 de mayo y el 1 de junio de este año.

La exploración de la Armada Nacional sobre el lecho marino cubrió un área de 461.307 metros cuadrados, equivalente a más de 40 canchas de fútbol, y reveló que el área del naufragio tiene más concentraciones de material arqueológico.

La información añadió que en 2022 se detectaron concentraciones de vestigios arqueológicos en la zona pero la expedición de este año «permitió caracterizar estas acumulaciones con mayor detalle y descubrir nuevos elementos aislados».

«Entre los hallazgos se encuentran componentes estructurales del barco (un ancla, anillas, un posible clavo) y objetos de uso cotidiano (botijas, botellas de vidrio y un bacín)», aseguró el comunicado del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh).

El Gobierno declaró 'Área Arqueológica Protegida de la Nación' la zona donde está el galeón, hallado en 2015 a una profundidad de más de 600 metros, para dar inicio a la investigación.

«El hallazgo de nuevas concentraciones de material arqueológico en el naufragio del galeón San José revela la complejidad de analizar este evento histórico desde su hundimiento», dijo el director General Marítimo, vicealmirante Fabio Giraldo Gallo.

El oficial destacó que la localización, registro y documentación de estas evidencias «son fundamentales para comprender la distribución de los materiales que constituyen el galeón y, también, la dispersión de sus restos en el Área Arqueológica Protegida».

Giraldo agregó que para entender «integralmente» al San José se estudian «todos los elementos del buque, desde la popa hasta los más mínimos detalles».

Ampliar el conocimiento



La directora general del Icanh, Alhena Caicedo, aseguró que la identificación de estas nuevas acumulaciones y artefactos amplía el conocimiento sobre la distribución espacial del pecio.

«Creemos que hay posibilidades de encontrar nuevos vestigios que amplíen la información que habíamos tenido hasta el momento, obtenida en 2022», sostuvo la antropóloga.

Caicedo señaló que con la información obtenida se podrán identificar aspectos importantes de lo que hubo dentro del galeón y además revelará «aspectos fundamentales sobre la vida a bordo, la manera como se disponía la tripulación, el tipo de artefactos que se utilizaban en la embarcación y cómo las mercancías estaban siendo llevadas de un lugar a otro».

Disputas entre Colombia y España
El San José, que pertenecía a la Armada española, fue hundido por una flota de corsarios ingleses el 8 de junio de 1708 cuando se dirigía a Cartagena de Indias cargado, según crónicas de la época, con cerca de 11 millones de monedas de ocho escudos en oro y plata que había recogido en la feria de Portobelo (Panamá).

Luego del anuncio del hallazgo del pecio surgieron disputas entre Colombia y España, ya que ese país aduce que por tratarse de «un barco de Estado», con su bandera, le amparan las normas de la Unesco para reclamar su titularidad.

El Gobierno colombiano, que declaró el San José «bien de interés cultural sumergido», no descarta la colaboración con España para tratar el pecio como patrimonio compartido.

¿Un nuevo capítulo para la historia?
Según el comunicado del ICANH, el 8 de junio de 1708 la flota de Tierra Firme, cuya nave capitana era el Galeón San José, luchó contra un escuadrón inglés en cabeza del comodoro Charles Wager en las cercanías de la costa Caribe colombiana, en lo que se conoce como la Batalla de Barú.

El objetivo inglés era capturar algunas de las naves de la flota española, entre ellas el galeón, para hacerse con la carga de las mismas. Sin embargo, debido a la batalla, el Galeón San José se hundió y sus restos quedaron a 600 metros de profundidad. Ante el hecho, en Inglaterra fueron llamados a juicio los comandantes que habían asaltado el San José y en España se interrogaron a algunos de los sobrevivientes de la batalla que navegaban en las distintas embarcaciones de la flota.

Estos testimonios son, precisamente, los documentos con los que se cuenta hasta ahora para conocer las verdaderas causas del hundimiento de la nave capitana de la flota de Tierra Firme en 1708. Los comandantes ingleses fueron insistentes en reforzar una versión conjunta que apuntaba a una explosión interna del Galeón San José, lo que les quitaría toda responsabilidad directa en el hundimiento del preciado botín que buscaban obtener.

Los testimonios españoles, por el contrario, no son contundentes en señalar como causa del desastre a una explosión interna. Muchos testigos oculares de los hechos no confirman haber oído una explosión y su narración de la batalla apunta a otras posibles causas del hundimiento en el fragor de la batalla, como la carga de la artillería inglesa. Por supuesto, los testigos españoles también buscaban defenderse de posibles acusaciones de cobardía o incompetencia.

Todos estos testimonios se resguardan aún en los archivos de Inglaterra y España. Queda el reto de coordinar de manera conjunta entre especialistas de la historia y la arqueología para que, ya identificada la zona arqueológica del naufragio del galeón San José, se puedan contrastar las diferentes versiones con los restos materiales con el fin de determinar, con más elementos de juicio, la causa más probable del hundimiento.

"A partir de una nueva observación este año, tomaremos las decisiones con las cuales continuaremos la misión en 2025 y 2026", aseguró Juan David Correa, ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia. "En octubre anunciaremos cuáles serán los próximos pasos en 2025 de este viaje Hacia el corazón del Galeón San José".
(Fuente: Vivir Ediciones // ICANH)

29 de julio de 2024

Culmina con éxito la extracción del navío del siglo XVII hundido en el puerto de Cádiz

La Autoridad Portuaria ha coordinado esta maniobra, pionera en España, que permitirá estudiar el pecio en profundidad
La Autoridad Portuaria de Cádiz ha conseguido diseñar y desarrollar con éxito una operación sin precedentes en España.

El pasado sábado 27 de julio la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz realizó la maniobra de rescate de su centenario descanso subacuático del pecio Delta I, culminando así, con el izado y extracción, los trabajos que ha estado realizando los últimos 4 meses.

La operación, diseñada y ejecutada en todas sus fases por la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, fue aprobada y supervisada en todo momento por técnicos de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía y del Centro de Arqueología Subacuática, así como por los arqueólogos de Divership Diving, S.L., empresa adjudicataria de los trabajos.

La maniobra, que se ha prolongado por 5 horas, ha sido seguida in situ por la presidenta del puerto y la delegada territorial de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía

Al filo de las doce horas se ha dado por finalizada la operación, que han seguido in situ la presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Teófila Martínez, y la delegada territorial de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Tania Barcelona, que ha culminado con éxito y sin que haya habido que resaltar ninguna incidencia.

La presidenta de la Autoridad Portuaria ha destacado, por un lado, el importante trabajo realizado por los técnicos del departamento de Infraestructuras y Obras y la propia dirección de la APBC, que han conseguido diseñar y desarrollar con éxito una operación sin precedentes en España.

Asimismo, Teófila Martínez ha hecho hincapié en el compromiso del organismo portuario con la salvaguarda y conservación del patrimonio subacuático de la Bahía, en el que lleva invertidos más de 5,7 millones de euros.

Fase 1: Dragado del recinto de bloques
Después de 12 años en el fondo de la Bahía, la dinámica litoral había enterrado el pecio con arenas y fangos dejándolo bajo una media de entre 1 y 2 metros de material, que ha tenido que ser retirado para dejar de nuevo el pecio descubierto y disminuir, así, el riesgo de roturas del mismo, ya que, cuanto menos peso soporte, menor es el riesgo para su integridad, y mayor la facilidad de las maniobras posteriores.

Los buzos han realizado esta limpieza prácticamente al tacto, colocando cabos y barras en los alrededores del pecio para poder orientarse, ya que la visibilidad en la zona, a seis metros de profundidad, ha sido prácticamente nula.

Una vez limpia la superficie, se han dragado los alrededores para recuperar los extremos de las cinchas de sustentación del pecio (que se dejaron en la operación de traslado de 2012) y la zona donde, sobre bloques de hormigón fondeados para la ocasión, se deposita la estructura auxiliar mientras se conectan las cinchas.

Los bloques de hormigón se colocaron en la posición dónde iba a descansar la estructura auxiliar coincidiendo con la posición de las patas de esta. Esta operación ha sido especialmente difícil, ya que, prácticamente a ciegas, los buzos tuvieron que colocar los muertos de hormigón en un lugar que después tenía que coincidir con las patas de la estructura, tanto en posición como en cota, de tal manera que la estructura quedara en la posición precisa para colgar el pecio y se mantuviera estable sobre los bloques de hormigón para mantener la seguridad del pecio y de los buzos.

Fase 2: Diseño de la maniobra y preparación de la estructura metálica auxiliar
En paralelo al dragado y limpieza del pecio, los ingenieros de la Autoridad Portuaria han realizado el diseño de la maniobra, que ha consistido, en primer lugar, en afinar el cálculo del peso del pecio, dato fundamental para poder dimensionar el resto de medios.

En este caso, se poseía un inventario de todas las maderas que componían el pecio en 2012. Con las dimensiones de las maderas, comprobadas de nuevo por los buzos, y estimando la densidad de la madera saturada de agua, se ha calculado el peso total del pecio, tanto sumergido como emergido, y con este dato, considerando un coeficiente de seguridad adecuado, se han dimensionado el resto de medios necesarios: Estructura auxiliar que debe soportar el peso del pecio tanto dentro como fuera del agua, flotadores que permitan el izado del pecio para su traslado sumergido y grúas que deben sacar el pecio fuera del agua y colocarlo en el muelle.

La estructura auxiliar usada en 2012 ha sido comprobada con los nuevos requerimientos de peso del pecio, dimensionando refuerzos y realizado una revisión general que ha culminado con un proceso de saneo y pintura de la misma que ayudara a los buzos en su orientación bajo el agua.

Fase 3: Traslado de la estructura metálica auxiliar desde el muelle al pecio
Hace 17 días, la estructura metálica auxiliar fue lanzada al agua dotada de unos flotadores, de los que quedó colgada bajo el agua, procediendo a remolcar la estructura mediante un barco auxiliar hasta la zona del pecio.

Una vez en la zona y auxiliados por cabos (que pasan por los muertos y otros flotadores secundarios), se fueron vaciando los flotadores principales hasta que la estructura auxiliar quedó apoyada sobre los muertos, manteniendo cierto nivel de flotación para evitar que los muertos se clavaran en el fondo marino.

Fase 4: Traslado del pecio hasta el muelle
Una vez la estructura en posición, los buzos colgaron el pecio de la misma mediante las cinchas recuperadas, enganchándolas a la estructura mediante tensores y grilletes. Finalizada esta operación, se procedió a hinchar de nuevo los flotadores principales para levantar el conjunto estructura+pecio del fondo marino, adaptando la distancia de los flotadores a la estructura a las condiciones de marea y calado en cada momento y procediendo a su movimiento hasta el muelle Nº 5 ayudados por una embarcación que remolcó el conjunto. Con esta operación se procedió a chequear el peso sumergido del conjunto, contrastando los cálculos de peso realizados. El traslado se realizó el pasado viernes, dejando el conjunto de pecio + estructura a flote amarrado en el muelle Nº 5.

Fase 5: Izado y colocación del pecio
Una vez que el conjunto estructura+pecio se tuvo flotando junto al muelle se ha procedido a realizar una limpieza para quitar los últimos restos de fangos caídos durante las operaciones de eslingado y el transporte.

Una vez limpio, ya esta mañana, los buzos han procedido a enganchar los cables de la grúa y, tras asegurarla, a soltar los flotadores transfiriendo así el total de la carga a las grúas.

Para esta maniobra han sido necesarias dos grúas móviles de 350 Tm que han actuado de manera coordinada situándose junto al cantil del muelle e izando el pecio desde el agua.

Estando ya el pecio fuera del agua, las grúas han girado y lo han colocado sobre el muelle. Antes de soltarlo se han ubicado sacos terreros sobre una explanada de arena y después se han soltado las cinchas y retirado la estructura.

Próximamente, se procederá a colocar la carpa sobre el pecio para que los técnicos arqueólogos puedan estudiarlo y trabajar con él.

Fase 6: Estudio y desmontaje del pecio
A partir de ahora, estando ya el pecio dentro de la carpa, la madera se mantendrá húmeda mediante instalaciones adecuadas y los arqueólogos del Centro de Arqueología Subacuática procederán al desmontaje de las maderas para sacar conclusiones sobre la manera en que se construyó el barco: como se unían las piezas, el orden de construcción, los posibles medios auxiliares, etc.

Después las maderas desmontadas se fotografiarán, escanearán en 3D y se etiquetarán antes de ser colocadas en pequeñas estructuras metálicas y devueltas de nuevo al fondo de la Bahía en una zona habilitada para ello.

22 de julio de 2024

Todo a punto para extraer del mar el pecio del siglo XVII hundido en Cádiz

Después de tres meses de preparativos, el dispositivo para extraer del fondo del mar un galeón del siglo XVII que se hundió en las cercanías del puerto de Cádiz con lingotes de plata de la actual Bolivia, está listo para llevar a cabo esta operación sin precedentes en España.
El Puerto de Cádiz adjudica por 650.000 euros la extracción de un galeón del siglo XVII.

Tras tres meses de preparativos, el dispositivo para extraer del fondo del mar un galeón del siglo XVII que se hundió en las cercanías del puerto de Cádiz con lingotes de plata de la actual Bolivia, está listo para llevar a cabo esta operación sin precedentes en España.

“Está todo listo, la extracción sólo depende de la llegada de dos grúas de 300 toneladas y de que las condiciones atmosféricas sean las adecuadas”, relata a EFE Eloy Saiz, jefe del Departamento de infraestructuras y obras de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz.

Descubierto en el 2011
Los responsables de la operación creen que este mismo mes de julio, el pecio podrá estar ya fuera del agua para que pueda ser estudiado por expertos.

El galeón fue descubierto en 2011, en una zona que fue bautizada como Delta 1, durante las labores de cautelas arqueológicas que se realizaron antes de la construcción de una nueva terminal de contenedores para el puerto de Cádiz.

El pecio interfería los trabajos, así que se decidió entonces trasladarlo bajo el mar, a otra zona cercana.

Durante los trabajos para aquel desplazamiento, que también fue una operación pionera, se descubrió que el pecio llevaba en su interior 27 cañones de hierro suecos 'Finbanker', 22 lingotes de plata de las minas de Oruro y Potosí, en la actual Bolivia; una campaña de bronces y varios elementos de navegación.

El segundo movimiento
Ante las obras de la segunda fase de la terminal de contenedores del puerto, el galeón precisaba un nuevo movimiento.

Fue entonces cuando las autoridades decidieron diseñar una operación sin precedentes en España para extraer el barco y que los arqueólogos puedan estudiarlo.

El pecio está a seis metros de profundidad, por lo que “la falta de visibilidad bajo el agua” ha sido uno de las principales dificultades de los preparativos de este dispositivo.

“Los buzos han tenido que ingeniárselas para hacer su trabajo a ciegas”, explica Eloy Saiz.

Así, han trabajado para primero quitar una capa de arena y fango de entre uno y dos metros que había recubierto el galeón en los últimos doce años, desde que en aquel primer movimiento fue cubierto por un geotextil.

“Es un trabajo que se ha hecho con unas lanzas que inyectan aire y de forma muy manual para no afectar al pecio”, explica el ingeniero.

Con el principio de Arquímides
Los buzos han podido también localizar los extremos de las cinchas que se usaron en el anterior movimiento del barco y que ahora serán reutilizadas.

Se ha sumergido también y se ha colocado sobre el pecio una estructura metálica a la que se fijarán las cinchas.

Estas cinchas formarán “una especie de hamaca por debajo del pecio” cuando las grúas levanten la estructura rectangular que ha sido ubicada sobre el pecio, “como una caja”, y la depositen en el muelle.

El principio de Arquímedes ha guiado y guiará los movimientos de la estructura que permitirá sacar el pecio, con unos grandes flotadores que se desinflaron una vez que estaba sobre el pecio y que ahora se volverán a hinchar para alzarlo del agua.

Mantener su humedad en el exterior
Una vez en el muelle, el pecio se ubicara bajo una carpa, con un sistema de agua y electricidad para mantener la humedad. Empezará entonces el momento de los arqueólogos.

“Las maderas están saturadas de agua. Si la pierden, ese hueco se rajará y se desintegrará. Por eso se trata de mantener la humedad de forma compatible con el trabajo de los arqueólogos, con un geotextil húmedo y serie de bocas de riego manuales y unos pequeños aspersores de riego”, explica.

Se le dará otra limpieza, y los arqueólogos lo desmontarán “madera a madera”, escaneando, inventariando y etiquetando cada pieza.

Tras este trabajo, las maderas, cubiertas por un geotextil, se volverán a sumergir en el mar, con sistemas por si en el futuro se decide extraerlas. “Se devuelven porque su conservación en el mar es mejor y quedarán accesibles para futuros estudios”.

Los arqueólogos del Centro de Arqueología Subacuática (CAS) de Cádiz tienen interés en estudiar las técnicas de construcción naval de la época.

La directora del CAS,Milagros Alzaga, ha explicado que el objetivo final es “ponerle el nombre al barco y determinar qué ruta estaba haciendo cuando se hundió”, porque esta información permitirá profundizar mejor en la historia marítima menos conocida, que es, precisamente, la de los barcos construidos en el siglo XVII.

Para Eloy Saiz, esta no es la operación más complicada a la que se ha enfrentado en el puerto de Cádiz, pero sí “la más peculiar” y la que más expectación ha suscitado.
Fuente: La Vanguardia)

3 de octubre de 2023

Los restos de ganado en un galeón hundido en Ribadeo explican la alimentación en el siglo XVI

El CSIC ha encontrado 78 huesos de animales, que dan cuenta de las fuentes de proteínas de la tripulación
Toma de medidas en el yacimiento del pecio Ribadeo I. | Christine Heamagi (MALtd), Proyecto ForSEAdiscovery-CSIC / Xunta de Galicia

En 1597, un galeón de guerra construido en Nápoles (Italia) naufragó en aguas gallegas. Este buque, el San Giacomo di Galizia, también conocido como Santiago, se hundió en el estuario de Ribadeo (Lugo), donde ahora el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) lidera su análisis, siglos después, con el objetivo de conocer cómo era la vida de sus tripulantes.

El yacimiento subacuático de los restos del Santiago, o el Pecio Ribadeo I, es un caso excepcional para estudiar un navío de guerra del siglo XVI en aguas territoriales españolas. La investigación de este pecio, que constituye un fragmento de una nave naufragada, ofrece una ventana al pasado, que permite conocer el ganado consumido por los marineros o el tipo de cerámica utilizada para almacenar agua y cómo se conservaban los alimentos.

Así, el equipo internacional liderado por el CSIC ha logrado reconstruir la historia del Santiago. Gracias al estudio de los artefactos sumergidos y la revisión de documentos históricos y análisis espectroscópicos, los investigadores se aproximan como nunca a las actividades ocurridas a bordo del navío, durante su breve periodo de servicio en la Armada española, desde su construcción en un astillero de Nápoles alrededor de 1590 hasta su naufragio en 1597.

La investigación, coordinada por las científicas Ana Crespo Solana y Marta Moreno García del Instituto de Historia (IH-CSIC), y Sagrario Martínez Ramírez, del Instituto de Estructura de la Materia (IEM-CSIC), ambos pertenecientes al CSIC, ha presentado los resultados recopilados en la revista Heritage. En este número monográfico especial ahondan en la cultura material y la vida a bordo de barcos de los siglos XVI al XIX y ofrecen una visión más amplia de las interacciones del entorno marino.

De acuerdo con la nueva publicación, este naufragio y otros de la misma época representan un valioso patrimonio histórico-arqueológico que ha recibido una atención limitada desde la perspectiva de la investigación subacuática, cuyo estudio proporciona «nuevas perspectivas sobre los contextos históricos y materiales de los siglos pasados», en palabras de Crespo.

La científica, especializada en historia y arqueología submarina, subraya que estos estudios «ofrecen una riqueza de datos significativos sobre la cultura material de la época, las dinámicas a bordo, las prácticas marítimas, las redes comerciales, los comportamientos y los conocimientos náuticos, así como el subsiguiente desarrollo y transformación de los sitios arqueológicos, los cuales se convierten en cápsulas históricas del tiempo». Ella lideró el proyecto europeo ForSEAdiscovery, que llevó a cabo la excavación subacuática entre 2012 y 2022. Actualmente, el trabajo continúa bajo la dirección de Miguel San Claudio Santa Cruz, arqueólogo de la Xunta de Galicia.

La gastronomía en un galeón de guerra
El estudio de los 78 huesos recuperados a bordo del Santiago revela, según el análisis arqueozoológico del Laboratorio de Arqueobiología de IH-CSIC, que los restos corresponden a diferentes porciones cárnicas, como vacas, corderos, cerdos, un ganso e incluso merluza.

Esto sugiere el papel fundamental del ganado como fuente primaria de proteínas para la tripulación. Según Moreno, el mayor número de desechos de vaca frente a las otras especies apunta a que el vacuno fue una fuente importante de proteínas para la tripulación. Además, la identificación de partes de animales con menor valor cárnico, como cráneos y extremidades distales de las patas, plantea la posibilidad de que se transportara ganado vivo para su posterior procesamiento a bordo.

Los patrones en la carnicería, como la frecuencia y ubicación de marcas de troceado en porciones pequeñas y manejables, indican a los científicos que los métodos de cocción más habituales eran la ebullición y el guiso. Además, los datos de envejecimiento denotan el probable consumo de carne tierna de vaca y cordero, indicando diferencias entre la alimentación de los oficiales de alto rango y el resto de la tripulación.

Por último, la recuperación de un tarsometatarso de ganso, un hueso sin rendimiento cárnico, supondría la presencia de aves de corral vivas a bordo, mientras que una vértebra de merluza se relacionaría con la provisión de pescado seco.

La cerámica, clave en el almacenamiento
Los análisis arqueométricos y químicos de las cerámicas, artefactos y restos óseos de fauna del yacimiento, han permitido a Ramírez, especialista en materiales del IEM-CSIC, reconstruir el itinerario de navegación del galeón. A través de la combinación del registro arqueológico con la documentación histórica, ahora se puede afirmar que el buque partió de Nápoles y pasó por Cádiz y Lisboa antes de hundirse en Galicia.

La cerámica se ha revelado como uno de los hallazgos más comunes, seguida de la madera y la piedra. Principalmente de manufactura portuguesa, estas vasijas no cumplían primordialmente funciones culinarias, sino de almacenamiento de agua y conservación de alimentos durante las extensas travesías marítimas. Además, «el estudio de las cerámicas y algunas piezas metálicas apuntan a diferentes técnicas de producción y a una importante cadena de conocimientos y mano de obra en su elaboración», detalla Crespo.

Las muestras se analizaron desde el punto de vista químico y mineralógico utilizando diferentes técnicas instrumentales en el IEM-CSIC, lo que ha permitido determinar dos tipos de cerámicas cocidas a diferentes temperaturas (<800ºC y >900ºC). Las primeras se relacionan con jarras para almacenar aceite, mientras que las segundas corresponden a piezas de vajilla, lo que confirmar la presencia de cerámica vinculada a la vida cotidiana a bordo de un barco militar.
Construcción naval mediterránea

En el monográfico también se publican los resultados de una intervención arqueológica del CSIC en el pecio de Mortella II, en 2021, que se realizó como complemento de la excavación del pecio del Mortella III efectuada entre 2010 y 2019, y al que está históricamente vinculado.

Ambos barcos eran mercantes genoveses que navegaban juntos y que se hundieron en 1527, en el contexto del séptimo conflicto italiano de la guerra entre Francia y España.

La revista recoge los principales resultados de las líneas de investigación sobre construcción naval y artefactos (anclas y artillería), del Renacimiento. La excavación de los pecios de la Mortella II y III fue dirigida por Arnaud Cazenave de la Roche y Ana Crespo.
(Fuente: The Objective)

10 de marzo de 2023

Luz verde a los trabajos previos para extraer el barco fenicio de Mazarrón

El Consejo de Gobierno de la Región de Murcia acuerda formalizar el Protocolo de Actuación para la conservación y la posterior exposición del pecio 'Mazarrón II' datado entre los siglos VII y VI a. C.

El Consejo de Gobierno dio ayer el visto bueno a la formalización del Protocolo General de Actuación entre el Ministerio de Cultura y Deporte y la Comunidad, para estudiar y definir el proyecto de extracción integral, conservación y exposición del pecio fenicio 'Mazarrón II', datado entre los siglos VII y VI a. C. Después de diversos estudios realizados con el consenso del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQVA) de Cartagena, en la actualidad «existe una gran probabilidad de que el pecio pueda sufrir alteraciones en su ubicación actual, como consecuencia de un temporal o por las corrientes marinas», explicó el Ejecutivo autonómico.

Según explicaron fuentes de la Comunidad, con este trámite se inician los trabajos previos a la extracción del pecio. Los estudios servirán para definir la hoja de ruta a seguir de cara a desenterrar el pecio, que se ubica en la playa de La Isla.

La Comunidad y el Ministerio crearon un grupo de trabajo que decidió de común acuerdo en 2021 que la opción más acertada era extraer la embarcación para su posterior tratamiento de conservación y futura exhibición, frente a la alternativa de conservarlo en el fondo a perpetuidad, lo que comprometería la integridad del pecio fenicio.

La extracción y conservación del 'Mazarrón II' fue el centro de atención de la reunión internacional de expertos que se celebró el pasado año en el ARQVA de Cartagena. En esas jornadas, impulsadas por la Comunidad y el Ministerio con la participación de la Unesco, los mayores especialistas mundiales en la extracción de barcos expusieron sus experiencias con el fin de diseñar la mejor metodología para aplicarla al pecio.

En el ARQVA de Cartagena
«El protocolo tiene como objetivo garantizar una planificación adecuada y coordinada de todas las fases del proyecto de investigación, extracción, conservación y exposición del pecio, que contemple todas las fases del proceso, antes, durante y después de la actuación arqueológica», señalaron desde el Gobierno regional. «La Comunidad y el Ministerio acuerdan definir conjuntamente los tratamientos más adecuados de conservación del pecio posteriores a su extracción, que se llevarán a cabo en la sede del Museo Nacional de Arqueología Subacuática», añadieron.
(Fuente: La Verdad)

18 de septiembre de 2019

Buzos de la Armada colaboran en la recuperación de cuatro culebrinas del S. XVI

Los dos cañones de bronce recuperados en la Costa da Morte podrían pertenecer a un navío español del siglo XVI
Técnicos y buceadores de la Armada colaboran en la recuperación de las culebrinas. FOTO: ARMADA ESPAÑOLA
La Costa da Morte sepulta los restos de innumerables naufragios. Desde pecios pertenecientes a naves romanas, galeones o fragatas, las aguas embravecidas dejan asomar, en ocasiones, lo que queda de antiguos navíos que se fueron a pique.

Uno de los últimos hallazgos en ver la luz fue parte del armamento de a bordo de un buque que podría datar del siglo XVI. Los encargados de recuperarlos -como cuerpo capacitado para la vigilancia del patrimonio arqueológico subacuático- fueron los buceadores de la Armada (Ubufer), con base en la estación naval de A Graña, junto con una empresa de arqueología y técnicos de la Consellería de Cultura.

Se trata de cuatro cañones de bronce localizados en la costa de Camariñas (La Coruña) y que corresponden al formato de las piezas de artillería conocidas como culebrinas, propias de los siglos XVI y XVII. Su hallazgo, no obstante, se realizó hace ya algunos años por un buceador deportivo, que grabó los restos y puso en conocimiento de las autoridades la ubicación del pecio. En la intervención del pasado lunes se recuperaron dos de las cuatro piezas identificadas.

Los especialistas de la unidad de buceo, al mando del comandante de la Ubufer, Ángel Lozano Gálvez, se desplazaron a la zona de costa señalada con dos embarcaciones de la Armada y un camión.

En el dispositivo participó también el arqueólogo submarino Miguel San Claudio, «gran conocedor de restos arqueológicos y experto en el abundante y rico patrimonio sumergido en aguas del litoral gallego», destaca la Armada. También contó con la presencia del técnico en restauración Francisco Sutil.

La identificación de las piezas «encierra múltiples dificultades por la ausencia de datos y el paso del tiempo en el material sumergido», indica. Una vez catalogados y estudiados por los técnicos, se podrá abundar sobre la época exacta y el origen.

17 de septiembre de 2019

Localizan once sables de principios del siglo XIX en aguas de Formentera

Un hallazgo casual por parte de un ciudadano concienciado con el Patrimonio ha permitido la recuperación de 11 sables a lo largo de es Caló que por su tipología coinciden con los utilizados a principios del siglo XIX. Todas las piezas han sido entregadas al Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera para su custodia y restauración. Ahora comienza la investigación para encontrar el pecio.

El Consell de Formentera, a través del Instituto Balear de Estudios en Arqueología Marítima (Ibeam) y del GEAS de la Guardia Civil, ha extraído del lecho marino 11 sables del siglo XIX, a unos 10 metros de profundidad, frente al pequeño puerto de es Caló.

El hallazgo es de suma importancia por los datos que puedan aportar de esa época. Todas las armas están en sus vainas, también metálicas, e «intactas», aseguró el director del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera, Benjamí Costa, tras realizar radiografías (en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario) a uno de los sables. Las placas desvelan su buen estado, por lo que calificó el hallazgo de «excepcional». Cada pieza mide entre 110 y 115 centímetros.

A primera vista los sables que se presentaron ayer ante los medios de comunicación tienen una empuñadura y están todos recubiertos de una costra arenosa con incrustaciones de algas y restos de conchas marinas, entre otros elementos.

El hallazgo
Todo empezó el pasado 15 de agosto cuando un vecino de Ibiza, Manel Guasch, que paseaba a lo largo de es Caló en su pequeña zódiac, acompañado de un amigo, encontró por casualidad un sable a unos 10 metros de profundidad. Según relató en la rueda de prensa de presentación, todo fue porque perdió el tapón de popa de la neumática y su amigo decidió lanzarse al agua para recuperarlo. Al cabo de un rato, apareció con una espada entre las manos. Ante su sorpresa se dieron cuenta de la importancia del objeto y enseguida informaron a la Comandancia de Marina y al Consell de Formentera. El área de Patrimonio insular, con competencias en esta materia trasladó la pieza al Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera (MAEF), institución de referencia en cuanto al depósito y custodia de materiales arqueológicos.

Una vez efectuada la comunicación del hallazgo, el Consell inició actuaciones encaminadas a documentar y estudiar el lugar. Entre el 26 y el 29 de agosto un equipo de buzos del GEAS de la Guardia Civil se desplazó hasta la zona junto con un arqueólogo del Ibeam. Esta asociación lleva trabajando desde 2015, por encargo del Consell, en un proyecto a largo plazo para elaborar la Carta Arqueológica subacuática de Formentera.
Esa inmersión de los profesionales permitió localizar un nuevo conjunto de elementos arqueológicos compatibles, por su tipología, con sables rectos de principios del siglo XIX.

Cuando el Consell estudio el informe y la propuesta de actuación del Ibeam, autorizó «una intervención arqueológica preventiva de urgencia para garantizar la salvaguarda de los objetos localizados y para determinar la existencia de otros restos arqueológicos», destacó la consellera de Patrimonio, Raquel Guasch.

Esta intervención de urgencia se llevó a cabo por dos arqueólogos y una restauradora del Ibeam los pasados 1 y 31 de agosto y consistió en la extracción del conjunto de sables, 10 en total.

Todas las piezas se trasladan hoy al Museo Arqueológico para iniciar su proceso de restauración y recuperación que puede durar un año, según avanzó su director Benjamí Costa.

La presidenta del Consell, Alejandra Ferrer, destacó «la colaboración entre todas las administraciones implicadas, que ha sido fundamental para el éxito» de esta misión de recuperación del patrimonio submarino.

Sigue la investigaciónAhora la zona está acotada y a mediados del mes de octubre se iniciará una nueva prospección arqueológica del Ibeam, con el apoyo del GEAS, para comprobar «si existe algún pecio que se pueda relacionar con el conjunto de bienes localizados», explicó el arqueólogo y jefe de proyectos del Ibeam, Javier Rodríguez.

La primera hipótesis que maneja es que esas piezas podían ser parte de la carga de un barco que debió hundirse. Sin embargo, todas las vías de investigación están abiertas hasta que los técnicos no logren restaurar los sables para comprobar si tienen alguna inscripción o si las próximas prospecciones previstas primero por el GEAS y luego por el Ibeam den resultados.

El arqueólogo Javier Rodríguez no dudo en calificar el momento actual de la investigación como «dulce» ya que en esta actuación ha comprobado la coordinación entre el Museo y el Consell, ademas del GEAS, «que trabaja todo el año para localizar y comprobar los pecios documentados». También alabó la colaboración de empresas privadas como «Trasmpi y Formentera Divers».

Raquel Guasch insistió, por su parte, en la concienciación ciudadana y recordó «la importancia de comunicar cualquier información referente a localización de restos arqueológicos subacuáticos para su protección».

(Fuente: Diario de Ibiza)

20 de octubre de 2017

Afloran los restos de un pecio en la playa de El Portil (Huelva)

Su descubridor, el arqueólogo Claudio Lozano, cree que la madera podría ser del 'Matagrana', hallado en 2008, o formar parte de un navío tan relevante como el 'San Medel y Celedón', del S. XVI
Intervención del pecio 'Matagrana', llevada a cabo por la Junta en 2008. FOTO: HUELVA INFORMACIÓN
El día de los enamorados de 2008 la mar destapó para el mundo, como si de un truco de magia se tratase, uno de esos fascinantes tesoros hundidos de los hombres: una antigua embarcación que había naufragado en El Portil, el navío de Matagrana, de construcción íbero-atlántica (probablemente de factura holandesa o inglesa) y datado entre las medianías del siglo XVII y las del XVIII. Ahora, nueve años después de aquel hallazgo que concitó el interés de la comunidad científica y sobre el que se desplegó una intervención arqueológica de gran calado, un nuevo descubrimiento pone el foco sobre la misma playa donde hace más de tres centurias se ubicaba la entrada de la barra (donde acababan naufragando muchas embarcaciones): más restos de madera, probablemente de roble y pertenecientes a una cuaderna, se asoman en la rompiente de la playa puntaumbrieña.

El doctor en Arqueología Subacuática Claudio Lozano los encontró el lunes, cuando paseaba por la bajamar, y lo puso inmediatamente en conocimiento de la autoridades. El martes presentó un escrito informando a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Huelva sobre este asunto, documento al que ha tenido acceso Huelva Información y en el que defiende como principal tesis que pudieran tratarse "de restos del Matagrana que no descubrió la Junta en su primera intervención", pero donde también insta a la Administración autonómica a "que se descarte que se trate de otra embarcación, ya que se encuentran en una cota diferente de donde se ubicaba el pecio de Matagrana y además presentan otra orientación".

  • Técnicos de la Junta de Andalucía ya inspeccionan "in situ" los restos localizados
De ser otro navío, afirma el arqueólogo onubense, podría tratarse del relevante San Medel y Celedón "y no podríamos dejarlo ahí". Si la Junta de Andalucía realizó una gran inversión en la investigación del pecio del Matagrana fue porque todo apuntaba a que fueran los vestigios de esa importante nao-galeón, construida en 1530 y cuyo naufragio se produjo 14 años después en El Portil, cuando regresaba de América cargada de polvo de oro. Existe una gran documentación sobre este navío debido al expolio que sufrió tras el accidente, "en el que muchos vecinos de la zona llevaron a cabo una rapiña absoluta", matando a muchos de los maltrechos marineros y llevándose, incluso, parte de las maderas de la estructura para ornamentar sus hogares. "En esa documentación se cita por parte de los supervivientes que antes de ellos embarrancar y estrellarse tiraron varias cajas de oro al agua", añade Lozano.

Pero la importancia del San Medel y Celedón vas más allá. Su hallazgo vendría a rellenar un hueco importantísimo en la historia de la construcción naval, puesto que "marca la transición entre la nao y el modelo constructivo de los galeones".

PROTOCOLO DE HALLAZGOS CASUALES
La Delegación Territorial de Cultura, como consecuencia de la información aportada por el arqueólogo subacuático, activó ayer el protocolo marcado por la Ley de Patrimonio Histórico en caso de hallazgos casuales como el que se le ha notificado, trasladando a varios técnicos autonómicos a la zona de la aparición, donde ya han tomado muestras fotográficas y han realizado mediciones. Estos trabajos, según informó ayer a este diario la Administración andaluza, continuarán en la misma línea en la jornada de hoy.

Lozano lamentó que el descubrimiento del pecio de Matagrana no diera lugar a "ninguna publicación científica de referencia", así como que la embarcación no se acabara extrayendo para su exposición pública. "Lo lógico es que lo descubierto por el Centro Andaluz de Arqueología Subacuática, dependiente del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, revertiera un poco en la sociedad".

Es más, pese al interés de los ayuntamientos de Punta Umbría y de Cartaya en que los ciudadanos pudieran acceder al barco en una instalación creada para tal fin, "se volvió a enterrar, como tantas cosas de interés arqueólogo de Huelva". El experto detalló que "llevaron una retropala, se hizo un agujero, llegaron al manto freático (la zona húmeda), colocaron un geotextil y allí enterraron el barco", justo en la zona donde está el chiringuito Fashion, donde sigue oculto a día de hoy.

3 de mayo de 2016

Recuperan un pecio del siglo XIX en Benalmádena para evitar su expolio

Se trata de 'La Isabella', un bergantín inglés que transportaba estatuas de mármol italiano y se hundió junto a las playas de Benalmádena (Málaga).
Un momento del rescate de los restos frente a la costa de Benalmádena. FOTO: GUARDIA CIVIL.
La noche del 4 de marzo de 1855 el fuerte temporal que azotó el mar hizo naufragar al bergantín inglés 'La Isabella' frente a las costas de Benalmádena. En su interior, la nave albergaba estatuas de mármol italiano que trasladaba hasta Calcuta con el fin de ornamentar alguna mansión de dicha ciudad de la India. Ahora, los restos arqueológicos del pecio han sido recuperados por la Guardia Civil por el alto riesgo de expolio que sufrían las piezas.

La Guardia Civil, en colaboración con personal del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico y agentes pertenecientes al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Benemérita, fueron los encargados de recuperar el tesoro marino que albergaba el pecio, protegido jurídicamente y catalogado como Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía desde al año 2009, según informó la Subdelegación del Gobierno en un comunicado.

LAS CORRIENTES DEJARON EL PECIO AL DESCUBIERTO
La decisión de actuar en este momento se adoptó debido a que las corrientes marinas de las últimas semanas en la zona y el consiguiente movimiento del fondo, dejaron ver con claridad los restos con el evidente peligro de expolio que ello suponía. El pecio se encontraba sumergido a ocho metros de profundidad, siendo accesible para cualquier submarinista, por lo que los agentes consultaron con la Delegación Territorial de Cultura, Turismo y Deporte de Málaga y con el Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, la posible extracción de las piezas para evitar que fueran expoliadas.

Bajo la supervisión de arqueólogos-buceadores del dicho instituto, los guardias civiles extrajeron dos círculos de mármol de 1,50 metros de diámetro, un peldaño de pizarra de 1,50 metros de longitud, varias losetas y un clavo de bronce de 0,50 metros de longitud. Debido al elevado peso de algunas piezas, los efectivos actuantes tuvieron que utilizar globos de reflote para elevarlos a la superficie.

Los restos arqueológicos fueros puestos a disposición de la Autoridad Territorial de Cultura de Málaga, realizándose nuevas mediciones y una actualización del estado del pecio, añadieron en la nota de prensa.

(Fuente: Diario Sur)

27 de enero de 2016

Descubren un depósito de restos arqueológicos de los siglos XVII-XIX en Ribadeo (Lugo)

Anclas, jarrones, vasijas, piezas de cerámica e, incluso, una escudilla «intacta» forman parte del hallazgo realizado por los buzos de la Armada. Todas las piezas están datadas entre los siglos XVII y XIX. Los responsables de la intervención aseguran que "no hay constancia de ningún pecio en la zona".
Algunas de las piezas recogidas durante la intervención. FOTO: LA VOZ DE GALICIA.
La ría del Eo sigue deparando sorpresas. Buzos de la Armada iniciaron ayer los trabajos para analizar los restos arqueológicos hallados en el fondo arenoso a unos ocho metros de profundidad bajo el Puente de los Santos. Estos restos, que en un principio se creía que podrían pertenecer a un pecio, corresponden en realidad a varios barcos hundidos en la zona entre el siglo XVII y mediados del XIX. Así lo dio a conocer el arqueólogo subacuático encargado de la inmersión, Miguel San Claudio, quien añadió que «son restos de importancia arqueológica» y que podrán ayudar a profundizar en el estudio de las diferentes naves que alberga la ría.

En este nuevo punto donde se acumulan las piezas encontradas han aparecido restos de madera de grandes dimensiones, así como vasijas, jarrones y diversas cerámicas que aparentemente se encuentran en muy buen estado ya que algunas conservan incluso su color original. Entre los objetos destaca un plato de porcelana inglesa que conserva el sello de fabricación. «Tenemos que estudiar de dónde procede», señaló San Claudio.

Miguel San Claudio en el momento de una de las inmersiones.
FOTO: EL COMERCIO.

Los submarinistas han podido observar además lo que a primera vista parece un cañón lanzacabos, un frasco de cristal de un botiquín de uno de los navíos, así como varias anclas que tienen ciertas particularidades. Por ejemplo una de las anclas es fija, por lo que se podría haber utilizado en el cargadero de mineral que se encuentra en la ría. Además hay dos anclas admirantadas, uno de ellas es antigua, y la otra está modificada.

A UN MUSEO DE PONTEVEDRA
En este nuevo tesoro submarino no solo hay restos, sino también objetos que están en perfecto estado sin ningún tipo de rotura o deterioro. Es el caso de una escudilla que, según el arqueólogo subacuático, está «intacta» y que probablemente se le cayó por la borda a algún marinero. Además han conseguido rescatar varios platos enteros, procedentes de la vajilla de algún galeón, y que contienen dibujos que pueden ser muy interesantes para darán a conocer su procedencia. También han extraído de la ría tres botijas que se utilizaban entonces para el transporte de diversas mercancías, como aceites, agua o aceitunas.

Todos los objetos fueron inventariados utilizando técnicas de exploración y métodos no destructivos, realizaron fotografías e inspecciones visuales. Gran parte ellos fueron recuperados ayer para evitar su expolio y trasladados por parte de la Consejería de Cultura gallega, a través de su dirección general de Patrimonio Cultural, al Museo Masso de Bueu en Pontevedra.

DESALINIZAR LOS RESTOS
Los expertos que ayer realizaron la inmersión en la zona del hallazgo tendrán que desalinizar los restos para posteriormente proceder a su estudio y conocer con detalle la procedencia de los mismos.

Miguel San Claudio, arqueólogo encargado de la inmersión aseguró que «no hay presencia de un pecio», aunque la inspección realizada ha permitido descubrir una gran cantidad de material arqueológico en un nuevo punto que permitirá conocer nuevos detalles de la historia de la ría del Eo.

Estos restos fueron descubiertos por los buceadores del Centro de Actividades Subacuáticas Costa de Lugo, que realizaron una inmersión para despedir el año 2015, durante las pasadas navidades, encontrándose con el tesoro. Los buzos, que ya son conocedores de que «la ría está repleta de embarcaciones hundidas», alertaron a la Xunta de Galicia cuando pudieron ver estos restos de importante valor arqueológico. Julio Vázquez, encargado del Centro de actividades subacuáticas del Club Náutico de Ribadeo, cree que este hallazgo fue posible ya que «los temporales marítimos de finales de año hicieron aflorar estos restos», que hasta ahora estaban tapados por la arena, y de los que no se tenía constancia.

13 de diciembre de 2015

La Unesco denuncia el saqueo del otro galeón "San José" naufragado en Panamá

La Unesco ha denunciado el saqueo del galeón San José, naufragado en aguas panameñas en el siglo XVII, y la comercialización de su valioso cargamento de oro y plata, algo contrario a los principios de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático. 
Los expertos de la Unesco han concluído que la metodología arqueológica no se ha empleado con los estándares correctos.
FOTO: UNESCO
Otro galeón llamado también San José, pero hallado recientemente en las costas colombianas, es objeto de polémica por su propiedad, que España reclama, mientras que Colombia mantiene que una ley nacional le permite conservar en sus aguas ese pecio y su contenido de oro, plata y esmeraldas, e incluso comercializarlo en parte. 

Panamá ha ratificado la convención de la Unesco para la protección del patrimonio subacuático En el San José de Panamá, el problema es que su explotación puramente mercantil, centrada solo en la búsqueda de bienes de valor, ha causado además daños particularmente importantes en ese sitio arqueológico, según las conclusiones de un informe de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura. 
  • A diferencia de Colombia, Panamá, sí ha ratificado la convención de la Unesco para la protección del patrimonio subacuático.
DECOMISACIÓN DE OBJETOS ARQUEOLÖGICOS
Incluso la Dirección Nacional del Patrimonio Histórico panameño decomisó, el pasado julio, objetos procedentes de esas excavaciones que estaban a punto de ser exportados ilegalmente, resaltó la Unesco en un comunicado. 

A petición del gobierno panameño, ese mismo mes y también el pasado octubre, el Consejo Consultivo Científico y Técnico de la Convención de la Unesco envió una misión de expertos para evaluar las acciones realizadas en ese pecio desde 2003. 

Sus expertos concluyeron que la metodología de relevamiento (estudio y análisis) arqueológico "no se ha efectuado" con los estándares correctos, indicó la Unesco. 

SE HAN REMOVIDO LOS SEDIMENTOS
"El uso de deflectores de hélices, que generan potentes chorros de agua, ha removido sedimentos y excavado el sitio", lo que impide ya una futura documentación precisa del mismo, lamentaron. 

Según los técnicos, esos métodos "son contrarios a las reglas internacionalmente reconocidas en el Anexo de la Convención" del patrimonio subacuático, además de que algunas piezas presentadas como procedentes del San José por la empresa que explota el sitio, parecen posteriores a su naufragio. 

Este galeón español hallado el archipiélago de Las Perlas fue construido en 1611 y había zarpado del puerto del Callao, en Perú, rumbo al país centroamericano, el 17 de junio de 1631, pero naufragó tras rozar con un bajío.

9 de diciembre de 2015

El derecho internacional protege la soberanía de España sobre el pecio del "San José" como buque de guerra.

El análisis de los expertos sobre las imágenes del pecio del galeón "San José" detecta sondeos propios de una intervención arqueológica de un pecio a profundidad.  Aunque la legislación nacional colombiana "blinde" sus actuaciones en materia de patrimonio, el derecho marítimo internacional protege la inmunidad soberana de España sobre el pecio al tratarse de un buque de guerra. 
El hundimiento del "San José" por Samuel Sceli. 
Varios expertos consultados por ABC que analizan los poquísimos datos ofrecidos hasta ahora por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, sobre el yacimiento en el que han sido hallados los restos del galeón San José, hundido en 1708, están llegando a nuevas conclusiones. La primera es que el yacimiento ha sido intervenido con sondeos, detalle que Santos no explicó específicamente. Y la segunda, que el presidente ha eclipsado el método científico que debe seguir toda excavación arqueológica.

Arqueólogos subacuáticos consultados, como Miguel San Claudio de la empresa Archeonauta, y Javier Noriega, de Nerea Arqueología, coinciden en destacar el oscurantismo. San Claudio afirma que las fotos revelan que el yacimiento presentado en la rueda de prensa celebrada en Cartagena de Indias, ha sido objeto de una intervención previa típica de un pecio a profundidad.

OSCURANTISMO
Para empezar, «no se ha indicado el origen español del pecio (y el origen cultural es fundamental porque orienta todo proyecto científico)», relata Noriega. «No se puede hablar de arqueología sin definir el origen y convertirlo en el centro de la investigación». Santos evitó este tema e insistió en que es patrimonio colombiano y que se defenderán de cualquier demanda porque han aprobado una ley que blinda (en la legislación nacional) sus actuaciones. En la internacional, el hecho es que el San José, como buque de guerra, está protegido por la inmunidad soberana, un concepto jurídico respetado por todos los países.

Las máquinas empleadas en esta exploración han sido Rovs (vehículos operados remotamente) y Auvs (vehículos autónomos que planean por el fondo y documentan las zonas de actuación). Con ellos, se ha retirado sedimento en la zona fotografiada, con el fin de limpiar los cañones y poder estudiar sus inscripciones. Noriega añade que «los caňones, con ese magnifico estado de conservacion se deben haber observado facilmente los escudos de las armas de los reyes de Espańa». Por si alguien alberga dudas.

RETIRADA DE SEDIMENTOS
En la fotografía de los cañones, Miguel San Claudio observa una importante retirada de sedimentos. Las zonas donde la arena del fondo aparece más oscurecida es porque allí el sedimento ha sido retirado, observa este arqueólogo subacuático gallego. Además, en esas zonas aparece una concentración mayor de conchas compatible con esa retirada de materiales. Los cañones en sí, que son de bronce y aparecen sin concreciones (los de hierro se oxidan y acaban invadidos por elementos orgánicos), y el experto asegura que han debido ser manipulados para retirar el limo, de manera que puedan verse las inscripciones. «No creo que se los encontraran así de limpios de sedimento, en mi experiencia eso no es posible», señala San Claudio. Santos no detalló estas operaciones, pero sí habló de cañones fundidos ex profeso para la capitana hundida en 1708, lo cual apunta a que se han leído las inscripciones.


EXPERTO EN ARTILLERÏA
El mayor experto español en artillería, Javier López Martín afirma que lo lógico en los inicios del siglo XVIII sería que los cañones fueran de hierro, fundidos en la fábrica de Liérganes-La Cavada, pero no obstante no le resulta extraño que en esa época y en un barco como el San José fueran montados cañones más antiguos, de bronce, fundidos el siglo anterior. «Las fotografías del pecio muestran cañones de bronce, todos iguales, españoles sin duda, fundidos en Sevilla o Lisboa. Ninguno de hierro fundido. Cañones similares armaban el Juncal, hundido mucho antes, en 1631».


Sobre las tinajas, también se observa la retirada de sedimentos, sobre todo en el frasco de cristal cuadrangular que yace entre varias tinajas (ver foto). «Ahí, si observamos los dos tonos del perfil cuadrado del frasco de cristal, parece que se ha retirado una cantidad importante de sedimento», revela San Claudio.

Noriega añade que «este tipo de actuaciones secretas, llenas de ocultismo, no son propias de organismos publicos» y que países amigos como son Colombia y España, dotados de instituciones científicas y universidades homologables y lazos de cooperación desde hace años, deberían encontrar los cauces para arreglar este asunto llegando a acuerdos. Ambos creen que hay que invocar que es un buque de Estado.


DETALLES OFICIALES EN 16 PREGUNTAS
Mientras tanto, ayer el Gobierno de Colombia filtró algunos detalles más, muy pocos, sobre la intervención realizada en el San José, dentro de su política de secreto de Estado. Confirmó que se han empleado Auvs (los vehículos citados) y dijo que lo que se ha hallado es un pecio con «contexto propio», sin decir que es de origen español. En general los expertos consultados creen que el proyecto está diseñado para evitar o ignorar a España desde el principio.

El Gobierno colombiano afirma que la embarcación «no había sido intervenida» anteriormente (promesa de que su carga está intacta). Alardea en el comunicado una vez más de la calidad de los expertos internacionales y de los estudios previos, cartográficos, «metereológicos» (sic) e históricos realizados.

Sobre la identificación que Santos calificó de segura al 100%, no se han ofrecido detalles, como las inscripciones de los cañones. Solo se alardea de que se ha registrado una zona de cien millas cuadradas de mar. Solo dice que «por las especificaciones de los cañones de bronce, que están en buen estado, no existe ninguna duda de que se trata del galeón San José». Y a pesar de que el barcó cayó sobre un costad y permanece oculto en gran parte, las autoridades de Colombia se aventuran a decir que el San José no explotó, según consta en todos los relatos históricos. Este extremo deberá ser confirmado más adelante.


LA CARGA
El San José salió de Cartagena cargado con una cifra de 7 a 11 millones de monedas de 8 escudos de oro y plata, 344 toneladas de metal que fueron valorados en 105 millones de reales de la época. Se dice que también portaba 116 cofres de esmeraldas y la fortuna personal del virrey del Perú.

Cualquier traslado a riqueza actual es pura fantasía, muy propia de cazatesoros. Ellos suelen reducir los yacimientos de origen hispánico a esa cifra, el monto de oro y su traducción en dólares, borrando de un plumazo la historia de un navío cargado con 600 personas, pertenecientes a una sociedad mestiza y llena de valores (en el siglo XVIII de una España netamente americana, aunque también había injusticias, como denunció Jorge Juan en sus informes secretos, en la estela de Bartolomé de las Casas.

ASOCIACIÓN PÚBLICO-PRIVADA
El Gobierno de Colombia está generando un modelo arqueológico en el que se establece una APP (Asociación Público Privada) con una empresa que invierte dinero para ofrecer servicios o infraestructuras. Debe de haber algún motivo para no ofrecer el nombre de la empresa que paga la exploración, porque Santos ha extendido el secreto de Estado sobre el proyecto. Como muchos arqueólogos unen ese hecho con la aprobación de la Ley de Patrimonio de 2013 que permite al Ejecutivo colombiano poner a la venta la mitad de lo excavado (de oro y plata y de otros objetos de valor), se sospecha que «el poderoso lobby cazatesoros ha abierto una sucursal en Colombia». ¿Por qué si no la ausencia de transparencia, o la deslealtad con España, país amigo y aliado en otros campos?

IMAGEN TERCERMUNDISTA
Otro arqueólogo consultado por ABC, como Alexandre Monteiro, de la Universidad de Lisboa afirmaron que desconfían de la puesta en escena del presidente Santos. «Que un presidente anuncie la identificación de un pecio solo una semana después de descubrirse es para desconfiar, al igual que la aparición de un contratista convenientemente alejado de los focos, que ha puesto seguramente los medios y conocimientos para el hallazgo». Monteiro califica de escándalo las declaraciones de la ministra de Cultura de Colombia Mariana Garcés por permitir que «se busque un tesoro en la sepultura de 600 marineros españoles. Es un escándalo diplomático, humano y de civilización». Monteiro cree que la manera de manejar políticamente este proyecto no permite ver a Colombia como un país moderno en ciencia y tecnología sino «tercermundista, y lo digo consciente de la dureza que expresa ese término».

Para Miguel San Claudio, de Archeonautas, es necesario resaltar que «se trata de un buque de Estado en el que España debería tener presencia. Es algo que no pueden negar». Pero cree que «España necesita poner enorden su propia casa tras décadas de pasividad en patrimonio subacuático, antes de decidir intervenir en otros lugares». Por último, pide que «la gestión del patrimonio subacuático la desarrollen profesionales del patrimonio cultural subacuático, algo que no ha ocurrido en España, donde la gestión está dirigida por profesionales de otras disciplinas con la falta de resultados que todos lamentamos».


Por su parte, Javier Noriega, de la empresa malagueña Nerea, dice que «las huellas de la mejor historia que puede España contar, la del descubrimiento de los mares y del mundo en sus galeones, esta siendorapiñada, destruida y siendo objeto de la especulación y no del estudio histórico hace decenios. Y asi lo hemos denunciado una y otra vez. Es inadmisible y urge una respuesta contundente y clara desde nuestro país,desde nuestra cultura, desde al ciencia, que deje bien claro el interés de España por investigar, proteger y narrar la historia de esos galeones hundidos, de ese patrimonio cultural subacuático hispánico, que por su importancia es de la humanidad. Hasta el momento, cero galeones, cero excavaciones y cero intenciones sobre nuestros galeones y barcos de época moderna, porque cero ha sido y es todavía el número de la incuria, del olvido y de una dejación que es inadmisible para la ciencia y lo peor de todo, un mensaje y un ejemplo terrible para confrontar con el mundo de los cazatesoros. Los consideramos abandonados, como si les dijésemos con nuestra falta de investigación: hagan ustedes lo que quieran con ellos». Noriega concluye lamentando que «el mundo no sabe, no conoce sus impresionantes historias, la impresionante cultura y arqueología que encierran aquellos naufragios que terminaron sus dias en las aguas del Caribe». Es hora de cambiar ese rumbo.

(Fuente: TEXTO Y FOTOS de ABC / Jesús García Calero)

10 de noviembre de 2015

Localizados en aguas de Formentera un pecio romano y dos del siglo XVII

El pecio romano del S. III transportaba aceite procedente del sur de la Península. Las naves de los siglos XVII o XVIII estaban dotadas de cañones y una de ellas portaba materiales de construcción como cerámica y cristal. Los restos se incluirán en la carta arqueológica subacuática.
Uno de los arqueólogos con el cuello de un ánfora del S. III. FOTO: JAVIER RODRÍGUEZ
Los expertos del Institut Balear d´Estudis en Arqueologia Marítima (Ibeam) que están elaborando la carta arqueológica subacuática de Formentera han localizado ya tres pecios que corresponden a tres embarcaciones de distintas épocas. El presidente del instituto, Sebastià Munar, explicó que no pueden dar la localización de estos restos para evitar el expolio, teniendo en cuenta que este tipo de yacimientos han venido sufriendo, de forma sostenida en el tiempo, el robo de numerosos objetos de valor patrimonial.

En concreto han encontrado un barco de la época romana, del siglo III después de Cristo, cargado con ánforas que contenían aceite procedente del sur de la Península. Además han localizado un barco del siglo XVII o XVIII con una serie de cañones y otra nave de la misma época con material de construcción como cerámica y cristal. El equipo de arqueólogos del Ibeam, está formado por Javier Rodríguez y Enrique Aragón, que junto con el presidente de esta entidad firmaron ayer un convenio con el Consell Insular.

El presidente, Jaume Ferrer, explicó que se trata de un acuerdo que fija las bases de la acción concertada entre el Consell y el mencionado instituto para elaborar la carta arqueológica subacuática de Formentera.

CARTA ARQUEOLÓGICA SUBACUÁTICA
Ferrer recordó que en el Plan insular de gestión del Patrimonio cultural para 2015-2016 se incluye la elaboración de la carta arqueológica subacuática «como actuación prioritaria dentro de las intervenciones programadas». El Ibeam es una asociación sin ánimo de lucro que tiene como objetivos investigar, proteger y divulgar el patrimonio cultural marítimo de Balears.

El convenio suscrito tiene una duración de cinco años y en cada campaña (una por año) el Consell aportará 2.000 euros a los investigadores para que hagan frente a los gastos. Además, les facilitan el alojamiento. La consellera de Cultura, Susana Labrador, destacó la importancia de esta carta arqueológica: «Servirá para localizar y describir nuestro patrimonio marino, y así podremos hacer una gestión y protección del mismo».

COLABORACIONES
Sebastià Munar explicó que «la carta arqueológica pasará a ser del Consell, aunque su consulta estará restringida a expertos para evitar expolio ». El presidente del instituto destacó que la carta «es un documento vivo que siempre debe estar renovándose». En esa línea pidió la colaboración de la población, en especial de los pescadores y de los profesionales del mar, para que en caso de encontrar restos sumergidos avisen al área de Patrimonio del Consell o a los GEAS de la Guardia Civil para que lo puedan proteger.

El Ibeam tiene previsto organizar un curso por Internet para difundir la necesidad de protección del Patrimonio submarino. También realizará talleres entre los más jóvenes para concienciarlos sobre el valor del patrimonio sumergido. Asimismo, grabará un documental con los trabajos desarrollados para hacer la carta arqueológica.

Munar explicó que han iniciado «una campaña de crowfunding para poder sufragarlo». Además del Consell y los GEAS cuentan con la colaboración de Trasmapi, la Fundación Abel Matutes, Decathlon, Vellmarí, Marina de Formentera, Ibiza Fun Rent Car y Global Star Events.

14 de octubre de 2015

Arqueólogos del CASC investigarán con minisubmarino un pecio ibérico del S. I a.C. en Port de la Selva (Girona)

El Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC) presenta su proyecto de exploración de un pecio ibérico del S. I a.C. en el yacimiento de Cala Cativa I, en Port de la Selva (Girona). Para ello emplearán el submarino Ictineu 3, uno de los dos únicos de Europa que puede descender a 1.200 metros con tres pasajeros.
Con el Ictineu 3 los arqueólogos podrán investigar hasta 1.200 metros de profundidad.
La primera campaña científica del Ictineu 3 ha sido presentada por los responsables del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC), que han destacado el nuevo horizonte que se les abre con esta herramienta, ya que los equipos autónomos de submarinismo sólo les permitían trabajar a 50 metros bajo el mar.

El submarino ha participado en las labores que el CASC desarrolla en Cala Cativa I, donde se encuentra esa barca de apenas diez metros de eslora que se hundió a 30 metros de profundidad frente a la costa de Port de la Selva, en pleno Cap de Creus, en el siglo I a.C.

Según el director del CASC, Gustau Vivar, los trabajos realizados en este yacimientos confirman lo que se había intuido en otro situado en el vecino Cap del Vol: que había en esa época “una construcción naval propiamente ibérica”.

PIONERO DE LA ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA
La arqueología subacuática en Cataluña arrancó precisamente en Cala Cativa I de la mano de un vecino de Port de la Selva, Romualdo Alfaras, que fue pionero al contratar a buscadores de coral para realizar inmersiones en los restos de la barca y sacar ánforas de su interior a la superficie.

Según Gustau Vivar, Alfaras pretendía conocer “la historia del barco” además de extraer su contenido y, cuando fue instado a hacerlo, venderlo y repartir ganancias por la Capitanía Marítima, decidió abandonar el proyecto.


“En este yacimiento, que es el origen de todo, hemos querido iniciar la colaboración con el Ictineu 3, que permitirá el inicio de un nuevo futuro”, ha señalado Vivar en Port de la Selva.

DESCENSO CON TRES OCUPANTES HASTA 1.200 METROS
Para el director del CASC, “a partir de ahora, a los arqueólogos se les abre una nueva frontera, al pasar de los 50 metros a los 1.200, prácticamente la profundidad de todo el litoral catalán”.

“Ahora sí dispondremos de las herramientas para documentar todos los restos que tenemos en nuestras costas, por primera vez se nos abren nuevas expectativas superiores a las empresas privadas que hasta ahora disponían de robots que servían para la caza de tesoros”, ha subrayado Gustau Vivar.

PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
Vivar ha detallado que se ha comenzado a planificar los protocolos de actuación que se utilizarán entre el submarino y los arqueólogos.

Desde el CASC, sus responsables esperan que el presupuesto de que dispondrán en el futuro les permita una colaboración continuada con el Ictineu 3, cuyo director, Pere Forés, que lo es también de la empresa que lo ha construido, Ictineu Submarins, ha manifestado su satisfacción por el éxito de esta primera campaña científica.

Forés ha destacado que el submarino es el noveno en el mundo en capacidad de descenso con la mitad de peso que el resto de integrantes de esta clasificación.

El director ha precisado que, durante los trabajos con los arqueólogos, Ictineu Submarins ha aprendido “cómo se trabaja en este campo en el fondo del mar” y que los integrantes del CASC han tomado conciencia de las labores que podían desarrollar dentro de un ingenio “equipado con tecnología punta”.

Pere Forés considera que a la arqueología submarina se le abren “grandes ventanas”, al tener ahora capacidad para explorar en un gran área bajo el mar y hacerlo a más profundidad.

LLEGAR DONDE LOS EXPOLIADORES NO HAN PODIDO
Forés ha destacado que estas dos circunstancias les permitirán llegar “donde los expoliadores de yacimientos submarinos no han podido hacerlo”.

El Ictineu 3, pese a ser de autoría catalana, lleva bandera francesa, ya que la legislación española no garantizaba que el submarino pudiera navegar por todo el mundo.

(Fuente: República / EFE)