google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: patrimonio histórico
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14 de junio de 2012

Detienen a dos expoliadores del Patrimonio Minero de Linares (Jaén)

Los delincuentes han sido detenidos  "in fragantipor agentes de la Guardia Civil en la mina "San José de Matacabras".
La Guardia Civil ha detenido a dos varones de 22 y 34 años de edad, como presuntos autores de un delito contra el Patrimonio Histórico, cuando fueron sorprendidos en la mina “San José de Matacabras” en el momento que cargaban en una furgoneta, maquinaria sustraída del interior de la referida Mina.
Con la detención le fueron intervenidos cabestrantes y maquinaria para cortar las piezas metálicas de mayor tamaño. El lugar donde se cometieron los hechos, se encuentra Inscrito por Resolución del BOJA, como bien 
integrante del Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía, como parte integrante de los bienes patrimoniales del Distrito Minero de Linares - La Carolina (Jaén).

(Fuente: Guardia Civil)

5 de marzo de 2012

Monumentos con perfil de ruina: el patrimonio extremeño en peligro

Una veintena de construcciones extremeñas de gran valor histórico-artístico forman parte de la 'Lista roja' del patrimonio español que elabora la asociación Hispania Nostra El puente de Alcántara, símbolo de la región, aparece en la relación.
Castillo de Azagala (s. XIII) - Villar del Rey:
Es Bien de Interés Cultural bajo el decreto de 1949 y la ley de 1985.
Tiene cubiertas hundidas, muros abatidos y torres desmochadas.
Es uno de los símbolos de Extremadura y Monumento Nacional desde 1924. "Sin embargo ninguna administración se preocupa por su mantenimiento. Hace 150 años de su última reforma y desde entonces no se ha realizado ninguna obra importante para su conservación", se queja Luis Mario Muñoz, alcalde de Alcántara. El puente romano de Alcántara, construido en el siglo I y el único de su naturaleza que hoy sigue soportando tráfico de vehículos, forma parte de la Lista Roja del Patrimonio que está elaborando Hispania Nostra, una asociación dedicada a la conservación del patrimonio español y que tiene a la reina Sofía como presidenta de honor. En total, más de 400 bienes de toda la geografía española forman parte de este listado debido a su estado de abandono y destrucción.
El puente de Alcántara es solo el más significativo de los bienes arquitectónicos extremeños que genera preocupación en Hispania Nostra. En la región existen otros 19 edificios cuyo valor histórico artístico está en riesgo, según esta organización sin ánimo de lucro. El último en incorporarse ha sido el Palacio y la torre de Los Pizarros. Se trata de una construcción del siglo XVI levantada en Conquista de la Sierra por la familia del conquistador trujillano. El edificio fue incluido en la declaración de Patrimonio Histórico de 1949 y, más recientemente, en la ley de Patrimonio de 1985. Pese a ello, Hispania Nostra denuncia su estado de abandono y ruina.

En la relación también aparecen otras edificaciones históricas de la comunidad autónoma, como la villa romana de La Cocosa --cuyo descubrimiento aportó mucho información por su buen estado inicial de conservación y los numerosos utensilios encontrados--, los castillos de Azagada, Trevejo o de Racha Rachel, o los conventos de San Antonio de Padua (Garrovillas de Alconetar) y las Trinitarias (Badajoz). También aparecen conjuntos paisajísticos como el berrocal que rodea Trujillo, amenazado por los proyectos inmobiliarios y de infraestructuras, y restos de viejas construcciones como la Casa Rectoral de Santa María (también en Trujillo) o la ermita de La Encarnación, en el término de Arroyo de San Serván.

"El problema es que las administraciones no se hacen cargo. No es de nadie y ahora, con la crisis, menos. Tan solo hemos conseguido el compromiso de la Consejería de Cultura para realizar un estudio de su situación", explica Luis Mario Muñoz en referencia al puente de Alcántara, uno de los buques insignias del patrimonio histórico de la comunidad autónoma. Las dificultades para conservar toda esa riqueza, ya patentes antes de la crisis, se han agudizado ahora, ya que los recortes también han llegado a este ámbito. Así, por ejemplo, el presupuesto de la Dirección General de Patrimonio de la Junta para proyectos de protección y conservación del patrimonio histórico artístico se ha reducido a 1,5 millones de euros para este 2012, casi 240.000 euros menos que el año pasado.

12 de diciembre de 2011

Los puntos negros del patrimonio valenciano

El abandono, el expolio y el vandalismo amenazan joyas históricas y arqueológicas que ya arrastran daños irreversibles
Defendieron poblados durante siglos en guerras y escaramuzas, embellecieron ciudades emergentes o custodiaron las cuitas de nuestros antepasados. El patrimonio valenciano respira con dificultad. A los achaques de la edad se suma una terrible enfermedad que recuerda a la 'Nada' de La Historia Interminable. El olvido avanza por un reino que no es, precisamente, el de Fantasía. En muchos sitios la historia sí que se ha terminado porque ha desaparecido. Castillos completamente borrados del mapa, yacimientos arqueológicos de primer orden sepultados bajo la hierba o templos en los que sólo quedan unas pocas estructuras en pie.
Gráfico del patrimonio valenciano en peligro.
La financiación necesaria para consolidar, mantener o, simplemente, salvar de la extinción muchos de estos restos históricos hace tiempo que no llega, especialmente ahora que la crisis ha asfixiado partidas que ya eran, en algunos casos, exiguas.
Dar una vuelta por el patrimonio valenciano es hoy una tarea desagradecida y poco alentadora. En la Comunitat Valenciana había contabilizadas 764 construcciones entre fortalezas, torres, masías e iglesias fortificadas y 277 son castillos. De las 102 fortificaciones contabilizadas en la provincia de Valencia, el 80% se encuentra muy destruido o en avanzado estado de deterioro. Hay restos que, incluso ya han desaparecido por completo. Así lo demuestra un estudio elaborado por investigadores de las Escuelas de Arquitectura, Caminos y Agrónomos de la Universidad Politécnica de Valencia, en colaboración con la Asociación de Amigos de los Castillos, que ha analizado a fondo los últimos 45 recintos que básicamente quedan en pie. Para elaborar esta radiografía se descartaron vestigios «de los que se tenía constancia documental pero que, por desgracia, han desaparecido por completo, lo que da una idea del gran grado de debilidad en el que se encuentran estas fortalezas que dieron su vida y salvaguardaron pueblos que ahora los han olvidado por completo», explica Manuel Ramírez, experto y director del trabajo de investigación.
La falta de financiación, azuzada ahora más que nunca por la crisis económica, junto a repetidos expolios y cuantiosos actos vandálicos que se ceban en estos enclaves, normalmente apartados donde no hay ninguna vigilancia o medida de protección, son las plagas que están minando poco a poco el legado valenciano.
Memoria perdida
Las fortalezas que no están en manos privadas están catalogadas, en su mayoría, como Bien de Interés Cultural (BIC). No obstante, los listados actuales de estos lugares protegidos son muy escuetos y a veces poco claros.
Este estudio ha concretado muchas características de los castillos que han sobrevivido. «Se ha obtenido cuantiosa información que no estaba catalogada y fotografías que ni siquiera están en las bibliotecas». Todo este trabajo de campo puede ser la base «para poder actuar o intervenir, un primer paso fundamental» que rescate todo este legado.
Pero el avance lo deben dar las Administraciones y en este punto la «cooperación es clave, fundamental. Todas las Administraciones son responsables del mantenimiento y recuperación de este patrimonio pero hoy esa colaboración no existe y estamos perdiendo un rico patrimonio cultural, histórico y paisajístico». Muchas personas ni siquiera pueden visitar estos conjuntos porque, sencillamente, es imposible acceder a ellos. No hay sendas, ni camino, ni itinerarios, ni carteles orientativos de ningún tipo. Para dar a conocer cuál es la delicada situación de este patrimonio, el equipo de investigación de la Universidad ha planteado al Ayuntamiento de Valencia mostrar todo este material «en una de las pocas fortalezas que quedan en la ciudad, las Torres de Quart».
El rosario de ejemplos de restos históricos y arqueológicos en apuros es abrumador. El castillo de Sagunto, Monumento Histórico Artístico, acumula más de 30 puntos negros en materia de seguridad para el visitante, carece de carteles explicativos o formativos y parte de sus murallas se mantienen en pie a duras penas, asediadas por filtraciones, tímidas inversiones y millones de chumberas que ocultan y dañan los restos.
 Poblado amurallado de Berfull, en Rafelguaraf.
El castillo comparte su desdicha con un BIC situado a pocos kilómetros, el Grau Vell de Sagunto. Se trata de uno de los recintos portuarios excavados más importantes del Mediterráneo y el único que queda de la costa valenciana pero desde hace años está sepultado por maleza y tierra y sin un proyecto de consolidación y musealización que permita hacerlo visitable.
Hace más de seis años dos prospecciones subacuáticas confirmaron la existencia de otro yacimiento contiguo, esta vez sumergido, donde se detectaron restos de una antigua construcción (un posible faro) y vestigios de cargamentos de las naves romanas que fondeaban cerca de la costa. Nada de esto ha podido salir a la luz.
En comarcas como la Ribera hay Bienes de Interés Cultural que más que joyas históricas parecen casas abandonadas. Es el caso del poblado amurallado de Berfull, en Rafelguaraf. Se trata de una urbe medieval fortificada compuesta por una sola calle y ubicada en medio de un llano. Es una de las pocas edificaciones de este tipo que hay en la Comunitat. Humedades, basura y enormes derrumbes convierten estos vestigios en auténticas ruinas. Una de las señas de Benifaió es la Torre de Musa, un torreón de origen árabe del siglo XIII que lleva años esperando una intervención.
Otro yacimiento histórico valenciano olvidado por la falta de intervenciones es la ciudad ibérica de Caudete, de los siglos V al III a.C., que acumula muros dañados. El Puntal dels Llops en Olocau (Valencia) es un fortín del siglo III a.C. que también se desmorona. El Castellet de Bernabé en Llíria, un caserío fortificado, está amenazado por desprendimientos y vegetación invasiva. «Su estado de conservación actual es muy malo. Se actuó en los años ochenta y desde entonces no se ha vuelto a intervenir», apunta Consuelo Mata, investigadora y profesora del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universitat de València.
En este paseo no apto para deprimidos hay que recalar por la Safor, comarca en la que también hay puntos negros como la capilla de l'Assumpció de la Mare de Déu de Gandia, muy cercana a la Insigne Colegiata, cuyo estado es tan crítico que asociaciones en defensa del patrimonio alertan de peligro de derrumbes debido a graves problemas estructurales.
También la ermita de Sant Vicent, que en su origen podría haber sido una mezquita, está en situación de avanzada degradación.
Otro caso es el de la ermita de la alquería de Martorell, asediada por filtraciones, goteras y cañizo podrido entre sus vigas. La imagen que presenta la vieja ermita es deplorable. Este edificio histórico lleva mucho tiempo descuidado. Tanto es así que el Ayuntamiento se vio obligado hace unos dos años a derribar la cubierta para que no se desplomara. Las inclemencias meteorológicas contribuyen a empeorar la situación. El templo es del siglo XX, no obstante su importancia radica en que está construido junto a un trapig del siglo XVI, en el que se molía caña para obtener azúcar.
Uno de los temas de más actualidad en conservación del patrimonio en Gandia es el de l'Alqueria de la Torre dels Pares, ubicada en los terrenos colindantes al futuro hospital comarcal, y que también presenta partes degradadas y ha sufrido actos vandálicos.
En la provincia de Castellón hay más vestigios que no pasan por su mejor momento. Es el caso de la Iglesia de la Purísima Concepción de Vall de Almonacid, que fue cerrada al culto en abril de 2005 cuando varias catas confirmaron la falta de solidez del firme y los problemas de cimentación del templo. Filtraciones de agua ya se llevaron por delante parte de la cubierta. Las crecientes grietas y la caída de cascotes suponían un peligro para los feligreses que, desde el cierre, celebran los oficios religiosos en un edificio municipal. Casi cinco años y medio después, se habló de ejecutar un proyecto de rescate que comenzaría en 2011. No ha empezado.
La Cartuja de Vall de Crist de Altura es otro ejemplo de joya histórica en apuros. Su existencia arranca en 1385 cuando se colocó la primera piedra de la iglesia de San Martín. Hoy, siete siglos después, es uno de los escasos edificios que se conservan dentro de este conjunto catalogado BIC. Sus ruinas piden a gritos una rehabilitación integral y un plan director para frenar los derrumbes que padece, el último en un muro de la cocina.
Actos vandálicos y robos «continuos han dañado aún más el antiguo monasterio. Este lugar ha tenido enorme importancia en el tiempo y hoy está en ruinas. Hace poco prometieron ejecutar el techado de la iglesia mayor, para poder preservar los muros», explica Manuel Sellés, miembro de la Asociación Cartuja de Vall de Crist, entidad que nació precisamente para rescatar del olvido este monumento y que hoy cuenta con más de un centenar de socios.
Otro detalle de hasta qué punto faltan medios para, al menos, dar a conocer el patrimonio insignia valenciano es la falta de folletos del museo de un tesoro cultural de la provincia y el único declarado Patrimonio de la Humanidad; la Valltorta. Tras agotarse recientemente, en la sala tuvieron que fotocopiar el último, que es lo que dejaban al turista para informarse. Desde que en 1998 la Unesco declarara Patrimonio de la Humanidad las pinturas rupestres que se conservan ha habido muchos planes. En noviembre el presidente de la Diputación, Javier Moliner, anunció un nuevo impulso para promocionar este rico legado. Quien sabe si algún día la historia valenciana podrá ser, por fin, interminable.
(Fuente: Las Provincias / Marina Costa)

6 de julio de 2011

Andalucía recibe 3 millones para la restauración de su patrimonio histórico

Las provincias de Almería, Granada,Jaén y Málaga seran las beneficiarias de este plan de rehabilitación
El Ministerio de Fomento ha destinado casi 3 millones de euros a la recuperación y restauración de seis monumentos pertenecientes al patrimonio histórico de Andalucía, según ha informado dicho ministerio en un comunicado.
Las provincias beneficiarias de este plan de rehabilitación han sido Almería, Granada,Jaén y Málaga, gracias al 1 % del presupuesto de obras públicas que destina Fomento para la conservación del Patrimonio Histórico Español.
Catedral de Ntra. Sra. de la Asunción en Jaén.
Entre los proyectos elegidos para su restauración se encuentra la Alcazaba de Almería, donde se procederá a la eliminación de patologías y la consolidación de las estructuras que forman el frente de la fortificación.
En Granada se iniciarán actuaciones en el Castillo de la Rábita (Albuñol) donde se ubicará un centro de interpretación sobre el patrimonio histórico del municipio, para lo que se derribarán las estructuras que se añadieron en el siglo XX.
Mientras que el Palacio de Dar al-Horra de Granada se adaptará a los futuros eventos culturales que se realicen en sus instalaciones y se rescatarán elementos de interés que no pudieron salir a la luz en la restauración de Torres Balbés.
En la provincia de Jaén se someterá a la Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción a proyectos de limpieza de sus fachadas y a la mejora del abastecimiento de agua y del pavimento.
Málaga acogerá reformas en el Convento de la Trinidad y en la Villa Romana de Río Verde (Marbella), donde se cubrirá la parcela en la que se encuentra el yacimiento arqueológico para proteger las futuras excavaciones.
(Fuente: Ideal)