google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Deóbriga
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28 de noviembre de 2011

El plan arqueológico para Deóbriga llega después de un año

Sólo recoge una inversión de 96.000 euros para el yacimiento burgalés
El proyecto arqueológico que durante más de un año ha dejado sin puerta principal de acceso al polígono industrial de Ircio, la 'joya de la corona' de la Junta de Castilla y León en Miranda, está ya en el Ayuntamiento. El informe que pretende salvaguardar los yacimientos de Deóbriga, el mismo que bloqueaba una solución que ha vuelto a poner en entredicho la agilidad de las administraciones a la hora de resolver contratiempos, contempla una inversión de apenas 96.000 euros. Es lo que costará la limpieza y adecuación de los restos. La cuantía final está muy lejos de ese millón planteado en un primer momento para esta fase de la actuación.
Restos de Deóbriga en Miranda del Ebro
«El miércoles entró por fin la segunda parte del proyecto para el acceso; lo que van a hacer con las piedras que han salido», desveló ayer Fernando Campo en Valladolid. Echando mano de la ironía, el responsable municipal explicó que «está firmado por dos arquitectos, varios aparejadores... Y la verdad es que me ha sorprendido bastante el presupuesto. Miré y lo único que hacen es limpiar las piedras. Y para eso hemos estado esperando más de un año. Y encima -añadió- ahora me piden celeridad».
No requiere licencia
El 'Proyecto para la consolidación de estructuras arqueológicas del Yacimiento Arce Mirapérez', como se denomina este informe, ha sido presentado por ADE Parques Tecnológico y Empresariales, mes y medio después del primero; el puramente urbanístico.
No requiere, como aquel, licencia municipal de obras, lo que implica que el Ayuntamiento emitirá, únicamente, un documento técnico de recomendaciones, similar al presentado para la adecuación de la estructura viaria de conexión con la carretera de Logroño. «Vamos a trasladar mañana o el lunes, exclusivamente nuestra opinión y, desde luego, será una opinión ponderada porque lo que quiero es que se haga ya la obra». Campo, sorprendido por lo 'ajustado' de este proyecto -más aún teniendo en cuenta la larga espera y los daños colaterales causados a la hora de captar nuevas inversiones-, admitió que «no me cuadra en lo que se refiere a la cantidad; hablaban de un millón de euros. Pero es que ya hay pocas cosas que me cuadran en este tema. Tampoco me cuadra que todavía no se haya contratado la parte fundamental de esta obra», valorada en alrededor de 2 millones de euros.
El nuevo vial costará dos millones de euros.
El PP, sin poner en tela de juicio el proceso que se ha seguido con este proyecto, se limitó a criticar las recientes manifestaciones del alcalde -«del proyecto del vial de Ircio nunca más se supo», aseguró hace un par de semanas- y, a través de una nota de prensa le recordaron, «con el fin de evitar en los próximos días nuevas manifestaciones inoportunas e impresentables» que la entrada por registro del documento se produjo a las 14:34 horas del martes (un día antes).
En la misma comunicación piden celeridad «conocido el especial celo y detalle con el que, al parecer, algunos de los técnicos municipales informan los proyectos presentados por la Administración regional en nuestra ciudad». Y añaden con aún más sorna: «La experiencia reciente nos dice que serán muchos los reparos y objeciones que, suponemos, en defensa de la legalidad y del interés general, se aleguen al respecto».
La solución arqueológica se suma a la que se dio a conocer el 10 de octubre: el diseño de los 260 metros lineales para comunicar la carretera de Logroño y el propio polígono de Bayas con Ircio Actividades. Implica la construcción de una calzada de 13 metros, con cuatro carriles de 3,25 de anchura, un carril bici de 2,50 y dos aceras de similares dimensiones en el tramo más próximo al área industrial. Los últimos 134 metros, los de enganche con la glorieta -donde se hallan los restos- tendrán mayor elevación y se estrecharán ligeramente. Desde este punto podrían observarse la parte afectada del yacimiento.
(Fuente: El Correo / S. Arroyo)

28 de febrero de 2011

Alertan del saqueo de material en un tramo del yacimiento de Deóbriga (Burgos)

La zona ha sido escrutada con detectores de metales y han desaparecido piedras de los muros sacados a la luz 
Sólo son piedras. Es verdad, al menos sacadas de su contexto, pero no son únicamente eso si se encuentran en un yacimiento arqueológico romano como el de Arce-Mirapérez, próximo a Miranda de Ebro (Burgos) de donde han desaparecido ya unas cuantas. 
Las últimas excavaciones se han centrado en una área
 de 3.800 metros cuadrados. :: A. GÓMEZ
No es lo único que ha desaparecido. Algunos ciudadanos también han observado a gente inspeccionando la zona con detectores de metales. El problema no está en que se pase por encima de los 3.800 metros excavados hace unos meses por la empresa Ondare-Babesa a petición de la Junta, para saber cómo afectaría la construcción del vial a los restos arqueológicos. De allí se sacó prácticamente todo el material sensible y una vez procesado e inventariado se depositará en el Museo de Burgos.
Lo peor en este caso es que son evidentes los signos de que se han hecho agujeros en el resto de la finca. «Eso es un delito contra el patrimonio, está perseguido y la Guardia Civil les puede detener», aseguraron expertos en la materia. Durante el proceso de excavación el equipo responsable del mismo ya dio parte al Seprona de algunos movimientos no autorizados ni permitidos que se habían dado durante los fines de semana, cuando no había nadie en la zona. De hecho, se reforzó la vigilancia.
Lo que se pretende no es preservar piezas de un cierto valor económico, si no de gran peso histórico. A historiadores y arqueólogos, las piezas por sí mismas nos dicen pocas cosas. Necesitan un contexto y eso es lo que se destruye cuando entran», explicaron. La información estratigráfica del lugar en el que se encontraba la pieza desaparece y ese es «una daño irreparable» que, evidentemente no tiene nada que ver con el dinero, si no con la comprensión del entorno donde se está excavando.
  • El expolio de restos también se ha detectado en el entorno del castillo de La Picota
Deóbriga no es el único sitio por donde han pasado. Al parecer, el entorno del castillo de La Picota también ha sido recorrido palmo a palmo con detectores de metales. Y es que por tener un aparato de esos sólo requiere hacer una inversión económica que puede rondar los 1.800 euros si se adquiere uno de los más modernos que son capaces de discriminar la búsqueda del metal que se le indique.
En principio, el simple hecho de 'buscar' y que cuando se encuentre algo la máquina emita un pitido no supone ningún problema. La ilegalidad no aparece hasta que se remueve la tierra del lugar señalado. «No se puede entrar a un yacimiento arqueológico inventariado pasar el detector, levantar la tierra y llevarse lo que hay debajo», aclararon. En el momento que se altera el subsuelo necesitas una autorización y una formación que te permita hacer ese trabajo.
Pese a que hace muchos años que se habla de la existencia de restos históricos en el entorno de Arce-Mirapérez, la zona se había librado de los saqueos hasta ahora. Hasta que no se han hecho las excavaciones no han empezado a suceder. Pero tener la zona vigilada permanentemente es imposible, por lo que lo único que se puede hacer es pedir la colaboración ciudadana para que si ve a alguien llevándose material de la alerta.
(Fuente: El Correo)

25 de octubre de 2010

El desinterés de la Junta de Castilla y León por la ciudad romana de Deóbriga (en Miranda -Burgos-) pone en peligro este yacimiento

En pocas semanas, el vial de conexión entre la carretera de Logroño y la zona logística de Ircio -que promueve la Junta de Castilla y León- sepultará alrededor de 4.000 metros cuadrados de restos, en la esquina noroeste del poblamiento.
Historia e industrialización viven enfrentadas desde hace décadas en la ciudad y, hasta ahora, empresas e infraestructuras han salido victoriosas frente a la arqueología en las distintas batallas que se han librado sobre el yacimiento de Arce-Mirapérez.
El yacimiento oculta los vestigios de la ciudad romana de Deóbriga
Las máquinas han entrado sin miramiento con anterioridad en algunas partes de las 26 hectáreas que ocultan bajo su suelo los vestigios de lo que fue Deóbriga, el embrión de Miranda. Los estudios realizados por distintos historiadores en varias épocas recogen los impactos que sobre la zona han tenido los trabajos agrícolas, pero sobre todo los industriales, como la construcción de un gasoducto en la década de los 90 para la papelera o la propia ubicación en el entorno de las plantas de Montefibre y Fefasa (Rottneros en su última etapa).
  • La Junta ha sido insensible a la solicitud de declarar el yacimiento de Arce-Mirapérez un Bien de Interés Cultural
Circunstancias a las que ya aludió el arqueólogo Rafael Varón, en un artículo aparecido en Estudios Mirandeses 2008, de la Fundación Cantera. En su opinión, «el desmedido interés por una rápida industrialización de la comarca mirandesa, acabó en aquel momento con un sector del yacimiento de época romana, aunque no podamos llegar a cuantificar en qué extensión».
Vista aérea del yacimiento.

Pero los suyos, aunque sean los últimos, no son los únicos trabajos que se han realizado para demostrar la existencia de unos restos de gran valor. Con anterioridad, unos cuantos trataron de poner el foco de atención sobre Arce-Mirapérez, aunque sin éxito, ya que nunca ha existido un proyecto para ponerlo en valor y dotarlo de la entidad que sí tienen ahora espacios como Clunia o Numancia.
El primero sobre el que hay referencias históricas fue Diego Lorenzo Prestamero, quien, según recoge Varón en su tesis, fue «quien dio a conocer el yacimiento a la incipiente comunidad científica del siglo XVIII».
El testigo lo tomó Remigio Salomón que recogió su actuación en el Semanario Pintoresco Español en 1854. Su trabajo de campo, además de hallar restos de mosaicos y pavimentos, le permitió exhumar una pequeña estatua de bronce de 15 centímetros que podía representar a Palas Atenea y que hoy está desaparecida.
Cuatro décadas después fue Teodoro Sáez quien escribe sobre Arce y habla de la presencia de dos necrópolis, un acueducto e infinidad de monedas. Elementos todos ellos que prueban «su antigüedad».
No hay noticias que atestigüen otro trabajo hasta casi un siglo después, cuando -según recoge el estudio de Varón- en 1973 José María Solana retomó las excavaciones con el objetivo de «localizar con precisión el sitio exacto del hábitat».
Pero no fue hasta 2 años después cuando la investigación toma cuerpo con la publicación de la 'Carta Arqueológica Provincial de Miranda de Ebro' de José Antonio Abásolo que descubría, según el autor, «la necrópolis celtibérica del poblado».
Una antigüedad que vendría a confirmarse ahora gracias a los hallazgos de las excavaciones que se realizan en este momento en una zona reservada para el paso del vial de Ircio y que, si nada o nadie lo remedia, sepultará el ángulo noroccidental de Arce-Mirapérez.
Olvido y obras
Tras esas actuaciones arqueológicas que se concentraron en los años 70, la zona volvió a caer en el olvido en lo que a la tarea investigadora e histórica se refiere. No sucedió lo mismo con la actividad urbanística que llegó a los márgenes de valor arqueológico, «afectando a zonas importantes del yacimiento sin que se produjese ningún tipo de control sobre los posibles daños causados al mismo», como reconoce el extenso estudio de Varón.
Entre esos destrozos, se apunta al trazado de la carretera de enlace de la BU-740 con el Polígono Industrial de Bayas como causante de la desaparición de una necrópolis. A esto, se suma la construcción de una urbanización paralela a la carretera en el flanco norte del núcleo urbano de época romana.
  • La falta de apoyos hace que Deóbriga siga enterrada siglos después de los primeros estudios sobre su importancia
No han sido las únicas agresiones al patrimonio, con el agravante de que las más recientes se han realizado cuando ya se había inventariado y delimitado el área de protección de yacimiento y se había incluido en los instrumentos de ordenación urbanística local.
Y puede haber más si sigue adelanta la ampliación de la calzada de la carretera de Logroño -actualmente en estudio informativo y del que el PP mirandés ha pedido su paralización- se sepultarían 10.000 metros cuadrados de las 26 hectáreas en la que se estima hay valor arqueológico. Pero es algo que ya se sabía y que Varón, en palabras que El CORREO recogió en febrero de 2009, ya advirtió.
A la espera de ser BIC
Desde hace algo más de una década ha sido prácticamente este arqueólogo mirandés el único que ha trabajado ahí, acompañado, evidentemente, de un equipo de especialistas en varias ocasiones y de voluntarios en otras, como en 1999. Ya entonces, las conclusiones del estudio remitido a la Junta apostaban por declarar el yacimiento Bien de Interés Cultural (BIC) y advertían del peligro de la urbanización de la zona en lo referido a la construcción de un vial para unir los polígonos de Bayas e Ircio, así como la instalación de una Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR).
Advertencias todas ellas hechas públicas y que han caído en saco roto, pese a las denuncias interpuestas ante Patrimonio. La depuradora lleva varios años en funcionamiento y quedan apenas 300 metros de carretera por construir para unir los dos parques industriales.
Y eso, que excavaciones arqueológicas para saber lo que entierra ese suelo ha habido, dando como resultado además constancia de su valor.
Sólo la de 2004 logró imponerse al proyecto de construcción de un polígono industrial en terrenos de Rottneros. Tal y como recogió este periódico, un año más tarde, en abril Patrimonio descartó su construcción. En ese mismo ejercicio, se volvió a trabajar para comprobar la afección que tendría en el yacimiento la construcción del vial. Se demostró que afectaría y se varió su trazado aunque no lo suficiente para bordear el área arqueológica. Pero aún se podría reformar el proyecto en opinión, por ejemplo, del colectivo de arquitectos de la ciudad, o del constructor José Luis Montes que, en este periódico, han hecho pública su preocupación por los daños irreversibles que la obra puede causar.
En 2006 se volvió a intervenir «de urgencia» por los perjuicios que la construcción de una rotonda en la carretera de Logroño estaba provocando. Y ahora se trabaja allí de nuevo para documentar y salvar aquello que va a ser sepultado por el vial de Ircio, para el que Gesturcal solicitó licencia de construcción en enero de 2009. Aunque la obras no empezaron hasta 14 meses después, en marzo de este año.
Expertos y estudiosos no dudan a estas alturas de la importancia de un yacimiento del que se tiene constancia escrita hace varios siglos y del que ya reclamaron en 2007 su protección a las instituciones en declaraciones recogidas en este medio el 6 de junio. pero no hay administración que apueste por ponerlo en valor, pese a que en su defensa se pueda argumentar que sería una fuente de riqueza cultural capaz de generar empleo, potenciar la investigación y atraer turismo, y todo ello apostando por valores de sostenibilidad.
(Fuente: El Correo)