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3 de abril de 2014

La desidia sepulta el 'Praetorium' de la Legio VII en León

Los restos de la casa del legado de la Legio VII aparecidos en San Pelayo hace 10 años están invadidos de maleza y basura y el hallazgo de sus excavaciones no se ha presentado a la Junta desde que se iniciaran las excavaciones. Los materiales descubiertos tampoco han entrado en el Museo de León.
Estado actual del solar donde se encontraron los restos del Praetorium de la Legio VII. Foto: RAMIRO
Trajano fue legado de la Legio VII entre los años 86 y 89, antes de ser emperador. Aún no se sabe con certeza si vivió ese tiempo en León, pero si lo hizo tuvo que ser en los Latera Praetorii, la casa del Legatus Legionis, uno de los espacios señeros del campamento de la Legio VII en León.

Su ubicación trajo de cabeza a los arqueólogos durante décadas. Hace diez años empezaron a emerger sus imponentes restos en un solar de la plaza de San Pelayo, 8. En 2009, en una segunda excavación obligada por la Junta, destapó un muro de mampostería de gran porte y otro de ladrillo, asociado a un hipocausto y un complejo metalúrgico.

«Son los restos de mayor porte que se conocen en León después de las termas que hay bajo la Catedral», asegura el arqueólogo territorial. Julio Vidal y María Luz González ya habían apuntado la hipótesis de la ubicación de la casa del legado en la publicación del hallazgo de los Principia, en la calle San Pelayo, 7, en 2005 en la revista de la Universidad de Valladolid. Faltaba «el aval arqueológico». Entonces ya estaba en marcha la excavación de la plaza de San Pelayo, 8 y las miradas de los expertos puestas sobre el solar.

ESPACIOS PARA LOS CENTURIONES
Roma solía levantar el Praetorium al oeste de los Principia. Pero, en León, los restos arqueológicos de los solares occidentales parecían espacios de los centuriones. Así cobró fuerza la hipótesis de que el pretorio era el edificio al cuartel general por el norte, como sucede en Vindobona (Viena) y en Deva Victrix (Chester).

El arqueólogo Francisco Hervés, que realizó la segunda excavación entre 2009 y 2010, señala que se han encontrado restos de varias etapas desde el siglo XIV hasta la época romana. Los restos medievales y los romanos se superponen en estratos en este espacio noble del campamento y de la ciudad que fue capital del Reino de León. Que se trata de un sector noble lo indica también la cercanía del Palacio de doña Berenguela cuyos vestigios, catalogados como monumento nacional, están muy cerca, en el colindante patio del colegio Santa Teresa.

RESTOS DE "MAGNÍFICA FACTURA"

Se ha encontrado, es notorio a primera vista, un importante muro de mampostería se descubrieron los restos de ladrillo de un hipocausto o sistema calefactor y un imponente pavimento con solado. Los restos son «importantes», dice Hervás, y empiezan en niveles «muy tempranos de la fundación de la ciudad». Hay muros romanos, tardorromanos y medievales de «magnífica factura», aclara. Lo medieval sería parte de un convento, San Miguel, y por tanto una «reforma del núcleo principal del Praetorium». El arqueólogo gallego piensa que la plaza San Pelayo es la que esconde «el meollo» de estos restos arqueológicos.

El propietario del solar y promotor del edificio de 13 viviendas que dio lugar a la excavación afirma que no le consta hallazgo alguno. El arqueólogo «no me ha entregado el informe pese a que se lo he reclamado judicialmente», asegura Andrés Lozano. Hervés alega que es el promotor quien «no ha venido» a recoger el informe arqueológico. «Me urge y me está perjudicando», insiste el promotor.

VOLUMINOSA DOCUMENTACIÓN
La Junta guarda una voluminosa documentación del solar que arranca en 2004 cuando se hace la excavación, dirigida por la arqueóloga Rocío Fernández Ordás y aún pendiente de informe definitivo. En la carpeta están los requerimientos del Procurador del Común a la Consejería de Cultura en el año 2005 para que arqueóloga y propietario cumplieran las obligaciones adquiridas respecto a la protección y conservación de los restos, así como varios acuerdos de la comisión de Patrimonio requiriendo el informe y la entrega de los materiales al Museo de León.

El solar de San Pelayo 8 albergaba una casa que perteneció al Cabildo desde tiempo inmemorial y que fue adquirida por el arquitecto Andrés Lozano. En 2004 la vivienda fue pasto de las llamas, pero se salvó la fachada que el Ayuntamiento de León estabilizó a cuenta del erario público, según el propietario, justo cuando se disponía a colocar los apeos por su cuenta.


La asociación Aleph dio la voz de la alarma sobre el abandono de la excavación en 2005, año en que se levantó una gran polvareda social, política y mediática en torno a la conservación de los Principia de la calle San Pelayo 7. Tomás Sarmiento, uno de sus impulsores, alerta de este olvido: «Han sido muchos los restos arqueológicos que han quedado en el limbo mientras las empresas iniciaban las obras, a la espera de su destrucción», sentencia. Se sorprende de que la Junta no haya sancionado a la arqueóloga que realizó la primera excavación.

ABANDONO DE LOS RESTOS
El silencio preside el abandono de los restos del Praetorium de la Legio VII. La comisión de Patrimonio se negó a dar por concluidas las excavaciones en 2009 y obligó al propietario a realizar una segunda campaña. El promotor se opuso con un recurso de alzada, pero finalmente encargó los trabajos a la empresa gallega Arqueoconsulting, que los llevó a cabo entre 2009 y 2010.

Patrimonio no se ha pronunciado sobre el proyecto de las 13 viviendas a expensas de que «se conozcan los resultados de la ampliación de la excavación arqueológica». En el mismo acuerdo, la comisión reclamó el informe final de la excavación anterior a la arqueóloga Rocío Fernández Ordás y que «los materiales hallados sean depositados en el Museo de León», como consta en el acuerdo de la comisión de 29 de enero de 2009.

La Junta no ha reclamado a Arqueoconsulting el informe arqueológico ni los materiales de la segunda excavación. Nada ha entrado en el Museo de León de San Pelayo,8 como es preceptivo. Es de destacar que entre los restos debe haber estampillas en tégulas de la Legio VI Victrix. También hay restos óseos pues ya en la primera excavación salió a la luz algún enterramiento medieval.

La campaña, según el informe preliminar de Fernández Ordás, corroboró arqueológicamente la ocupación del edificio por un convento de monjas pero «no se alude a los restos identificables, y por qué, con tal edificación», precisa la comisión de Patrimonio. En septiembre de 2009 la Junta volvió a reclamarle el informe. No ha respondido ni entregado materiales.

Desde entonces, no se ha movido un papel más. La carpeta duerme en el archivo de la Junta y el legado romano del Legatus Legionis, a la intemperie.

3 de abril de 2013

Los análisis resuelven la autenticidad de las Tablas de barro de Astorga

Algunos expertos creían falsas estas cuatro extrañas piezas, que contienen itinerarios inéditos romanos.
Esta placa, la que más polémica ha suscitado entre los historiadores,
señala el recorrido desde Legio VII Gemina (León) a Portus Blendium (Suances).
Discurre por la actual Aguilar de Campoo. Las distancias no son correctas.
Podría ser una vía militar de acceso a Cantabria.
Son tan extrañas que durante un siglo han mantenido en vilo a los historiadores. Durante décadas los expertos han tratado de dilucidar si las llamadas Tablas de barro de Astorga son auténticas. La ciencia, finalmente, ha dado la razón a autores como Antonio García Bellido, que defendió con vehemencia su origen romano. Los resultados no dejan dudas: son de mediados del siglo III, entre los años 267 y 276.

El Laboratorio de Datación y Radioquímica de la Universidad Autónoma de Madrid llevó a cabo análisis de termoluminiscencia (una prueba que se emplea en arqueología para determinar la edad de piezas sometidas a calentamiento) a partir de fragmentos minúsculos de la arcilla con que se hicieron estas piezas enigmáticas, tan extrañas que constituyen un unicum. Las tablas son una suerte de mapas de carreteras de la época, con las mansiones y civitates que hay en cada ruta, así como la distancia entre las mismas.

Es lógico que algunos historiadores las considerasen falsificaciones, no sólo por el formato, prácticamente inédito, sino por el contenido. Las cuatro pequeñas tablas (de 14 por 12 centímetros), conocidas también como el Itinerario de Barro de Astorga, depositadas en el Museo Arqueológico de Asturias (en Oviedo), ofrecen cinco rutas romanas desconocidas, que no aparecen en ningún otro documento. Especialmente extraña es la tabla I, que da cuenta de una vía que enlazaría Legio VII (la ciudad de León) con un lugar denominado Portus Blendium, que podría ser la localidad cántabra de Suances, pasando por la actual Aguilar de Campoo.

Unas piezas asombrosas

La historia de las tablas es fascinante, porque su aparición es igualmente enigmática. La primera noticia que se tiene de ellas es en 1902. En ese momento son propiedad del coleccionista asturiano Soto Cortés, que las tiene en su palacio de Labra, en Cangas de Onís, y las dona al museo de Oviedo. No hay datos de dónde o cómo las consiguió. El investigador Diego Santos, que llegó a consultar el archivo original del coleccionista, apunta que se encontraron «en la región de Astorga».

Las tablas deslumbraron a Ángel Morillo —uno de los mayores especialistas en el León Romano— cuando su profesora de la Universidad Carmen Fernández Ochoa les relató en clase esta historia. Morillo preguntó entonces por qué no se analizaban las tablas para salir de dudas: «Es muy caro y no está a nuestro alcance», fue la respuesta. Fernández Ochoa, que hace dos años reorganizó la colección del Museo Arqueológico de Asturias, llamó a su ex alumno y decidieron que era el momento de determinar si las célebres placas de barro cocido eran un falso histórico o ejemplares auténticos.

Cada tabla contiene una relación de las mansiones que había a lo largo de cinco rutas. La tabla I da cuenta de la vía Legio VII-Portus Blendium, la que más ha enzarzado a los historiadores, por ser una ruta meseteña hasta ahora desconocida; la tabla II versa sobre las rutas Lucus (Lugo) e Iria y Lugo-Dactionum, que tampoco figura en las fuentes itinerarias conservadas hasta la fecha; la tabla III, la ruta Asturica-Emérita; y, finalmente, la tabla IV, el itinerario Asturica-Bracara.

Más incógnitas

Por si la historia de las tablas no fuera suficientemente fascinante, además están firmadas por un cargo municipal, el duunviro Lépido. Algunos historiadores creen que se hicieron para el uso de viajeros y se encontraban en un edificio de postas. Los itinerarios que describen no coinciden con los de otros documentos romanos, tampoco las distancias. Morillo tiene una teoría. Es posible, afirma, que para la secuencia de las mansiones que aparecen en las tablillas el autor utilizara un ‘mapa pintado’ (una tabula picta), de forma que fundiera trayectos principales y secundarios y calculara las distancias «en línea recta».

Los análisis determinan además que las cuatro tablillas son obra de la misma mano. Otra rareza de estas tabletas es su forma, con un asa superior perforada, para sujetarlas, seguramente, a la pared, lo que constituye también un caso excepcional. Asimismo resulta peculiar la paleografía de la letra cursiva empleada.

Morillo reconoce que el misterio se mantiene, aunque los análisis certifican la autenticidad de las tablas de barro de Astorga. La primera cuestión que habrá que resolver es cuál era su finalidad. Y hay que esclarecer la identidad de Lépido, que podría haber ostentado un cargo administrativo en Asturica Augusta, origen de dos de los itinerarios y probable lugar de hallazgo de las piezas.

22 de marzo de 2013

La cripta de Puerta Obispo abrirá sus puertas en León

Los hallazgos que preserva la cripta, vitales para recomponer el pasado romano de la ciudad, han permanecido cerrados bajo llave.
La cripta, donde aún no han acabado las obras.
Foto: Jesús F. Salvadores
Lleva cerrada 17 años y el Ayuntamiento de León pretende abrirla esta semana. Sin embargo, el misterio sigue rodeando a la cripta de Puerta Obispo. La concejala de Urbanismo pretende finalizar en horas los trabajos en este yacimiento subterráneo ubicado a los pies de la Catedral.

Confirma que esta semana se podrán ver los vestigios romanos que aparecieron durante la peatonalización de la plaza de la Regla, pero no sabe —al menos, no lo dice— el día exacto. Tampoco desvela los horarios para visitar la cripta y se niega a decir cuánto habrá que pagar por ver los restos de la Porta Principalis Sinistra, que daba acceso por el Este al campamento de la Legio VII, así como parte de las letrinas de las termas romanas sobre las que se asentaría después el palacio de los reyes leoneses, más tarde la catedral románica y, finalmente, el actual templo gótico.

Enzarzado durante años con el constructor de la cripta, el Ayuntamiento nunca pudo exhibir por problemas legales —a excepción de dos meses en la primavera del 2006— los vestigios romanos hallados durante los trabajos de peatonalización de la plaza de la Catedral. La cripta se hizo y quedó sellada. Por eso, las puertas acabaron estropeándose.

Ha hecho falta más dinero y nuevos permisos de Patrimonio —que tiraba por tierra el primer proyecto del Ayuntamiento— para reabrir este ‘pozo del tiempo’.

Error tras error

Los hallazgos que preserva la cripta, vitales para recomponer el pasado romano de la ciudad, han permanecido cerrados bajo llave.

Tras un primer intento fallido por parte del Ayuntamiento, que quería construir ‘una burbuja de cristal’ para acceder a este ‘mausoleo’ subterráneo, un plan rechazado en noviembre por Patrimonio, el 28 de febrero la Junta aceptaba el segundo plan municipal.

La nueva solución no «entorpece», como la anterior, la vista de la Catedral. El Ayuntamiento propuso sustituir las puertas correderas por dos abatibles, que sobresalen 45 centímetros del suelo, en lugar de los 30 actuales, así como colocar una barandilla de protección en acero que rodeará la cripta. El equipo de gobierno municipal no quiso hablar de presupuesto. Aseguró que esta reforma sería poco costosa, al hacerla las brigadas del Ayuntamiento.

La cripta sólo se abrió al público puntualmente en el 2006, cuando era alcalde Mario Amilivia. En sólo dos meses recibió más de 30.000 visitantes, algo insólito en León, tratándose de un yacimiento de apenas 300 metros cuadrados. Entonces la cripta llevaba construida una década y la expectación, como ahora, era máxima.

De este pequeño enclave subterráneo se extrajeron en su momento más de 12.000 piezas romanas y medievales, algunas fundamentales para reconstruir la historia de la ciudad.

La cripta, que forma parte de la fallida Ruta Romana, ha resultado crucial para los investigadores.

El secreto de la lámpara

En este pequeño yacimiento el historiador y experto en León Romano Ángel Morillo encontró las evidencias para demostrar que la ciudad tuvo población, ininterrumpidamente, entre los siglos I al X.

También aquí se localizó una lucerna (lámpara de aceite) de apenas unos seis centímetros de tamaño, pero de excepcional valor. Se trata de una pieza cerámica de principios del siglo I decorada con la representación de una exploración ginecológica de un médico a una mujer enferma.

Un hallazgo considerado «único y sin paralelos en el mundo romano». Un pequeño fragmento que permitió probar la importancia del campamento romano que daría origen a la ciudad de León, porque ilustraba la presencia de médicos en el momento de la instalación de la Legio VI, en la época de Augusto. Y sólo había galenos en los acantonamientos verdaderamente destacados. Además, es la primera pista de la existencia de un hospital militar, cuya ubicación de momento no ha sido localizada en la ciudad, pero que los expertos sitúan en las inmediaciones de San Isidoro.

En la citada lucerna —hoy conservada en el Museo de León—, que también da idea de los avances médicos hace 2.000 años, aparece una mujer muy delgada, posiblemente afectada por una grave enfermedad, como el cáncer, y a un médico que le está haciendo un reconocimiento.

El Ayuntamiento quiere abrir la cripta coincidiendo con la Semana Santa, cuando la ciudad recibe el mayor porcentaje de turistas de todo el año. Será, aparte de los desfiles procesionales, uno de los pocos alicientes de León, donde para la próxima semana no hay programados conciertos ni teatro en el Auditorio.

(Fuente: Diario de León / Verónica Viñas)

11 de marzo de 2013

Descubren en León restos de la "Porta Principalis Dextra" y del arco triunfal de gladiadores

El profesor de Arqueología Romana de la Universidad Complutense, Ángel Morillo, ha descubierto parte de la puerta de gladiadores y de la Porta Principalis Dextra del campamento romano. El arco triunfal de la Porta Triunfalis se encontraba siempre al sur y es por donde salían los gladiadores victoriosos. El fuste descubierto mide 80 centímetros, lo que indica que la puerta debía medir unos cuatro metros de altura. 
La actual ciudad de León fue fundada por la Legio VII Gemina, hacia el año 70
 cuando estableció su campamento militar en estas tierras. El recinto ocupado
tiene forma rectangular 570 x 350 m.
Los hallazgos pertenecen a los resultados de una investigación desarrollada durante los últimos años titulada La decoración arquitectónica del campamento de la Legio VII Gemina en León, que demuestra que, contrariamente a lo que se creía, las columnas, frisos decorativos y revestimientos marmóreos recuperados en el yacimiento de la Legio VII confirman la existencia de edificios monumentales, algunos de ellos profusamente decorados (termas, cuartel general). 


Dicha monumentalidad se convierte en una expresión más del poder imperial. El arqueólogo ha rastreado los fondos del Museo de León para encontrar los restos pétreos descubiertos en las sucesivas campañas arqueológicas en el yacimiento, analizando decenas de basas, columnas y fustes para hacer con ellos un análisis del edificio o estructura al que pertenecían. 

«La construcción del nuevo campamento legionario supuso una petrificación y monumentalización de las estructuras arquitectónicas anteriores, que fueron parcialmente reaprovechadas», asegura.

En el primero de los casos, Ángel Morillo encontró un fuste procedente de la calle Don Gutierre número 4-10. Se trata de un gran tambor estriado perteneciente a una gran columna o pilastra adosada procedente del entorno de Don Gutierre. «Tanto por sus dimensiones como por sus características, es una pieza excepcional dentro del conjunto de elementos arquitectónicos recuperados en León», asegura el profesor, que añade que pertenece sin duda a la fachada de monumental de un edificio de gran tamaño. «La posición topográfica de este sorprendente hallazgo, coincidente desde el punto de vista espacial con una de las puertas principales del anfiteatro castrense, podría apuntar posibles pistas sobre su interpretación como parte de la entrada con arco de acceso monumentalizado de dicha construcción», resalta el arqueólogo.

Ángel Morillo explica que todo indica que se trata de parte del arco triunfal de la Porta Triunfalis, que se encontraba siempre al sur y por donde salían los gladiadores victoriosos. El fuste descubierto mide 80 centímetros, lo que indica que la puerta debía medir unos cuatro metros de altura.

El profesor explica su convencimiento en el hecho de que, además de entrenamientos legionarios, el anfiteatro debió acoger la actuación de gladiadores profesionales. «Sabemos que había circuitos de gladiadores en otras zonas de la península, la Bética, por ejemplo», añade el investigador, que considera que no sería descabellado pensar que en el norte se reproducía el modelo. «Sabemos que había anfiteatros en Braga, en Bobadela y en León. La duda está en si Lugo y Astorga también lo tenían», subraya. 

También descontextualizada se halla una pieza de grandes dimensiones interpretada como parte de un dintel o entablamento, concretamente la parte superior del quicio de una gran puerta. «Nos encontramos ante un elemento tanto funcional como decorativo procedente, según los registros del fondo antiguo del Museo de León, del palacio de los Guzmanes, lo que indica con toda probabilidad que formó parte del dispositivo de apertura de la antigua Porta Principalis Dextra, coincidente con la Puerta Cauriense medieval», desvela. Morillo añade que este hallazgo se confirma tanto por el tipo de piedra, muy dura e importada, como por la presencia de un orificio donde encajaría perfectamente el espigón de la gran quicialera de la puerta.

18 de febrero de 2013

Localizan un campamento romano en Villaquilambre (León)

Mónica Castro descubre a través de satélite una fortificación que podría pertenecer a la Legio VII o la VI, para ello ha utilizado tecnología "Lidar" (Light Detection and Rangin ).
Ocupa cinco hectáreas. Es un nuevo campamento de la Legio VI o la VII, hasta ahora desconocido, situado a escasos metros de la villa romana de Navatejera. También está relativamente cerca de la necrópolis situada en el campus de Vegazana. 
Imagen de satélite donde se ve el rectángulo ocupado por el campamento romano a poca distancia de Navatejera.
Su descubridora es la arqueóloga leonesa Mónica Castro de Lera, que ha utilizado tecnología Lidar (Light Detection and Ranging ), desde satélite, para localizar este acantonamiento militar. El hallazgo ha sido tan precipitado y en pleno fin de semana, que esta historiadora se lo ha notificado por correo electrónico al Ayuntamiento de Villaquilambre. Las imágenes son categóricas. «Hablan por sí solas, pero hay que ser prudentes», afirma Castro.

«Es posible que hubiera un campamento temporal mientras construían el definitivo de León o bien se empleó como campo de entrenamiento o como puesto de avanzada», explica la investigadora. Sólo unas excavaciones permitirán determinar la importancia de este descubrimiento. Se trataría de un foso con empalizada, similar a la primera ‘muralla de tapines’ que erigió la Legio VII en León y de la que apenas se conservan restos a los pies de San Isidoro y en la casona de Puerta Castillo. Es una ‘fortificación’ que ocuparía la cuarta parte del campamento de la Legio VII que dio origen a León y con idéntica forma rectangular. La estructura está enterrada a más de un metro de profundidad en unos campos de cultivo; de ahí que hasta ahora no hubieran aparecido vestigios.

La ‘arqueología aérea’, que ha sido decisiva para localizar importantes construcciones romanas en toda la provincia, ha sacado ahora a luz este nuevo enclave. La rotundidad de las ‘marcas’ revela que fue ocupado durante un largo período de tiempo, según Castro. La historiadora, que ha ‘rastreado’ toda la ciudad con la misma herramienta Lidar, así como el campamento de Lancia y la ciudad romana de Puente Castro (Ad Legionem), no ha encontrado nada similar ni tan nítido. «En Lancia no se ven estructuras de esta magnitud», aclara. Tampoco en los ‘barridos’ que ha efectuado sobre enclaves de la ciudad donde aparecieron vestigios romanos. «Y esto es lo asombroso».

«Entre los restos romanos encontrados en el recinto de lo que fue el campamento de la Legio VI primero y de la Legio VII después, se han encontrado huellas de cuatro tipos sucesivos y superpuestos, cuya datación más antigua es augustea y pertenecen al acantonamiento definitivo tras las guerras cántabras. En ninguna parte de la ciudad han sido hallados restos anteriores. ¿Podrían ser estos?», se pregunta Castro.

El satélite además deja en evidencia dos interrupciones «muy marcadas» en los lienzos Este y Sur, que se corresponderían con accesos a lo que en opinión de Mónica Castro parece «un clarísimo recinto militar romano por su forma y dimensiones, independientemente de su uso exacto y su cronología».

20 de mayo de 2012

El almacén de la Legio VII en León tenía un gran patio porticado

La estructura ocuparía hasta 10.000 metros cuadrados.
Imagen del yacimiento en Santa Marina, donde se instalará
la sede del León Romano. Foto. Jesús / Salvadores
Era mucho más grande de lo que se pensaba. El almacén de la Legio VII medía cien metros por cien y ocuparía el espacio existente hoy entre la muralla de Puerta Castillo hasta más allá del colegio Ponce de León. Este dato es parte de las conclusiones arqueológicas que la empresa Talactor ha presentado en el Servicio Territorial de Cultura después de las tareas en esta zona del yacimiento. Según las fuentes consultadas la estructura sería un edificio cuadrangular con un patio porticado en el centro.

Por otro lado, y si bien parece que la teoría más plausible es que se trata efectivamente de un almacén, el hecho de localizar gran cantidad de armaduras en poco espacio ha hecho a los arqueólogos pensar en la existencia de una serie de dependencias denominadas fabricae dentro de un almacén mucho más grande. Estas fabricae o talleres no solían colocarse al norte, a favor de los vientos dominantes, ya que llenarían de humo el resto del campamento. «No obstante —aseguran— existen algunas excepciones». Otra de las opciones que se baraja para estas dependencias es que se trataran de armamentarium, si bien destacan aún es pronto para confirmar estas hipótesis. «Las piezas aún han de ser restauradas, aunque ya se puede atisbar la magnitud de los hallazgos», declaran.

Dos mil años después
Dichas armaduras quedaron abandonadas o arrinconadas y la destrucción del edificio donde se encontraban ha permitido su conservación hasta hoy, incluyendo restos de madera. El estado de los mismos es muy delicado, por lo que desde el servicio de restauración del Museo de León ya se está colaborando en su extracción y posterior restauración. Los restos se concretan en flejes de hierro con pequeños remaches de bronce formando la conocida como lorica segmentata. Asimismo se han localizado otro tipo de armaduras, como las que están formadas por pequeñas escamas (lorica squamata) y la cota de malla (lorica hamata) realizada por pequeñas anillas enlazadas unas con otras.

Durante los trabajos realizados por las empresas Decolesa y Talactor han aparecido fragmentos de una veintena de corazas de soldados de la Legio VII. El arqueólogo municipal, Victorino García, ha asegurado que esta zona del yacimiento es una auténtica mina «tanto por la cantidad como por la calidad de las armaduras que han aparecido». Y eso que apenas se ha excavado en una mínima parte en este lado del edificio, por lo que no se descartan nuevos descubrimientos en los próximos días, que convertirían la Casona de Víctor de los Ríos en un enclave de excepcional valor. De momento, la excavación continuará después de que la Comisión de Patrimonio haya votado a favor de prolongar los trabajos en el lugar en el que se asentará la sede del León Romano.

(Fuente: Diario de León / Cristina Fanjul)

13 de mayo de 2012

Descubren un "tesoro" de armaduras romanas en León

Encuentran una veintena de corazas de la Legio VII en las excavaciones de la Casona de Puerta Castillo.
Arriba: fragmentos de las corazas aparecidas.
Abajo: momento de la extracción de las armaduras.
La sede del CCAN, desalojada por el Ayuntamiento hace meses, escondía un auténtico ‘tesoro’ romano. Las excavaciones que se están llevando a cabo en el inmueble, que en el futuro se convertirá en aula arqueológica del León Romano, han sacado a la luz fragmentos de una veintena de corazas de soldados de la Legio VII. Una auténtica ‘mina’.

Unos hallazgos sin precedentes, según el arqueólogo municipal, Victorino García, «tanto por la cantidad como por la calidad de las armaduras que han aparecido». Y eso que apenas se ha excavado en una mínima parte en este lado del edificio, por lo que no se descartan nuevos descubrimientos en los próximos días, que convertirían a la Casona de Víctor de los Ríos en un enclave de excepcional valor.

En la parcela de 800 metros cuadrados que hay en la trasera del edificio ya aparecieron a finales de los años noventa las primeras pruebas de la existencia de la Legio VI. En aquella excavación se extrajo parte de la coraza de un legionario, que hoy puede contemplarse en una vitrina del Museo de León.

Hace un año los trabajadores de Decolesa, empresa que está restaurando el edificio de Puerta Castillo, descubrieron en el subsuelo de la Casona de Víctor de los Ríos una lucerna (lámpara de aceite) y restos de otras tres corazas romanas.

Ahora, en la parte de la Casona que ocupó durante décadas el CCAN, han aparecido importantes piezas delorica segmentata, la armadura que utilizaban los soldados romanos.

Se trata de un tipo de coraza que supuso toda una revolución, porque se desmontaba con facilidad — soltando las hebillas y cierres, que se ajustaban con tiras de cuero—, era más cómoda de llevar, se podía guardar en un espacio más reducido y, por tanto, era más fácil de transportar, puesto que era posible separarla en cuatro secciones.

El nombre de la coraza que usaban los legionarios —lorica segmentata— hace alusión a la división en placas metálicas de la armadura que portaban las legiones en la época de máximo esplendor, ya que eran muy costosas y exigían hábiles herreros en su confección. Un hallazgo insólito

Para valorar la importancia de los hallazgos de Santa Marina hay que tener en cuenta que uno de los grandes hitos arqueológicos fue el descubrimiento, en 1964, en las excavaciones en Corbridge (Reino Unido), de fragmentos de tres loricas.

Sólo los legionarios, y a veces los pretorianos, llevaban armaduras como las halladas en la Casona de Víctor de los Ríos. Las fuerzas auxiliares, en cambio, portaban la lorica hamata (cota de malla) o la lorica squamata(armadura de escamas de metal superpuestas). Debido a su particular estructura, la construcción de la lorica segmentata era muy costosa; por ello, entre los siglos II y III, este tipo de armadura dejó de usarse.

Las obras en la futura sede del León Romano, que comenzaron hace siete años, se prolongarán hasta el 2013, después de que el Ministerio de Cultura haya habilitado una partida de 568.610 euros para el actual ejercicio y otros 654.258 euros para el próximo.

(Fuente: Diario de León / Verónica Viñas)