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5 de noviembre de 2024

Nueva campaña de excavaciones en el taller de púrpura romano de la Isla de Lobos (Tenerife)

En esta IX campaña los investigadores se centrarán en intervenir en las zonas donde el pasado año se prospectó con Georadar y se observaron anomalías en el subsuelo, con el fin de definir su naturaleza y determinar la extensión del espacio arqueológico.
Vista aérea del yacimiento de Lobos 1, en el margen derecho de la Playa de La Calera. (Foto de C. Medina)

Desde ayer lunes y hasta el 23 de noviembre tendrá lugar una nueva campaña de excavaciones arqueológicas sistemáticas en el yacimiento romano de La Playa de La Calera (islote de Lobos). Se pone en marcha un año más la investigación de campo que se lleva efectuando desde 2012 en el marco de un proyecto de investigación interinstitucional, ‘Hacia la definición de las Islas Purpurarias. Desde el taller de púrpura de Lobos 1 (Islote de Lobos, La Oliva, Fuerteventura). Trabajos arqueológicos en el islote de Lobos y su contexto territorial próximo’, bajo la dirección de Isidoro Hernández Sánchez, director del Museo Arqueológico de Fuerteventura; Mercedes del Arco Aguilar, conservadora de Arqueología del Museo Arqueológico de Tenerife; y Carmen del Arco Aguilar, catedrática de Prehistoria y profesora honoraria de la Universidad de La Laguna.

El objetivo de esta campaña se centra en intervenir en las zonas donde el pasado año se prospectó con GeoRadar y se observaron anomalías en el subsuelo, con el fin de definir su naturaleza y determinar la extensión del espacio arqueológico. Actualmente se ha trabajado en un área sobre los 500 m2, identificando un taller de púrpura romano de época tardo-republicana y alto-imperial, compuesto por seis grandes concheros especializados en la explotación de murícidos (gasterópodos marinos de los que se extrae el tinte púrpura), estructuras arquitectónicas y espacios relacionados con la vida cotidiana de los murileguli (trabajadores de la púrpura), entre ellos un gran basurero.

El registro de materiales arqueológicos comprende ánforas de almacenamiento, cerámica de cocina, mesa y otros usos, las herramientas especializadas, líticas y metálicas, para la producción de la púrpura y la explotación de otros recursos del mar, así como ajuares de diferente naturaleza.

Los trabajos de campos se financiarán en el marco de un convenio de colaboración, renovado recientemente, entre el Cabildo de Fuerteventura y el Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife, contando también con el apoyo de Binter-Canarias para el traslado interinsular del equipo.

El equipo investigador, con un perfil interdisciplinar, integra en esta ocasión a arqueólogos de las tres instituciones, paleontólogos de la Universidad de La Laguna y el OAMC, así como investigadores de las áreas de Petrología y Geoquímica y Edafología y Química Agrícola de la Universidad de La Laguna. 

La revista Spal ha publicado en estos días la última contribución de este equipo sobre el estudio de los Mortaria de Lobos.

2 de diciembre de 2022

En la Roma de Lobos aflora una zona de procesado de púrpura, un conchero y un 'vertedero'

Durante quince días, y dentro de la séptima campaña arqueológica, el Cabildo de Fuerteventura y Museos de Tenerife profundiza en la huella del Imperio Romano en el yacimiento Lobos I. El consejero de Patrimonio Histórico espera que los fondos del taller romano de elaboración de púrpura regresen a Fuerteventura y se expongan en el Museo Arqueológico.
Los arqueólogos trabajan en el yacimiento Lobos I. Bajo las planchas metálicas, están tapados los seis recintos en forma de L y los seis concheros descubiertos en las seis campañas anteriores. / JAVIER MELIÁN / ACFI PRESS

El Imperio Romano sigue asomando -y con toda la fuerza de una centuria de ocupación, entre casi la mitad del siglo I de la era hasta la mitad del siglo I después de la era- en el yacimiento arqueológico de la Isla de Lobos. Cuando se cumplen diez años de su descubrimiento casual en la playa de la Concha, el taller de producción de púrpura entra en su séptima campaña que se desarrolla durante quince días sobre 18 metros cuadrados donde han aflorado una zona de procesado de púrpura, con restos de combustión y manchas de color púrpura que son indicios de que se preparaba allí el tinte; un nuevo conchero; y una zona de detritus, o 'basurero', donde han aparecido restos de cetáceos, cerámica y metales (entre ellos, anzuelos).

Estas nuevas estructuras confirman que el yacimiento arqueológico Lobos I se extiende hacia el suroeste, algo que habrá que corrobar en sucesivas campañas que organizan el Cabildo de Fuerteventura con el organismo autónomo de Museos de Tenerife y que codirigen la cátedratica de la Universidad de La Laguna Carmina del Arco, la doctora Mercedes del Arco, e Isidoro Hernández por el Museo Arqueológico de Fuerteventura. Durante esta séptima campaña arqueológica, trabaja en el taller romano de púrpura un equipo multidisciplinar formado por ocho arqueólogos (entre los que se encuentran los tres codirectores), una paleontóloga y cuatro operarios.

Por las planchas de metal y la valla se sabe dónde está el yacimiento de la factoría de tinte en la playa de la Concha. Bajo el techo, protegidos del sol, el viento y los curiosos, están las seis estructuras habitacionales en forma de L y los seis concheros (dos de ellos excavados) que afloraron en las seis campañas anteriores y que ocupan unos 480 metros cuadrados.

De estos seis receptáculos cuadrangulares aún se desconoce su utilidad exacta, aunque seguramente servirían para depositar las herramientas del taller de elaboración de la púrpura y para zonas de trabajo de procesado del tinte.

Brocha en mano para limpiar la arena de los restos que van a apareciendo, los arqueólogos trabajan esta mañana bajo el sol de Lobos en los 18 metros cuadrados -nueve metros de largo y dos metros de ancho- que centran la campaña actual y que se dividen en cuatro cuadrículas.

En la cuadrícula de la zona de procesado de la púrpura, Ramón Cebrián-Guimerá, doctor en Historia precisamente con la tesis sobre el trabajo de los operarios del taller de pesca y extracción en Lobos del tinte púrpura de Muricidae en época de la Roma Imperial, encuentra restos del molusco stramonita haemastoma -que en Fuerteventura se le llama canaílla- y la muestra a las cámaras. «Se aprecia el golpe que le dieron para extraer la glándula hipobranquial».

Como el molusco que enseña Ramón Cebrián-Guimerá, se han encontrado hasta ahora 184.507 ejemplares, lo que significa una capacidad de tintado de 26 kilos de lana. El proceso de elaboración del tinte comenzaba con la fracturación de la thais por la zona dorsal buscando la glándula hipobranquial que se aloja en la cavidad paleal. «Una vez fracturado el molusco, se extrae con un elemento metálico la glándula hipobranquial que se deposita en grandes ollas de plomo con otras sustancias alcalinas y agua salada».

Esta mezcla de glándulas hipobranquiales, sustancias alcalinas y agua de mar se macera durante una semana con calor tenue, como recoge la fuente textual más importante que es Plinio. Transcurridos los siete días, se empezaban a hacer las primera pruebas de tintado: « se sumergía el vellón de lana o de seda para comprobar si ya tenía el color adecuado«, detalla Cebrián-Guimerá.

Frente a la cuadrícula del doctor en Historia, asoman los vestigios de una nueva estructura muraria que puede ser que protegiera esta zona de trabajo del taller romano de tinte. «El objetivo de esta nueva campaña arqueológica es ampliar la división del Lobos I hacia el suroeste, es decir hasta dónde llega el yacimiento», afirma Isidoro Hernández Sánchez, codirector de la prospección y técnico conservador del Museo Arqueológico Fuerteventura.

Hernández Sánchez recuerda que el yacimiento de la factoría de púrpura de la Isla de Lobos es el yacimiento romano más al sur del Atlántico y que señala el límite del Imperio Romano. A lo que suma que es el yacimiento arqueológico más antiguo de Fuerteventura, datado entre la casi mitad del siglo I de la era hasta la mitad del siglo I después de la era, y que hay que mirar al yacimiento del poblado de Butihondo, en Jandía, para encontrar al segundo en antigüedad: siglo II y relativo a otra cultura muy distinta a la romana, la de los mahos.

Las cerámicas, los metales, los moluscos y los restos de fauna marina y terrestre encontrados en el yacimiento del taller romano de púrpura deben lucir en el Museo Arqueológico de Fuerteventura. Es la demanda que el consejero de Patrimonio Histórico del Cabildo, Rayco León, hizo en las mismas excavaciones.

Ahora mismo, los fondos de las seis campañas (dos sondeos y cinco excavaciones) se encuentran depositados en el Museo Arqueológico de Tenerife, por lo León pide que regresen a Fuerteventura. A lo que añadió que el yacimiento «es uno de los lugares más importantes en la historia arqueológica de Fuerteventura y Canarias. Por eso reivindicamos la importancia de estas campañas continuadas, agradeciendo a la Universidad de La Laguna y Museos de Tenerife por la continuidad de las investigaciones. Serán una de las piezas más relevantes que formarán parte del Museo Arqueológico de Fuerteventura, institución que debe liderar el estudio e investigación en la isla».

29 de noviembre de 2022

Los arqueólogos reinician la investigación en el yacimiento del Islote de Lobos

En el conchero y su entorno se han localizado materiales de manufactura romana, tanto cerámicas realizadas a torno, como piezas metálicas de bronce, hierro, plomo y líticas, relacionadas con la labor del proceso de púrpura.
La excavación se prolongará durante dos semanas.

El Cabildo de Fuerteventura y el organismo autónomo Museos de Tenerife han reiniciado los trabajos arqueológicos en el yacimiento Lobos I, gracias a un nuevo convenio suscrito entre ambas instituciones.

Tras los resultados obtenidos durante la excavación arqueológica ya realizada en los yacimientos Lobos I y II, ambos organismos retoman unos trabajos de relevancia internacional, ya que son estas investigaciones las que determinarían la presencia de los romanos en el Archipiélago. La excavación se prolongará durante dos semanas.

En las anteriores prospecciones los datos arqueológicos obtenidos muestran la presencia de un taller de producción de púrpura de época romana, fechado entre el siglo I a.C y el I d.C.

En el conchero y su entorno se han localizado materiales de manufactura romana, tanto cerámicas realizadas a torno, como piezas metálicas de bronce, hierro, plomo y líticas, relacionadas con la labor del proceso de púrpura. Además, en otras áreas del yacimiento se registran objetos relacionados con la actividad doméstica, como cerámica de cocina y vajilla de mesa, entre otros.
(Fuente: La Provincia.es)

25 de noviembre de 2012

Encuentran restos de un posible asentamiento romano en la Isla de Lobos (Fuerteventura)

La isla de Lobos, al noreste de Fuerteventura, no deja de dar sorpresas a la arqueología canaria, ya que, tras encontrarse en ella restos de cerámica romana la pasada primavera, ahora los arqueólogos han descubierto restos de muros sobre una planta rectangular y pisos de habitación, que con las cautelas necesarias, podrían apuntar al primer asentamiento estacional de los romanos descubierto en el archipiélago.
 El presidente del Cabildo, Mario Cabrera y el consejero de Cultura del Cabildo
de Fuerteventura, Juan Jiménez observa los restos de unas paredes de piedra
 de las excavaciones realizadas en un yacimiento, posiblemente romano,
 de la isla de Lobos. FOTO: EFE/Carlos de Saa.
Los trabajos de excavación que se vienen realizando en el yacimiento arqueológico descubierto en el pequeño islote de Lobos continúan arrojando luz sobre la presencia de los romanos en el Archipiélago.

Tras concluir la primera fase de la excavación exploratoria que se inició antes del verano, y la posterior reanudación de los trabajos, se han localizado paredes de construcciones, pisos de habitación, restos de alimentos, fragmentos de ánfora, cerámicas de cocina y elementos metálicos, lo que apunta al primer asentamiento estacional de una población romana localizado en Canarias.El Cabildo de Fuerteventura, el Museo Arqueológico de Tenerife, la Universidad de La Laguna (ULL) y el Museo Arqueológico de Tenerife, dependiente del Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife, formalizaron en su día un convenio de colaboración para llevar a cabo los trabajos de inspección en el citado espacio natural protegido.

Los primeros resultados, a falta de estudios más profundos, arrojan nuevos datos sobre este posible asentamiento estacional romano en el que han aparecido cerámicas, restos de alimentos, restos de estructuras y miles de fragmentos de thais que apuntan a la existencia en esta localización de una factoría de púrpura.

Los primeros sondeos permitieron identificar ente otros materiales restos de cerámica, presumiblemente de torno, y numerosos fragmentos de conchas de Thais haemastoma, lo que popularmente se conoce como carnadilla, un molusco utilizado en el periodo imperial romano para la elaboración de la púrpura, un valioso tinte. En estas últimas semanas han comenzado a aparecer restos de estructuras constructivas cuyo hallazgo sigue, a falta de investigaciones más detalladas, en la línea de que el yacimiento podría estar relacionado con la existencia de un asentamiento para la industria manufacturera de la púrpura romana en este asentamiento.

La tipología y la técnica de elaboración de los materiales hallados indican que este asentamiento puede corresponder a un periodo enmarcado entre los siglos I a. de C. y II d. de C. También es destacable la aparición de muros, restos de cerámica y miles de fragmentos de carnadilla fracturados siguiendo un mismo patrón, hecho este último asociado a una manipulación intencionada y estandarizada que hubiera permitido extraer la totalidad de la púrpura.

El equipo técnico que ha participado en la investigación cuenta por parte del Museo Arqueológico de Tenerife y OAMT, con Mercedes del Arco, Carmen Benito, Candelaria del Rosario, María García Morales y Ruth Rufino; por la Universidad de La Laguna (ULL), con Carmen del Arco, José Domingo Acosta, Miguel Miranda y Enrique Vivancos; y por el Cabildo de Fuerteventura, con Mila Estupiñán, Rosario Cerdeña, Ignacio Hernández y Luis Mata. La dirección del proyecto se encuentra compartida entre las tres entidades y en las personas de Mercedes del Arco, Carmen del Arco y Mila Estupiñán.

Ayer se trasladaron hasta la isla de Lobos, para conocer de cerca los avances en las investigaciones, el presidente del Cabildo majorero, Mario Cabrera, el consejero insular de Cultura y Patrimonio Histórico, Juan Jiménez, y la concejala de Cultura en el Ayuntamiento de La Oliva, Soledad Aguiar.

El presidente insular destacó: "Hasta ahora se han podido constatar indicios muy interesantes en este yacimiento, por lo que tenemos que conseguir entre todas las administraciones la financiación necesaria para que las siguientes fases de prospección puedan continuar desde que las condiciones lo permitan, dado que se espera una prospección bastante larga".
Por su parte, Juan Jiménez adelantó que el interés de todas las partes es "retomar los trabajos de campo en torno a la primavera. Mientras tanto esperamos poder seguir conociendo los resultados de los análisis a los elementos encontrados que aporten nueva información sobre este excepcional yacimiento".

Mercedes del Arco, directora del proyecto, apuntó: "Los sondeos realizados han permitido descubrir una concentración importante de lo que denominamos carnadilla, conocida como púrpura". Además, añadió: "Lo más importante es la aparición de restos de muros sobre una planta rectangular en la zona del yacimiento. En próximas etapas de excavación continuaran los trabajos alrededor de estos muros".

9 de junio de 2011

Pecios con cinco siglos de antigüedad descansan en aguas del puerto de Tenerife

La carencia de trabajos sistemáticos de arqueología subacuática en el litoral chicharrero ha imposibilitado llevar a cabo una valoración de conjunto del patrimonio histórico sumergido.
La investigación marina contratada por la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife para el informe de impacto ambiental de la futura estación marítima de cruceros, establece que la existencia de "verdaderos yacimientos arqueológicos sumergidos" está más que contrastada tanto en el interior del puerto de Santa Cruz como en sus inmediaciones y critica que ninguna institución haya realizado los trabajos necesarios para conocer, valorar y proteger este patrimonio histórico.
Una de las piezas encontradas en el estudio en aguas de Tenerife.

Los arqueólogos que participan en el estudio aseguran que los restos "están encuadrados entre los siglos XV y XX". Indican que la carencia de trabajos sistemáticos de arqueología subacuática en el litoral chicharrero ha imposibilitado llevar a cabo una valoración de conjunto del patrimonio histórico sumergido, no sólo a nivel cuantitativo, sino también sobre el estado de conservación y su relevancia como documento histórico.

Añaden que el conocimiento sobre la presencia de restos subacuáticos en Santa Cruz, y en el resto de la Isla, se ha fundamentado solo en la aparición de "hallazgos fortuitos" y que la mayoría de los estudios han surgido de prospecciones subacuáticas vinculadas a informes de impacto de determinados proyectos de infraestructuras costeras.

Es lo que ha pasado precisamente en la zona en la que Puertos prevé construir la futura estación marítima para cruceros, una plataforma ganada al mar en el dique Sur. Gracias a la elaboración del informe de impacto ambiental para este proyecto, la empresa adjudicataria descubrió "varias anomalías" que corresponden a restos sumergidos relacionados con pecios, es decir, con naves o barcos que han naufragado, pero que tampoco pueden identificarse o valorarse por falta de datos y trabajos arqueológicos en la costa.

Se trata en concreto de la zona externa del muelle sur del puerto de la capital, donde arriban los cruceros, en el sentido paralelo a la dársena de Anaga, que comprende un rectángulo de aproximadamente 10 hectáreas. En ella la empresa detectó, "al menos, seis anomalías geofísicas relativamente aisladas, las cuales podrían estar formando parte de uno o de varios pecios".

Específicamente en la parte en la que se construirá la estación marítima, en la más afectada por las obras, se han localizado dos enclaves. "Están situados en las inmediaciones de la escollera, posados sobre un fondo de arena homogéneo y a unos 35 metros de profundidad", según se establece en el estudio. 

La primera anomalía corresponde a un amasijo metálico, de tendencia horizontal, que pudiera ser parte del casco de una pequeña embarcación, probablemente empleada en la carga y descarga en los puertos. Pero el mal estado de conservación, así como los numerosos bloques de pequeño y mediano tamaño ubicados en su interior –"que podrían indicar el hundimiento intencionado, práctica muy frecuente en el ámbito portuario"–, impiden precisarlo, tal y como señala la investigación. Sus dimensiones son de 10 metros de largo por 7 de ancho.

La segunda anomalía presenta unas dimensiones mayores, 16 metros de largo por 9 de ancho, y está situada a 34 metros de profundidad. "A simple vista, se conforma como un amasijo metálico, de tendencia troncocónica, con tuberías y cables metálicos en sus proximidades. Posiblemente corresponda a parte del entramado de una grúa usada en las labores portuarias", indican los arqueólogos del estudio de la empresa contratada por la Autoridad Portuaria.

El hallazgo de estos vestigios marinos han obligado a Puertos a trasladar 35 metros la futura estación marítima de su ubicación inicial, de manera que también el resto de pecios que se han detectado por la zona (un total seis anomalías) queden fuera del ámbito del proyecto. Además, la Autoridad Portuaria deberá balizar como medida preventiva el perímetro del pecio más próximo al ámbito de actuación, situado a 15 metros, y se tendrá que llevar a cabo un seguimiento por personal especializado de las obras en los puntos cercanos al perímetro de protección, "con el fin de evitar posibles desprendimientos de bloques sobre los restos identificados".

Pero no son éstos los únicos restos que se encuentran en el litoral capitalino, según lo aseguran los arqueólogos del estudio, a pesar de que esta investigación solo se hiciera para la zona de la futura estación marítima.

"La existencia de repertorios arqueológicos submarinos queda totalmente contrastada. Queda evidenciada en la documentación por los diversos hundimientos, ataques de piratas y sucesos varios que jalonan la historia del puerto de Santa Cruz, en el que la gesta de 1797 aparece como elemento más emblemático. Además, en el puerto de la capital se centralizaba la actividad comercial del Archipiélago hacia Europa, África y América desde finales del siglo XV en adelante", se explica en el estudio.

Los responsables de la investigación lamentan que aunque existen numerosas referencias directas e indirectas de la presencia de pecios en toda la zona del puerto, estos no se encuentren localizados ni, hasta el momento, se ha realizado estudio arqueológico sistemático alguno. Por esta razón no se puede proceder a la identificación, localización o evaluación de los mismos sin una actuación directa en la zona, añaden. 

"Un estudio sistemático de todos los restos ubicados en el puerto de Santa Cruz de Tenerife puede suponer no sólo una solución rápida y efectiva a su gestión futura y actual, sino también una aportación muy interesante a la historia de la navegación insular, así como de la propia historia del puerto, de la ciudad y de la Isla".

12 de diciembre de 2010

La Laguna (Tenerife) alberga un centenar de yacimientos guanches abandonados

El inconsciente colectivo de los laguneros tiene grabadas a fuego la silueta de la torre de La Concepción, el faro de Bajamar o la escultura del Padre Anchieta como una especie de totems identitarios de la cultura popular. Sin embargo, si se le pidiera a cualquier vecino que visualizara algo relacionado con el patrimonio guanche en el municipio, seguro que sería difícil conseguir alguna imagen y si así fuera, sería raro que pudiera ponerle un escenario definido aunque esos escenarios existen. Aguere alberga más de un centenar de yacimientos arqueológicos que se encuentran en estado de abandono.


Esta contradictoria realidad fue expuesta por José Farrujia, doctor en Prehistoria por la Universidad de La Laguna, durante la conferencia que ofreció esta semana bajo el título Arqueología guanche en el patrimonio de La Laguna, dentro del calendario de actos conmemorativos del XI aniversario de la declaración de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad, que organizó la Asociación de Vecinos del Casco Histórico. 

Algunos de los restos de la Cueva de El Calabozo.


En su intervención, Farrujia aseguró que el municipio "posee yacimientos con la suficiente entidad patrimonial como para abrir diversos parques arqueológicos", pero se lamentó de que todos los esfuerzos del municipio se hayan centrado en recuperar el patrimonio histórico, más todavía desde la declaración de la Unesco, en 1999. 



"Lo que se conserva es la historia de las clases dominantes, las casonas, los palacetes, las iglesias, pero raramente se hace algo por preservar la historia de los dominados. Esto nos lleva a perder todas aquellas creaciones culturales que no fueron asimiladas por las élites. En el fondo, parece que tuviéramos amnesia de nuestra historia y de nuestra identidad", recalcó. 



El experto afirmó que el último inventario arqueológico del municipio se hizo en 1989. Ese documento confirma la abundante riqueza de restos aborígenes que atesoran los yacimientos del municipio. Su estudio permitiría conocer más sobre sus costumbres y creencias y compararlas con las del resto de los aborígenes de la Isla. Pero paradójicamente el 90% de estos enclaves no han sido investigados, algo que Farrujia achacó a la falta de voluntad política. 



Muchas de estas reliquias están a la intemperie y no cuentan con medidas de protección o señalización de ningún tipo. Esto expone a los recursos a la erosión medioambiental y al expolio por parte de ciertos desaprensivos. Muchos otros parajes, en cambio, han quedado sepultados. Con el paso de los siglos, los movimientos de tierras e incluso la construcción de nuevos núcleos poblacionales los han enterrado. Esto sucede en Tejina, por ejemplo, donde se sabe que antiguos poblados guanches han quedado debajo de las actuales construcciones. El historiador José Farrujia teme que de mantenerse esta indiferencia por parte de la Administración, ciertas facetas que definen la historia y la identidad de los pobladores originarios de esta zona de Tenerife "se pierdan para siempre por su mala conservación y no podamos comprobar si sus costumbres repetían los patrones que hemos observado en el resto de la Isla". 



En este sentido, El Hierro, La Palma y Gran Canaria siguen una política radicalmente opuesta. En ellas hay parques arqueológicos desde los que se realiza una gran labor de divulgación. El caso más puntero es el del complejo de la Cueva Pintada, en Gáldar. También otras ciudades Patrimonio de la Humanidad, como Salamanca con su estación de arte rupestre de la Siega Verde, ponen en valor su pasado. 



Para Farrujia, el modelo de Salamanca podría trasladarse a La Laguna. Pero se muestra escéptico. Según un estudio que menciona este investigador, realizado en los noventa por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (ICOMOS), se revela que en Europa las ciudades históricas, los monumentos religiosos, el cristianismo y la arquitectura "elitista" están todos sobrerepresentados en la lista de Patrimonio Mundial. 



"Lo que nos pasa es fiel reflejo de lo que sucede en otras muchas ciudades europeas en las que la arqueología y las culturas vivas están infravaloradas", se queja el experto y añade: "Nuestros tesoros arqueológicos están dispersos por los barrios. Tenemos hitos en Tejina, Valle de Guerra, Bajamar y Punta del Hidalgo y deberíamos aprovechar esa dispersión que tiene la virtud de descentralizar la gestión y el disfrute del patrimonio".