La puerta Norte del castro de Sta. Trega destaca dentro de la arqueología castrexa por su excepcional conservación. Una larga escalera de piedra, flanqueada entre muros, asciende la ladera hasta la puerta que franquea el paso al interior del poblado.
La actuación se enmarca en el proyecto Trega 2000+5, liderado por el CSIC a través del Instituto de Historia, en colaboración con el Concello de A Guarda (Pontevedra).
La empresa Terra Arqueos ha concluido los trabajos arqueológicos realizados desde diciembre en la entrada Norte del poblado de Sta. Trega que han derivado en la reconstrucción de dicha zona.
“Son los primeros trabajos en los que se lleva a cabo la reconstrucción completa de la puerta de un poblado castrexo. Desde ahora el visitante dispone de una imagen muy aproximada de cómo era el acceso a los castros durante la Edad del Hierro”, explica Brais X. Currás, investigador del Instituto de Historia del CSIC.
La puerta fue excavada entre los años 1910 y 1920 por la Sociedad Pro Monte guardesa con el asesoramiento del arqueólogo Ignacio Calvo. Años más tarde, Cayetano de Mergelina registró planimétricamente aquellos trabajos.
“El dintel apareció caído in situ, al pie de la puerta. Ahí ha permanecido durante casi un siglo, esperando a su restitución al lugar original. Las jambas de la puerta, en cambio, están desaparecidas, pero la solera conserva las marcas donde iban asentadas. La reconstrucción, ahora, de la puerta Norte del poblado ha implicado una gran complejidad técnica. Los trabajos consistieron en la reconstrucción parcial de la muralla y la restitución del dintel. Para ello, se emplearon exclusivamente medios manuales, con la ayuda de cinchas de amarre y poleas, evitando utilizar maquinaria. Las jambas, que están perdidas, se sustituyeron por reproducciones y se colocaron en el lugar original”, dice Brais X. Currás.
Durante la Edad del Hierro y hasta la llegada de Roma, el paisaje estaba formado por una sucesión de aldeas fortificadas, opuestas y enfrentadas entre sí: los castros. Todos estos poblados estaban cercados por una muralla que simbolizaba ese enfrentamiento, representando la identidad de cada comunidad castrexa frente a las demás y garantizando además la seguridad del grupo. Por eso las murallas, los fosos y las estructuras de acceso, son los elementos más visibles de los castros y aquellos en los que se invirtió más trabajo y se puso más cuidado.
La puerta Norte del castro de Sta. Trega destaca dentro de la arqueología castrexa por su excepcional conservación. Una larga escalera de piedra, flanqueada entre muros, asciende la ladera hasta la puerta que franquea el paso al interior del poblado. Todo un complejo diseño arquitectónico pensado para que quien entrase tuviese que atravesar este pasadizo y no pudiese ver el interior del poblado. El sistema de acceso al castro tiene así un importante componente escénico y ejerce un control físico sobre las personas que acceden al poblado. La muralla y la puerta son un símbolo de poder. Son la principal expresión de la comunidad que habita el castro y el modo en que se presentan hacia el exterior, hacia los otros castros.
La importancia de los trabajos realizados en la puerta radica en que, por primera vez, el visitante dispone de una imagen muy aproximada de cómo era el acceso a los castros durante la Edad del Hierro.
La actuación fue llevada a cabo por la empresa Terra Arqueos bajo la dirección de Miguel Ángel López Marcos, restaurador con amplia experiencia en este tipo de actuaciones. Se enmarca en el proyecto Trega 2000+5, que se basa en la colaboración entre el grupo de investigación Estructura Social y Territorio – Arqueología del Paisaje (EST-AP) del Instituto de Historia del CSIC y el Concello de A Guarda, y tiene como objetivo desarrollar el potencial patrimonial, social, cultural y científico del castro del Trega a través de una actuación integral.
Este proyecto se desarrolla en torno a tres ejes: recuperar y consolidar los sectores del castro excavados entre 1910 y 1930; mantener de forma sostenida en el tiempo el conjunto de las estructuras excavadas y expuestas al público; e investigar y profundizar en conocimiento arqueológico del Trega con la finalidad de crear nuevos contenidos destinados a la divulgación y al incremento de la valorización del patrimonio.
Promovido por el Concello de A Guarda, ha contado con el respaldo financiero del Padroado do Monte Trega y la colaboración de las Comunidades de Montes da Guarda y Camposancos. Esta primera campaña dispone de una financiación de 23.691 € aportada exclusivamente por el Padroado.
“Esta actuación contribuirá a la valorización patrimonial del castro de Santa Trega como parte de una estrategia que apuesta por potenciar su valor como recurso cultural y turístico, y también por su relevancia científica en el estudio de las sociedades de los castros”, destacan desde el Concello de A Guarda.(Fuente: CSIC)