La campaña científica submarina de estudio de los Galeones de Rande se saldó con éxito por la confirmación de entre seis y ocho pecios, de ellos al menos uno francés y otro español, pertenecientes a los barcos que participaron en la batalla desarrollada en la Ría hace más de 300 años.
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La batalla de la bahía de Vigo, 23 de octubre de 1702 deLudolf Backhuysen
(alrededor de 1702). |
Localizados los buques hundidos, ahora toca tomar la decisión más complicada: su rescate total o parcial para su exhibición en un local adecuado, quizá el Museo del Mar, quizá en el puerto. De momento sólo se habla de repetir en el futuro y conseguir más datos y posiciones de barcos.
Tanto Javier Lauces, director de la misión arqueológica realizada tras un convenio de la Xunta y el Ministerio de Cultura, como el director de Patrimonio de Galicia. José Manuel Rey Pichel, coincidieron en calificar de exitoso el resultado obtenido en los trabajos iniciados el pasado 21 de julio en la Ensenada de San Simón. Uno y otro insistieron en que los medios empleados han podido avanzar el estudio de los pecios y confirmar 19 puntos de los que al menos seis se corresponden con Rande, la mayoría ubicados cerca de la orilla sur de la ensenada de San Simón, así como con embarcaciones más recientes. Y todo ello en apenas unos días, seis, mientras que la localización de otros cinco llevó varios años durante la anterior prospección submarina de los años noventa y más recientemente, en 2007.
Luaces aseguró que hay indicios de la presencia de más barcos de la batalla en las inmediaciones del punto donde se tomaron imágenes de los seis descritos, que junto a otros cerca del estrecho de la Ría, donde actualmente hay un parque de bateas, podrían sumar entre 20 y 30. Sucesivas campañas tendrán que aclarar este aspecto que ahora ha quedado encima de la mesa, pendiente.
Restos de maderaLuaces destacó que en tres de los barcos hundidos durante la batalla de Rande se han hallado restos de madera pertenecientes a la proa, la roda (parte de la proa) y a partes de las cuadernas (laterales del barco), así como concreciones férricas que podrían ocultar bolas de cañón o piezas de anclas, y que uno de ellos conserva el túmulo, por lo que se sospecha que se conserve de una pieza.
A la espera de disponer de más datos de posibles nuevas inmersiones en el futuro, los arqueólogos calculan tras la inspección ocular realizada en julio que uno de los barcos podría ser un galeón de entre 30 y 40 metros, y otro tener 25 metros de eslora, pero 'es algo aventurado' llegar a conclusiones de este tipo, según Luaces.
El director de la campaña de inmersiones tampoco ha descartado que pueda haber sepultados bajo el lodo de la Ría objetos de valor ocultos en las bodegas y que no llegaron a ser descargados junto al resto de tesoros traídos desde América antes del ataque de la flota anglo-holandesa. En este sentido, recordó que en los primeros años tras la batalla ya hubo intentos de recuperación de ciertos objetos preciosos y podría haber más, ya que aunque la mayoría de la plata se pudo desembarcar, había contrabando a bordo de los barcos finalmente hundidos.
La Xunta coloca la arqueología submarina como 'estratégica' En la presentación realizada ayer en la Delegación Territorial de la Xunta en Vigo se habló y mucho de seguir adelante con las investigaciones, lo que obligaría a poner en marcha campañas de sondeos, con extracciones, manuales o mecánicas, que requerirían más tiempo y mayor presupuesto que el aportado hasta la fecha por la Xunta y el Ministerio de Cultura en el marco del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Subacuático.
Por su parte, el director general de Patrimonio Cultural de la Xunta, José Manuel Rey Pichel, destacó durante su intervención ante los medios la 'voluntad política' de la Administración autonómica de seguir financiando, en colaboración con el Gobierno central, este proyecto, por considerarlo 'estratégico', aunque ha admitido que en adelante habrá que saber 'priorizar' por la limitación de recursos.
Así y todo, Rey ha avanzado que la intención de la Administración autonómica es poder realizar extracciones en futuras campañas y trasladar el material rescatado en las prospecciones tanto en la ría de Vigo como en las de Corcubión y Ribadeo al Museo del Mar de Galicia, en Vigo, para su conservación y exposición al público. ¿Qué piezas? Reconoció que de momento ninguna, porque en la expedición de Rande no se había recuperado ninguna.
Claro que Rey Pichel advirtió de que tampoco era el objetivo de la campaña desarrollada en las aguas de Vigo durante el pasado mes de julio, sino confirmar que los pecios localizados en anteriores campañas eran de la Batalla de Rande. De hecho, algunas de las espectaculares 'fotos' realizadas en la anterior campaña geofísica, con sonar, se correspondían con barcos hundidos más recientemente y no con galeones del siglo XVIII.
La Batalla de Rande
En Octubre de 1702 la Ría vivió otro suceso bélico que tuvo una gran repercusión en Europa, la famosa batalla del estrecho de Rande, tras el cual se había refugiado una flota hispano francesa de la que formaban parte diecinueve galeones cargados de oro y plata procedentes de las posesiones españolas en América.
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Moneda inglesa con la imagen de la reina Ana,
acuñada con la plata capturada en la batalla. |
Aquellos galeones y los barcos de guerra franceses que los protegían fueron atacados y casi todos hundidos por una gran escuadra anglo holandesa. Buena parte de los tesoros se fueron al fondo lodoso de la Ría, donde se supone que todavía permanecen tras los muchos intentos de rescate – algunos con considerable inversión económica – que tuvieron lugar a lo largo de los Siglos XVIII y XIX.
Parte del oro y la plata se pudo salvar, otra se hundió y una tercera fue el botín de los vencedores. Con el oro de Rande se acuñaron en Inglaterra monedas de cinco, una y media guineas; con las de plata de una corona, media corona, un chelín y seis peniques, todas con la efigie de la Reina Ana en su anverso. Circularon a lo largo de muchos años.
A partir de entonces el nombre de Vigo se popularizó en Europa, debido a la abundante documentación que generó el suceso, con impresión de numerosos grabados conmemorativos y de artísticos mapas para explicar y perpetuar la batalla.
La Batalla de Rande, en fin, sirvió para inspirar a Julio Verne en su novela “Veinte mil leguas de viaje submarino”, uno de cuyos capítulos transcurre en la Ría de Vigo, hasta donde periódicamente se trasladaba el capitán Nemo con el Nautilus para financiar sus expediciones con los tesoros que se encontraban en el fondo de las aguas de Rande.