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11 de noviembre de 2024

Los Rostros del Turuñuelo inauguran la sala de exposiciones temporales en el Museo Arqueológico Nacional

La primera muestra temporal exhibe el hallazgo de los primeros rostros humanos esculpidos en piedra de Tarteso, cinco relieves de piedra de 2.500 años de antigüedad
Las piezas han sido investigadas durante un año en el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) y tratadas para su exhibición en condiciones de seguridad y con criterios de mínima intervención. La muestra se podrá visitar hasta el 2 de febrero.
El nuevo espacio, que inauguró ayer el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, junto a la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, albergará “cápsulas expositivas” que mostrarán los últimos hallazgos arqueológicos en España.

Cuando se conmemora el décimo aniversario de su reforma, el Museo Arqueológico Nacional (MAN), museo de titularidad estatal dependiente del Ministerio de Cultura, inaugura la Sala de Novedades Arqueológicas, un nuevo espacio expositivo que estará dedicado a los últimos hallazgos arqueológicos de los distintos territorios de España.

Gracias a la colaboración con la Junta de Extremadura, la sala se estrena con la muestra ‘Rostros del Turuñuelo. Los relieves de Casas del Turuñuelo, Guareña (Badajoz)’, una exposición temporal que reúne un conjunto escultórico de excepcional valor histórico y arqueológico: cinco relieves de piedra datados en el siglo V a.C., que han supuesto el primer hallazgo de rostros humanos esculpidos de Tarteso. En el acto inaugural del nuevo espacio del museo y de la muestra temporal, celebrado esta mañana, ha intervenido el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, junto a la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola.

El yacimiento arqueológico de Casas del Turuñuelo, cuyas excavaciones por parte del Instituto Arqueológico de Mérida (IAM), dependiente de la Consejería de Educación, Ciencia y Formación Profesional de la Junta de Extremadura y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Ministerio de Ciencia e Innovación, se iniciaron en 2014, se ha convertido en uno de los más relevantes de España en la actualidad. Hallados en abril de 2023, los “rostros” del Turuñuelo conforman una serie de relieves de piedra que, según sus descubridores, podrían formar parte de una escena más amplia de carácter mítico. Para Sebastián Celestino Pérez -comisario de la exposición- y Esther Rodríguez González, codirectores de la excavación, este descubrimiento ha supuesto el hallazgo de los primeros rostros esculpidos en piedra de Tarteso, una cultura que hasta ahora se consideraba anicónica.

Un año de investigación e intervención en el IPCE
Las piezas han sido estudiadas desde octubre de 2023 en el Departamento de Investigación del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), mediante técnicas de imagen que incluyen fotografías del espectro visible, infrarrojo y ultravioleta, así como radiografías y análisis de los materiales con fluorescencia de rayos X y microscopía electrónica. Los principales hallazgos de esta investigación, que sigue en curso, serán presentados a comienzos de año. 

Además, con el objetivo de procurar su exposición en condiciones de seguridad y bajo criterios de mínima intervención, el Departamento de Conservación-Restauración del IPCE ha elaborado unos soportes fabricados mediante escaneado y modelado 3D para poder montar las piezas sin adherirlas, lo que permite contemplar la forma original de los rostros.

‘Rostros del Turuñuelo. Los relieves de Casas del Turuñuelo, Guareña (Badajoz)’, se podrá disfrutar en la Sala de Novedades del MAN de manera gratuita hasta el 2 de febrero de 2025. Además, la muestra se complementa con visitas guiadas, combinadas con las salas de Protohistoria de la exposición permanente, y una mesa redonda que tendrá lugar el próximo enero.

El nuevo espacio, que inauguró ayer el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, junto a la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, albergará “cápsulas expositivas” que mostrarán los últimos hallazgos arqueológicos en España.

Un nuevo espacio para la vanguardia arqueológica
El museo, en el marco de la conmemoración del décimo aniversario de su reforma (2014-2024), abre esta nueva sala expositiva situada en un espacio privilegiado de la planta 0, de acceso, entre la sala de actividades didáctica y la tienda, junto al mostrador de venta de entradas. Este espacio se suma a los más de 9.200 metros cuadrados dedicados a la exposición permanente, así como los 600 metros cuadrados de la sala de exposiciones temporales.

El objetivo de esta sala es dinamizar la programación de exposiciones con pequeñas “cápsulas expositivas” que muestren los hallazgos arqueológicos de interés de los distintos territorios de España. Puntualmente también, el museo, como entidad viva y dinámica, podrá exhibir en la sala recientes adquisiciones o restauraciones de sus colecciones.
(Fuente: Nova Ciencia)

25 de octubre de 2024

"La conservación del patrimonio subacuático y marítimo constituye un reto social y cultural"

La investigadora Ana Crespo Solana explica el desarrollo de la arqueología subacuática en su último libro. En su trabajo analiza el vínculo entre historia y arqueología, las líneas de investigación más importantes relacionadas con el estudio del patrimonio subacuático y la memoria tangible e intangible de las sociedades marítimas. También describe los métodos empleados en una excavación subacuática y revisa en profundidad algunos de los más importantes hitos legislativos en relación al patrimonio sumergido.

Durante milenios, océanos y mares han sido medios para la transmisión cultural y tecnológica. En el libro Arqueología subacuática y patrimonio marítimo (CSIC-Catarata), la investigadora del CSIC Ana Crespo Solana aborda la relación entre el enorme patrimonio existente en mares y océanos de todo el mundo y la historia de la humanidad. El título, perteneciente a la colección ¿Qué sabemos de?, analiza el vínculo entre historia y arqueología, las líneas de investigación más importantes relacionadas con el estudio del patrimonio subacuático y la memoria tangible e intangible de las sociedades marítimas. También describe los métodos empleados en una excavación subacuática y revisa en profundidad algunos de los más importantes hitos legislativos en relación al patrimonio sumergido.

La Unesco y el Decenio del Océano
En 2021 Naciones Unidas lanzó oficialmente el Decenio del Océano (2021-2030), que tiene entre sus metas la necesidad de producir datos sobre la relación entre océano y sociedad. El patrimonio subacuático del planeta, de una enorme riqueza histórica y cultural, proporciona muchos de esos datos. Sin embargo, advierte la autora, afronta serios problemas de conservación y regulación jurídica comparables a los que sufre el propio océano.

La investigadora aclara que se trata de un patrimonio tangible, que alberga materialidades relacionadas con la interacción entre la sociedad humana y el mar, y también de un patrimonio intangible, que abarca los conocimientos derivados de la lucha del ser humano con el océano y de la creación de la tecnología que permita la vida en el mar. Esto incluye la construcción naval, la obra civil en costas y ríos, así como cualquier estrategia humana y cultural orientada al aprovechamiento de los recursos que proceden del mar.

Una disciplina derivada de la arqueología
La arqueología subacuática y marítima es una subdisciplina de la arqueología que estudia el pasado histórico a través de la recopilación de vestigios de cultura material y su investigación, pero con una metodología específica que implica la adaptación del arqueólogo, y sus métodos, al medio marino. Como disciplina científica, la arqueología subacuática extiende las técnicas de la arqueología clásica al mundo marino.

Según Ana Crespo Solana, la tecnología es solo un instrumento que debe utilizarse con un proyecto claro, por lo que es imprescindible tener en cuenta factores como la información ofrecida por la memoria histórica oral o escrita y el estudio de la documentación antes de recurrir a una tecnología determinada. “También es esencial conocer la relación que existe entre el clima y la geografía, así como los cambios geofísicos históricos en las zonas donde se producen naufragios para entender las propiedades de dichos entornos”, apunta.

El desafío de las personas que se dedican a la arqueología subacuática consiste en adaptar su trabajo al entorno marítimo. “Hay muchos problemas relacionados con el océano, pero quizás el reto más interesante, y a la vez peligroso, es la profundidad”, comenta. Como disciplina científica, la arqueología subacuática ha evolucionado mucho y este libro proporciona una gran cantidad de casos de estudio en España y en toda Europa.

No es una búsqueda de tesoros
La arqueología subacuática se ha confundido tradicionalmente como la búsqueda de tesoros, una especie de aventura excitante como la de los grandes descubrimientos, igualables a la idea del hallazgo de la tumba de Tutankamón, pero bajo el mar. No obstante, “una considerable y loable labor de concienciación social está cambiando esta perspectiva”, aprecia Crespo. La investigadora del CSIC también hace hincapié en que la arqueología en cuerpos de agua es una ciencia. “El principio más importante es poder entender y crear un marco teórico y metodológico adecuado para poder estudiar los restos arqueológicos sin destrucción, con la mínima intrusión posible y establecer preguntas adecuadas de investigación”, observa.

El naufragio es el principal generador del yacimiento arqueológico relacionado con el océano. La autora explica que “el yacimiento relacionado con una catástrofe marina derivada en hundimiento de una embarcación es uno de los objetivos más extendidos de la arqueología histórica marítima y se aplica a contextos producidos por diversos eventos como el naufragio, el abandono, una catástrofe natural o restos de batallas en el mar”.

Conservación y divulgación para el futuro
La conservación del patrimonio subacuático y marítimo constituye un reto social y cultural que va de la mano de la propia concienciación y protección de los océanos. “Hasta el momento, no se han impulsado de forma suficiente las investigaciones sobre las implicaciones que para los ecosistemas marinos pueda tener la existencia de unos bienes culturales que yacen en el mar durante siglos”, reclama Ana Crespo. En estos casos, urge el desarrollo de proyectos interdisciplinares y un mayor compromiso por parte de los Estados y las instituciones y para lograrlo, “es fundamental la cooperación internacional, así como una mayor fluidez en los procesos burocráticos necesarios para la tramitación de permisos o la declaración de bienes de interés cultural en patrimonio protegido”, concluye.

Si nos fijamos en el territorio español, la arqueología marítima y subacuática sufre por la relativa falta de homogeneización, pues depende del modo en que cada comunidad autónoma protege y estudia el patrimonio histórico marítimo, costero, sumergido o intermareal. Tampoco existen centros oficiales de arqueología subacuática en todas las comunidades autónomas. Además, advierte Crespo, “se debe vigilar a toda costa que los bienes culturales (objetos y artefactos) derivados del patrimonio subacuático y marítimo se depositen, guarden y gestionen en instituciones científicas o en museos, con el fin de asegurar su preservación y estudio a largo plazo”. En este sentido, la experta resalta la importancia de que se fomenten planes de formación en patrimonio arqueológico subacuático desde la perspectiva de las leyes, pero en especial desde la arqueología científica propiamente dicha.

Sobre la autora: Ana Crespo Solana

Investigadora científica del CSIC, profesora honoraria en la Universidad de Gales Trinity Saint David (UWTSD) y miembro de diversas instituciones y organismos científicos, como la Academia Europea y la Red de Arqueología del CSIC (ArchaeologyHUB). Ha impartido conferencias y másteres especializados en Europa, América y Asia, y ha dedicado más de treinta años al estudio de las relaciones entre las sociedades humanas y el océano, la investigación interdisciplinar de las humanidades con las tecnologías de la información, la historia, la arqueología marítima y la defensa del patrimonio sumergido. Además, ha dirigido proyectos internacionales de investigación, como el programa internacional ForSEAdiscovery, así como otros dedicados al estudio de los pecios ibéricos en el marco de la Carrera de Indias de los siglos XVI al XVIII. Ha publicado ocho libros y más de 120 artículos en inglés y español.

14 de octubre de 2024

Desvelada la trama urbana de la urbe vacceo-romana de Saldania (Palencia)

En las últimas semanas se ha desarrollado una prospección en aproximadamente 10 hectáreas de las 53 que comprende el yacimiento arqueológico, que ha permitido sacar a la luz parte de la trama urbana, así como varios edificios de época romana, entre los que destacan unas termas públicas.

La primera fase del estudio se centrará en las particularidades del asentamiento urbano y su desarrollo desde época prerromana.

Investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), centro de investigación mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Junta de Extremadura junto al arqueólogo Jaime Gutiérrez Pérez, han desvelado la trama urbana de la urbe vacceo-romana de Saldania.

Este yacimiento se localiza a pocos kilómetros de la villa romana de La Olmeda, en la localidad palentina de Saldaña, algo que los arqueólogos ven como una oportunidad única para relacionar la vida urbana y el desarrollo de las villas tardías en el medio rural en la época tardo-antigua a partir del siglo III d.C. Sin embargo, esta primera fase del estudio se centrará en las particularidades del asentamiento urbano y su desarrollo desde época prerromana.

En las últimas semanas, los arqueólogos Jaime Gutiérrez, Carlos Cáceres y Jesús García, investigador del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM-CSIC), han trabajado en la urbe vacceo-romana de Saldania para sacar a la luz la trama urbana mediante la aplicación de la prospección geofísica con georradar.

Gracias a la colaboración de la Diputación de Palencia, el Ayuntamiento de Saldaña y el Laboratorio de Arqueología de Mínima Invasión del IAM-CSIC, se ha desarrollado una prospección, en aproximadamente 10 hectáreas de las 53 que comprende el yacimiento arqueológico, que ha permitido sacar a la luz parte de la trama urbana, así como varios edificios de época romana, entre los que destacan unas termas públicas.

Junto a los trabajos de prospección, realizados mediante un potente georradar de 32 antenas y 600 megahercios (mhz) de frecuencia, se ha desarrollado un proyecto de fotografía aérea con drones multiespectrales que permite confirmar algunas de las estructuras localizadas con el georradar. “Queremos ampliar la prospección geofísica a las laderas del yacimiento. Creemos que el patrimonio cultural es imprescindible para el desarrollo del pueblo”, señala Adolfo Palacios Rodríguez, alcalde de Saldaña.

Jesús García Sánchez, investigador del IAM, recalca la importancia de los métodos geofísicos para a ampliar el conocimiento sobre la arqueología romana: “la prospección geofísica es la mejor técnica para comprender la extensión de los yacimientos, nos permite formular nuevas hipótesis y garantizar el éxito de las futuras campañas de excavación en el yacimiento”.

Asimismo, la protección del yacimiento es fundamental para respetar la labor de investigación, es la razón por la que el enclave será vigilado por agentes del Seprona de la Guardia Civil: “Hemos detectado expolios en el yacimiento, y junto a la labor de investigación, avanzaremos en los trabajos de concienciación del valor de la arqueología entre la población local”, concluye el arqueólogo Jaime Gutiérrez.

Ubicado en el Alto de la Morterona, el yacimiento de Saldania, junto a la actual localidad de Saldaña (Palencia), sitúa sus orígenes en la Edad del Bronce, aunque no fue hasta la Segunda Edad del Hierro cuando se constata un importante núcleo celtíbero.

De hecho, el Ayuntamiento de Saldaña pretende poner en valor esta zona con un mirador sobre el Carrión y un monumento alusivo a los thieldones encontrados en este punto.

Ya en época romana, la ciudad tuvo un auge entre los siglos I y II d.C., para ir perdiendo, paulatinamente, importancia durante los siglos III y IV d.C., momento en el cual surgen las grandes villas, como la cercana Villa Romana La Olmeda.

En época visigoda el enclave perduró, siendo importante, como queda demostrado por la acuñación de monedas, con la leyenda SALDANIA PIVS, de cinco reyes visigodos, entre los que destacan Leovigildo (571-586) o Chindasvinto (642-653).

La vida en el enclave se mantuvo en época medieval, siendo asolada por Almanzor en el 995. Posteriormente, el núcleo urbano se trasladó a la zona del castillo, aunque no se abandonó definitivamente hasta el siglo XIII-XIV, manteniéndose una actividad alfarera de gran importancia.

19 de septiembre de 2024

Investigadores de la UA desvelan que las técnicas agrarias de las áreas de montaña de Alicante tienen dos mil años de antigüedad

Prácticas como la irrigación, el abonado o los abancalamientos se iniciaron en la Edad de Hierro
Los investigadores de la UA durante el trabajo de campo en la montaña alicantina.

Dos artículos recientemente publicados por investigadores de la Universidad de Alicante en revistas de alto impacto internacional demuestran que las técnicas agrarias intensivas utilizadas en la montaña alicantina, atribuidas a la población medieval islámica, son mil años más antiguas de lo que se suponía. “Estas actividades, como son la irrigación, el abonado o los abancalamientos se iniciaron a fines de la Edad del Hierro, hacia el 100 a C., y se han mantenido a través del tiempo y las culturas, mostrándose tremendamente sostenibles ambiental y socialmente”, explica el catedrático de Arqueología de la UA Ignasi Grau, uno de los coordinadores de la investigación junto a la profesora Julia Sarabia, del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la UA.

En concreto, los artículos publicados son, por una parte, Archaeological landscapes and long-term settlements in the Perputxent valley (eastern Iberia): Exploring land use strategies and sustainability in a Mediterranean mountain área, publicado por The Holocene; y, por otra, Roman farmers in eastern Iberia: A spatial, geoarchaeological and bioarchaeological approach to agrarian strategies, publicado en Quaternary International.

Los estudios, que analizan la actividad agraria y el poblamiento rural de fines de la Edad del Hierro y época romana, se han basado en técnicas múltiples como análisis arqueológico, teledetección, análisis geoquímicos, arqueométricos o de micromorfología de suelos. Y con ellas se han caracterizado zonas de huertas en la Vall de Perputxent y bancales en Banyeres de Mariola, unas investigaciones en las que han participado especialistas de las Universidades de Jaén, Burgos, Valencia, el CSIC o la Sociedad Aranzadi de Euskadi y que han contado con la financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo-GVA.

Ignasi Grau señala como el mosaico agroforestal que conforma nuestro paisaje, el de las comarcas alicantinas, en el que se combinan los cultivos y los huertos con las zonas boscosas, ya era así hace más de 2.000 años. “Lo que vemos ahora es la suma del trabajo de muchas generaciones de personas que han estado haciendo lo mismo durante siglos. Hemos creado una agricultura sostenible a costa de mucho esfuerzo, que empezó a perderse a partir de los años 60 cuando se abandonó el cultivo tradicional”, explica el profesor, para quien la falta de estudios arqueológicos sobre la vida rural sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes de los investigadores ya que “se ha puesto mucho interés en saber qué se hacía en las urbes, pero se desconoce cómo era la vida en el campo cuando, en realidad, el 95 % de la población habitaba en ese entorno”.

23 de julio de 2024

Nueva línea de investigación sobre análisis de materiales del patrimonio arquitectónico y arqueológico

La Escuela de Estudios Árabes (EEA), instituto de investigación perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), abre una línea de investigación para el estudio de las características y propiedades de los diferentes materiales que conforman el patrimonio arquitectónico y arqueológico (cerámica, morteros, tapial, piedra, vidrio y metal), tanto en el laboratorio como en el monumento o yacimiento arqueológico; al análisis de los factores y mecanismos que condicionan su deterioro; y a la investigación y el desarrollo científico de las técnicas y metodologías que permitan su conservación y restauración.
La labor investigadora de la EEA se centra, por un lado, en el estudio de la Historia y los textos andalusíes, así como de la lengua árabe y, por otro, en la Arqueología y Arquitectura Islámicas.

La labor de investigación reciente implantada incluye la colaboración en proyectos de conservación y restauración con instituciones nacionales e internacionales y administraciones locales (entre ellas, Universidad de Granada, Patronato de la Alhambra y Generalife, Getty Conservation Institute), realizando tanto la caracterización y el diagnóstico previo como el seguimiento científico de las intervenciones.

La difusión se realiza mediante publicaciones nacionales e internacionales, conferencias, cursos y docencia de grado y postgrado impartidos fundamentalmente en la Facultad de Ciencias y Bellas Artes de la Universidad de Granada (Grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales y Máster en Ciencia y Tecnología en Patrimonio Arquitectónico).

Líneas específicas de investigación:
  • Caracterización composicional-textural y propiedades químicas/físico-mecánicas de los materiales del patrimonio arquitectónico y arqueológico.
  • Investigación geológica de canteras históricas y otros puntos de procedencia de materiales.
  • Estudio de la tecnología de la fabricación de los materiales e implicaciones arqueométricas.
  • Análisis del estado de conservación y las causas, los mecanismos y las morfologías de alteración.
  • Diseño, aplicación y análisis de materiales y tratamientos de conservación: orgánico, inorgánico y biomineralización.
  • Control y seguimiento del proceso de intervención: tratamientos, productos y metodología de su aplicación.
Sobre la EEA
La Escuela de Estudios Árabes (EEA) es un Instituto de investigación perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo público de investigación, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación. La sede inicial de la EEA se estableció en la llamada Casa del Chapiz, conjunto de dos casas moriscas declarado Bien de Interés Cultural, cuyos orígenes se remontan al siglo XIV, y que se encuentra situado en el Albaicín (barrio de Granada, incluido por la UNESCO en la lista del Patrimonio Mundial), en la confluencia de la Cuesta del Chapiz con el Camino del Sacromonte.

Hoy en día, la EEA cuenta con dos sedes, la mencionada Casa del Chapiz y el Carmen de los Mínimos, edificio de nueva construcción inaugurado en 2007.

La labor investigadora de la EEA se centra, por un lado, en el estudio de la Historia y los textos andalusíes, así como de la lengua árabe y, por otro, en la Arqueología y Arquitectura Islámicas, concretándose en siete líneas de investigación: Historia del Islam, Historia de la ciencia árabe, Arquitectura islámica, Granada en época musulmana y morisca, Arqueología medieval, Arqueología de la Arquitectura y Dialectología árabe.

Una buena síntesis sobre la historia de la institución y su sede, así como de la labor que desempeñan en ella sus investigadores puede apreciarse en el vídeo institucional.
(Fuente: CSIC)

21 de junio de 2024

Los arqueólogos desvelan la ocupación humana del Alto Pirineo a lo largo de miles de años

La campaña de excavaciones de este año llevada a cabo por arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y del CSIC en la Cova de l'Home Mort de Soriguera (Pallars Sobirà, Lleida) ha sacado a la luz restos de ceràmicas romanas del final del Imperio Romano (siglo V d. C.), así como una singular punta de flecha de bronce de más de 3.500 años de antigüedad.
Miembros del GAAM realizando trabajos de excavación en la cova de l'Home Mort. Imagen: GAAM-UAB

Arqueólogos del Grupo de Arqueología de Alta Montaña (GAAM), formado por investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han dado a conocer hoy los resultados de la campaña de excavaciones que han llevado a cabo este mes de junio en la cova de l'Home Mort (Soriguera, Pallars Sobirà, Lleida), que han calificado «de alta relevancia científica».

Por un lado, destaca el hallazgo de cerámicas romanas, algunas de origen norteafricano. Este descubrimiento confirma que la cova de l'Home Mort, además de en la Edad del Bronce, acogió ocupaciones humanas al final del Imperio Romano (siglo v d. C.) y «consolida los datos de los últimos años, que indican que los valles del Pallars Sobirà no quedaron al margen de las dinámicas históricas en época romana, como tradicionalmente se había apuntado en varias ocasiones», ha señalado Ermengol Gassiot, director del GAAM del Departamento de Prehistoria de la UAB.

Por otro lado, se han podido recuperar numerosos restos humanos y objetos asociados a la Edad del Bronce, de una antigüedad de entre 3.500 y 3.600 años. Entre los objetos, se ha recuperado una nutrida y diversa producción cerámica y objetos singulares, entre los que destaca una punta de flecha de bronce. «Se trata de un objeto muy valioso para el patrimonio arqueológico pirenaico, dada la escasez de piezas similares que se han encontrado hasta ahora», han detallado los investigadores.

En cuanto a los restos humanos, «una primera evaluación muestra una elevada presencia de huesos de individuos infantiles, si bien también se documentan de personas de edad avanzada», ha explicado Xavier Sánchez, arqueólogo del Pallars Sobirà y miembro del GAAM, coordinador también de la campaña de este año.

La cova de l'Home Mort (Soriguera, Pallars Sobirà) es una cueva con dos galerías situada en el Pirineo, a 1.180 metros de altitud. Los hallazgos de este año se han hecho en la totalidad de la Galería 1, la misma en la que en 2008 se documentó por primera vez el yacimiento y en la que se recuperaron varios restos humanos que en 2017 se pudieron fechar con una antigüedad de entre 3.500 y 3.600 años. La cantidad de fragmentos humanos recuperados hasta ahora es propia del carácter sepulcral que la cueva habría tenido al menos durante 125 años.

A fecha de hoy, los restos humanos de la Edad de Bronce documentados y fechados en la cova de l'Home Mort se sitúan entre los más antiguos recuperados en los Pirineos occidentales de Cataluña y tienen la misma cronología que las de la cueva sepulcral de Montanissell, en el municipio de Coll de Nargó (Alt Urgell, conocidas como la Señora de las Montañas). Su estudio ha de contribuir a entender las condiciones de vida de las poblaciones humanas en las zonas de montaña y alta montaña pirenaicas en un periodo en el que se documenta la consolidación del impacto humano en los medios de alta montaña.

Sin embargo, el estudio de la ocupación humana de la cueva podría ampliar el abanico temporal de esta ocupación, porque los trabajos de este año han proporcionado también restos arqueológicos que, por sus características, parecen provenir del final del Neolítico o Calcolítico, hace unos 5.000 – 4.500 años, entre los que destacan restos de cerámica campaniforme. «A la espera del desarrollo de las investigaciones, este hecho confirma una secuencia arqueológica que cubre varios miles de años. Esto la convierte en un yacimiento de referencia para el estudio de la presencia humana en las áreas de montaña de los Pirineos durante los últimos 5 milenios», ha destacado Ermengol Gassiot.

La investigación llevada a cabo este año ha contado con la participación de alumnado del grado de Arqueología de la UAB.

Los trabajos arqueológicos en la cova de l'Home Mort se enmarcan en varias ayudas del Parque Natural del Alto Pirineo y dentro del proyecto cuatrienal de investigación arqueológica «Arqueología del pastoralismo y la agricultura prehistórica en el Pirineo Occidental», financiado por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya y como parte del proyecto «(Re)pensar la gestión de los espacios abiertos y de la ganadería extensiva en el Alto Pirineo en el contexto del cambio climático (Repica)», financiado por el AGAUR (Generalitat de Catalunya). En relación con este último, la cova de l'Home Mort está aportando interesantes datos de la evolución del valle de Siarb desde el último periodo glaciar. También permitirá, a través de sus restos arqueozoològicos, el estudio de la evolución de las estrategias ganaderas los últimos 3.500 años.

12 de junio de 2024

Documentan en el Turuñuelo el primer ejemplo de escritura tartésica

El estudio de la tablilla de pizarra con imágenes de guerreros descubierta em el yacimiento del Turuñuelo -en la localidad pacense de Guareña- desvela una serie de signos inscritos que podrían ser el primer ejemplo de escritura descubierto de la enigmática civilización de Tarteso.
La tablilla esconde en su marco lo que parece ser una secuencia de 21 signos. Joan Ferrer i Jané CSIC

La placa de pizarra de unos 2.500 años de antigüedad grabada con imágenes de una escena de combate entre tres guerreros hallada en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz) ha dado mucho que hablar desde el anuncio de su descubrimiento la semana pasada. Sin embargo, los arqueólogos del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM) no habían reparado en una serie de signos inscritos alrededor de la tablilla. O al menos no los habían interpretado como ha hecho un investigador independiente del proyecto: se trataría de un abecedario de una escritura paleohispánica meridional.

Joan Ferrer i Jané, investigador adscrito al grupo LITTERA de la Universidad de Barcelona, se enteró a través de los medios de comunicación del hallazgo de la placa de pizarra, que sería una suerte de boceto que habría servido al artesano tartesio de apoyo para inmortalizar estas imágenes en piezas de oro, marfil o madera. "Más allá de las figuras, cuando observé la placa vi que en uno de los laterales parecía haber un signo paleohispánico, un signo que no se puede confundir con ningún otro. También se apreciaban otros trazos compatibles con signos de una secuencia conocida", ha explicado el epigrafista.

Rápidamente se puso en contacto con Esther Rodríguez y Sebastián Celestino, directores del proyecto Construyendo Tarteso, y les pidió fotografías macro parciales de la zona para poder corroborar sus sospechas. "Tras estudiar las imágenes todo apunta a que se trata de un abecedario de escritura meridional con la secuencia inicial ABeKaTuIKeLBaNS?ŚTaUE, que es casi la misma documentada en el abecedario de Espanca [hallado en Castro Verde, Portugal], excepto por el decimoprimer signo, que presenta una forma especial", detalla Ferrer.

Según ha anunciado el CSIC este martes en un comunicado, los científicos del IAM ya se encuentran trabajando con el investigador catalán para tratar de arrojar luz sobre lo que parece una secuencia de 21 signos trazados en el marco de la tablilla hallada en Casas del Turuñuelo. Según las primeras hipótesis, se trataría del tercer abecedario de una escritura paleohispánica meridional y el primer ejemplo de escritura descubierto en un yacimiento único, famoso por desvelar el mayor sacrificio de animales del Mediterráneo occidental o los primeros relieves figurados de la enigmática civilización de Tarteso.

Esther Rodríguez González, una de las responsables de los trabajos arqueológicos en Casas del Turuñuelo, destaca que desde el primer momento del hallazgo de la tablilla de pizarra era consciente de que "el volumen de información que contenía era superior incluso al de los propios rostros encontrados [de los guerreros]". Además de las siluetas de unas figuras humanas, los científicos ya habían observado varios círculos y líneas que hacían intuir que la placa se podría analizar a diferentes niveles.

Dos abecedarios más
Las escrituras paleohispánicas se dividen en dos familias: la familia nororiental y la familia meridional. La frontera entre una y otra estaría, aproximadamente, al sur de Valencia. Todas ellas derivan de la escritura fenicia, de la que se hizo una primera adaptación a lo que se llama un signario paleohispánico original y luego se produjeron dos adaptaciones diferentes, una en el norte y otra en el sur. Esta última es la que dio lugar a la familia de las escrituras meridionales, a la que correspondería este abecedario, según se informa desde el CSIC.

Hasta el momento, solo hay constancia de la existencia de dos abecedarios más de escrituras meridionales. Según las primeras investigaciones, el abecedario del Turuñuelo repite, como mínimo, los 10 primeros signos del abecedario del yacimiento de Espanca, en Castro Verde (Portugal). "Este abecedario tiene 27 signos y es el único completo que conocíamos hasta la fecha. Se encontró otro en la excavación de Villasviejas del Tamuja (Cáceres) pero está muy fragmentado, solo tiene algunos signos centrales. Con lo cual el de Guareña sería el tercero y aportaría mucha información", apunta Ferrer.

El hallado en el yacimiento tartésico empieza con la secuencia "ABeKaTu", que sería su equivalente, y contaría con 21 signos escritos en el sentido de izquierda a derecha siguiendo el borde exterior de la placa. "Se habrían perdido al menos 6 signos en la zona partida de la pieza, pero si fuera completamente simétrico y los signos ocuparan completamente tres de los cuatro laterales de la placa podría llegar a los 32 signos, con lo que los signos perdidos podrían llegar a ser once o quizás más si un posible signo, "Tu", aislado en el cuarto lateral, formara parte del abecedario", comenta Ferrer i Jané, que añade que "es una pena que se haya perdido la parte final del abecedario ya que es ahí donde suelen estar las diferencias más acusadas".

La colaboración entre los investigadores ayudará a determinar si el abecedario de Casas del Turuñuelo se puede clasificar con alguna de las escrituras ya conocidas o si debe considerarse una escritura meridional independiente. "En todo caso, confirma que en este yacimiento se ocultan aun muchas más inscripciones que esperamos que salgan a la luz en futuras campañas", concluye el especialista en escritura paleohispánica.

7 de junio de 2024

Importantes descubrimientos en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo (Badajoz)

Las recientes excavaciones en el yacimiento de Casas del TuruñueloCasas del Turuñuelo, cerca de Guareña, han desenterrado una placa de pizarra con grabados de guerreros datados entre los siglos VI y V a.C., así como la monumental puerta este de un edificio tartésico.
La placa de pizarra, que muestra a cuatro figuras identificadas como guerreros por sus atuendos y armas, podría ser una “pizarra de orfebre”.

Los hallazgos, presentados por los codirectores de la excavación, Esther Rodríguez y Sebastián Celestino del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), no solo añaden capítulos a la historia de Tarteso, sino que también proporcionan una ventana única a las prácticas artesanales de la época.

La Placa de Pizarra: Un Vínculo con los Artesanos Tartésicos
La placa de pizarra, que muestra a cuatro figuras identificadas como guerreros por sus atuendos y armas, podría ser una “pizarra de orfebre”, utilizada por los artesanos como guía para grabar diseños en metales preciosos y otros materiales. “Este descubrimiento es un testimonio único de la arqueología peninsular y nos acerca a los procesos artesanales de Tarteso, hasta ahora invisibles”, explicó Rodríguez.

La Puerta Este: Un Portal a la Organización Espacial Tartésica
El descubrimiento de la puerta este, en el centro de una fachada de más de tres metros de altura, confirma el acceso principal al edificio y sugiere una compleja organización espacial. La puerta conecta con un patio pavimentado y un corredor empedrado, delineando lo que parece ser la zona de producción del edificio.

Avances en la Comprensión de la Cultura Tartésica
Los investigadores han excavado cuatro espacios, recuperando cerámicas, herramientas de hierro, marfiles y pesas de telar, evidenciando una avanzada artesanía textil. El hallazgo de la puerta cierra un capítulo importante en la interpretación del sitio, y según Celestino, cada revelación es un paso adelante en la comprensión de esta cultura.

Con la mirada puesta en futuras excavaciones, el equipo del CSIC se enfocará en delimitar las áreas de producción y explorar las habitaciones adyacentes para definir la funcionalidad del edificio.

Este conjunto de descubrimientos no solo enriquece el conocimiento sobre Tarteso, sino que también destaca la importancia de la región en la Edad del Hierro del suroeste peninsular, prometiendo más sorpresas en el horizonte arqueológico.

5 de diciembre de 2023

Documentan una gran alberca en la almunia de recreo del Rey Lobo en Monteagudo (Murcia)

El estanque se localiza anexo al salón protocolario del complejo palaciego, y aunque su función era ornamental también sirvió para abastecer a la finca de recreo
Investigadores del CSIC y del Instituto Arqueológico Alemán inspeccionan la arquería excavada en el llano de Monteagudo. Guillermo Carrión / AGM

Otra sorpresa en la zona del llano del Castillejo, en Monteagudo. La nueva campaña de estudio que se lleva a cabo hasta este martes en la almunia de Ibn Mardanis, conocido por las fuentes cristianas como el Rey Lobo, ha sacado a la luz vestigios de una gran alberca en uno de los patios del palacio del siglo XII.

Los trabajos que dirige el arqueólogo murciano Julio Navarro, adscrito a la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, han permitido descubrir mediante un sondeo restos de pavimentos y de pinturas murales de dicho depósito, que tendría una capacidad de 800 metros cúbicos. El estanque se localiza anexo al salón protocolario del complejo palaciego, y aunque su función era ornamental también sirvió para abastecer a la finca de recreo.

La campaña, en la que participa el arquitecto Felix Arnold, director científico del Instituto Arqueológico Alemán en Madrid, está siendo «especialmente fructífera», indica Navarro, ya que también se ha podido documentar la arquería del pórtico del pabellón, entre la gran alberca y una segunda más pequeña.

No obstante, solo ha sido posible excavar sus cimientos, «pues las estructuras exhumadas no conservan nada de su alzado», indica el experto del CSIC. Navarro explica que este tipo de distribución está presente en otros complejos áulicos de la arquitectura islámica.

Los nuevos descubrimientos apuntalan la importancia del yacimiento de Monteagudo, donde ya se han localizado restos de dos palacios: el de Ibn Mardanis (siglo XII) y otro posterior que mandó erigir Ibn Hud, entre los años 1228 y 1238, para alojar su corte durante las terceras taifas.

24 de octubre de 2023

Dos torques de oro de la Edad del Hierro salen a la luz en una finca de Betanzos (A Coruña)

La primera de las piezas se descubrió el pasado mes de mayo y la segunda hace unas semanas. En ambos casos, la persona que realizó el hallazgo casual lo entregó a los responsables de Patrimonio de la Xunta de Galicia. Una prospección arqueológica y geofísica realizada en la parcela con el fin de comprobar si se escondían más objetos históricos no ha detectado ningún material ni niveles antiguos.
Vista de los dos torques de oro encontrados por vecinos de la comarca de As Mariñas (A Coruña), mientras labraban tierras cultivadas. EFE

Dos torques de oro únicos de la Edad del Hierro han salido a la luz durante unos trabajos de arado en una finca de Betanzos (A Coruña). La primera de las piezas se descubrió el pasado mes de mayo y la segunda hace unas semanas. En ambos casos, la persona que realizó el hallazgo casual lo entregó a los responsables de Patrimonio de la Xunta de Galicia. Una prospección arqueológica y geofísica realizada en la parcela con el fin de comprobar si se escondían más objetos históricos no ha detectado ningún material ni niveles antiguos.

Ambos torques, en un gran estado de conservación, se encuentran actualmente en el Museo Arqueológico e Histórico de San Antón, el centro de referencia para el estudio de este tipo de hallazgos efectuados en la Mariña coruñesa, según ha anunciado la Xunta de Galicia en una nota de prensa. Los resultados preliminares de la investigación química y analítica, realizada por Xosé Lois Armada y Carlos Otero, del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC, apuntan a que las piezas, una especie de collar rígido, abierto en su parte anterior, fueron creadas en la Edad del Hierro (siglos IX-II a.C.).

Los torques fueron una de las joyas más representativas de esta época. Los dos documentados en Betanzos presentan las características habituales del tipo ártabro, una tipología de la que solo se conocen 24 ejemplares. Según los investigadores, sus particularidades son los remates en forma de pera o cebolla y una decoración de hilos enrollados en los tercios laterales, con motivos en espiral que delimitan la zona lisa. Además, otro aspecto a destacar es que a menudo este tipo de piezas no son de oro macizo, sino que contienen núcleos elaborados con metales o aleaciones menos nobles.

El primero de los torques tiene unas dimensiones de 147x143 mm, 11 milímetros de diámetro en el aro central y un peso de 390,3 gramos. Como cualidad singular, subrayan los investigadores, la unión del aro con los remates muestra una pericia técnica inferior a la del resto de piezas, lo que sugiere que se trata de una reparación antigua. Además, los primeros resultados de su estudio apuntan al uso de un oro con un porcentaje muy alto de pureza.

La segunda pieza, de 161x38 mm, 18 mm de diámetro y 365 gramos de peso, presenta las características habituales de los torques de tipo ártabro, pero con unas terminaciones ligeramente distintas entre sí —una de ellas presenta una forma parecida a una almendra—. A diferencia del otro ejemplar, se ha detectado la presencia de un metal menos noble en el interior del aro a través de las ligeras roturas y de las zonas de abrasión.

Según Román Rodríguez, conselleiro de Cultura de la Xunta, que visitó este lunes el Museo Arqueológico e Histórico de San Antón, el hallazgo de estos torques "da una nueva oportunidad para ahondar más señero y en la historia de la comarca".
(Fuente: El Español)

3 de octubre de 2023

Los restos de ganado en un galeón hundido en Ribadeo explican la alimentación en el siglo XVI

El CSIC ha encontrado 78 huesos de animales, que dan cuenta de las fuentes de proteínas de la tripulación
Toma de medidas en el yacimiento del pecio Ribadeo I. | Christine Heamagi (MALtd), Proyecto ForSEAdiscovery-CSIC / Xunta de Galicia

En 1597, un galeón de guerra construido en Nápoles (Italia) naufragó en aguas gallegas. Este buque, el San Giacomo di Galizia, también conocido como Santiago, se hundió en el estuario de Ribadeo (Lugo), donde ahora el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) lidera su análisis, siglos después, con el objetivo de conocer cómo era la vida de sus tripulantes.

El yacimiento subacuático de los restos del Santiago, o el Pecio Ribadeo I, es un caso excepcional para estudiar un navío de guerra del siglo XVI en aguas territoriales españolas. La investigación de este pecio, que constituye un fragmento de una nave naufragada, ofrece una ventana al pasado, que permite conocer el ganado consumido por los marineros o el tipo de cerámica utilizada para almacenar agua y cómo se conservaban los alimentos.

Así, el equipo internacional liderado por el CSIC ha logrado reconstruir la historia del Santiago. Gracias al estudio de los artefactos sumergidos y la revisión de documentos históricos y análisis espectroscópicos, los investigadores se aproximan como nunca a las actividades ocurridas a bordo del navío, durante su breve periodo de servicio en la Armada española, desde su construcción en un astillero de Nápoles alrededor de 1590 hasta su naufragio en 1597.

La investigación, coordinada por las científicas Ana Crespo Solana y Marta Moreno García del Instituto de Historia (IH-CSIC), y Sagrario Martínez Ramírez, del Instituto de Estructura de la Materia (IEM-CSIC), ambos pertenecientes al CSIC, ha presentado los resultados recopilados en la revista Heritage. En este número monográfico especial ahondan en la cultura material y la vida a bordo de barcos de los siglos XVI al XIX y ofrecen una visión más amplia de las interacciones del entorno marino.

De acuerdo con la nueva publicación, este naufragio y otros de la misma época representan un valioso patrimonio histórico-arqueológico que ha recibido una atención limitada desde la perspectiva de la investigación subacuática, cuyo estudio proporciona «nuevas perspectivas sobre los contextos históricos y materiales de los siglos pasados», en palabras de Crespo.

La científica, especializada en historia y arqueología submarina, subraya que estos estudios «ofrecen una riqueza de datos significativos sobre la cultura material de la época, las dinámicas a bordo, las prácticas marítimas, las redes comerciales, los comportamientos y los conocimientos náuticos, así como el subsiguiente desarrollo y transformación de los sitios arqueológicos, los cuales se convierten en cápsulas históricas del tiempo». Ella lideró el proyecto europeo ForSEAdiscovery, que llevó a cabo la excavación subacuática entre 2012 y 2022. Actualmente, el trabajo continúa bajo la dirección de Miguel San Claudio Santa Cruz, arqueólogo de la Xunta de Galicia.

La gastronomía en un galeón de guerra
El estudio de los 78 huesos recuperados a bordo del Santiago revela, según el análisis arqueozoológico del Laboratorio de Arqueobiología de IH-CSIC, que los restos corresponden a diferentes porciones cárnicas, como vacas, corderos, cerdos, un ganso e incluso merluza.

Esto sugiere el papel fundamental del ganado como fuente primaria de proteínas para la tripulación. Según Moreno, el mayor número de desechos de vaca frente a las otras especies apunta a que el vacuno fue una fuente importante de proteínas para la tripulación. Además, la identificación de partes de animales con menor valor cárnico, como cráneos y extremidades distales de las patas, plantea la posibilidad de que se transportara ganado vivo para su posterior procesamiento a bordo.

Los patrones en la carnicería, como la frecuencia y ubicación de marcas de troceado en porciones pequeñas y manejables, indican a los científicos que los métodos de cocción más habituales eran la ebullición y el guiso. Además, los datos de envejecimiento denotan el probable consumo de carne tierna de vaca y cordero, indicando diferencias entre la alimentación de los oficiales de alto rango y el resto de la tripulación.

Por último, la recuperación de un tarsometatarso de ganso, un hueso sin rendimiento cárnico, supondría la presencia de aves de corral vivas a bordo, mientras que una vértebra de merluza se relacionaría con la provisión de pescado seco.

La cerámica, clave en el almacenamiento
Los análisis arqueométricos y químicos de las cerámicas, artefactos y restos óseos de fauna del yacimiento, han permitido a Ramírez, especialista en materiales del IEM-CSIC, reconstruir el itinerario de navegación del galeón. A través de la combinación del registro arqueológico con la documentación histórica, ahora se puede afirmar que el buque partió de Nápoles y pasó por Cádiz y Lisboa antes de hundirse en Galicia.

La cerámica se ha revelado como uno de los hallazgos más comunes, seguida de la madera y la piedra. Principalmente de manufactura portuguesa, estas vasijas no cumplían primordialmente funciones culinarias, sino de almacenamiento de agua y conservación de alimentos durante las extensas travesías marítimas. Además, «el estudio de las cerámicas y algunas piezas metálicas apuntan a diferentes técnicas de producción y a una importante cadena de conocimientos y mano de obra en su elaboración», detalla Crespo.

Las muestras se analizaron desde el punto de vista químico y mineralógico utilizando diferentes técnicas instrumentales en el IEM-CSIC, lo que ha permitido determinar dos tipos de cerámicas cocidas a diferentes temperaturas (<800ºC y >900ºC). Las primeras se relacionan con jarras para almacenar aceite, mientras que las segundas corresponden a piezas de vajilla, lo que confirmar la presencia de cerámica vinculada a la vida cotidiana a bordo de un barco militar.
Construcción naval mediterránea

En el monográfico también se publican los resultados de una intervención arqueológica del CSIC en el pecio de Mortella II, en 2021, que se realizó como complemento de la excavación del pecio del Mortella III efectuada entre 2010 y 2019, y al que está históricamente vinculado.

Ambos barcos eran mercantes genoveses que navegaban juntos y que se hundieron en 1527, en el contexto del séptimo conflicto italiano de la guerra entre Francia y España.

La revista recoge los principales resultados de las líneas de investigación sobre construcción naval y artefactos (anclas y artillería), del Renacimiento. La excavación de los pecios de la Mortella II y III fue dirigida por Arnaud Cazenave de la Roche y Ana Crespo.
(Fuente: The Objective)

18 de mayo de 2023

El CSIC explora en Babia las huellas milenarias del pastoreo de montaña

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas realizan prospecciones arqueológicas en Fuentes del Sil (León). Por el momento han encontrado evidencias de la presencia de pastores prehistóricos de hace unos seis mil años; así como restos de cabañas ocupadas en tiempos medievales

Arqueólogos del CSIC en Babia excavando cabañas de Pastoreo de Montaña CSIC

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Ciencias del Patrimonio (INCIPIT, Santiago de Compostela) dirige estos días excavaciones arqueológicas en enclaves pastoriles de las Fuentes del Sil, en las inmediaciones de la localidad de La Cueta, en el municipio de Cabrillanes en la provincia de León.

El equipo está formado por 12 especialistas bajo la coordinación científica y técnica de David González Álvarez, investigador del CSIC en el INCIPIT, quien destaca que “este tipo de estudios arqueológicos muestran un enorme potencial, y constituyen una iniciativa pionera en la investigación de las cumbres más elevadas de la Cordillera Cantábrica”.

El INCIPIT lleva trabajando en la zona desde 2017 con el objetivo de explorar, en la comarca de Babia, las huellas que el pastoreo ha dejado en estas montañas desde hace milenios. “Por el momento, hemos podido datar muchas de esas construcciones en diferentes momentos históricos, entre la Prehistoria reciente y nuestros días”, apuntan los investigadores a la Agencia DiCYT.

“Destacan algunas ocupaciones detectadas en el entorno de la laguna de Las Verdes, en Torre de Babia, con evidencias de la presencia de pastores prehistóricos hace unos seis mil años; así como restos de cabañas ocupadas en tiempos medievales, cuando Alfonso X el Sabio favoreció la fundación del Honrado Concejo de La Mesta de Pastores. Conforme avanzan los trabajos, llama la atención la diversidad en formas, tamaños y localizaciones de las estructuras investigadas, aspectos que centran el análisis de este equipo para comprender los cambios y continuidades en las actividades ganaderas”, explican desde el equipo.

Impacto de la trashumancia
“Durante las próximas dos semanas realizamos excavaciones arqueológicas en enclaves pastoriles de las Fuentes del Sil, en las inmediaciones de la localidad de La Cueta, gracias a financiación del CSIC y el Ministerio de Ciencia e Innovación. Esperamos recuperar datos útiles para caracterizar cómo ha cambiado el pastoreo en estos espacios, en los que aún varios rebaños de ovejas trashumantes llegados de Extremadura aprovechan sus ricos pastos cada verano”, avanza David González Álvarez.

Algunas de las preguntas a las que pretenden dar respuesta los investigadores son ¿Desde cuándo los rebaños de ganado aprovechan los pastizales más altos de la Montaña Leonesa? ¿Cómo ha variado esta actividad a lo largo de la historia? ¿Cómo se adaptó la ganadería a los cambios ambientales o históricos que condicionan su desarrollo? ¿Qué efectos genera el uso pastoril de estos espacios en su entorno en diferentes etapas históricas.

Como metodología para obtener estas respuestas, han explorado, mediante sondeos arqueológicos, unas 25 estructuras arruinadas que se reconocían en diferentes majadas de los pastizales de Babia. De algunas de ellas, no había memoria siquiera sobre su ocupación, mientras que otras ruinas de cronología casi pasan desapercibidas en el entorno de las cabañas actualmente en uso por los últimos pastores que aprovechan estos terrenos elevados.

Ruinas pastoriles de más de mil años
En esta campaña de trabajo de campo, los trabajos se concentrarán en el área de Calderones, próxima a las cumbres que dan sombra al nacimiento del río Sil. Allí, el equipo del CSIC excava una cabaña que fue ocupada en época tardoantigua, hace unos mil trescientos años.

“Se preservan los restos arruinados de su muro perimetral, un pequeño conjunto de fragmentos cerámicos semejante a piezas recuperadas en enclaves coetáneos de Zamora, así como los restos de un hogar repleto de carbones, cuyo análisis nos habla del aprovisionamiento de combustible leñoso para calentar esa estancia. En las proximidades de esta cabaña, la prospección superficial desvela trazas tenues de antiguos cercados para el ganado, además de otras cabañas. En los próximos días, los trabajos se ampliarán con prospecciones geofísicas, trabajos de teledetección con drones, y nuevos sondeos que serán excavados en estructuras no exploradas hasta el momento. Lo que pretendemos es recomponer pasajes clave en la biografía cultural de estas montañas lo cual nos ayuda, en definitiva, a reflexionar sobre cómo los paisajes de Babia fueron modelados por el pastoreo a lo largo de la historia hasta dar forma, en buena medida, a su configuración actual”, avanza David González Álvarez.

19 de abril de 2023

Hallan las primeras representaciones humanas de Tarteso en Badajoz

Investigadores del CSIC han sacado a la luz los restos de cinco relieves antropomorfos del siglo V a.C., en el yacimiento de Casas del Turuñuelo (Badajoz). Por la calidad de la talla de dos retratos femeninos, se piensa que estos podrían representar a divinidades, las primeras con forma humana encontradas en esta cultura.
El descubrimiento supone un cambio de paradigma en la interpretación de la cultura tartésica. / EFE/ Samuel Sánchez.

Los trabajos realizados en el marco de la quinta campaña de excavaciones en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz) sacan a la luz los restos de cinco relieves figurados del siglo V a.C., los primeros pertenecientes a la cultura tartésica (siglos VIII-IV a.C.).

El descubrimiento se realizó durante la excavación del sector este del yacimiento, el área por el que se accede al patio del edificio donde se documentó un masivo sacrificio de animales, principalmente caballos. Lo insólito del nuevo hallazgo es que las representaciones corresponden a rostros humanos.

El equipo del Instituto de Arqueología, centro mixto del CSIC y la Junta de Extremadura, dirigido por Esther Rodríguez González y Sebastián Celestino Pérez, ha confirmado hoy que, del conjunto recuperado hasta la fecha, dos de los relieves figurativos se encuentran casi completos y corresponden a mujeres adornadas con destacados pendientes o arracadas que representan piezas típicas de la orfebrería tartésica.

Hasta el momento, estas piezas de oro solo se conocían a través de los hallazgos realizados en enclaves como el yacimiento de Cancho Roano o dentro del conjunto que conforma el tesoro de Aliseda, un ajuar funerario tartésico hallado en Cáceres. Dada la calidad técnica y el detalle artístico con el que fueron elaboradas, parece que nos encontramos ante la representación de dos divinidades femeninas del panteón tartésico. Sin embargo, los investigadores no descartan que se trate de personajes destacados de la sociedad de entonces.

Junto a las dos figuras femeninas, se han recuperado otros fragmentos de relieves. Estos pertenecen a, al menos, otros tres individuos, uno de ellos identificado como un guerrero, ya que conservaba parte del casco.

Este extraordinario descubrimiento supone un profundo cambio de paradigma en la interpretación de Tarteso, considerado tradicionalmente como una cultura anicónica por representar la divinidad a través de motivos animales o vegetales, o a través de betilos (piedras sagradas). Por último, el hallazgo confirma la importancia del yacimiento y resalta la trascendencia de la cultura tartésica en el valle del Guadiana durante sus últimos momentos.

Construyendo Tarteso
'Construyendo Tarteso' es un proyecto de la Agencia Estatal de Investigación dentro del Plan Estatal I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación. Su objetivo principal es caracterizar la cultura material tartésica a través del análisis arquitectónico de los grandes edificios de adobe excavados en las últimas décadas.

El equipo de 'Construyendo Tarteso', que comenzó su primera campaña de excavación en 2015, en el yacimiento de Casas del Turuñuelo ubicado en las Vegas Altas del Guadiana, actualmente se encuentra inmerso ya en la quinta campaña de excavación.

Los trabajos actuales se centran en el sector este del yacimiento para intentar localizar el punto de acceso: la fachada del edificio. Al ser construcciones que siguen un patrón oriental, habitualmente se orientan hacia el este, es decir, hacia la salida del sol. Además, se intenta descubrir si existe una simetría con el patio o si podría existir una puerta que comunicase directamente con dicho espacio.

El yacimiento es singular, fundamentalmente, por su excelente estado de conservación. Hasta la fecha, constituye el edificio construido en tierra mejor conservado del Mediterráneo occidental. Ello se debe, entre otras razones, a que ha mantenido en pie sus dos plantas constructivas, es decir, que existe la posibilidad de caminar tanto por el piso superior como por el inferior.

Estas condiciones permiten documentar técnicas constructivas y soluciones arquitectónicas que hasta la fecha no se habían documentado en un yacimiento tartésico. Un ejemplo es la posible existencia de una bóveda que cubría una de sus estancias principales o el uso del mortero de cal, en este caso, para fabricar los sillares de los peldaños inferiores de la escalera. Sin duda, se trata de un yacimiento singular.

Además de los elementos arquitectónicos, como la conservación de alzados de adobe de hasta cinco metros de altura, es significativo el sacrificio masivo de animales, el más grande que se haya documentado hasta la fecha, en el Mediterráneo occidental.

Por otra parte, los materiales que atesora y el estado de conservación de los mismos son excepcionales: la presencia de una escultura de mármol procedente del monte Pentélico, del que solo se cuenta con los pies, o el conjunto de vidrios de origen macedónico, junto a la colección de marfiles etruscos, evidencian la riqueza cultural y material de este singular enclave.
(Fuente: Agencia SINC)

25 de enero de 2023

Concluye la reconstrucción de la puerta Norte del poblado de Santa Trega en A Guarda (Pontevedra)

La puerta Norte del castro de Sta. Trega destaca dentro de la arqueología castrexa por su excepcional conservación. Una larga escalera de piedra, flanqueada entre muros, asciende la ladera hasta la puerta que franquea el paso al interior del poblado.
La actuación se enmarca en el proyecto Trega 2000+5, liderado por el CSIC a través del Instituto de Historia, en colaboración con el Concello de A Guarda (Pontevedra).

La empresa Terra Arqueos ha concluido los trabajos arqueológicos realizados desde diciembre en la entrada Norte del poblado de Sta. Trega que han derivado en la reconstrucción de dicha zona.

“Son los primeros trabajos en los que se lleva a cabo la reconstrucción completa de la puerta de un poblado castrexo. Desde ahora el visitante dispone de una imagen muy aproximada de cómo era el acceso a los castros durante la Edad del Hierro”, explica Brais X. Currás, investigador del Instituto de Historia del CSIC.

La puerta fue excavada entre los años 1910 y 1920 por la Sociedad Pro Monte guardesa con el asesoramiento del arqueólogo Ignacio Calvo. Años más tarde, Cayetano de Mergelina registró planimétricamente aquellos trabajos.

“El dintel apareció caído in situ, al pie de la puerta. Ahí ha permanecido durante casi un siglo, esperando a su restitución al lugar original. Las jambas de la puerta, en cambio, están desaparecidas, pero la solera conserva las marcas donde iban asentadas. La reconstrucción, ahora, de la puerta Norte del poblado ha implicado una gran complejidad técnica. Los trabajos consistieron en la reconstrucción parcial de la muralla y la restitución del dintel. Para ello, se emplearon exclusivamente medios manuales, con la ayuda de cinchas de amarre y poleas, evitando utilizar maquinaria. Las jambas, que están perdidas, se sustituyeron por reproducciones y se colocaron en el lugar original”, dice Brais X. Currás.

Durante la Edad del Hierro y hasta la llegada de Roma, el paisaje estaba formado por una sucesión de aldeas fortificadas, opuestas y enfrentadas entre sí: los castros. Todos estos poblados estaban cercados por una muralla que simbolizaba ese enfrentamiento, representando la identidad de cada comunidad castrexa frente a las demás y garantizando además la seguridad del grupo. Por eso las murallas, los fosos y las estructuras de acceso, son los elementos más visibles de los castros y aquellos en los que se invirtió más trabajo y se puso más cuidado.

La puerta Norte del castro de Sta. Trega destaca dentro de la arqueología castrexa por su excepcional conservación. Una larga escalera de piedra, flanqueada entre muros, asciende la ladera hasta la puerta que franquea el paso al interior del poblado. Todo un complejo diseño arquitectónico pensado para que quien entrase tuviese que atravesar este pasadizo y no pudiese ver el interior del poblado. El sistema de acceso al castro tiene así un importante componente escénico y ejerce un control físico sobre las personas que acceden al poblado. La muralla y la puerta son un símbolo de poder. Son la principal expresión de la comunidad que habita el castro y el modo en que se presentan hacia el exterior, hacia los otros castros.

La importancia de los trabajos realizados en la puerta radica en que, por primera vez, el visitante dispone de una imagen muy aproximada de cómo era el acceso a los castros durante la Edad del Hierro.

La actuación fue llevada a cabo por la empresa Terra Arqueos bajo la dirección de Miguel Ángel López Marcos, restaurador con amplia experiencia en este tipo de actuaciones. Se enmarca en el proyecto Trega 2000+5, que se basa en la colaboración entre el grupo de investigación Estructura Social y Territorio – Arqueología del Paisaje (EST-AP) del Instituto de Historia del CSIC y el Concello de A Guarda, y tiene como objetivo desarrollar el potencial patrimonial, social, cultural y científico del castro del Trega a través de una actuación integral.

Este proyecto se desarrolla en torno a tres ejes: recuperar y consolidar los sectores del castro excavados entre 1910 y 1930; mantener de forma sostenida en el tiempo el conjunto de las estructuras excavadas y expuestas al público; e investigar y profundizar en conocimiento arqueológico del Trega con la finalidad de crear nuevos contenidos destinados a la divulgación y al incremento de la valorización del patrimonio.

Promovido por el Concello de A Guarda, ha contado con el respaldo financiero del Padroado do Monte Trega y la colaboración de las Comunidades de Montes da Guarda y Camposancos. Esta primera campaña dispone de una financiación de 23.691 € aportada exclusivamente por el Padroado.

“Esta actuación contribuirá a la valorización patrimonial del castro de Santa Trega como parte de una estrategia que apuesta por potenciar su valor como recurso cultural y turístico, y también por su relevancia científica en el estudio de las sociedades de los castros”, destacan desde el Concello de A Guarda.
(Fuente: CSIC)

10 de enero de 2023

Hallan nuevos restos humanos de las guerras cántabras en Suarías

Los arqueólogos amplían la cronología del yacimiento de Suarías, con al menos ocho cuerpos, armas y una ingente cantidad de animales
A la izquierda, una de las piezas de bronce del cinturón localizado en Suarías y, a la derecha, su hebilla.

La cueva de La Cerrosa-Lagaña, un conducto de unos sesenta metros situado en Suarías (Peñamellera Baja), sigue hablando de la Edad del Hierro en Asturias, ofreciendo el excepcional testimonio de un «espacio único», en palabras de Alfonso Fanjul Peraza, al frente de la intervención arqueológica realizada en la sima junto con Susana de Luis Mariño.

Liderando un equipo multidisciplinar compuesto por investigadores del CSIC y de las Universidades de Oviedo, Santiago y la Complutense, su última campaña ha sacado a la luz nuevos restos humanos (parte del cuerpo de una mujer adulta), además de «una pieza clave del que posiblemente sea el cinturón romano mejor conservado de España», cuyos primeros elementos fueron localizados en 2020.

Aquel año, de la sima de Suarías salieron cuatro placas de bronce decoradas que irían remachadas en ese cinturón y que se asemejan a las recuperadas en los campamentos romanos de la línea de circunvalación de Numancia. Pues bien: ahora los arqueólogos creen que de esta nueva pieza, su hebilla, «se suspendería la vaina de un puñal que también fue localizada entonces».

Junto a ella, acaban de aparecer recipientes cerámicos que se suman a los hallados hace dos años, aunque el material arqueológico más abundante del yacimiento es, de largo, el correspondiente a la fauna, con «una ingente cantidad de animales de toda la cabaña ganadera, además de otros salvajes como el corzo o incluso el oso, allí depositados».

Desde que el equipo comenzase a excavar en La Cerrosa, sus trabajos han revelado el uso del espacio como «un lugar probablemente ritual de la Primera Edad del Hierro (al localizar dos cráneos de mujeres jóvenes) y del final de la Segunda Edad del Hierro, al encontrar otros restos humanos y una panoplia militar única en el Cantábrico». Armas como cuatro lanzas vinculadas al ámbito indígena prerromano o al militar romano, de manera que la principal hipótesis es que estarían relacionadas con las guerras cántabras. Y, junto a dos camas de freno de caballo idénticas, hallaron también varias piezas vinculadas con el adorno y cuidado personal, como una excepcional fíbula de bronce en omega y una navaja, posiblemente de afeitar, además de otras asociadas al sacrificio, como un cuchillo de hoja larga y estrecha.

Una «extraordinaria riqueza arqueológica» de la que aún quedan muchos misterios por desentrañar, aunque las nuevas dataciones del carbono 14 han ampliado ya tanto la cronología del yacimiento (ahora sabemos que fue utilizado para depositar cuerpos desde el Neolítico final a la tardorromanidad) como el número de individuos (contando un mínimo de ocho, de distintas edades, al incluir restos de un bebé, niños, adolescentes y adultos).


Espacio ritual
Así que la idea con la que trabajan Alfonso Fanjul y los suyos es que estamos ante «un lugar utilizado a lo largo de milenios como un espacio, seguramente, límite entre lo terrenal y lo espiritual» y en el que «los cuerpos fueron depositados por distintos motivos según la época, ya que la concepción del espacio subterráneo fue cambiando a lo largo del tiempo».

Con respecto a su uso durante la Segunda Edad del Hierro, el equipo investigador piensa que «seguramente estuvo relacionado con las guerra cántabras, un momento de crisis en el que la población volvió a realizar rituales en las cuevas y en el que se solían elegir espacios subterráneos ya utilizados en el pasado. Puede que se tratase de un depósito ritual, un enterramiento con ajuar o un sacrificio humano. Solo futuros estudios nos lo dirán».

27 de septiembre de 2022

El yacimiento de Higueruela (Albacete) alcanza una dimensión internacional

La Diputación de Albacete incrementa la cuantía del convenio para el proyecto que dirigen José Luis Simón García, del Instituto de Estudios Albacetenses-IEA-"Don Juan Manuel", Pedro Jiménez Castillo, del CSIC-Escuela de Estudios Árabes, y José María Moreno Narganes, de la Universidad de Alicante.
Visita del presidente de la Diputación de Albacete, Santiago Cabañero, al yacimiento de Higueruela.

Si la campaña de trabajo del año pasado en las excavaciones arqueológicas de la Alquería de La Graja, en la localidad albaceteña de Higueruela, deparó el gran descubrimiento de la primera mezquita rural de Castilla-La Mancha, este 2022 se ha centrado en la definición del espacio completo que ocupaba dicho hallazgo.

Así, se ha conseguido excavar una habitación colindante, cuya función todavía tratan de determinar. Además, según han informado desde la Diputación provincial, han conseguido encontrar la cantera de la que extraían las piedras que servían para la construcción de algunos edificios de la aldea.

Por otra parte, las labores en la casa número 15 están permitiendo avanzar en el conocimiento del urbanismo de la alquería y el uso de los espacios en las casas, completando datos sobre la arquitectura del lugar. De hecho, junto a la casa en la que ya se trabajó anteriormente, hay más de 1.000 metros cuadrados de excavación abierta.

Se dedicaban a la agricultura y la ganadería
Según han podido averiguar, en La Graja, hacia el año mil de nuestra era, vivió un grupo de personas dedicadas a la ganadería y al cultivo de cereales. La aparición este año de un almacén para el grano y un nuevo silo, están ayudando a confirmar la economía de esta sociedad, con fuertes lazos familiares y con una práctica religiosa muy importante, como atestigua la mezquita.

Tocaban música
Este año también se ha encontrado el fragmento de un yembé o tambor, indicando que de las manos de aquellos humildes ganaderos y agricultores, la música también sonó en este paraje de Higueruela. Mientras tanto, las incógnitas crecen con cada excavación. La Graja aún tiene mucho que decir sobre aquel tiempo conflictivo y de frontera llamado Edad Media.

Por ello, el proyecto ha alcanzado una dimensión internacional que, «sin lugar a dudas, nos enorgullece y se confirma como un enorme factor de atracción de riqueza y promoción a la zona«, como ha destacado el presidente de la institución provincial, Santiago Cabañero.

La Diputación aumenta su inversión
Cabañero también ha reiterado el compromiso de la Diputación, que apostó por esta investigación a través de la colaboración directa, con un convenio con el Ayuntamiento de la localidad que, de cara a este 2022, ha crecido un 50%, alcanzando los 15.000 euros.

«Tenemos el convencimiento absoluto de que cualquier inversión que hagamos en recuperar nuestro patrimonio y nuestra historia, revierte multiplicada en el territorio en forma de turismo, de generación de empleo, de dinamismo, de riqueza y también de marca», ha asegurado.