google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Esther Rodríguez
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5 de agosto de 2024

Los rostros de El Turuñuelo nominados a 'Mejor hallazgo histórico' por National Geographic

Los relieves con rostro hallados en el yacimiento tartésico de El Turuñuelo han sido nominados por la revista Historia National Gegraphic a los primeros Premios de los lectores +Historia, en la categoría 'Mejor Descubrimiento o Hallazgo Histórico Nacional'. Destacar que también se incluyen entre las nominaciones el descubrimiento del mosaico de Medusa en Huerta de Otero en Mérida.
Esculturas tartésicas halladas en en yacimiento arqueológico del Turuñuelo de Guareña, en Badajoz / Samuel Sánchez

Los relieves con rostro hallados en el yacimiento tartésico de El Turuñuelo han sido nominados por la revista Historia National Gegraphic a los primeros Premios de los lectores +Historia, en la categoría 'Mejor Descubrimiento o Hallazgo Histórico Nacional'. Así se lo han comunicado a los investigadores del yacimiento, a los que desde la publicación también han trasladado su más sincera enhorabuena y admiración por la labor que realizan. Destacar que también se incluyen entre las nominaciones el descubrimiento del mosaico de Medusa en Huerta de Otero en Mérida.

Los hallazgos del equipo del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), Centro de Investigación mixto del CSIC-Junta de Extremadura, dirigidos por Esther Rodríguez González y Sebastián Celestino Pérez, han hecho que El Turuñuelo sea considerado uno de los yacimientos arqueológicos más importantes en la Península Ibérica

La nominación está enmarcada dentro de unos premios de nueva creación con los que National Geographic pretende reconocer la promoción y divulgación de la historia, el patrimonio y la cultura. En concreto, los relieves con rostro de la cultura tartésica nominados a estos premios, están formados por un grupo de fragmentos de escultura de piedra que representan los rostros humanos de hasta cinco individuos distintos, en diferente estado de conservación. Estas representaciones humanas constituyen un hallazgo sin precedentes en lo que conocemos de la cultura tartésica, un descubrimiento de importancia mundial.

Los trabajos de excavación en El Turuñuelo cuentan con el apoyo del gobierno regional a través de diferentes consejerías. En concreto, la Secretaría General de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Consejería de Educación, Ciencia y Formación Profesional ha destinado este año 200.000 euros al personal investigador. Además, la Consejería de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes ha gestionado la declaración del yacimiento como Bien de Interés Cultural, así como las autorizaciones de excavación y los informes para la adjudicación de terrenos necesarios para continuar con los trabajos.

Mosaico de Medusa
El gran mosaico de Medusa hallado en Huerta de Otero también ha sido nominado a estos premios, que votan los lectores de la revista Historia National Geographic, en la misma categoría 'Mejor Descubrimiento o Hallazgo Histórico Nacional'. Se trata de un gran mosaico de teselas de colores, conservado de forma excepcional, y que ha visto la luz tras las últimas excavaciones realizadas en Huerta de Otero por Escuela Profesional Barraeca II del ayuntamiento emeritense.

La lista de nominados estará disponible próximamente en la web https://historia.nationalgeographic.com.es/. En ella, el público podrá votar desde el 23 de agosto hasta el 10 de octubre y los ganadores se darán a conocer en el mes de diciembre.

La Junta de Extremadura ha trasladado su satisfacción y enhorabuena a los investigadores tras conocer la noticia. El objetivo del gobierno regional es dar todo el apoyo necesario para que Extremadura siga consolidándose como un referente mundial en el hallazgo de las culturas que nos precedieron.

12 de junio de 2024

Documentan en el Turuñuelo el primer ejemplo de escritura tartésica

El estudio de la tablilla de pizarra con imágenes de guerreros descubierta em el yacimiento del Turuñuelo -en la localidad pacense de Guareña- desvela una serie de signos inscritos que podrían ser el primer ejemplo de escritura descubierto de la enigmática civilización de Tarteso.
La tablilla esconde en su marco lo que parece ser una secuencia de 21 signos. Joan Ferrer i Jané CSIC

La placa de pizarra de unos 2.500 años de antigüedad grabada con imágenes de una escena de combate entre tres guerreros hallada en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz) ha dado mucho que hablar desde el anuncio de su descubrimiento la semana pasada. Sin embargo, los arqueólogos del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM) no habían reparado en una serie de signos inscritos alrededor de la tablilla. O al menos no los habían interpretado como ha hecho un investigador independiente del proyecto: se trataría de un abecedario de una escritura paleohispánica meridional.

Joan Ferrer i Jané, investigador adscrito al grupo LITTERA de la Universidad de Barcelona, se enteró a través de los medios de comunicación del hallazgo de la placa de pizarra, que sería una suerte de boceto que habría servido al artesano tartesio de apoyo para inmortalizar estas imágenes en piezas de oro, marfil o madera. "Más allá de las figuras, cuando observé la placa vi que en uno de los laterales parecía haber un signo paleohispánico, un signo que no se puede confundir con ningún otro. También se apreciaban otros trazos compatibles con signos de una secuencia conocida", ha explicado el epigrafista.

Rápidamente se puso en contacto con Esther Rodríguez y Sebastián Celestino, directores del proyecto Construyendo Tarteso, y les pidió fotografías macro parciales de la zona para poder corroborar sus sospechas. "Tras estudiar las imágenes todo apunta a que se trata de un abecedario de escritura meridional con la secuencia inicial ABeKaTuIKeLBaNS?ŚTaUE, que es casi la misma documentada en el abecedario de Espanca [hallado en Castro Verde, Portugal], excepto por el decimoprimer signo, que presenta una forma especial", detalla Ferrer.

Según ha anunciado el CSIC este martes en un comunicado, los científicos del IAM ya se encuentran trabajando con el investigador catalán para tratar de arrojar luz sobre lo que parece una secuencia de 21 signos trazados en el marco de la tablilla hallada en Casas del Turuñuelo. Según las primeras hipótesis, se trataría del tercer abecedario de una escritura paleohispánica meridional y el primer ejemplo de escritura descubierto en un yacimiento único, famoso por desvelar el mayor sacrificio de animales del Mediterráneo occidental o los primeros relieves figurados de la enigmática civilización de Tarteso.

Esther Rodríguez González, una de las responsables de los trabajos arqueológicos en Casas del Turuñuelo, destaca que desde el primer momento del hallazgo de la tablilla de pizarra era consciente de que "el volumen de información que contenía era superior incluso al de los propios rostros encontrados [de los guerreros]". Además de las siluetas de unas figuras humanas, los científicos ya habían observado varios círculos y líneas que hacían intuir que la placa se podría analizar a diferentes niveles.

Dos abecedarios más
Las escrituras paleohispánicas se dividen en dos familias: la familia nororiental y la familia meridional. La frontera entre una y otra estaría, aproximadamente, al sur de Valencia. Todas ellas derivan de la escritura fenicia, de la que se hizo una primera adaptación a lo que se llama un signario paleohispánico original y luego se produjeron dos adaptaciones diferentes, una en el norte y otra en el sur. Esta última es la que dio lugar a la familia de las escrituras meridionales, a la que correspondería este abecedario, según se informa desde el CSIC.

Hasta el momento, solo hay constancia de la existencia de dos abecedarios más de escrituras meridionales. Según las primeras investigaciones, el abecedario del Turuñuelo repite, como mínimo, los 10 primeros signos del abecedario del yacimiento de Espanca, en Castro Verde (Portugal). "Este abecedario tiene 27 signos y es el único completo que conocíamos hasta la fecha. Se encontró otro en la excavación de Villasviejas del Tamuja (Cáceres) pero está muy fragmentado, solo tiene algunos signos centrales. Con lo cual el de Guareña sería el tercero y aportaría mucha información", apunta Ferrer.

El hallado en el yacimiento tartésico empieza con la secuencia "ABeKaTu", que sería su equivalente, y contaría con 21 signos escritos en el sentido de izquierda a derecha siguiendo el borde exterior de la placa. "Se habrían perdido al menos 6 signos en la zona partida de la pieza, pero si fuera completamente simétrico y los signos ocuparan completamente tres de los cuatro laterales de la placa podría llegar a los 32 signos, con lo que los signos perdidos podrían llegar a ser once o quizás más si un posible signo, "Tu", aislado en el cuarto lateral, formara parte del abecedario", comenta Ferrer i Jané, que añade que "es una pena que se haya perdido la parte final del abecedario ya que es ahí donde suelen estar las diferencias más acusadas".

La colaboración entre los investigadores ayudará a determinar si el abecedario de Casas del Turuñuelo se puede clasificar con alguna de las escrituras ya conocidas o si debe considerarse una escritura meridional independiente. "En todo caso, confirma que en este yacimiento se ocultan aun muchas más inscripciones que esperamos que salgan a la luz en futuras campañas", concluye el especialista en escritura paleohispánica.

7 de junio de 2024

Importantes descubrimientos en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo (Badajoz)

Las recientes excavaciones en el yacimiento de Casas del TuruñueloCasas del Turuñuelo, cerca de Guareña, han desenterrado una placa de pizarra con grabados de guerreros datados entre los siglos VI y V a.C., así como la monumental puerta este de un edificio tartésico.
La placa de pizarra, que muestra a cuatro figuras identificadas como guerreros por sus atuendos y armas, podría ser una “pizarra de orfebre”.

Los hallazgos, presentados por los codirectores de la excavación, Esther Rodríguez y Sebastián Celestino del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), no solo añaden capítulos a la historia de Tarteso, sino que también proporcionan una ventana única a las prácticas artesanales de la época.

La Placa de Pizarra: Un Vínculo con los Artesanos Tartésicos
La placa de pizarra, que muestra a cuatro figuras identificadas como guerreros por sus atuendos y armas, podría ser una “pizarra de orfebre”, utilizada por los artesanos como guía para grabar diseños en metales preciosos y otros materiales. “Este descubrimiento es un testimonio único de la arqueología peninsular y nos acerca a los procesos artesanales de Tarteso, hasta ahora invisibles”, explicó Rodríguez.

La Puerta Este: Un Portal a la Organización Espacial Tartésica
El descubrimiento de la puerta este, en el centro de una fachada de más de tres metros de altura, confirma el acceso principal al edificio y sugiere una compleja organización espacial. La puerta conecta con un patio pavimentado y un corredor empedrado, delineando lo que parece ser la zona de producción del edificio.

Avances en la Comprensión de la Cultura Tartésica
Los investigadores han excavado cuatro espacios, recuperando cerámicas, herramientas de hierro, marfiles y pesas de telar, evidenciando una avanzada artesanía textil. El hallazgo de la puerta cierra un capítulo importante en la interpretación del sitio, y según Celestino, cada revelación es un paso adelante en la comprensión de esta cultura.

Con la mirada puesta en futuras excavaciones, el equipo del CSIC se enfocará en delimitar las áreas de producción y explorar las habitaciones adyacentes para definir la funcionalidad del edificio.

Este conjunto de descubrimientos no solo enriquece el conocimiento sobre Tarteso, sino que también destaca la importancia de la región en la Edad del Hierro del suroeste peninsular, prometiendo más sorpresas en el horizonte arqueológico.

19 de abril de 2023

Hallan las primeras representaciones humanas de Tarteso en Badajoz

Investigadores del CSIC han sacado a la luz los restos de cinco relieves antropomorfos del siglo V a.C., en el yacimiento de Casas del Turuñuelo (Badajoz). Por la calidad de la talla de dos retratos femeninos, se piensa que estos podrían representar a divinidades, las primeras con forma humana encontradas en esta cultura.
El descubrimiento supone un cambio de paradigma en la interpretación de la cultura tartésica. / EFE/ Samuel Sánchez.

Los trabajos realizados en el marco de la quinta campaña de excavaciones en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz) sacan a la luz los restos de cinco relieves figurados del siglo V a.C., los primeros pertenecientes a la cultura tartésica (siglos VIII-IV a.C.).

El descubrimiento se realizó durante la excavación del sector este del yacimiento, el área por el que se accede al patio del edificio donde se documentó un masivo sacrificio de animales, principalmente caballos. Lo insólito del nuevo hallazgo es que las representaciones corresponden a rostros humanos.

El equipo del Instituto de Arqueología, centro mixto del CSIC y la Junta de Extremadura, dirigido por Esther Rodríguez González y Sebastián Celestino Pérez, ha confirmado hoy que, del conjunto recuperado hasta la fecha, dos de los relieves figurativos se encuentran casi completos y corresponden a mujeres adornadas con destacados pendientes o arracadas que representan piezas típicas de la orfebrería tartésica.

Hasta el momento, estas piezas de oro solo se conocían a través de los hallazgos realizados en enclaves como el yacimiento de Cancho Roano o dentro del conjunto que conforma el tesoro de Aliseda, un ajuar funerario tartésico hallado en Cáceres. Dada la calidad técnica y el detalle artístico con el que fueron elaboradas, parece que nos encontramos ante la representación de dos divinidades femeninas del panteón tartésico. Sin embargo, los investigadores no descartan que se trate de personajes destacados de la sociedad de entonces.

Junto a las dos figuras femeninas, se han recuperado otros fragmentos de relieves. Estos pertenecen a, al menos, otros tres individuos, uno de ellos identificado como un guerrero, ya que conservaba parte del casco.

Este extraordinario descubrimiento supone un profundo cambio de paradigma en la interpretación de Tarteso, considerado tradicionalmente como una cultura anicónica por representar la divinidad a través de motivos animales o vegetales, o a través de betilos (piedras sagradas). Por último, el hallazgo confirma la importancia del yacimiento y resalta la trascendencia de la cultura tartésica en el valle del Guadiana durante sus últimos momentos.

Construyendo Tarteso
'Construyendo Tarteso' es un proyecto de la Agencia Estatal de Investigación dentro del Plan Estatal I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación. Su objetivo principal es caracterizar la cultura material tartésica a través del análisis arquitectónico de los grandes edificios de adobe excavados en las últimas décadas.

El equipo de 'Construyendo Tarteso', que comenzó su primera campaña de excavación en 2015, en el yacimiento de Casas del Turuñuelo ubicado en las Vegas Altas del Guadiana, actualmente se encuentra inmerso ya en la quinta campaña de excavación.

Los trabajos actuales se centran en el sector este del yacimiento para intentar localizar el punto de acceso: la fachada del edificio. Al ser construcciones que siguen un patrón oriental, habitualmente se orientan hacia el este, es decir, hacia la salida del sol. Además, se intenta descubrir si existe una simetría con el patio o si podría existir una puerta que comunicase directamente con dicho espacio.

El yacimiento es singular, fundamentalmente, por su excelente estado de conservación. Hasta la fecha, constituye el edificio construido en tierra mejor conservado del Mediterráneo occidental. Ello se debe, entre otras razones, a que ha mantenido en pie sus dos plantas constructivas, es decir, que existe la posibilidad de caminar tanto por el piso superior como por el inferior.

Estas condiciones permiten documentar técnicas constructivas y soluciones arquitectónicas que hasta la fecha no se habían documentado en un yacimiento tartésico. Un ejemplo es la posible existencia de una bóveda que cubría una de sus estancias principales o el uso del mortero de cal, en este caso, para fabricar los sillares de los peldaños inferiores de la escalera. Sin duda, se trata de un yacimiento singular.

Además de los elementos arquitectónicos, como la conservación de alzados de adobe de hasta cinco metros de altura, es significativo el sacrificio masivo de animales, el más grande que se haya documentado hasta la fecha, en el Mediterráneo occidental.

Por otra parte, los materiales que atesora y el estado de conservación de los mismos son excepcionales: la presencia de una escultura de mármol procedente del monte Pentélico, del que solo se cuenta con los pies, o el conjunto de vidrios de origen macedónico, junto a la colección de marfiles etruscos, evidencian la riqueza cultural y material de este singular enclave.
(Fuente: Agencia SINC)

4 de octubre de 2022

Concluyen las excavaciones en el enclave de Casas de Turuñuelo

El Instituto Arqueológico de Mérida (IAM) ha concluido el proyecto de I+D+i sobre el yacimiento tartésico de Casas de Turuñuelo con una campaña de excavación que revela la importancia del enclave, su riqueza arquitectónica y la necesidad de mantener una continuidad en los trabajos.
La investigación de la cabaña ganadera se ha centrado en su implicación económica en la vida tartésica.

El Instituto Arqueológico de Mérida (IAM), dependiente de la Consejería de Economía, Ciencia y Agenda Digital y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Ministerio de Ciencia e Innovación, han concluido el proyecto de I+D+i sobre el yacimiento tartésico de Casas de Turuñuelo con una campaña de excavación que revela la importancia del enclave, su riqueza arquitectónica y la necesidad de mantener una continuidad en los trabajos.

En concreto, el proyecto de investigación “Estudio de la hecatombe animal del yacimiento de ‘Casas del Turuñuelo’. La gestión de la cabaña ganadera y sus implicaciones socioeconómicas y rituales en época tartésica”, realizado por el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM)-CSIC, ha finalizado con la ejecución de los trabajos programados y aportando datos reveladores que determinan la categoría del yacimiento como un asentamiento único en el valle medio del Guadiana en la fase final de la cronología tartésica (siglo V a.C).

Este proyecto ha sido cofinanciado al 80% por un importe de 148.227,20 euros por los fondos FEDER en el período de programación 2014-2020, dentro del Objetivo Temático 01 “Potenciar la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación”, dentro del marco de las actuaciones contempladas en el Programa para el Fomento de la Investigación Científica y el Desarrollo Tecnológico del VI Plan Regional de I+D+i (2017-2020), prorrogado en la actualidad.

El yacimiento arqueológico del Turuñuelo se localiza en el término municipal de Guareña, cerca de Yelbes, próximo a la necrópolis tartésica de Medellín. Los trabajos de excavación realizados han permitido catalogar esta nueva construcción en el conjunto de un total de 13 edificios localizados bajo túmulos en la confluencia del río Guadiana con alguno de sus principales afluentes.

La excavación del Turuñuelo está dirigida por los arqueólogos del IAM-CSIF Sebastián Celestino y Esther Rodríguez, y las campañas de excavación realizadas han permitido exhumar parte de un edificio de dos plantas, compuesto por un vestíbulo que da paso a varias estancias y un patio al que se accede por una escalinata monumental. Sobre el pavimento del patio se han registrado más de 50 animales sacrificados entre los que destacan especialmente los équidos.

CASO ÚNICO
Se trata de un caso único tanto por las características deposicionales como por el tamaño y variedad de la muestra faunística. El marcado carácter estructurado de los depósitos animales indica un alto componente de actividad ceremonial que se interpreta como la primera evidencia de una hecatombe en el Mediterráneo.

El extraordinario volumen de équidos localizados y la variabilidad observada indican una cabaña equina probablemente mixta, que pudo estar compuesta por caballos, burros o asnos y sus híbridos. Esto nos remite a una gestión ganadera especializada y eficiente que pudo estar orientada al transporte de mercancías, probablemente relacionado con el abastecimiento y/o su distribución.

El equipo investigador que actualmente trabaja en el yacimiento es multidisciplinar, abarcando todas las especialidades relacionadas con la reconstrucción y el análisis específico de los restos animales. Este equipo está compuesto por miembros del Instituto de Arqueología de Mérida del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAM-CSIC), del Instituto de Restauración y Conservación de la Generalitat de Valencia, de las Universidades de Extremadura (Facultad de Veterinaria, Escuela de Ingenieros Industriales), y por los equipos de Bioarqueología de las universidades de Barcelona, Valencia, Granada, del Instituto Milá y Fontanals del CSIC y del Instituto Carlos III-Universidad Complutense de Madrid.

En la actualidad, la dimensión del yacimiento y su enorme potencial han requerido la concesión de una subvención directa de la Junta de Extremadura al CSIC para darle continuidad a la investigación del yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo realizada por el IAM, al ser considerado como el mayor hallazgo arqueológico del último decenio en España y uno de los más importantes del Mediterráneo.

Esta nueva concesión directa cuenta con una inversión de 166.518 euros, cofinanciada en un 80% por el Programa Operativo del FEDER 2014-2020 de Extremadura, para la realización de una actividad subvencionable hasta 2023 que va a permitir desarrollar los trabajos de estudio, restauración y conservación en el laboratorio de los restos extraídos.

Los hallazgos encontrados en el yacimiento del Turuñuelo no solo han tenido una proyección científica internacional, sino que su divulgación ha adquirido una extraordinaria dimensión social por su difusión a través de redes sociales, con información disponible permanentemente actualizada, a través de la web https://construyendotarteso.com; en twitter, Construyendo Tarteso @CTarteso; o en Facebook, tartesoencomunidad.blogspot.com, como plataforma de difusión y socialización.

En definitiva, el yacimiento de Casas de Turuñuelo se ha convertido en un fenómeno científico y social que sigue creciendo y es incluso precursor de iniciativas emprendedoras entre la sociedad extremeña.

29 de junio de 2017

Hallan restos de animales sacrificados en el templo tartésico del Turuñuelo (Badajoz)

El yacimiento tartésico del Turuñuelo de Guareña (Badajoz) sigue revelando espectaculares evidencias arqueológicas. El CSIC acaba de dar a conocer el hallazgo de los restos de un gran sacrificio de animales a los pies de la escalera monumental que lleva a la segunda planta del edificio. Además de los restos de 16 caballos, dos toros y un cerdo, se ha encontrado también un conjunto de objetos de bronce con todo lo necesario para celebrar un banquete ceremonial.
Todavía queda por descubrir más del 90% de la estructura del edificio monumental.
Un equipo de investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha hallado restos de 19 animales y un ajuar de bronce para la celebración de un banquete, que se utilizaron en un ritual de sacrificio a los dioses en el santuario tartésico de El Turuñuelo (Badajoz).

Los restos serían de un costoso ritual celebrado justo antes de la destrucción y abandono del templo en el siglo V a. C. En el sacrificio se han encontrado restos de 16 caballos, dos toros y un cerdo, un ajuar de bronce que incluía un caldero, jarros, una parrilla, pinchos para la carne, un quemaperfumes y coladores. Según el equipo del CSIC, se trata de una joya arqueológica que por sus «novedosas» técnicas arquitectónicas y por su estado de conservación, «sigue revelando secretos que muestran su pasado esplendor».

Los restos de los animales estaban junto a la escalinata del templo donde fueron sacrificados en un costoso ritual de clausura antes de la destrucción final del santuario. El CSIC señala que El Turuñuelo se ha convertido en un modelo para estudiar la cultura tartésica del interior, y aporta información muy valiosa sobre su organización social, sus mecanismos comerciales y sus rituales.

El director de la excavación y director del Instituto de Arqueología de Mérida, Sebastián Celestino, y la investigadora Esther Rodríguez, han precisado que el sacrificio consistió en una gran ofrenda a los diosesantes de abandonar definitivamente el lugar. Además, han añadido que el sacrificio animal da idea de la enorme riqueza del sitio, puesto que el caballo era un elemento de prestigio. Asimismo, además de los animales hallados hasta ahora, han aparecido ánforas y cestos con cereales y otros elementos de gran valor, lo que da idea de la importancia de ese sacrificio final, previo a la destrucción del monumento y su posterior amortización.

Celestino ha destacado que «quizá lo más llamativo» sea la existencia de un ajuar completo para la celebración de un banquete de comensalidad en la habitación sur. Así, ha dicho que se trata de un conjunto de muy buena calidad entre los que destaca un enorme caldero, dos jarros, una parrilla, varios pinchos para la carne, un quemaperfumes, coladores... Todos realizados en bronce. Igualmente, se han hallado gran cantidad de platos y vasos pintados con bandas rojas y las copas de imitación griega y en el entrono de la habitación hay muchos huesos y conchas «resultado del festín final».


CONSERVACIÓN DEL TEMPLO
Los investigadores estiman que el propio ritual final contribuyó a la buena conservación del templo. No obstante, el santuario fue incendiado una vez realizados los rituales de clausura, tras el sacrificio de animales y el banquete final y fue, precisamente, el propio incendio el que solidificó las paredes de adobe, mientras que el rápido echado de tierra para sepultar el edificio propició la conservación de los materiales metálicos. Asimismo, señalan que la potente anchura de los muros de adobe, de hasta tres metros en algunos sitios, ha contribuido a su excelente estado de conservación.

Hasta ahora los investigadores solo han excavado un 10% de la superficie total del túmulo, aunque teniendo en cuenta que se conservan las dos plantas del edificio se debe rebajar «sensiblemente» esta cifra. Los investigadores subrayan que la aportación de la Diputación Provincial de Badajoz permite trabajar un par de meses al año, pero eso significa seis o siete meses de análisis y estudio antes de abordar una nueva campaña. Con ese ritmo, estiman que se podrá ver todo el edificio exento en aproximadamente una década.

Otra de las características del santuario de El Turuñuelo es que destaca por sus «novedosas técnicas constructivas» y lo más sorprendente es la utilización de un mortero de cal, arena y arcilla, para confeccionar los sillares cuadrangulares con los que construyeron buena parte de la escalinata que da acceso al monumento; con ese mismo mortero realizaron también la «bañera».

El uso de esta técnica de construcción ha sorprendido a los investigadores porque era desconocida en la Península hasta la llegad de los romanos. «Estos grandes edificios se organizaban junto al Guadiana y tenían una intensa relación comercial entre ellos; conocemos ya un poblado en altura rodeado de una potente muralla que haría de lugar central desde donde se organizaría el comercio hacia el exterior a través del río», añade Celestino.


RIQUEZA ARQUITECTÓNICA
El responsable de la excavación valora que El Turuñuelo ofrece una riqueza arquitectónica y material desconocida hasta el momento en esta fase final de Tarteso; y le llama «poderosamente» la atención los rituales que se llevaron a cabo, hasta ahora también inéditos y de gran complejidad; sobresale el sacrificio o hecatombe producida en el patio principal del monumento previo a su destrucción.

Este yacimiento se ha convertido en el «mejor» exponente para entender los últimos años de la cultura tartésica y Celestino señala aunque es pronto para saber qué papel jugaba el santuario dentro de la cultura tartésica, es probable que hubiese sido un lugar de peregrinación, puesto que «los santuarios en la antigüedad tenían como función principal el intercambio comercial, pero también era el lugar donde se celebraban rituales de cohesión social a través de la veneración a los dioses».

La cultura tartésica se origina hacia el siglo VIII a.C. en el Bajo Guadalquivir. Es la consecuencia del impacto que supuso la llegada de los colonizadores mediterráneos (principalmente fenicios) en los pueblos indígenas, que transformaron la base económica y social del sur peninsular. El resultado de ese encuentro es la conformación de una nueva cultura que denominamos Tarteso, explica Celestino. «A mediados del siglo VI a. C. el núcleo de Tarteso, ubicado en Huelva y la desembocadura del Guadalquivir, sufrió una fuerte crisis que logró minar su emergente cultura. Buena parte de la población se trasladó al valle del Guadiana, en el interior, donde volvió a resurgir con fuerza y con una renovada personalidad», añade.

17 de abril de 2017

La excavación en Turuñuelo descubre un edificio tartésico único en el Mediterráneo occidental

Investigadores del Instituto de Arqueología del CSIC hallan una escalinata monumental de hace 2.500 años en Turuñuelo de Guareña (Badajoz) que apunta a una insólita construcción de dos plantas
Escalinata monumental de época tartésica en Las Vegas del Guadiana (Badajoz). FOTO: SANTI BURGOS / EL PAÍS
Fuera de contexto, la imagen de unos escalones en mitad de un gran agujero que acompaña este texto podría no decir mucho. Sin embargo, su contexto —la excavación de un enorme edificio tartésico de hace 2.500 años en la comarca de Las Vegas del Guadiana, en Badajoz— los convierte en un descubrimiento extraordinario. Y no solo porque esa escalinata monumental de dos metros y medio de altura apuntan a una insólita edificación de dos plantas del siglo V a.C., la primera que se conserva de aquella época; sino porque están construidas con unas técnicas y unos materiales que se pensaba que no se habían utilizado en todo el Mediterráneo occidental hasta mucho tiempo después.

ESCALONES A MODO DE SILLARES
La mitad de los escalones están hechos a modo de sillares, es decir, colocando unos bloques rectangulares a continuación de otros y luego unos encima de otros. Pero no utilizan grandes piezas de piedra cortada, como se hacía en construcciones similares de la época en el Mediterráneo oriental (en Grecia, por ejemplo), sino una especie de mortero de cal y granito machacado, probablemente encofrado después (la mezcla se colocaba a fraguar entre tablas hasta que se secara). Algo así como un protocemento, solo que un siglo antes de que apareciera el primer material de este tipo documentado hasta ahora: el opus caementicium del Imperio Romano.

El yacimiento del Turuñuelo de Guareña, cuya excavación arrancó en 2015, ya había sorprendido a los investigadores por su tamaño (es el más grande localizado de aquella época, en torno a una hectárea), la riqueza de materiales encontrados y su extraordinario estado de conservación. Todo tipo de joyas, puntas de lanza, recipientes, semillas, restos de tejidos, parrillas de bronce o calderos enormes prometían desde el principio arrojar nueva luz sobre la cultura de Tartesos. Una civilización prerromana que ocupó el suroeste de la Península Ibérica en el primer milenio antes de Cristo sobre la que se ha levantado todo tipo de mitos y leyendas (sobre todo, en torno a su misteriosa decadencia y su abrupto final), debido, entre otras cosas, a la escasez de restos materiales. Una escasez que la excavación dirigida por los arqueólogos del CSIC Sebastián Celestino —que también es director del Instituto de Arqueología de Mérida— y Esther Rodríguez está compensando a marchas forzadas, y eso que apenas se ha desenterrado hasta el momento el 10% de la construcción.

ELEMENTO ARQUITECTÓNICO ÚNICO
“Una escalinata constituye un elemento arquitectónico único de algo, además, que no pensábamos que fueran capaces de ejecutar. Existen escaleras durante la protohistoria en la Península, pero ya en época posterior. De esta cronología como máximo había dos o tres escalones de piedras y adobe para salvar un desnivel”, explica Rodríguez. En este caso, son 10 escalones (al menos; todavía puede haber alguno más) de 2 metros de largo, 40 centímetros de anchura y 22 de altura. Los cinco superiores están cubiertos por lajas de pizarra y los inferiores son los que están hechos a modo de sillares cuadrangulares con mortero de granito machacado envuelto en cal.

“Lo más sorprendente ha sido su profundidad. Dos metros y medio significa que debajo hay otra planta, que estamos accediendo a una planta superior sobre-elevada”, completa Celestino. Se había especulado sobre la existencia de este tipo de edificaciones en época tartésica, a partir de textos de la Biblia, pero nunca se había encontrado ninguno. “Este edificio será el primero que conserva las dos plantas”, insiste.

16 de noviembre de 2016

La excavación del Turuñuelo sacará a la luz el mayor yacimiento de Tartessos

Según los investigadores el yacimiento de Guareña (Badajoz) tiene una extensión tres veces mayor que la de Cancho Roano y se encontraría en un "magnífico estado de conservación".
Excavaciçon en el yacimiento de Casas del Turuñuelo, en Guareña (Badajoz). FOTO: EL CULTURAL.
Esto es algo que tiene muy claro el director del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM) y uno de los responsables de la excavación, Sebastián Celestino, quien ha destacado que el estado de conservación del Turuñuelo es "magnífico", con "paredes encaladas y bien lucidas de hasta dos metros y medio de altura".

Celestino, responsable también de la excavación del santuario de Cancho Roano, situado a diez kilómetros de la localidad pacense de Zalamea de la Serena y hasta ahora considerado como el yacimiento tipo del mundo tartésico en Extremadura, ha explicado que el Turuñuelo es el "triple de grande", pues se calcula que tiene una hectárea de extensión.

LUZ SOBRE TARTESSOS
Si en Cancho Roano aparecieron más de 30.000 piezas arqueológicas, la riqueza del nuevo yacimiento de Guareña, que este verano ha vivido su segunda campaña de excavaciones, puede ser incalculable y arrojará mucha luz sobre la enigmática civilización de Tartessos.

Ubicado entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, el reino de Tartessos, surgido de la unión de fenicios e íberos y con "un sabor mediterráneo muy fuerte", sufre una profunda crisis en el siglo VI que le hace emigrar hacia una zona rica y más protegida, como el Valle del Guadiana, donde están localizados unos 12 yacimientos de esta civilización.

Según el director del Instituto Arqueológico de Mérida, este pueblo ha dejado sus vestigios más importantes en Extremadura, porque cuando empiezan a ser invadidos por los pueblos del norte, por los celtas, "entierran y sellan sus lugares sagrados para que no sean violados", de ahí la magnífica conservación de yacimientos como Cancho Roano y el Turuñuelo.

MUY POCO EXCAVADO
En éste último, lo excavado hasta ahora, que "es muy poquito", ha sacado a la luz un habitáculo de unos 70 metros cuadrados que era el espacio de culto del enclave, "con un altar en el centro, bancos corridos" y una bañera, considerada como uno de los hallazgos más extraordinarios de la excavación, un elemento "hasta ahora desconocido" y que se podría dedicar a hacer "algún ritual relacionado con el agua".


También han aparecido numerosas piezas relacionadas con la comida: un gran caldero, asadores o jarros, todo ello de bronce, lo que "llama mucho la atención, porque estamos en la primera edad del hierro y casi todo se hace ya en ese material".

Sin embargo, el bronce, según Celestino, "sigue siendo un metal que se dedica mucho al culto", al igual que el marfil y otros elementos "bastante suntuosos" que también han aparecido.

PIEZAS DE CERÁMICA
En el Turuñuelo se han hallado, asimismo, un centenar de piezas de cerámica "en un estado de conservación magnífico", lo que permite fijar claramente la fecha exacta de su fabricación, a finales del siglo V, ya que "las cerámicas griegas permiten conocer hasta los talleres donde se hacían en Atenas".

Sebastián Celestino ha explicado que la cerámica en aquella época venía de Grecia a través de Ampurias y luego se distribuía por toda la Península Ibérica, donde existían centros de distribución como la ciudad ibero romana de Cástulo, en Jaén; y probablemente el Turuñuelo, en Badajoz, ya que "el comercio siempre ha funcionado así".

En ese sentido, el director de la excavación considera que probablemente el resto de las edificaciones del yacimiento de Guareña tengan "un carácter más administrativo o de almacenes".

Las numerosas piezas aparecidas hasta ahora en el Turuñelo se han trasladado al Instituto de Arqueología de Mérida, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Junta de Extremadura, donde están siendo estudiadas y catalogadas.

BRONCES
Los bronces, sin embargo, para conservarlos mejor y que no se oxiden, se han llevado al Laboratorio de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Madrid, para su restauración y preparación antes de ser trasladados al Museo Arqueológico de Badajoz.

Mientras tanto, Sebastián Celestino y su compañera Esther Rodríguez, que dirige con él los trabajos en el Turuñuelo, buscan financiación para continuar con esta "costosa" excavación, financiada hasta ahora por la Junta de Extremadura en su primera campaña, con fondos Feder; y por el Ministerio de Economía y Competitividad, en su segunda, con las inversiones para I+D.

28 de julio de 2016

Nuevos hallazgos en el yacimiento de el Turuñuelo desvelan la vida de los tartesos en Extremadura

Su buen estado de conservación ha permitido recuperar vigas de madera, restos de estucados de colores, piezas de cerámica, hierro y bronce, además de elementos más curiosos como bisagras de puertas, esteras de esparto y cereales de hace más de 2.500 años.
La secretaria de Cultura de la JUnta visitó el yacimiento del Turuñuelo. FOTO: JUNTA EXTREMADURA
Este yacimiento pacense es un ejemplo más del poblamiento tartésico en Extremadura, y más concretamente en las vegas altas del Guadiana, que se suma a otros ya conocidos como Cancho Roano, en Zalamea de la Serena y destaca por su buena conservación.

El yacimiento de "Turuñuelo", en Guareña (Badajoz), tiene unos 2.500 años de antigüedad y allí desarrollan trabajos arqueológicos el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Junta.

El buen estado de conservación de "El Turuñuelo" ha permitido recuperar vigas de madera, restos de estucados de colores, piezas de cerámica, hierro y bronce, además de elementos más curiosos como bisagras de puertas, esteras de esparto y cereales.

Aunque es pronto para saber cuál era la función de este edificio tartésico aislado, el director del IAM considera que probablemente fuera "una residencia de prestigio, con un carácter simultáneo de palacio y santuario, ya que en la habitación excavada ha aparecido un altar en forma de piel de toro extendida".

NUEVO PUNTO DE INTERÉS ARQUEOLÓGICO
La secretaria general de Cultura, Miriam García, ha destacado en su visita que cuando el yacimiento arqueológico tartésico de "El Turuñuelo" sea conocido "atraerá sin duda a los investigadores, que colocarán un punto más en el mapa científico de Extremadura".

Los trabajos, coordinados por los expertos Sebastián Celestino y Esther Rodríguez, se enmarcan dentro de la segunda campaña de excavaciones arqueológicas en "El Turuñuelo", insertas en el Proyecto de Investigación I+D+i "Construyendo Tarteso: Análisis constructivo, espacial y territorial de un modelo arquitectónico en el valle medio del Guadiana".


La secretaria general de Cultura ha estado acompañada en su recorrido por el director general de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural, Francisco Pérez Urbán; el alcalde de Guareña, Abel González; y el director del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM) y responsable de la excavación, Sebastián Celestino, entre otras personalidades.

Sebastián Celestino ha asegurado que, aunque solo lleva dos años excavándose es el edificio de la cultura tartésica "mejor conservado de los que conocemos tanto en Andalucía, como en Extremadura", además de ser el más grande ya que ocupa una superficie de dos hectáreas. De ahí que, en opinión del director del IAM, "se tardará todavía mucho tiempo en acabar el trabajo arqueológico" en este lugar.

Lo prioritario para próximas campañas, ya que de momento solo se ha excavado completa la habitación principal, es conocer la planta del edificio ya que se trata de una estructura arquitectónicamente compleja que, para Celestino, refuerza la idea de que la cuenca media del río Guadiana tenía una importancia muy superior en la cultura tartésica de lo que se creía hasta ahora.

(Fuente: El Diario)