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7 de octubre de 2024

Las excavaciones en Clunia ratifican el saqueo masivo del Foro

Los arqueólogos hallan cuatro puntos expoliados en los que hubo columnas y los cimientos de un quinto. A ello se suma un nuevo tramo de la canalización de agua.
Estos grandes agujeros sobre el terreno son los saqueos de los apoyos de las columnas.



Los descubrimientos en el yacimiento romano de Clunia se suceden campaña tras campaña. En la última, que acaba de finalizar, el equipo de investigadores ha hallado en el Foro, construido en el siglo I después de Cristo, cuatro puntos totalmente expoliados que sirvieron de soporte a cuatro columnas, y los cimientos de un quinto, del que sí que se aprecia parte de la base. «Está arrasado. Vuelve a estar saqueado todo. Estos grandes agujeros sobre el terreno son los saqueos de los apoyos de las columnas. Observamos que el saqueo del Foro es masivo», detalla el arqueólogo Gerardo Martínez. Según remarca, a raíz de las excavaciones que han realizado desde la última semana de agosto hasta finales de septiembre, «no sólo se han llevado las columnas, incluyendo su decoración y los mármoles, sino que también han saqueado la cimentación. Es la tónica del yacimiento».

Sobre estos agujeros de tierra que hoy han aflorado en Clunia, gracias a la labor desarrollada por casi una veintena de investigadores llegados de Andalucía, Castilla y León o Cataluña, habría que imaginarse la basa, después la columna y encima el capitel.

Este hallazgo permite a los arqueólogos avanzar en el conocimiento del Foro, un espacio que está considerado como el centro de la ciudad y el núcleo principal del desarrollo económico, político y religioso de Clunia durante la época romana. De hecho, siempre se ha destacado su gran amplitud y se le considera como uno de los mayores foros que se conocen. Por suerte, verano tras verano obtienen avances que confirman las hipótesis con las que trabajan.

Tras excavar en 2022 la esquina noreste, donde los arqueólogos analizaron la conexión del pórtico con la Basílica, el centro jurídico y administrativo de la ciudad; ahora han continuado con la esquina sureste y su conexión con la zona religiosa. Martínez, junto con las investigadoras Rosa Cuesta y Beatriz Rubio, apunta que estudiarán «cómo se relacionaban ambos espacios» y avanza que «en principio, habría un gran muro que no dejaría pasar a la gente a la parte religiosa». Lo que sí que tienen claro es que tanto los restos de las columnas hallados ahora como los que descubrieron en 2022 (cuando encontraron los cimientos de cuatro pilares más un quinto expoliado) coinciden.Es decir, «su distribución va en la línea», precisa Martínez, mientras recuerda que en eso los romanos «eran cuadriculados».

Sobre los escasos materiales que han emergido, el arqueólogo indica que ha aparecido «mucho de la época moderna y contemporánea», lo que, a su juicio, «es testimonio del saqueo continuado que ha tenido este espacio». En esta línea, puntualiza que el expolio no tuvo porqué producirse «de una vez, sino que puede haber una diferencia de tiempo entre un saqueo y otro de 100, 200 ó 500 años».

Restos de un podio. Además, en esta última campaña de excavaciones, que se ha acometido más tarde que el año pasado para evitar el sofocante calor, ha aflorado muy cerca de los apoyos expoliados una pieza de color más blanco, «que es posible que sea el podio de algún monumento o escultura», como explica Martínez. Asimismo, han sacado a la luz otro tramo de la canaleta de agua, que ya se excavó en los años 70 por Pedro de Palol. «Conocíamos su existencia», dice Martínez, mientras recuerda que esta canalización conectaba el Foro con el templo y, además de recoger la lluvia, confluía en una terma.

En paralelo, avanzan los trabajos para reconstruir parte del Foro, con columnas a media altura, lo que facilitará su comprensión a quienes visiten el yacimiento.

27 de septiembre de 2024

Descubren un tramo de la calzada romana de Clunia (Burgos)

Las obras que se están acometiendo para terminar de construir el futuro centro de recepción de visitantes han sacado a la luz un tramo de la calzada que, hace 2.000 años, daba acceso a la ciudad romana por su lado oeste.
Detalle del sector del firme que se ha dejado al descubierto junto al futuro centro de visitantes de Clunia. 
Foto: Diputación de Burgos

Suma y sigue. Clunia, una de las joyas patrimoniales de la provincia de Burgos, no deja de dar alegrías a los arqueólogos. Así, durante las obras que se están acometiendo para terminar de construir el futuro centro de recepción de visitantes, un equipo ha hallado un tramo de la calzada que, hace 2.000 años, daba acceso a la ciudad romana por su lado oeste.

El descubrimiento, según se detalla en un informe de la Diputación de Burgos, se ha producido mientras se excavaba una zanja de 60 centímetros de ancho para canalizar el agua de escorrentía de la carretera de subida al cerro, ya que en los periodos de lluvia arrastra un potente caudal de agua, que perjudica a la conservación de la ladera oriental de la ciudad romana. Ante este hallazgo, la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural ha ordenado efectuar una excavación arqueológica y llevar a cabo la documentación de los restos que se han encontrado. Sin tiempo que perder, la Diputación Provincial de Burgos ya ha sacado a licitación este contrato por un importe que supera los 8.560 euros. Su plazo de ejecución se ha fijado en un mes.

Jesús María Sendino, el diputado responsable del Departamento de Asesoramiento Jurídico y Urbanístico a Municipios y Arquitectura (Sajuma), detalla que los vestigios identificados con un tramo de la calzada romana se han localizado en la zona donde se está construyendo el aparcamiento del centro de recepción de visitantes y avanza que «se han paralizado las obras». Eso sí, sólo las del párking. «Se realizará una excavación arqueológica como Dios manda para conservar lo que se ha encontrado y documentarlo. Se hará un tratamiento en condiciones y se va a marcar por dónde va», explica, mientras subraya que esta medida se ha tomado «en aras de buscar la conservación» del patrimonio. Todo ello, como especifica Sendino, «en un entorno delicado» como Clunia, al que «se va a dar un tratamiento exquisito desde la Diputación». 

Y es que como recuerda el diputado, y así figura también en el citado informe, hace siete años otro equipo de arqueólogos halló la calzada por la que se accedía a Clunia y un monumento funerario en la zona próxima al punto en el que estaba previsto levantar el nuevo centro de recepción de visitantes. De hecho, eso hizo que se modificara ligeramente su ubicación. Ahora, este tramo recién localizado «coincide con la prolongación de las evidencias documentadas en la excavación realizada entre los años 2016 y 2018, situada a unos 20 metros al sur», según apunta la Jefa de la Sección de Gestión de Obras.

Lo que se va a ejecutar. Si en aquel entonces se realizó un desbroce y una excavación arqueológica integral, ahora también se contempla como primer paso desbrozar la superficie y extraer unos 30 centímetros de manto vegetal, dejando una capa de tierra de protección para evitar que se dañe la estructura. Después, se procederá a excavar de forma manual y cada unidad estratigráfica de manera individualizada y según su orden de creación, de la más antigua a la más moderna. Según se indica en el informe de la Diputación de Burgos, la anchura de la calzada en el tramo recientemente localizado al abrir la zanja es de unos 3,8 metros y «presenta una mejor conservación que el tramo ya excavado que era de unos dos metros».

En cuanto a los materiales, se apunta a una base constituida por «bloques grandes de piedra caliza sobre los que se extiende el nivel de rodadura formado por cantos pequeños con la superficie desgastada». Sólo se ha dejado al descubierto una parte pequeña.

24 de julio de 2024

Burgos estudiará qué hacer con los restos medievales hallados en la calle San Esteban

Los restos medievales se han encontrado en las obras de soterramiento de los contenedores de esta calle de Burgos. Se esperaba algún hallazgo porque se sabía que había restos arqueológicos
Restos medievales aparecidos en las obras de la calle San Esteban de Burgos. Ayuntamiento de Burgos

La Comisión de Patrimonio del Ayuntamiento de Burgos determinará el próximo 5 de agosto cómo proceder ante los restos medievales encontrados en la calle San Esteban de Burgos y que han salido a la luz a consecuencia de las obras de soterramiento de los contenedores.

Así lo ha explicado la concejala de Sanidad, Mila González, quien ha estado acompañada por la arqueóloga Fabiola Monzón en la visita que han realizado a la calle San Esteban, donde el hallazgo de los restos arqueológicos ha obligado a paralizar las obras de soterramiento.

Mila González ha indicado que será la Comisión de Patrimonio la que quien «va tener que decir efectivamente si esto tiene algún tipo de riqueza y es necesario proteger».

La opinión de la arqueóloga
Por su parte, Fabiola Monzón ha aseverado que ya se sabía que en este barrio de la capital burgalesa «existían restos arqueológicos» por lo que estos hallazgos no han sido «una sorpresa», lo que si ha sido «una sorpresa» es el tamaño de los restos «con una profundidad de dos metros y pico y anchuras también de dos metros».

Además, se ha encontrado una construcción, «posiblemente un sótano» que podría pertenecer «a una construcción de cierta envergadura» y unos silos que pueden ser «medievales», entorno al siglo XIII, así como un espacio de actividad artesanal con una pileta y unos suelos de yeso cuya función aún se desconoce.

Como ha explicado la arqueóloga, se conoce que en esta parte de la ciudad vivía la burguesía, además de que también estaba la zona de las pescaderías y de las carnicerías, además de que frente a la iglesia existía lo que se llamaba «el corral de abades».
(Fuente: Burgos Conecta)

7 de junio de 2024

Nueva campaña de excavaciones arqueológicas en el Monasterio de San Pedro de Arlanza (Burgos)

Los trabajos se centrará en la excavación de la muralla descubierta el verano pasado y se trabajará en localizar un posible claustro románico anterior al actual. La actuación arqueológica se enmarca en el proyecto arqueológico global que el Instituto del Patrimonio Cultural de España dirige desde 2021 en el enclave burgalés.

El Ministerio de Cultura, a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), continúa investigando los orígenes del Monasterio de San Pedro de Arlanza, en Hortigüela (Burgos). Para ello, un equipo multidisciplinar de especialistas ha emprendido esta semana una nueva campaña de excavaciones arqueológicas que se desarrollará hasta el mes de agosto en dos sectores del cenobio. Estas acciones forman parte del proyecto arqueológico global que el IPCE emprende en el monasterio desde 2021.

Tras el hallazgo, durante la anterior campaña, de los cimientos y restos de la muralla que rodeaba el conjunto monástico por el norte, esta nueva fase se centrará en excavar y descubrir todo el trazado de esta cerca perimetral que daba acceso a la iglesia, probablemente en el momento en que el templo adquirió funciones parroquiales. Está documentado que, al menos hasta el siglo XVI, el monasterio estuvo rodeado por una muralla con cinco torres: la de fray Pelayo en la zona occidental, la de Doña Sancha en el extremo suroeste, la del Tesoro en el norte y las del Capítulo y del Conde en la fachada este. Las sucesivas reformas y el abandono del edificio borraron parcialmente su trazado.

Las excavaciones de este verano también persiguen aclarar uno de los interrogantes que acompañan al monasterio: la posible existencia de un claustro anterior al actual. A juzgar por los restos arquitectónicos recuperados en intervenciones realizadas en los años 80 y por las referencias documentales antiguas, el templo pudo contar desde el siglo XI con un claustro románico de una sola planta, ubicado en el mismo lugar que el Claustro Mayor herreriano actual, cuyas trazas y características se desconocen. Está previsto excavar los niveles inferiores sobre los que pudo erigirse y proceder a la lectura de paramentos y a la toma de muestras para posteriores analíticas de caracterización de materiales y de dataciones absolutas.

3 de abril de 2024

Condenados por expoliar y dañar un yacimiento arqueológico romano de Burgos

Los cuatro procesados deberán pagar 1.620 euros de multa por causar destrozos en el yacimiento de La Mesa, en Burgos. Cuando fueron detenidos por la Guardia Civil les requisaron detectores de metales con los que buscaban objetos de valor.
Imágenes del patrimonio arqueológico de Belorado expuestas en el museo de la localidad. / EPE

Cuatro individuos han sido condenados a pagar 1.620 euros de multa cada uno por expoliar y causar destrozos en el yacimiento arqueológico de La Mesa, en Burgos, donde se realizan desde hace años excavaciones sobre un asentamiento romano de entre el siglo I y II después de Cristo. Así lo establece una reciente sentencia de la Audiencia Provincial de Burgos que confirma la condena anterior impuesta por el juzgado de lo Penal número 2 de la citada provincia.

Los hechos sucedieron el 24 de marzo de 2019, cuando las cuatro personas, equipadas con detectores de metales, azadillas y otros aperos de labranza, y vestidos con monos de trabajo y botas de monte, entraron en varias parcelas del yacimiento, situado en el valle alto del río Tirón, en la región conocida como Riojilla burgalesa.

Tras inspeccionar el suelo y el subsuelo con los detectores comenzaron a realizar pequeñas excavaciones donde podía encontrarse algún resto metálico. Su objetivo era hallar objetos de especial valor histórico en el que fuera una notable ciudad rural de unas 20 hectáreas de extensión para apoderarse de ellos sin autorización

Hoyos
Para lograrlo fueron marcando el terreno con piedras superpuestas una encima de otra y con cintas de plástico para señalizar los lugares por donde transitaban. Cuando fueron pillados por agentes del Seprona de la Guardia Civil, los acusados habían realizado seis hoyos de entre diez y 20 centímetros de diámetro y unos 10 centímetros de profundidad que formaron una línea imaginaria prácticamente recta y perpendicular al camino de acceso a las parcelas.

Con estas catas con las que rastrearon varias zonas, los individuos causaron daños "a la secuencia estratigráfica del terreno", dificultando así el estudio científico "reglado de la misma", tal y como recoge la sentencia de la Audiencia Provincial, fechada el 6 de noviembre de 2023.

Los cuatro acusados no consiguieron obtener ningún objeto de valor histórico o arqueológico especialmente relevante ya que fueron detenidos a las 3.20 de la madrugada cuando estaban en dos vehículos, un Opel Vectra y un Citroen Xsara Picasso, a 300 metros de las excavaciones, situadas al oeste de la población de Belorado.

Los individuos tenían los monos de trabajo y las botas de montes puestas con restos de tierra fresca. En el interior de los vehículos, estaban las azadas y el resto de aperos que presentaban también signos de acabar de ser usados.

Multa
La sentencia de primera instancia condenó a los cuatro acusados como autores penalmente responsables de un delito sobre el patrimonio histórico en la modalidad de actos de expolio a la pena de multa de nueve meses, con una cuota diaria de seis euros, lo que hace un total de 1.620 euros.

Los cuatro condenados recurrieron la sentenca, alegando, entre otras cosas, que se había vulnerado el principio acusatorio, se había errado en la valoración de la prueba en la tipificacion penal de los hechos "al no caber la tentativa en el delito de expolio sentenciado".

En su sentencia, la Audiencia Provincial ratificó el fallo y recordó que los cuatro acusados eran conocedores de la existencia del yacimiento y su carácter protegido, "principalmente por la existencia de carteles indicativos y por ser vecinos de la zona o residir temporadas otener vínculos con ella".

22 de enero de 2024

Hallan en Soria las claves de bóveda robadas de San Pedro de Arlanza en Burgos

El robo se produjo en mayo de 2021 en el Monasterio de San Pedro de Arlanza, localizado en la localidad burgalesa de Hortigüela

Las claves de bóveda góticas encontradas en el registro de la finca de Barcebalejo (Soria), lugar en el que al presunto expoliador arqueológico detenido en el yacimiento de Baraona se le intervinieron más de 1.200 piezas arqueológicas, fueron robadas en mayo de 2021 de las ruinas del Monasterio de San Pedro de Arlanza, localizado en Hortigüela (Burgos), según la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil.

En sintonía con las fuentes del instituto armado, las dos claves de bóveda fueron robadas de un almacén del exterior del complejo monástico de San Pedro de Arlanza, lugar donde se encontraban guardadas junto con capiteles y restos no expuestos en la zona visitable, informa Ical.

Según los informes realizados por el director del Museo Provincial de Burgos y por la directora del Museo Numantino de Soria, lugar donde se encuentran depositadas, las dos piezas intervenidas coinciden plenamente en la descripción y medidas con las dos claves de bóveda que se encontraban en el inventario de piezas que habían sido sustraídas del citado monasterio.

Las investigaciones se han llevado a cabo en coordinación con la Unidad Operativa de Policía Judicial y la Unidad de Protección de la Naturaleza de la Comandancia de la Guardia Civil de Burgos, habiéndose instruido diligencias ampliatorias en las que se ha investigado penalmente a una persona, como supuesto autor de un robo con fuerza en las cosas, que han sido remitidas al Juzgado de Instrucción nº 1 de Almazán y a la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Soria.

7 de noviembre de 2023

Claves para la datación de la villa romana de Flavia Augusta (Burgos)

La Facultad de Química de la Universidad de Valladolid colabora con el proyecto y se encargará de llevar a cabo los análisis de las pinturas murales de la conocida como "Casa de las Flores", mientras que un laboratorio de Vilna (Lituania) datará la villa romana con el carbono 14.
Hallan en Flavia Augusta la clave para descubrir su antigüedad - Foto: VALDIVIELSO.

La actual campaña de excavación en el yacimiento de la ciudad romana de Flavia Augusta, en concreto en una habitación de la denominada Casa de las Flores, finalizará en los próximos días y deja al equipo de expertos implicados con mejor sabor de boca del esperado. Además de haber comprobado que la vivienda se vino abajo de manera natural y no fue derribada -han aparecido caídas las placas de pinturas y sobre ellas el muro- han dado con la fórmula -mejor dicho elemento químico- que resolverá el misterio que envuelve la datación del momento de su construcción.

El importante hallazgo tiene nombre y apellido: carbono 14, y según explica la directora del proyecto y arqueóloga, Esperanza Martín, es un «isótopo radioactivo del carbono que se puede emplear como testigo de la antigüedad de una muestra de origen orgánico» y determinar la edad de materiales que lo contienen hasta unos 50.000 años atrás. «Lo hemos encontrado por todas partes de la casa porque el suelo lo construyeron con materia orgánica, pero el carbono 14 en concreto apareció en una de las paredes de la construcción», expone. Al tratarse de piezas tan antiguas en espacios altamente maltratados «en ciertas ocasiones resulta bastante complicado descifrar la fecha que levantaron un edificio y nos guiamos por cuestiones estéticas, ya que cada modelo decorativos está englobado en una época concreta de la historia», añade. La Facultad de Química de la Universidad de Valladolid colaborará con el proyecto y se encargará de llevar a cabo los análisis de las pinturas, mientras que un laboratorio de Vilna (Lituania) lo hará del carbono.

Por otro lado, entre los restos de la pequeña estancia -de unos nueve metros cuadrados de dimensión- han desenterrado por primera vez muestras pintadas que imitan mármol, un resultado que ha sorprendido al conjunto del equipo porque este tipo de reproducciones «no son como las que vemos aquí. Considero que las de esta edificación cuentan con unas características bastante raras, con líneas pintadas en zigzag y puntos. Normalmente esta imitación no es así, sino con líneas más rectas y rojas», explica. Asimismo, sostiene que aunque los propietarios de la vivienda tuvieran un nivel adquisitivo alto, «el hallazgo de piezas simulando a otros modelos de mármol del resto de Hispania indica que no tanto como pensábamos».

Martín confía en que los trabajos de campo y laboratorio continúen en los próximos años con ayuda de las administraciones porque «obtendremos todas las piezas para el puzzle final. Nos están saliendo todo tipo de motivos iconográficos que abundan en el conocimiento de la pintura mural en zonas rurales, a pesar de que Flavia Augusta fue un asentamiento de primera importancia». Además de las imitaciones de mármol, han brotado entre lo más profundo de la tierra pinturas simulando flores que «hasta el momento permanecían desconocidos en este mundo, un hecho que implica continuar acumulando más granitos para conocer la historia romana de este espacio», aclara.

Un artista muy observador. 
Entre las figuras dibujadas que han aparecido a lo largo de estas semanas, «motivos totalmente únicos», dejan entrever que el artista, además de inventar, plasmaba lo que le rodeaba en el entorno.

Limpiar y digitalizar las piezas del puzzle
Durante la pasada campaña de excavación, los arqueólogos y voluntarios consiguieron dar con la pintura mural que decoraba hace unos 2.000 años una de las habitaciones de una casa en Flavia Augusta y sustraer parte de las piezas, pero no todas, por lo que las actuaciones en la nueva intervención se han centrado en recuperarlas, limpiarlas y analizarlas al completo. Los más de mil fragmentos de pintura mural rescatados de la profundidad de una finca de La Bureba y en torno a los 200 de cerámica que pasaron por las manos de Lucía Anta, la restauradora, ahora se han multiplicado. La experta confirma que «salen miles de piezas y a pesar de que tengo el apoyo de otra restauradora, Sofía, desconozco hasta cuando se alargarán los trabajos de recuperación porque todavía me quedan restos que tratar de la campaña de 2021 y 2022. Hasta que no acaben con la excavación no me veo capaz de calcular un plazo», comenta mientras coloca uno de los fragmentos en las nuevas estanterías, donde los mantienen clasificados.

Su labor implica paciencia y delicadeza, teniendo en cuenta que la limpieza de una pieza de aproximadamente cinco centímetros cuadrados se puede prolongar entre 15 y 30 minutos, y el tratamiento de las pinturas solo lo pueden llevar a cabo expertos, al igual que el análisis digital previo a las copias en 3D. En marzo de este año se dedicó junto a Esperanza Martín exclusivamente durante un mes a eliminar todo tipo de restos que envolvían a los fragmentos y trasladarlos por cuestión de seguridad y espacio a la planta superior del laboratorio, ubicado en el Centro de Interpretación de las Salinas, un espacio cedido por el Ayuntamiento que actualmente cumple funciones de almacén.

En la dependencia de al lado se ha instalado Zoilo Perrino con su equipo de fotografía y escaneado. Su función comienza ahora, una vez que las piezas se van limpiando. Como cada una es diferente y hay miles, su objetivo persigue realizar una reconstrucción de la estancia y sus pinturas sin la necesidad de manejar las piezas reales. Para ello, y contando con la circunstancia excepcional de los delicados colores, ha montado un sistema diferente para ejecutar el registro y su virtualización. «La digitalización la empezaremos ahora. Es ideal realizar el 3D de las piezas, pero lo que realmente nos interesa es el puzle», explica.

A su vez, continúa fotografiando los fragmentos. «Este trabajo consiste en rotar el objeto con una iluminación controlada y hacer el registro de varios anillos para tomar imágenes de distintos ángulos y, a continuación, comenzar con la reconstrucción». Todas estas piezas irán formando parte del museo virtual, que puede visitarse a través de la plataforma Sketchfab.

21 de abril de 2023

Hallazgo de una fosa, tres silos y cerámica altomedieval en Lodoso (Burgos)

De los tres silos hallados, uno de ellos contenía abundante cerámica y, además, prácticamente entera. Se trata de cerámica de la época medieval, ollas, alguna jarra y fragmentos. También ha salido un punzón de hueso, una especie de aguja que tiene el ojo y la punta pulida.
En la fosa se ha encontrado cerámica que data de la Alta Edad Media. Son utensilios de cocina en buen estado de conservación y pintados.

En el proceso de una obra de ensanchamiento y adecuación de una calle, frente a la iglesia, en el pueblo burgalés de Lodoso, han aparecido tres silos y una fosa. En los mismos se ha encontrado cerámica que data de la Alta Edad Media. Son utensilios de cocina en buen estado de conservación y pintados.

El descubrimiento se hizo así, por casualidad, sin control arqueológico, durante la obra. Pero en cuanto comenzaron a aparecer cerámicas en estos silos, el Ayuntamiento dio parte a la Junta de Castilla y León. En ese momento se contrató a un equipo de dos arqueólogas que estuvo trabajando en el lugar durante varios días, excavando en lo que había salido en los perfiles. Lo que se ha hecho ha sido documentar ese material medieval hallado.
La fosa y los silos de Lodoso

Por un lado, apareció una fosa de unos tres metros de longitud. «Hay teorías de que estas fosas podían ser utilizadas para compost, pero todavía no hemos acabado el informe y no podemos aportar más información sobre la misma», confirma Fabiola Monzón, una de las dos arqueólogas que ha trabajado en el lugar.

De los tres silos hallados, uno de ellos contenía abundante cerámica y, además, prácticamente entera. Se trata de cerámica de la época medieval, ollas, alguna jarra y fragmentos. «La peculiaridad es que cada una es diferente, son modelos diferentes, pero, en todo caso, pertenecen a las especies pintadas altomedievales y a enseres de cocina», confirma Monzón. «Una de ellas, por ejemplo, es de suma delicadeza la pintura. Tiene dos asas y está pintada con líneas en color vinoso y decoradas las asas y el reborde en negro», describe la arqueóloga.

También ha salido un punzón de hueso, una especie de aguja que tiene el ojo y la punta pulida. Estas cerámicas están documentadas como de la Alta Edad Media, «en otros yacimientos nos han arrojado unas fechas entre el siglo VII y IX, aproximadamente, pero queremos tener una información más exacta», confirma Monzón. Se va a realizar una datación más precisa.

En los alrededores de Lodoso hay una serie de yacimientos romanos y medievales. En algunas iglesias también han aparecido silos. Por eso al regidor no le sorprendió mucho que aparecieran los silos, «no sabíamos que había ahí silos, pero es frecuente por esta zona que salgan cuando la gente empieza a hacer obras para alguna casa. Tenemos, incluso, uno muy bien conservado en una ermita, con un cristal para que se vea. Avellanosa del Páramo también han hallado unos quince en la restauración de una ermita», confirma.

19 de enero de 2023

Un desprendimiento en la muralla aflora restos judíos de la Edad Media en Burgos

Tras el desprendimiento de un talud de tierra, se localizaron más de 3.400 fragmentos de cerámica, entre los que se encuentran ollas, cazuelas y jarrones; cuarenta piezas de metal, en su mayoría monedas; y más de 900 restos óseos de animales.
El estudio de los restos ha permitido apuntar a que, al menos, parte de ellos son de origen judío, sobre todo por la identificación de dos pequeñas lámparas que se utilizaban en sus ceremonias y porque no se han encontrado restos de cerdos entre las numerosas piezas de hueso.

Un desprendimiento de tierras junto a la muralla de Burgos, en la parte alta del centro histórico, que tuvo lugar el pasado mes de agosto, ha propiciado el hallazgo de restos de la comunidad judía de la Edad Media de los siglos XIV y XV, entre los miles de fragmentos que se recogieron.

La arqueóloga Fabiola Monzón ha explicado en rueda de prensa que se trata de una zona en la que confluyeron la ciudad medieval, la judería y un recinto napoleónico en la Guerra de la Independencia.

Tras el desprendimiento de un talud de tierra, se localizaron más de 3.400 fragmentos de cerámica, entre los que se encuentran ollas, cazuelas y jarrones; cuarenta piezas de metal, en su mayoría monedas; y más de 900 restos óseos de animales. Además de tres pequeños dados de juego elaborados en hueso y balas de mosquetón de la época de la Guerra de la Independencia, aunque no se puede concretar a qué bando pertenecían.

El estudio de los restos ha permitido apuntar a que, al menos, parte de ellos son de origen judío, sobre todo por la identificación de dos pequeñas lámparas que se utilizaban en sus ceremonias y porque no se han encontrado restos de cerdos entre las numerosas piezas de hueso. No obstante, la arqueóloga ha matizado que la mayor parte de los elementos encontrados eran de uso común en la época, por lo que no se puede asegurar que pertenecieran a habitantes de la antigua judería.

3 de noviembre de 2022

La excavación prueba 1.700 años de expolio constante en Clunia

El equipo de arqueólogos que participa en los trabajos ha conseguido sacar a la luz los cimientos de cuatro columnas que hubo en el doble porticado del Foro, construido en el siglo I.
Una de las arqueólogas de la Universidad de Burgos se emplea a fondo en la recuperación de los cimientos sobre los que descansó una las columnas que hubo en el Foro romano de Clunia. - Foto: Valdivielso

En la recta final de la campaña de excavación que se está llevando a cabo en pleno otoño en el yacimiento romano de Clunia, los descubrimientos no han tardado demasiado en aparecer. Hasta ahora, el equipo de arqueólogos que participa en los trabajos ha conseguido sacar a la luz los cimientos de cuatro columnas que hubo en el doble porticado del Foro, construido en el siglo I. A ello se suma otro punto más, víctima del expolio. En este caso, no hay ni rastro de la base ya que apenas queda la trinchera de cimentación.

El arqueólogo director de Clunia, Francesc Tuset, detalla que su objetivo principal es hacer comprensible este espacio para los visitantes. Para ello, un punto clave pasa por aclarar de qué forma se comunicaban la plaza del Foro y los pórticos con la entrada a la Basílica, el centro jurídico y administrativo de la ciudad. «Había que encontrar las basas. En unos casos ha salido el zapatón sobre el que se montaba la basa. En otros nada, quiere decir que alguien vino y se lo llevó», explica.

En total, han aflorado los cimientos de cuatro columnas. Tres de ellos con forma rectangular, con una dimensión de poco más de un metro. El cuarto es circular. Y el quinto, el expoliado, cuadrado. «Sobre esto hay que imaginarse la basa, después la columna y, encima, al final, el capitel», apunta Tuset, mientras precisa que los restos que han hallado durante esta campaña «en teoría no se verían porque son las zapatas del muro». Después, «del capitel de la columna te vas al capitel de una pilastra adosada a la esquina y lo cubres».

Elementos todos ellos que forman parte de un espacio que está considerado como el centro de la ciudad y el núcleo principal del desarrollo económico, político y religioso de Clunia durante la época romana. De hecho, siempre se ha destacado su gran amplitud y se le considera como uno de los mayores foros que se conocen. Sin embargo, el hecho de que no se visualice físicamente su doble porticado hace muy difícil que los visitantes puedan concebir la trazada real de la plaza. De ahí la campaña de excavación que se está llevando a cabo con investigadores de la Universidad de Burgos, la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y miembros del departamento de Arquitectura de la Universidad de Valladolid. A partir de ahora, una vez que han conseguido sacar a la luz las basas de las columnas sobre las que se sustentaba la cubierta, el siguiente punto será recrear esas columnas, a media altura, como algunas de las originales que todavía se conservan en la zona de la Basílica y que datan del siglo I, en torno al año 50. «No hay idea de recrear el doble porticado, pero sí las columnas», detalla al respecto Tuset.

Con ello, se persigue que el visitante conciba la dimensión real del espacio en el que se encuentra, un espacio que durante la época romana daba cabida a tiendas, tabernas y «oficinas», por ejemplo, de escribas. «El Foro era un espacio cerrado, aún se ve la puerta. Entras, tienes lo que llamamos tabernas. A un lado se encuentra el templo. Al otro, la Basílica. Todo esto se debía cerrar a una hora determinada y hasta el día siguiente no se abría. Aquí se hacía la vida comercial», remarca el arqueólogo director, quien junto con Miguel Ángel de la Iglesia dirigen los trabajos que se efectúan en Clunia.

De inmediato. Así las cosas, Tuset confía en que los próximos pasos se den «muy rápido», en cuanto acaben su trabajo. Dice que se han habilitado unas partidas presupuestarias y espera que se ejecuten en un par de meses porque «si destapas y lo dejas así, se vuelve a arruinar». Ellos han excavado y lo pondrán a punto con idea de que quienes visiten el yacimiento romano, propiedad de la Diputación de Burgos, disfruten y comprendan un espacio donde también se instalarán varios carteles explicativos.

Mientras los arqueólogos se emplean a fondo, unos con palas excavando, otros con carretillas portando la tierra que sale y alguno barriendo, el director destaca que entre los descubrimientos de esta campaña también se hallan los restos de una inscripción junto a los cimientos de una columna del pórtico. «A veces ponían estatuillas, otras inscripciones dedicadas a alguien... Lo tienen que poner de forma que no moleste, por eso esta está pegada a la columna», apunta, para subrayar que un elemento de este tipo quiere decir que la ciudad romana «tuvo un momento en el que intentó embellecerse y lo debió conseguir. Pero luego a la primera de cambio... Es lo mismo que pasa en el teatro, que convirtieron en anfiteatro».

En total, la superficie excavada en el Foro ronda los 100 metros gracias a la labor efectuada por 9 arqueólogos durante una quincena de octubre y 12 en este momento. Al final, indica, lo que sale a la luz «es el resultado de prácticamente 1.700 años de saqueos, encontramos el resultado de desmontarlo todo y hay que seguir esa historia para llegar a la primera ciudad».

14 de octubre de 2022

Los arqueólogos buscan el doble pórtico del Foro de Clunia

Los trabajos se prolongarán en noviembre centrados en la recuperación de parte del doble porticado del Foro, frente a las dos primeras tabernas del ángulo noreste, y la entrada a la Basílica Jurídica
Los yacimientos de Clunia ofrecen numerosas posibilidades a los investigadores.

La campaña de excavación en el Yacimiento Romano de Clunia (Burgos) se desarrolla entre octubre y noviembre centrada en la recuperación de parte del doble porticado del Foro, frente a las dos primeras tabernas del ángulo noreste, y la entrada a la Basílica Jurídica. La actividad arqueológica, coordinada por los directores del yacimiento y el equipo de Investigación, va a contar con la colaboración, como campo de experiencia arqueológica, de las Universidades de Burgos, Rovira y Virgil (Tarragona) y del departamento de Arquitectura de la Universidad de Valladolid.

Los investigadores y la Diputación Provincial, que es quien se hace cargo del cuidado y conservación de este patrimonio arqueológico de la época romana, es hacer comprensible este espacio, que fue el centro de la ciudad y núcleo principal del desarrollo económico, político y religioso de Clunia.

Siempre se destaca su gran amplitud, uno de los mayores foros que conocemos. Sin embargo, el no visualizar físicamente su doble porticado, en el que tenían lugar las actividades comerciales de la ciudad, hace muy difícil a la mayoría de nuestros visitantes concebir la trazada real de la plaza. La visión actual, sin ese elemento, resulta sobredimensionada, un espacio difícil de entender.

Por ello, sacar a la luz las basas de las columnas sobre las que se sustentaba la cubierta, dando cabida a los puestos itinerantes y protegiendo a los transeúntes de las inclemencias del tiempo, permitirá al visitante concebir la dimensión real del espacio en el que se encuentra. Será consciente de que el Foro de Clunia es muy similar a los porticados que afortunadamente aún conservamos en algunos de nuestros pueblos.

Otro de los objetivos de la campaña pasa por transmitir a los voluntarios, vecinos y visitantes la riqueza de una ciudad que aún tiene mucho pasado por descubrir y de la que se espera que "seguramente" ofrezca "alguna sorpresa durante esta campaña".

18 de octubre de 2018

Descubren un pendón del S.XVIII durante el arreglo de una iglesia de Burgos

Se trata de un pendón de un metro de alto por 70 centímetros de ancho, en el que destacan dos pinturas al óleo que adornan sus dos caras, de unos 50 centímetros de alto y ancho representando a Santiago Matamoros y Santa Ana.
Las pinturas que adornan el pendón son óleos y se quiere evitar que se cuarteen por la humedad./  BC
La iglesia de Santa Columba de Riocavado de la Sierra (Burgos) se encuentra actualmente en obras para ser restaurada. Durante esta actuación se ha actuado sobre las goteras que caían sobre la sacristía del templo. Allí, entre mucha humedad y moho, se ha encontrado un pendón del pueblo que data del siglo XVIII, según el arqueólogo Iñaki Líbano. Este ha sido el responsable del hallazgo, ya que está vinculado al pueblo y lo visita a menudo.

En un gran mueble, entre libros y misales antiguos, con mucha humedad, porque caían goteras directamente en la sacristía, estaba el pendón. «Me costó mucho trabajo abrir el cajón en el que estaba porque estaba hinchado y deformado por la humedad. Allí, dentro, hecho un churro estaba la tela», explica Líbano.

Se trata de un pendón, un estandarte empleado como insignia distintiva, de un metro de alto por 70 centímetros de ancho. Lo que más destaca en la pieza son las dos pinturas que adornan sus dos caras, de unos 50 centímetros de alto y ancho. Estas pinturas son óleos, «unas pinturas muy realistas con muy buena definición que todavía no sabemos si tienen autoría», explica el arqueólogo. Una de las pinturas representa a Santiago y la otra a Santa Ana.


Líbano confirma, tras haberlo analizado y observado sus características, que el pendón data de finales del siglo XVIII. Aunque no se sabe el tiempo que ha pasado en ese cajón lleno de humedad. Este arqueólogo, tras hablar con vecinos del pueblo, explica que los más mayores dudan de si lo han visto o no en alguna procesión porque actualmente se emplea uno más moderno del siglo XX.

INTERVENCIÓN
Este arqueólogo, perteneciente a la asociación Edestiaurre, formada por profesionales y aficionados a la arqueología para promover su investigación, difusión, conservación y protección, se encargará de intervenir sobre el pendón para frenar su deterioro. Líbano se ha reunido con la restauradora del Museo Arqueológico de Bilbao para conocer el proceso a seguir. Por el momento, el pendón sigue en la iglesia porque no se puede cambiar de grado de humedad. «Las pinturas se pueden cuartear y se puede acelerar su degradación. La tela no corre mucho peligro porque es fuerte», explica este arqueólogo.

Por el momento, se ha quitado la mayor parte del moho blanco de la tela y se han avivado los colores. El objetivo principal ahora mismo es frenar su degradación. En un futuro se intentará una restauración total, si se consiguen fondos.

3 de agosto de 2017

En búsqueda de la casa de El Cid, en Burgos

La excavación iniciada en el Solar del Cid trata de dar respuesta a la pregunta sobre si Rodrigo Díaz de Vivar tuvo una vivienda en ese espacio. Ya se han extraído numerosos restos de cerámica, hierro y monedas.
Excavaciones iniciadas en el Solar del Cid, en la calle Fernán González. FOTO: LA TRIBUNA DE SALAMANCA
La tradición oral establece un vínculo de Rodrigo Díaz de Vivar, 'el Cid', con la iglesia de San Martín, que estuvo ubicada cerca del Arco de San Martín, al final de calle Fernán González y donde se levanta lo que hoy se conoce como "el Solar del Cid". Un espacio en el que se están llevando a cabo unas excavaciones arqueológicas dirigidas por Fabiola Monzón, arqueóloga responsable también de los trabajos que se están realizando en la iglesia deSan Román, para encontrar restos que puedan acreditar la existencia de las llamadas ‘Casas del Cid’.

Los primeros hallazgos de las excavaciones, en las que están participando la asociación Ego Ruderico, que puso en conocimiento del Ayuntamiento la investigación que estaba realizando sobre este espacio, el Consistorio y la Junta, no se han hecho esperar, aunque, como advierte Monzón, no hay todavía resultados concluyentes. Se han sacado numerosos restos de cerámica, hierros, «algunas monedas, que están en proceso de limpieza, un hacha pulimentada», muchos objetos que se van a a analizar, aunque adelantó que pueden pertenecer a la Edad Media.

La arqueóloga destacó que el objetivo es «comprobar la estratigrafía y el estado de los restos arqueológicos». Monzón recordó que las primeras noticias documentadas del Solar del Cid y de las ‘Casas del Cid’ están vinculadas al Monasterio de San Pedro de Cardeña y se remontan al siglo XV. Es entonces cuando queda constancia del deseo de los monjes de arrendar unas casas que fueron del Cid. Con el paso de los años, estas viviendas están prácticamente en ruinas y en 1593 «el Ayuntamiento decide obtener a censo perpetuo lo que habían sido supuestamente las casas del Cid», apunta la arqueóloga. Lo hace a cambio de pagar 500 maravedíes anuales y levantar un arco. No hay constancia de que se levantara ese monumento. No será hasta el año 1784 cuando se erige el actual, con el escudo delCid en el centro, flanqueado por los de Burgos y Cardeña.

La pregunta es inevitable: ¿Tuvo el Cid una casa aquí? La responsable de la excavación recuerda que «siempre ha habido una tradición vinculada con esa iglesia, pero realmente no hay una documentación escrita que nos lo aporte». A ello añade el hecho de que «es Fernando VI el que potencia esta zona con el Camino de Santiago, el hospital del emperador SanJuan,... y ¿por qué no? si él no tuvo casa le pudo donar algún solar o casas, cabe esa posibilidad, que por el momento desconocemos».

Lo que sí se sabe es que el Solar del Cid ha permanecido prácticamente inalterado con el paso de los años. Aunque sí ha cambiado mucho el entorno. Monzón mostró u grabado y una fotografía para reflejar esa transformación. Enseñó un grabado publicado en 1820, pero que «estaría hecho antes, ya que este barrio se derriba con la iglesia de San Román en la Guerra de la Independencia», por lo que sería de 1808.

Respecto a lo que los investigadores se han encontrado en las primeras prospecciones que se han realizado, Monzón indicó que «hemos visto distintas fases constructivas dentro de este sondeo, que a pesar de ser pequeño ha sido muy fructífero». Así, se han encontrado una serie de fosas y silos, dedicados a almacenar el grano, que «se asocian a periodos altomedievales». Por otro lado, se ha preparado una zanja en el terreno natural para ejecutar una serie de construcciones subterráneas. Hacia la zona este han encontrado unas estructuras relacionadas con una actividad artesanal.De todas formas,Monzón recordó que en su día la calle donde se ubica el Solar del Cid se llamaba Tenebregosa, y estuvo ocupada por gremios. Las estructuras son muros de tapial con revestimientos de yeso y cal.

Estas estructuras están sobre «un gran pavimento, espectacular desde el punto de vista arqueológico, sobre todo, por las dimensiones. Pensamos que podía ser una calle pero lo descartamos porque hay un círculo con un pilar y una urna con una decoración que converge en ese punto». Otro de los descubrimientos es un muro más moderno, del que solo se puede ver una pequeña parte, por lo que no se ha podido determinar todavía su función y características. Debajo del muro «hay una gran piedra caliza con los restos de madera, por lo que se estaría hablando de que existe una puerta».

Estos trabajos se incluyen dentro de las ya iniciados en la iglesia de San Román, que cuentan con un presupuesto de 80.000 euros.

24 de octubre de 2016

Los arqueólogos recuperan una necrópolis altomedieval en Regumiel (Burgos)

Se trata de una necrópolis de la Alta Edad Media, de los siglos IX a XI, que forma parte del conjunto arqueológico rupestre del Alto Arlanza, con numerosos ejemplos en la comarca burgalesa de La Demanda. También se ha descubierto una cueva con huellas de dinosaurios e icnitas de invertebrados.
El equipo de arqueólogos trabaja en el yacimiento de icnitas de dinosaurio. FOTO: RAQUEL MANZANARES / EFE
Los trabajos se iniciaron el pasado 5 de octubre con el objetivo de recuperar una necrópolis “olvidada”, que contaría con un centenar de tumbas excavadas en piedra, ha explicado Asier Pascual, el arqueólogo encargado del proyecto.

Pascual ha recordado que se trabajó en el yacimiento en los años 70, pero la necrópolis se abandonó y ha acabado parcialmente destruida, cubierta de maleza y por el hormigón utilizado para mejorar los accesos a la iglesia junto a la que se ubica.

El Ayuntamiento de Regumiel de la Sierra ha aprovechado ahora una ayuda de 30.000 euros de la Junta de Castilla y León para contratar al equipo que recuperará, conservará y musealizará la necrópolis.

RECUPERADAS 55 TUMBAS
El arqueólogo ha explicado que se han conseguido recuperar ya 55 tumbas excavadas en roca, en la zona más próxima a la iglesia, así como otro tipo de estructuras (escaleras, por ejemplo). Algunas se encuentran en mejor estado de conservación que otras, ha reconocido, pero son todas visibles y visitables aunque todavía se continúe trabajando en la zona.

Pascual ha estimado que la necrópolis podría contar con un centenar de tumbas y, hasta marzo que dura el proyecto, van a intentar sacar a la luz la mayoría de ellas, para que todo el conjunto quede al descubierto.Igualmente, se investigará si existen construcciones asociadas a la necrópolis, puesto que “es un lugar idóneo para encontrar las primeras casas del poblado”.

El proyecto se completará con una musealización de la necrópolis y rutas interpretativas, a fin de que el yacimiento se incluya entre los recursos turísticos de La Demanda.

HALLAZGOS SORPRENDENTESAdemás, el Ayuntamiento de Regumiel de la Sierra va a aprovechar la ocasión para recuperar las icnitas de dinosaurio localizadas en el yacimiento de huellas El Frontal 2.

Asier Pascual ha recordado que El Frontal 1 se recuperó décadas atrás y cuenta con 86 icnitas agrupadas en ocho rastros, con marcas aisladas, correspondientes en su mayor parte a iguanodontes.Ahora toca trabajar en el otro yacimiento, descubriendo huellas, consolidándolas y conservándolas. Sin embargo, mientras llega este momento, los investigadores han realizado un hallazgo sorprendente, un “caso peculiar y curioso” de icnitas de dinosaurio, ha asegurado Pascual.

Durante el proceso de recuperación del entorno de la necrópolis, al retirarse un muro de ladrillo, ha quedado abierto el acceso a una cueva compuesta por una pequeña cámara.En su interior se han localizado huellas de dinosaurio, icnitas de invertebrados y troncos de fósiles, que se ven parcialmente al encontrarse en una estrecha grieta al fondo de la cueva.

Es un gran descubrimiento, que será estudiado por especialistas, y que demuestra que hubo vida en la zona mucho antes de la Alta Edad Media, cuando se creó la necrópolis.

El proyecto de Regumiel de la Sierra se extenderá hasta marzo y en él trabajan un arqueólogo, un geoarqueólogo y un peón, vecino del municipio, cuya contratación cubre la ayuda de la Junta.

(Fuente: EFE )

21 de julio de 2016

La Cueva Román y la ciudad celtibérica centrarán los trabajos en el yacimiento de Clunia (Burgos)

Los investigadores tratan de documentar el terreno que rodea a la urbe, que cuenta con vestigios de actividad humana, y que debería protegerse. Este verano no se realizarán excavaciones pero se tratará también de delimitar la ciudad celtibérica, una auténtica “desconocida”. Cueva Román sigue siendo un objetivo prioritario en documentación de restos arqueológicos ante su proceso de “destrucción”
Vusta aérea de la ciudad romana de Clunia con su teatro.
Investigar es mucho más que excavar. Y la campaña estival en el yacimiento Romano de Clunia se a priorizar el conocimiento y la comprensión de la riqueza patrimonial frente a las excavaciones arqueológicas. Por ese motivo, los trabajos del equipo de investigación se van a centrar en reconocer el entorno de la Ciudad Romana y delimitar la ciudad celtibérica, pero también continuar documentando la Cueva Román, una pieza de valor “excepcional” dentro del complejo arqueológico.

La Ciudad Romana hace tiempo que se delimitó, es propiedad de la Diputación y se encuentra vallado. Sin embargo, su entorno no ha sido tratado con la consideración que se merece, ha apuntado Francesc Tuset, uno de los directores del equipo de investigación. Y es que la zona que rodea a la propia urbe ofrece información de interés sobre la misma, un “contexto”, por no hablar de los restos arqueológicos que escondería y la presencia de la ciudad celtibérica, una auténtica “desconocida”.

De ahí que los investigadores apuesten por desarrollar un proyecto de delimitación de esos entornos, a fin de protegerlos. Se ha reconocido el área que circunscribe la Ciudad Romana con drones, pero también se está trabajando con sistemas de georeferencia y cartografía, todos ellos “poco invasivos”. El resultado final será un conocimiento más exhaustivo de lo que rodea la urbe, de cara a conseguir en un futuro iniciar una intervención que pudiese incluir nuevas excavaciones, aunque será “complicado”, dada la propiedad privada de los terrenos.


CUEVA ROMÁN
La otra prioridad de la campaña estival es la Cueva Román, un yacimiento “excepcional” pero en el que es necesario trabajar de manera continuada para documentar su riqueza arqueológica. Y es que Tuset ha recordado que, ya no es solo que las visitas a Cueva Román nunca se vayan a poder organizar, sino que la propia cueva está en proceso de “destrucción”, así que muchos de sus restos acabarán desapareciendo, y por tanto “es urgente” documentar las figuras e inscripciones que aloja en su interior.


Igualmente, con un robot traído especialmente de Zaragoza se está realizando la cartografiando y escaneando la cueva, ha explicado Miguel Ángel Iglesias, otro de los investigadores. El trabajo es “lento y costoso”, tanto en lo referente a la documentación como a la interpretación de la información conseguida. Además, el equipo de investigación plantea realizar una señalización georeferenciada en la superficie de la cueva para que el visitante pueda conocer que es lo que hay bajo sus pies.

Tanto la delimitación de los entornos de la Ciudad Romana como el trabajo de documentación de Cueva Román son dos líneas estratégicas del II Plan Director aprobado recientemente. El documento incluye, en intervenciones directas, finalizar la reconstrucción del Teatro Romano con la creación de un anticuario, en el que se expondrán las piezas recuperadas en la excavación. Igualmente, en camino está el nuevo centro de recepción de visitantes. La redacción del proyecto ya ha sido adjudicada, y para 2017 la Diputación reservará 2,8 millones para las obras.

21 de octubre de 2015

Documentan una aldea medieval y un convento del S. XVII en La Puebla de Arganzón (Burgos)

Un poblado medieval y un convento franciscano del S. XVII han quedado al descubierto en el valle del río Zadorra. Esos son los nuevos hallazgos que los arqueólogos de la UPV han localizado en las inmediaciones de La Puebla de Arganzón, en el Condado de Treviño (Burgos). Nuevos resultados arqueológicos que ayudan a entender mejor la historia de este entorno.
Sepulturas antropomorfas halladas en el cementerio medieval de Arganzón. FOTO: UPV
Las excavaciones, llevadas a cabo por el grupo de investigación en Patrimonio y Paisajes Culturales de la UPV, han descubierto la vieja aldea de Arganzón, de fundación medieval, y un importante convento franciscano fundado en 1615 sobre la una iglesia altomedieval. El antiguo poblado ya aparece mencionado en fuentes escritas a partir del año 801, cuando tuvo lugar en este punto un conflicto armado contra los árabes que "buscaban botín en Álava y Castilla", ha confirmado la UPV.

Años más tarde, en el año 871, fuentes escritas mencionan la iglesia de Santa María de Arganzón, por lo que se considera que Arganzón es una de las primeras aldeas conocidas en el valle del Zadorra, gracias a la documentación medieval. Este documento narra cómo el señor Arroncio dona al monasterio de Acosta varios bienes entre los que se incluye la iglesia de Arganzón, bienes que había recibido en herencia de sus abuelos procedentes de León. Por este motivo, se ha considerado que Arganzón sería un buen ejemplo del proceso de repoblación que habría tenido lugar como resultado de la llegada de colonizadores desde el reino astur-leonés.

REPOBLACIÓN
A pesar de la presencia de Arroncio y de sus ascendentes leoneses, el equipo de investigadores estiman que las aldeas y los pueblos medievales ha seguido un proceso diferente en el valle del Zadorra. Arganzón, situado en la periferia de la ciudad romana de Iruña, fue fundado hacia el siglo VI, tal y como han mostrado las excavaciones realizadas en la zona de La Erilla con ocasión de la construcción del actual trazado de la A-1. «Dicho de otra manera, Arganzón no se formó como resultado de la repoblación llevada a cabo por colonizadores procedentes de otros sectores del norte peninsular en el siglo IX, sino que es el resultado de una iniciativa local precedente», explica Juan Antonio Quirós, director del proyecto.

CEMENTERIO CON TUMBAS ANTROPOMORFAS
Las excavaciones realizadas han permitido, además, reconocer la naturaleza y las características de este poblado altomedieval. En él se ha hallado un amplio cementerio formado por tumbas antropomorfas -sepulturas delimitadas por lajas de piedra y enterramientos realizados directamente en la roca-, que datan de antes del año mil. Los estudios antropológicos han permitido determinar que en el cementerio «estaban enterrados tanto niños como adultos, jóvenes y seniles, varones y mujeres, en definitiva, toda la comunidad de Arganzón», ha explicado el investigador de la UPV.

También se han identificado varias viviendas asociadas a este cementerio, que estuvieron «en uso durante la Alta y la Plena Edad Media». Son estructuras «poco consistentes construidas por zócalos de piedra y con alzados en materiales efímeros». Entre los hallazgos más significativos destaca el descubrimiento de varios silos destinados al almacenaje de cereal.


EL CASTILLO Y EL CONVENTO
A la aldea de Arganzón se sumaron en los siglos siguientes varias construcciones de mayor entidad. Próximo al poblado fue fundado, hacia el año mil, el castillo de Arganzón, aún conservado parcialmente en el estrecho paso atravesado por el río Zadorra. La aldea se mantuvo incluso cuando se fundó, a finales del siglo XII, La Puebla de Arganzón. De hecho, no se abandonó hasta que llegó la Baja Edad Media, aunque la iglesia fue restaurada en los siglos siguientes.

Por otra parte, en 1615 fue fundado el convento franciscano de Nuestra Señora de la Concepción sobre la vieja iglesia altomedieval de Santa María, aquella que donó el señor Arroncio en el año 801. Las excavaciones han permitido recuperar de forma parcial la planta de este monasterio, que incluye una iglesia conventual, un amplio claustro, un huerto y otros edificios anexos. En el interior de la iglesia se han hallado numerosos enterramientos, uno de los cuáles tenía un rosario de hueso en el cuello.

El convento, que estuvo en uso hasta 1834, fue reconstruido y reformado en varias ocasiones, tal y como muestran los distintos muros hallados y los numerosos suelos reparados. También se han recuperado numerosos materiales cerámicos y restos de alimentación, que arrojan luz sobre el estilo de vida de esta comunidad conventual. Durante la batalla de Vitoria y las guerras carlistas el convento fue seriamente dañado, lo que provocó que se abandonase.

El proyecto arqueológico ha sido realizado con el apoyo y la financiación de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, así como con la colaboración del Ayuntamiento de esa localidad treviñesa.

1 de octubre de 2015

Hallados en Burgos dos hornos cerámicos y miles de piezas del siglo XV

La excavación arqueológica previa a una construcción de viviendas ha sacado a la luz dos hornos cerámicos del siglo XV y miles de piezas de su actividad artesanal, que se depositarán en el Museo de Burgos y compondrán una exposición tras la investigación que dirige la arqueóloga Carmen Alonso Fernández.

En rueda de prensa, Alonso ha explicado que se ha excavado "de forma exhaustiva" una parcela de 300 metros cuadrados, lo que ha permitido exhumar dos hornos cerámicos, un área de taller, distintos vertederos y la esgueva de San Lucas que servía para hacer llegar el agua a este alfar del siglo XV.

VAJILLA FINA
Además, la arqueóloga ha detallado que en el alfar se elaboraba producciones de "vajilla fina" antes de la popularización de las lozas y se han encontrado miles de piezas en "buen estado de conservación".

La investigación de estos restos permitirá determinar las características diferenciales de la cerámica de Burgos en el siglo XV y ver "hasta dónde llegó su comercialización" comparándola con los restos encontrados en otros yacimientos.

OTROS HALLAZGOS
Los hallazgos de esta excavación se completan con otros elementos como los sellos identificativos del alfarero, la base del torno o algunos elementos personales como un anillo de oro "que perdería alguien en el alfar", ha explicado la arqueóloga.

El servicio territorial de cultura y turismo de la Junta de Castilla y León y el Instituto Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Burgos colaborarán a partir de ahora en la investigación y divulgación de estos restos que quedarán depositados en el Museo de Burgos para su estudio y restauración.

Si todo va según lo previsto, el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, ha anunciado que el próximo año 2016 se organizará una exposición pública y se realizará una publicación y unidad didáctica para divulgar el hallazgo.

15 de septiembre de 2015

Documentan una vivienda y dos hornos medievales en Pancorbo (Burgos)

Aunque los estratos más antiguos son del Siglo XIII los elementos recuperados apuntan a una ocupación humana desde el S. VIII e ininterrumpida hasta el S. XVI cuando el paraje fue rellenado de tierra para ser cultivado. Los arqueólogos han documentado una vivienda que fue destruida por el fuego y dos hornos, uno cerámico y otro metalúrgico. 
Numerosos vecinos de Pancorbo han visitado las excavaciones. FOTO: GERARDO GONZÁLEZ
La historia antigua de la villa pancorbina está siendo, literalmente, desenterrada por un grupo de arqueólogos de la Universidad del País Vasco bajo la dirección de Juan Antonio Quirós, miembro del grupo de investigación en patrimonio y paisajes culturales, Área de Arqueología, de la institución universitaria. 

Estas excavaciones en las inmediaciones del antiguo castillo de Pancorbo fueron acometidas tras una investigación realizada el pasado año con equipos de análisis del subsuelo, magnetómetro y tomógrafo, que señalaron una gran cantidad de anomalías bajo la superficie. 
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ESTRATOS DEL S. XIII
Así este año se decidió comenzar las excavaciones en un área de 275 metros cuadrados donde la concentración de materiales se mostraba excepcionalmente elevada. Finalmente esta primera intervención se ha concentrado en un espacio de veinte metros cuadrados que ha arrojado una ingente cantidad de datos y elementos sobre el asentamiento.
Según el coordinador de la excavación, Carlos Tejerizo, se ha datado el estrato más antiguo en el siglo XIII con una ocupación continuada por pancorbinos hasta el siglo XVI cuando fue rellenado de tierra para ser cultivado el paraje. 

ESTRUCTURA MÁS POBLADA QUE LA ACTUAL
No obstante el alto número de elementos recuperados, todos cuidadosamente embolsados para ser estudiados en el laboratorio, apunta a la existencia de residentes en el lugar ya en el siglo VIII. Por el tamaño de las construcciones descubiertas todo apunta a que Pancorbo fue un núcleo de gran importancia en la época siendo su estructura urbana mayor y más poblada que la actual. 

Cabe recordar que la primera capital de la entonces naciente comarca de La Bureba fue precisamente Pancorbo, situado en la puerta natural del norte peninsular a la Meseta castellana. 

VIVIENDA DESTRUIDA POR EL FUEGO
El objetivo de esta primera actuación, con la firme intención de darla continuidad, es conocer el estilo de vida de los vecinos de hace más de 500 años por lo que se recogen con cuidado huesos de animales, cerámica, piezas de metal y materiales de construcción.
En ese sentido, se ha contado con el inesperado golpe de suerte de localizar una casa que fue destruida por el fuego lo que ha conservado una gran cantidad de materiales cotidianos para su estudio. 

Otro importante hallazgo ha sido el de un horno destinado a la elaboración de cerámica e indicios de otro utilizado para trabajar metales. 


VISITAS A LA EXCAVACIÓN
Los Amigos de Pancorbo organizaron dos jornadas de visita a la excavación que levantó gran expectación y acudió un elevado número de vecinos e interesados en la historia pancorbina. 

Su secretario general, César Guzmán, mostró su satisfacción por el excelente resultado de esta primera campaña de excavaciones. Afirmó que «haremos todo lo que esté en nuestras manos para dar a conocer el patrimonio de Pancorbo». 

Guzmán se lamentó de que «los estamentos oficiales tengan olvidado el enorme legado patrimonial e histórico» de la villa y expresó su agradecimiento al catedrático Juan Antonio Quirós el haber escogido Pancorbo «para este importantísimo descubrimiento».

1 de septiembre de 2015

Descubren un horno medieval y 500 kilos de cerámica de gran calidad en Burgos

Bajo la nave de la calle Hospital Militar se ocultaba un tesoro arqueológico de incalculable valor, un taller de alfarería de la época bajomedieval -finales del siglo XIV o principios del XV- y más de media tonelada de piezas de cerámica vidriada de gran calidad y fina decoración, puesto que estaban destinadas a servir como vajilla de mesa y no como utensilios de cocina.
El suelo oscurecido de la parte baja del horno atestigua las temperaturas superiores a 1.000 grados que alcanzaba hace seis siglos. FOTO: LUIS LÓPEZ ARAICO
La demolición del viejo garaje ubicado entre la plaza Vega y la iglesia de La Merced y el inicio de la construcción de un bloque de 13 viviendas, con garajes y locales comerciales, promovido por Raimconsa, ha sacado a la luz este tesoro: cuencos, escudillas, jarras, albarelos, tapaderas, platos, cántaros y redomas (jarritas alargadas y estrechas para servir líquidos), además de las primeras tuberías de cerámica vidriadas en su interior. Junto al horno y los miles y miles de piezas, han emergido restos del taller y basas para la sustentación de pies derechos que servían para sujetar los tejados.

"EL ALFAR DE VEGA"
El alfar de Vega, así lo han bautizado los expertos de la empresa Cronos Arqueología y Patrimonio, es el primero que se excava en la ciudad de Burgos.Su descubrimiento entraña aún más valor puesto que ha permitido fijar el lugar exacto por el que discurría la esgueva de San Lucas, un cauce que se sabía atravesaba la calle Miranda hasta desembocar en el Arlanzón a la altura del Instituto Cardenal López de Mendoza. De ahí que la zona tuviera una protección arqueológica en el PECH (PlanEspecial del Casco Histórico), que obligaba a realizar los sondeos.

Tras las preceptivas catas, que apuntaron el sorprendente descubrimiento del alfar, se comenzó a excavar a principios de agosto.Los hallazgos han motivado la ampliación de la zona de los trabajos y de su duración. «Aún nos queda por lo menos otra semana», explica la directora de Cronos, Carmen Alonso Fernández, mientras señala el lugar en el que actualmente trabajan. Se trata de un testar o vertedero en el que se acumulaban las piezas que no pasaban el control de calidad de la época, bien por defectos de moldeado o de cocción, bien por rotura. El suelo, más oscuro, denota que muchas permanecieron demasiado tiempo en el horno, que ya está a la vista. Gracias a los testares se puede completar todo el elenco de producciones del taller, en el que se manufacturaron algunos de los primeros vidriados en territorio cristiano, con nuevos acabados que desplazaron a la alfarería tradicional antes de la popularización de las lozas.

HORNO DE DOBLE CÁMARA
Construido en piedra arenisca y arcilla, el horno tenía una doble cámara de la que solo queda la inferior.En ella se colocaba la leña para conseguir las temperaturas de más de 1.000 grados con las que se fabricaba la cerámica vidriada.De hecho, las piezas eran sometidas a un doble horneado, una primera cocción para la forma y la segunda para la decoración. El suelo ennegrecido a fe de los kilos y kilos de madera que allí se quemaron.Una rejilla separaría esa cámara de la superior, en la que el alfarero introducía la cerámica a través de un ventanuco.Para separar las piezas durante el horneado se empleaban atifles, unas pequeñas piezas con 3 pies que también han emergido por decenas.

Sus descubridores sospechan que el taller se abandonó a finales del siglo XV, con motivo de la llegada de los monjes y el inicio de la construcción del monasterio de La Merced (el bello claustro es algo posterior).Sus necesidades alimentarias convirtieron la zona industrial en huertas, lo que explicaría la densa capa de tierra -de 2 metros de profundidad- que cubría el alfar y que ha contribuido también a su conservación en tan buen estado después de 6 siglos.

EN EL ARRABAL DE VEGA
La ubicación del taller no es casual, por cuanto la actividad alfarera precisaba del agua para desarrollarse. Además, como otras labores consideradas insalubres, se ubicaban extramuros.En el arrabal de Vega se instalaron también tintoreros, curtidores... a partir del siglo XIII.

Si el alfar se tapará o quedará a la vista está por ver.
(Fuente: Diario de Burgos)

9 de junio de 2015

Descubren un santuario de origen celta en Gete (Burgos)

Se trata de un altar rupestre con escaleras que acoge una cubeta donde se hacían los ritos sagrados y orientado hacia la salida y la puesta de sol en los equinoccios. Para poder conocer más datos sobre este lugar sagrado se ha presentado en la Junta de Castilla y León un proyecto solicitando autorización para proceder a su excavación y limpieza
El yacimiento de Gete está datado, según los primeros estudios, entre el año 1000 y el 750 a.C. FOTO: J.P.
De niña, María Victoria Palacios había jugado y merendado sobre ella con otros niños de Gete. Ahora, sabe que esa roca donde ha pasado parte de su infancia es un santuario celta y que pertenece a finales de la época de la Edad de Bronce o a principios de la Edad del Hierro, lo que le sitúa entre el 1000 y el 750 antes de Cristo. Su curiosidad por este mágico lugar se ha despertado hace poco, mientras estudia Historia en la Uned. «Por una coincidencia pensé que podía ser algo importante y se lo comenté a un profesor», recuerda Palacios. 

ELEMENTOS TÍPICOS DE LOS ALTARES RUPESTRES
Fue cuando el arqueólogo y miembro de la Academia, Ignacio Ruiz Vélez, le acompañó a ver el lugar y observaron en él una serie de elementos típicos que presentan este tipo de altares y que son estar sobre una roca, tener unas escaleras y acoger un lóculo o laciculo, o lo que es lo mismo, una cubeta donde se hacían los ritos sagrados por los celtas. Otra característica más es su orientación, hacia la salida y la puesta de sol en los equinoccios.


Todo ello ha conducido a afirmar que se trata de un altar rupestre, con más de dos mil setecientos años, aunque como otros ejemplares hallados en la península, ha podido tener un uso posterior, incluso hasta la época romana. Para poder conocer más datos sobre este lugar sagrado y para poderlo poner en contexto con otros descubrimientos de la zona, como unos grabados aparecidos en Carazo, se ha presentado en la Junta de Castilla y León un proyecto solicitando autorización para proceder a su excavación y limpieza.
 

LABORES DE LIMPIEZA PREVIA
Este altar celta se encuentra en la localidad de Gete, perteneciente al municipio de Pinilla de los Barruecos. Está en una finca pública, a la que se accede a través de fincas privadas, y se sitúa próximo al núcleo urbano de Gete. Actualmente está rodeados de árboles y maleza, por lo que para poder seguir investigando sobre él es necesaria una limpieza previa. La idea del equipo que está trabajando en este proyecto es poder llevar a cabo esas labores durante el próximo mes de agosto. Otra de las líneas que se investigará es si se trata de un santuario fronterizo.

Dos de los santuarios celtas más importantes que se encuentran en la península son el de la localidad portuguesa de Panoias y el de Ulaca, en Ávila. Ahora habrá que esperar a los estudios para conocer la relevancia de este gran hallazgo en Gete, que podría ser un atractivo turístico para la zona y podría revelar más datos sobre los pobladores que habitaron en ella hace casi tres mil años.

(Fuente: DIario de Burgos / B. Antón)