google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: ciudad de Allon
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31 de octubre de 2024

Descubren una cantera bajo la villa romana de Barberes (Alicante)

Esta cantera suministraba las gravas para construir la calzada que conectó la ciudad romana de Allon con el resto de poblaciones de la comarca de la Marina Baixa.
Las canteras y la pavimentación de la calzada coinciden en fecha, entre el siglo I a. C. y principios del siglo I d. C.

La villa romana de Barberes Sud en la localidad alicantina de Villajoyosa, escondía debajo otro curioso yacimiento arqueológico que ha traído de cabeza a los arqueólogos durante años. En las excavaciones realizadas entre 2009 y 2012 aparecieron grandes fosas de tendencia ovalada y de formas muy irregulares, conectadas unas con otras, que serpenteaban bajo los cimientos de la lujosa villa romana del Alto Imperio. Su función no tenía una explicación aparentemente lógica. Lo más extraño era que contenían altos muros en su interior, que debían formar parte del sistema de cimientos de la propia villa; pero, se desconocía la función de estas fosas.

En el mes de junio se retomaron estas excavaciones por parte de la concejalía de Patrimonio Histórico y coordinadas por el Servicio Municipal de Arqueología que han permitido tener una visión global de la confusa serie de fosas y muros y comprobar que aquellas siguen las vetas de cantos de terreno geológico de la zona. Es decir, son lenguas de gravas de aluvión del período Cuaternario, alternadas con arenas y arcillas, que se formaron por la erosión y arrastre de la piedra de las montañas del interior en dirección al mar.

A la vez, el reciente hallazgo de un tramo bien conservado de una calzada de la ciudad romana de Allon en el solar de la calle Requena, 17, ha aportado una pista fundamental para entender el sentido de estas extrañas fosas. El equipo investigador ha podido comprobar que los cantos de la calzada son de la misma piedra caliza y calibre que los que aparecen en las fosas, por lo que estas, que se acercan hasta solo 5 metros del firme de la calzada, debieron ser una cantera de áridos destinados a pavimentarla. Es más, las canteras y la pavimentación de la calzada coinciden en fecha, entre el siglo I a. C. y principios del siglo I d. C., a falta del estudio detallado de los materiales.

Esta obra pública nos habla de la importancia urbana de Allon mucho antes de recibir la categoría de municipium de manos del emperador Vespasiano entre los años 73 y 74 d. C. Debió tener ya la categoría de oppidum latinum, con instituciones capaces de promover la pavimentación de esta calzada, una especie de carretera comarcal romana que unía Allon con su territorio, la actual comarca de la Marina Baixa, por la costa. Es decir, conectaba la ciudad con otros yacimientos conocidos, como las importantes villas romanas de El Albir en Alfàs del Pi o La Pila, en Altea, entre muchos otros.

Con 3,5 metros de ancho, esta calzada romana era apta para la circulación de carros en ambos sentidos y fue la precursora de la actual N-332 a su paso por la Marina Baixa. Esta calzada romana acababa en Altea, ya que los puentes y túneles del Mascarat no se construyeron hasta finales del siglo XIX.

La cantera se abandonó tras la realización de la calzada y, un siglo después, a finales del siglo I d. C. o principios del siglo II d. C., se construyeron los grandes muros de cimentación en el fondo de las fosas de la cantera y luego se rellenaron las fosas con tierra, con el fin de que el terreno aguantara y para que los cimientos de la nueva villa no se movieran por la existencia, debajo, de esas grandes fosas rellenas. Sobre las fosas, se levantaron entonces los pavimentos y los ricos muros, pintados con imitación de arquitecturas y paisajes de árboles y animales, que ahora se están recuperando.

13 de octubre de 2011

Hallado un convento del S. XVII bajo una avenida en Villajoyosa (Alicante)


Unas obras en el centro de Villajoyosa descubren los restos de un cenobio del siglo XVII que fue enterrado durante la República

Es sobradamente conocido que el subsuelo de Villajoyosa esconde tesoros arqueológicos íberos y romanos y que dispone de relevantes monumentos medievales y renacentistas, todos de un gran valor cultural. Pero lo que ha sido un hallazgo inaudito en pleno centro de la ciudad es un convento que fue derruido y enterrado en 1936, en plena II República española, para construir la antigua carretera N-332, ahora convertido en la avenida del País Valenciano.
Cenobio del S. XVII hallado en el convento de San Pedro y Santa Marta.


El descubrimiento lo provocaron unas catas previas a la construcción de un colector para aguas pluviales que discurre por la avenida para canalizar el agua de lluvia hasta el río Amadorio, aunque ha sido sorprendente la profundidad a la que fue hallado, enterrado a casi tres metros bajo el asfalto.


El convento descubierto, llamado de San Pedro y Santa Marta, se ubicó en la actual plaza de la Generalitat entre 1607 y 1936 y perteneció a la orden de los Agustinos Descalzos. El concejal de Cultura del Consistorio vilero, Pepe Lloret, explica que "los restos arqueológicos encontrados en las catas pertenecen un muro de cierre, que llama la atención por su grosor, dado que en el momento de la construcción del convento los muros se construían a modo de fortaleza para protegerse de las invasiones berberiscas del momento".


Este edificio religioso acogió durante más de tres siglos las actividades propias de los monjes agustinos, pero también sirvió como hospicio para pobres y moribundos. A lo largo de su historia también se utilizó como escuela para los hijos de las familias adineradas de La Vila e incluso como prisión.


Bajo la anterior carretera nacional, a la altura de la plaza de la Generalitat, han sido hallados los restos del pavimento del patio interior del convento, un suelo empedrado sobre el que los técnicos del servicio municipal de Arqueología han encontrado una pequeña pieza de bronce que se está restaurando y catalogando, ya que está deformada y todavía no se sabe qué es.


El edil de Cultura vilero también ha confirmado que los trabajos arqueológicos en la zona proseguirán a lo largo de toda la semana. No han descartado encontrar restos de mayor antigüedad en la misma zona, ya que, según el concejal, el convento se construyó "sobre una ermita anterior". Además, los restos encontrados están a apenas 50 metros de las termas romanas de la antigua ciudad de Allon.


El convento de San Pedro y Santa Marta fue el hogar durante años del Beato Fray Posidonio Mayor (La Vila Joiosa, 1582-1633), que tiene la consideración de santo porque los vecinos de La Vila le atribuyeron curaciones milagrosas y el don de la profecía.
(Fuente: El País)

26 de septiembre de 2011

La calle principal de la ciudad romana de Allon (Alicante) tenía cinco metros de ancho y estaba flanqueada por bares y tiendas

La Concejalía de Patrimonio Histórico, a través de la Sección Municipal de Arqueología, Etnografía y Museos, ha descubierto en una investigación sobre las termas imperiales del municipium de Allon, la ciudad romana de Villajoyosa, que la fachada este del monumento estaba formada por una serie de tiendas que daban a la calle principal de la ciudad, el Kardo Maximus. El territorium o término municipal de Allon, la ciudad romana de Villajoyosa, era la comarca de la Marina Baixa,
El Kardo Maximus de Allon medía cinco metros
 de anchura.


A raíz de esta investigación, el concejal de Cultura y Patrimonio Histórico, Pepe Lloret, ha explicado que “los arqueólogos han descubierto cómo era la calle principal de la ciudad, el Kardo Maximus, que tenía aceras, que estaba flanqueada de tiendas y bares y que se necesitó arreglar frecuentemente su pavimento por los desperfectos causados por los carros cargados de mercancías que pasaban por ella”.


Los responsables de la investigación arqueológica, realizada con el fin preparar la restauración de las Termas de Allon aportan información detallada sobre el Kardo Maximus; en concreto, ha salido a la luz que la calle principal de la ciudad romana de Allon tiene exactamente la orientación que se esperaba, es decir, una línea perfecta norte-sur, como es preceptivo en las ciudades romanas. Consiste en una calle de cinco metros de ancho de la que conservaba el rudus, o capa de nivelación de gravas, sobre el cual estaba el pavimento (summa crusta, nuestro actual asfalto), sobre el que circulaban carros y personas, formado por gravas mezcladas con tierra y cal.


Otros datos relevantes del Kardo Maximus es que “en el lado este estaba flanqueado por un murete de delimitación y en el oeste se conserva una acera romana, más alta y estrecha que las actuales pero con la misma función; desde la calle se accedía a una zona de servicio de acceso restringido de las termas, mediante una puerta de doble batiente de la que se conservan los sillares laterales con los goznes (agujeros) para que giraran las dos hojas de la puerta, así como otro sillar en el centro para enganchar las fallebas (barras de hierro verticales para cerrar), ha agregado Pepe Lloret.


Tumbas a lo largo de la calle
La calzada romana, que se repavimentó en época del emperador Tito Flavio Domiciano (hacia 85 d. C.), al mismo tiempo que se construían las termas, estaba superpuesta a otra anterior del siglo I a. C. A los lados de esa calle más antigua se encontraron tumbas, lo que demuestra que antes de que el emperador Vespasiano concediera a Allon la categoría de municipium latinum (con lo que la convertía en una de las diez ciudades privilegiadas de la Comunidad Valenciana), por esta zona todavía no se había expandido el núcleo urbano.


Esta conclusión es científicamente muy importante porque los iberos y los romanos nunca enterraban dentro de las murallas de las ciudades (lo prohibía la Ley de las XII Tablas): por tanto, ahora se demuestra claramente que tras recibir el título de municipium la ciudad decidió expandirse fuera del viejo recinto amurallado del casco antiguo de Villajoyosa, construyendo un conjunto monumental en el que destacaban las grandes termas imperiales, además de construirse un macellum (mercado de carne), templos y otros edificios urbanos.


La calzada fue repavimentada varias veces. En época tardorromana (siglo III d. C.) se le adosó un murete de delimitación a cada lado y se redujo su anchura. Estas obras de reparación eran frecuentes dado el intenso uso provocado por el tráfico rodado, y equivale a los asfaltados que periódicamente necesitan nuestras calles hoy en día.


La restauración y musealización de estas espectaculares termas imperiales, uno de los monumentos romanos más importantes de la Comunidad Valenciana, para convertirlas en un recurso cultural y turístico de primer orden, contemplará la conservación y restauración de este Kardo Maximus, las aceras y la entrada de servicio de las termas. Otro de los datos más relevantes de la investigación realizada ahora es que, después de 2000 años, la calle Canalejas de Villajoyosa ha respetado escrupulosamente el trazado del Kardo Maximus de Allon, de manera que al pasear hoy por esta calle estamos haciéndolo sobre la avenida más importante de la antigua ciudad romana.
(Fuente: GN Prensa y Noticias)

25 de mayo de 2011

Encuentran un sillar romano bajo una capilla en La Vila (Alicante)

Los restos procederían de un monumento de la ciudad romana de Allon que se utilizó en 1740 para la construcción de la iglesia de la Asunción 
Las obras de restauración de la Iglesia de la Asunción de La Vila (Alicante) escondían un descubrimiento único: un sillar romano de piedra debajo del altar de madera de la Capilla de Santa Marta. El hallazgo estaba incrustado apenas unos centímetros en el suelo original de dicha capilla de 1740.
Trabajos de medición y catalogación del sillar encontrado.
 La piedra, con unas dimensiones de 1,5 metros de largo, 93 de ancho y 40 de hondo, habría sido trasladada en el momento de la construcción del templo para sustentar el altar de la patrona. La concejala de Cultura, Loli Such, explicó que tras la reforma en los años 50, la parte inferior del sillar, unos 40 centímetros, quedó cubierta por el nuevo pavimento del presbiterio de la capilla.
En el siglo XVIII, mientras se construía la capilla, se habría producido la extracción de esta piedra de grandes dimensiones del foro romano de la antigua ciudad de Allon, a escasa distancia del templo actual, según el director del Museo Municipal, Antonio Espinosa. Además, otros trozos de menores dimensiones forman parte de los muros exteriores de la capilla.
Espinosa también se refirió al hallazgo años atrás de una enorme dovela de piedra en los cimientos del Café Mercantil, en la misma zona. Ambas piezas habrían pertenecido a algún gran monumento de la ciudad romana de Allon, como una puerta monumental de entrada.
El sillar, de aproximadamente 1,5 toneladas de peso, presenta una factura claramente romana con una orificio rectangular en una de sus caras, típico de la época, que se utilizaba para ensamblar varios sillares mediante un vástago de hierro y como enganche para poder trasladar este tipo de piedras de grandes dimensiones mediante grúas, según el Servicio Municipal de Arqueología, además de una cara lisa que se usaba para cimentación.
El Ayuntamiento sopesa ahora mantener el sillar de piedra en su ubicación actual dentro de la capilla después del proceso de análisis y documentación gráfica ya que sería una forma de mostrar parte de la historia de La Vila, no sólo de la época romana sino de la propia iglesia de la Asunción.
(Fuente: Las Provincias)