Los arqueólogos que trabajan en las excavaciones de la antigua ciudad romana de Segóbriga, situada en el término municipal de Saelices (Cuenca), confían en encontrar durante los trabajos de este verano los restos de un nuevo edificio monumental de carácter religioso.
La directora del Parque Arqueológico, Rosario Cebrián, ha explicado este martes en la capital conquense que los hallazgos de elementos como capiteles hacen sospechar a los expertos de la existencia de un templo en la terraza superior del Foro.
La actual campaña de excavaciones comenzó el pasado 1 de julio y se prolongará hasta mediados del mes de noviembre. Tras una fase previa de acondicionamiento de itinerarios ha sido este martes cuando se ha colocado la primera cuadrícula y ha comenzado la búsqueda directa de los restos. Cebrián ha apuntado que en el mes de septiembre esperan tener confirmación a los indicios sobre la existencia de este templo o conjunto de templos.
No obstante, ha recordado que el espacio donde se asienta el yacimiento -el cerro de Cabeza de Griego- acogió a diversas culturas hasta el siglo XIII, por lo que será la importancia y variedad de los restos islámicos, visigodos y tardorromanos que existan en sedimentos superiores los que condicionen la fecha del anuncio de nuevos hallazgos.
DOS HIPÓTESIS
Dos son las hipótesis principales con las que se trabaja. Si los restos son de la época augustea (siglo I d.C.) “lo más probable” es que el templo esté dedicado a la triada capitolina: Júpiter, Juno o Minerva. Si son posteriores, se diversifica el abanico de divinidades que pueden ser titulares de este edificio, según ha señalado Cebrián.
El Parque Arqueológico de Segóbriga está considerado como uno de los enclaves romanos mejor conservados de España y el más importante conjunto arqueológico de la España interior. Actualmente cuenta con 16 contenidos musealizados, entre los que destacan el teatro, el anfiteatro, las termas monumentales y el circo.
Segóbriga fue un enclave urbano de origen celtibérico que alcanzó su apogeo durante la época romana, convirtiéndose en una de las ciudades más prósperas de la Meseta Sur entre ellos siglos I y III de nuestra era. Su importancia residía en ser cabeza económica y administrativa de un amplio territorio de más de 150 kilómetros a la redonda dedicado a la explotación minera del lapis especularis o espejuelo. Esta piedra de yeso cristalizado y transparente, que deja pasar la luz, servía en las construcciones romanas para colocación en ventanas y suelos.
Precisamente el delegado provincial de Educación y Cultura de la Junta de Comunidades en Cuenca, Eugenio Alfaro, ha confirmado este martes que se sigue trabajando para la adecuación de varias minas de lapis especularis de la comarca con el fin de permitir su visita turística. Ha puesto como ejemplo la de “La Mora Encantada” en la localidad de Torrejoncillo del Rey (Cuenca), cuyo acondicionamiento “se encuentra muy avanzado”.