google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Resultados de la búsqueda de Segóbriga
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13 de agosto de 2018

Varios monumentos funerarios descubiertos en las excavaciones de Segóbriga

Desde que se iniciaran las excavaciones en 2016, han salido a la luz cinco hallazgos de este tipo
Excavaciones arqueológicas en Segóbriga (Cuenca).
A punto de concluir los trabajos de excavación en el yacimiento arqueológico de Segóbriga han sido localizados dos nuevos mausoleos de cronología altoimperial al pie de la arteria principal de comunicación de la ciudad con el puerto de Carthago Nova.

Así, la continuidad de los trabajos arqueológicos en la necrópolis septentrional de Segóbriga ha revelado la existencia de grandes monumentos funerarios erigidos por iniciativa privada, que encontraron en modelos foráneos, del ámbito itálico, los referentes arquitectónicos e iconográficos. Sus paralelos más cercanos se encuentran en necrópolis de ciudades itálicas, tales como Aquileia, Sarsina, Porta Nocera, en Pompeya, Porto, en Ostia, o la propia Via Appia de Roma.

Este proyecto de investigación está dirigido por la doctora Rosario Cebrián desde la Universidad Complutense de Madrid, formando parte también el arqueólogo Ignacio Hortelano y el catedrático de Arqueología Clásica de la Universidad de Trier, doctor Markus Trunk, que está llevando a cabo el estudio de la decoración arquitectónica y escultórica de los monumentos funerarios.

Durante tres semanas, una quincena de alumnos de Historia y Arqueología de distintas universidad españolas y también de la alemana de Trier han participado en las excavaciones dentro de un programa de prácticas de Arqueología, que desde el año 2013 se lleva a cabo en Segóbriga, con la finalidad de que adquieran las habilidades necesarias para el ejercicio futuro de su profesión.

Durante el período de excavaciones, la Diputación Provincial de Cuenca, encargada de la gestión del Parque Arqueológico de Segóbriga, ha desarrollado, de forma paralela, visitas guiadas comentadas por los arqueólogos dentro de las actividades de divulgación y ocio programadas para este verano. Bajo el título ‘Segóbriga investiga su pasado’, esta iniciativa ha permitido acercar el trabajo arqueológico a los numerosos visitantes que, durante la época estival, recorren y participan en la variada y amplia programación que ofrece el Parque.

(Fuente: El Diario.es)

23 de julio de 2010

Los arqueólogos encuentran indicios de un nuevo templo en la antigua ciudad romana de Segóbriga (Cuenca)


Los arqueólogos que trabajan en las excavaciones de la antigua ciudad romana de Segóbriga, situada en el término municipal de Saelices (Cuenca), confían en encontrar durante los trabajos de este verano los restos de un nuevo edificio monumental de carácter religioso.

La directora del Parque Arqueológico, Rosario Cebrián, ha explicado este martes en la capital conquense que los hallazgos de elementos como capiteles hacen sospechar a los expertos de la existencia de un templo en la terraza superior del Foro.
La actual campaña de excavaciones comenzó el pasado 1 de julio y se prolongará hasta mediados del mes de noviembre. Tras una fase previa de acondicionamiento de itinerarios ha sido este martes cuando se ha colocado la primera cuadrícula y ha comenzado la búsqueda directa de los restos. Cebrián ha apuntado que en el mes de septiembre esperan tener confirmación a los indicios sobre la existencia de este templo o conjunto de templos.

No obstante, ha recordado que el espacio donde se asienta el yacimiento -el cerro de Cabeza de Griego- acogió a diversas culturas hasta el siglo XIII, por lo que será la importancia y variedad de los restos islámicos, visigodos y tardorromanos que existan en sedimentos superiores los que condicionen la fecha del anuncio de nuevos hallazgos.
DOS HIPÓTESIS


Dos son las hipótesis principales con las que se trabaja. Si los restos son de la época augustea (siglo I d.C.) “lo más probable” es que el templo esté dedicado a la triada capitolina: Júpiter, Juno o Minerva. Si son posteriores, se diversifica el abanico de divinidades que pueden ser titulares de este edificio, según ha señalado Cebrián.

El Parque Arqueológico de Segóbriga está considerado como uno de los enclaves romanos mejor conservados de España y el más importante conjunto arqueológico de la España interior. Actualmente cuenta con 16 contenidos musealizados, entre los que destacan el teatro, el anfiteatro, las termas monumentales y el circo.
Segóbriga fue un enclave urbano de origen celtibérico que alcanzó su apogeo durante la época romana, convirtiéndose en una de las ciudades más prósperas de la Meseta Sur entre ellos siglos I y III de nuestra era. Su importancia residía en ser cabeza económica y administrativa de un amplio territorio de más de 150 kilómetros a la redonda dedicado a la explotación minera del lapis especularis o espejuelo. Esta piedra de yeso cristalizado y transparente, que deja pasar la luz, servía en las construcciones romanas para colocación en ventanas y suelos.
Precisamente el delegado provincial de Educación y Cultura de la Junta de Comunidades en Cuenca, Eugenio Alfaro, ha confirmado este martes que se sigue trabajando para la adecuación de varias minas de lapis especularis de la comarca con el fin de permitir su visita turística. Ha puesto como ejemplo la de “La Mora Encantada” en la localidad de Torrejoncillo del Rey (Cuenca), cuyo acondicionamiento “se encuentra muy avanzado”.

1 de febrero de 2023

Diputación de Cuenca aprueba el convenio para la gestión de Segóbriga

El convenio está dotado con 250.000 euros anuales durante los próximos cuatro años
Vista aérea del Parque Arqueológico de Segóbriga.

El pleno de la Diputación provincial de Cuenca ha aprobado, por unanimidad, el convenio entre la institución provincial y la Junta para la explotación de actividades de difusión y ocio del Parque Arqueológico de Segóbriga, en Saelices (Cuenca).

Este acuerdo renueva el que se llevó a cabo en el año 2013 y recoge una duración de cuatro años con la opción de otros cuatro prorrogables, además de una inversión económica por parte de la Diputación de Cuenca de 250.000 euros al año, según ha informado la institución provincial en una nota de prensa tras la celebración del pleno.Una de las novedades es la eliminación del establecimiento de una entrada mínima al parque de 5 euros, y, a partir de ahora, la institución provincial podrá decidir esta cuestión.

El presidente de la Diputación de Cuenca, Álvaro Martínez Chana, ha señalado que esto supone una mayor “libertad de actuación”, fruto del "diálogo sincero" mantenido con el Gobierno regional para sacar adelante este convenio.Martínez Chana también ha destacado la celebración de los programas "Segóbriga Victrix" y "Actuamos en Patrimonio" donde el teatro de la ciudad romana ha sido uno de los principales escenarios.

24 de febrero de 2017

Torreparedones desvela su anfiteatro romano del siglo I d.C.

El georradar confirma la existencia de una estructura elíptica de 77 metros de diámetro con capacidad para acoger a 5.000 espectadores. Podría ser muy similar al de Segóbriga (Cuenca).
El georradar ya ha dado con las anomalías del terreno que certifican una gran estructura elíptica y también una zona anexa con más edificios.
Lo que empezó siendo una sospecha ha terminado siendo una certeza. Torreparedones esconde un gran anfiteatro romano, probablemente construido después del siglo I después de Cristo, con unas notables dimensiones: unos 77 metros de radio en su zona más ancha y una capacidad aproximada para acoger a 5.000 espectadores viendo cómo los gladiadores se sacaban los ojos unos a otros, o cómo luchaban contra fieras salvajes.

Este jueves, el profesor de la Universidad de Córdoba Antonio Monterroso ha detallado el proceso que le llevó a descubrir en 2009 una silueta sospechosa que ha concluido en un trabajo con georradar que ha certificado lo que ya pensó entonces: que en una zona de tierra de cultivo junto al yacimiento ya excavado de Torreparedones, entre Castro del Río y Baena, hay un gran anfiteatro romano. El georradar ya ha dado con las anomalías del terreno que certifican una gran estructura elíptica y también una zona anexa con más edificios, probablemente una expansión de la villa de Torreparedones hacia el que podía ser un gran lugar de encuentro público.

FOCO DE ATRACCIÓN
El anfiteatro romano está enterrado en una zona de cultivo propiedad del agricultor Carlos León, que colabora en todo momento con el trabajo universitario. Ahora son las administraciones las que tienen que decidir cómo, con qué dinero y cuándo se ponen manos a la obra, y a Torreparedones llega un grupo de arqueólogos suficiente capaz de desenterrar lo que puede acabar convirtiéndose en un foco de atracción turística.

Monterroso, que detalló el origen de su investigación (en una aplicación de software libre de ortofotos del propio Ministerio), explicó que el anfiteatro de Torreparedones puede ser muy similar al de Segóbriga (en la provincia de Cuenca). Así, una mitad se habría construido sobre la falda de una pequeña colina y el resto se habría levantado piedra sobre piedra, a una altura aún no comprobada pero de unos ocho metros.

El anfiteatro se localiza al Oeste del yacimiento, junto a la vía romana que hacía las veces de entrada. Su dimensión hace que se piense en la importancia que tuvo el enclave, y también su potencial económico.

BUSCA DE RECURSOS
Ahora llega la parte más difícil, la de la excavación. Este jueves, tanto el rector de la Universidad como los responsables de los ayuntamientos de Castro del Río y Baena han mostrado su intención en abrir ese complicado melón: buscar dinero y empezar una verdadera campaña de excavación para sacarlo a la luz.

El hallazgo de los arqueólogos de la Universidad de Córdoba ha sido reforzado gracias a la prospección geomagnética realizada por el Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada por encargo del Ayuntamiento de Castro del Río.

Estos resultados, publicados este miércoles en la revista Mediterranean Archaeology and Archaeometry y presentados públicamente en el Rectorado de la Universidad de Córdoba esta mañana, servirán para activar las excavaciones que deberían sacar a la luz el edificio. Las dimensiones del anfiteatro oscilan en torno a los 70 metros de eje mayor y los 62 de eje menor, unas proporciones similares a los anfiteatros de Segóbriga, Saelices (Cuenca) o Contributa Iulia (Badajoz). Así lo ha explicado Monterroso en su presentación en el Rectorado, donde ha lanzado como hipótesis de datación el siglo II d.C. y donde Cristina Mata, segunda teniente de alcalde del Ayuntamiento de Baena, y el alcalde Castro del Río, José Luis Caravaca, se han comprometido a trabajar conjuntamente para facilitar los trabajos de investigación arqueológica para recuperar el anfiteatro.

VALORIZACIÓN DEL YACIMIENTO
El rector de la UCO, José Carlos Gómez Villamandos, se ha felicitado por el papel jugado por la Universidad en la valorización del yacimiento de Torreparedones, “contribuyendo a la transición hacia una economía basada en el conocimiento en una zona tan necesitada de nuevas oportunidades como es la provincia de Córdoba”.

En los últimos diez años, se han llevado a cabo numerosas actuaciones en el yacimiento con la aportación económica de la Junta y el apoyo económico Baena, Castro del Río y de fondos europeos de diversos programas. Declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica en 2007, Torreparedones está incluido en la Red de Espacios Culturales de Andalucía y el Registro de Paisajes de Interés Cultural.

23 de septiembre de 2019

Sale a la luz el acueducto romano de Caraca

El nuevo elemento descubierto en el yacimiento de Driebes (Guadalajara) era capaz de suministrar 114.000 litros de agua al día y es muy similar al de la ciudad romana de Segóbriga
Excavación del acueducto en la ciudad romana de Driebes. FOTO: MATÍAS NIETO
Hay mucho de imaginación en la arqueología: uno desentierra el tramo de un acueducto en medio de un secarral y, si sabe, puede reconstruir los tiempos pretéritos en los que esa zanja llevaba litros y litros de agua que daban de beber a las miles de gentes que habitaban a pocos kilómetros de ese punto, en una ciudad que hubo de ser próspera, pero que hoy yace enterrada bajo polvo y tierra. Todo esto es imaginación, claro, pero imaginación científica: esa que levanta imperios sobre materia rota y registros escritos… Hay que tener mucho de eso, suponemos, para pasarse el ecuador de agosto limpiando y catalogando restos romanos bajo el sol de Driebes (Guadalajara), en jornadas que empiezan a las siete de la mañana y terminan a la una y media de la tarde, justo antes, pero no mucho, de que uno termine derretido. Algo así debe de ser la vocación.

«Agosto no es el mejor momento para esto, pero la mayoría de excavaciones las hacen profesores de universidad, y es cuando ellos tienen vacaciones y cuando hacen las convocatorias de subvenciones de la junta de comunidades», explica Javier Fernández, codirector del proyecto que está rescatando la antigua ciudad romana de Caraca. Junto a su equipo sacó a la luz el acueducto del lugar entre los días 12 y 23 del pasado mes de agosto y confirmó su pálpito: se utilizaba para el consumo humano, por lo que la urbe no era solo un lugar de paso, una «mansio», sino una ciudad de estatus municipal y unos 1.800 habitantes, según sus cuentas. Era, también, el nudo de comunicación entre Segóbriga y Complutum (actual Alcalá de Henares) y formaba parte de la vía espartaria, que llegaba hasta Cartago Nova.

A simple vista, no parece mucho más que un pequeño canal de piedra 0 en el suelo. Pero los ojos del arqueólogo ven una obra de ingeniería compleja, capaz de superar la difícil orografía del lugar para suministrar 114.000 litros al día a Caraca. «Es un acueducto de albañilería, hecho con el cemento armado de los romanos, mezclando cal, arena y piedra. Es un reto técnico bestial, porque tienen que mantener una inclinación constante a lo largo de tres kilómetros. Creemos que lo hicieron los mismos que el de Segóbriga, porque es prácticamente idéntico», apunta Fernández. ¿Y cuánto tardaron? «No lo sabemos, pero no mucho, porque era una necesidad primaria. Y hay que tener en cuenta que los romanos montaban un campamento para cuatro mil personas en unas horas...».

En algunos tramos del acueducto hay pequeñas piscinas donde solo cubre el tobillo. Son la clave del descubrimiento. «Son piscinas limarias, que ralentizan la velocidad del agua y la filtran para que salga limpia. Por ellas sabemos que era apta para el consumo de los ciudadanos», continúa. El agua la «robaban» del manantial Lucos, un topónimo probablemente derivado de «lucus», que significa «bosque sagrado». Aunque hoy, sobre este terreno árido y seco, cuesta adivinar el bosque y lo sagrado es otro tema… Quizás fuera muy diferente en la época de los Flavios, allá por el año 69 de nuestra era, que es cuando se supone que se construyó este invento.

Un trabajo de años
Este es el último hallazgo de un trabajo de años, que va rescatando poco a poco un pedazo de nuestro pasado remoto, romano. Ya en el siglo XVI se hablaba de la ubicación de Caraca, conocida, entre otras cosas, por los testimonios de Plutarco, que maldecía a los «bárbaros» del lugar por esconderse en sus cuevas y dificultar su conquista. Había gente, incluso, que pensaba que era Guadalajara. Pero no era así. «El gran salto científico es que antes de 2016 no se tenía claro dónde estaba. Ahora ya no hay ninguna duda de que estaba aquí, en Driebes. También hemos encontrado estructuras muy importantes, como un mercado o un foro», asevera.

Este equipo de arqueólogos ha preparado el acueducto para que sea visitable, pues está prevista la creación de una ruta senderista que pase por estos restos romanos, y que se llamará «Entre agua y esparto». Pero no es el último paso, ni mucho menos, porque este paisaje esconde mucha Historia. «En Caraca todo está por excavar. Ya hemos visto restos de estructuras muy importantes con el georradar. Y en el extrarradio habrá más estructuras, como las termas públicas. Es una labor de generaciones... Yo me moriré y mis hijos no lo verán terminado», sentencia Fernández. Eso, claro, también es vocación.

21 de noviembre de 2012

Casi dos millones para las obras del anfiteatro de Segóbriga

El Parque Arqueológico conquense recibirá una inversión de 1.725.500 euros.
El parque arqueológico cuenta con 70.000 visitantes al año.
El Parque Arqueológico de Segóbriga recibirá una inversión de 1.725.500 euros para la mejora de las instalaciones del yacimiento. En concreto, los trabajos acondicionarán la zona de división de la gradería sur del anfiteatro desde dos vertientes: una material, en la que se está mejorando la evacuación de las aguas pluviales; y otra de índole funcional, en la que se están mejorando las condiciones de acceso, el graderío y la seguridad.

El objetivo es que este parque arqueológico, que cuenta con una media de 70.000 visitantes al año, tenga con las mejores condiciones de funcionalidad.



El proyecto

Así lo explicó el consejero de Educación, Marcial Marín, durante su visita las ruinas junto al delegado del Gobierno, Jesús Labrador y el presidente de la Diputación de Cuenca, Benjamín Prieto. Marín aseguró que esta inversión está financiada por los gobiernos regional y nacional.

La inversión viene destinada del 1 por ciento cultural y se «ve reforzada gracias a la colaboración de la Junta de Comunidades y la Diputación Provincial de Cuenca con el Plan de de Mejora de Infraestructuras Turísticas de la provincia conquense» (Plamit), añadió Marín.

Según el titular de Educación informó de que «ya se ha pagado el 50 por ciento de los trabajos que se han realizado desde noviembre del año pasado y está previsto que las obras estén finalizadas en el 2013».

Por su parte, el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador, insistió en que estas obras de mejora «no sólo son culturales sino que suponen la generación de puestos de trabajo, el desarrollo para nuestra tierra y para nuestra gente».

Labrador destacó que en «Cuenca ha habido un incremento de las inversiones de más del 59%, que asciende a más de 1000 euros de inversión per cápita, muy por encima de la media nacional y de la media de las comunidades, que se sitúa en 288 euros».

31 de julio de 2017

La ciudad perdida de Caraca resurge del olvido en Driebes (Guadalajara)

Desde el pasado 17 de julio los arqueólogos sacan a la luz estructuras de esta urbe romana, nudo importante de comunicaciones en la vía de Complutum a Segóbriga camino a Cartago Nova
El georadar desveló las estructuras urbanas de la ciudad romana que antes fue un oppidum carpetano. 
Desde el cerro de la Virgen de la Muela no se divisa ni un pueblo, ni una casa aislada, nada. Driebes, la localidad más cercana, se encuentra a unos seis kilómetros de carretil de piedras, polvo y matojos. En este paraje olvidado de Guadalajara hoy solo quedan en pie las ruinas de la antigua ermita que da nombre al lugar, en medio de un extenso campo de cereal recién cosechado. En otro tiempo, sin embargo, aquí se levantaba la ciudad de Caraca, una importante urbe de la Hispania romana a la que acudían las gentes del entorno para ir al mercado, al foro o al templo. La empinada cuesta que baja hasta el Tajo era entonces un transitado tramo de la calzada romana que conducía a Cartago Nova (Cartagena).

«Donde ahora pisamos debía de estar el foro», indica el arqueólogo Emilio Gamo, mientras muestra el plano con los resultados del georradar y drones que sirvieron en febrero para anunciar el descubrimiento de esta ciudad perdida que citaron Plutarco o Ptolomeo, equidistante de Complutum (Alcalá de Henares) y Segóbriga (Saelices, Cuenca), según el Anónimo de Rávena.

Se la había situado anteriormente en lugares como Almoguera o Tarancón, pero el hallazgo en 1945 de un tesorillo de plata de unos 14 kilos durante la construcción del canal de Estremera hizo sospechar de la existencia de un yacimiento en Driebes. Los profesores Jorge Sánchez-Lafuente y Juan Manuel Abascal defendieron en los años 80 que se trataba de la ciudad romana de Caraca, pero hasta ahora nunca se había excavado en este lugar.

El georradar reveló que ante la ermita se extendía antiguamente un espacio diáfano, rodeado por una columnata a modo de pórtico. De ratificarse la existencia allí de un foro, como estos datos sugieren, se habrá dado con la primera ciudad romana de la que se tiene constancia en la provincia de Guadalajara.

Las excavaciones que se están llevando a cabo desde el 17 de julio vienen a confirmar el diagnóstico al que llegaron los arqueólogos. «Empezamos a constatar estructuras y una serie de materiales que ratifican los resultados que dio el georradar en la campaña precedente», subraya Javier Fernández Ortea, coodirector del proyecto junto con Gamo.

En las dos catas abiertas, ya se aprecian con claridad algunos muros de antiguas edificaciones públicas romanas, aunque aún es pronto para poder identificarlas como parte del foro y para datar la época en que éste fue erigido, un dato clave para saber cuándo esta población fue promocionada jurídicamente como ciudad romana.

Hay una tercera cata señalada, en el cruce del cardo y el decumano, las dos coordenadas que vertebraban toda urbe romana. Allí el georradar indica que podría conservarse un empedrado con un sistema de alcantarillado. Si es así, servirá para verificar hasta qué nivel de desarrollo llegó Caraca.

Con estas primeras intervenciones quirúrgicas, el equipo interdisciplinar que dirigen Gamo Pazos y Fernández Ortea pretende registrar la estratigrafía de la ciudad y conocer así la evolución histórica de este lugar que se cree que estuvo habitado desde comienzos del primer milenio antes de Cristo y fue un «oppidum», un asentamiento carpetano antes de la romanización.


UNA CIUDAD DE 1.800 HABITANTES
La ciudad, de unas 8 hectáreas en el perímetro que creen que pudo estar amurallado y otras cuatro de zona anexa, se abastecía de agua a través de un acueducto de tres kilómetros del que quedan unos 130 metros, según han podido comprobar los arqueólogos en las proximidades del cerro de la Virgen de la Muela. Calculan que llevaba 1,3 litros por segundo, lo que les lleva a pensar en una población de entre 1.500 y 1.800 habitantes.

Bajo el sol de justicia que cae sobre el yacimiento, Javier Fernández comenta que en época romana el clima era más húmedo y había más vegetación. «Posiblemente era un lugar más habitable y había más densidad de población en esta zona hace 2.000 años que ahora», dice.

La ciudad contó con templos, que estarían ubicados bajo la actual ermita derruida, con posibles termas y con un macellum (mercado) donde acudían los campesinos y artesanos de los alrededores para comprar y vender. «Debió de ser una ciudad como Valeria o Ercávica», apunta Gamo haciendo referencia a dos yacimientos romanos de Cuenca.

El arqueólogo de la UNED explica que por su posición estratégica sobre la vera del Tajo y la presencia de atochas en la zona, creen que se dedicaba a la explotación del esparto, tan apreciado en la época por su uso para confeccionar cabos para la navegación o la minería, o para usos cotidianos (calzado, cestas...).

Caraca se destacó también por la exportación del lapis specularis o espejuelo, un yeso traslúcido y brillante que los romanos utilizaron en sus ventanas antes del vidrio. «Quizá el declive del uso del lapis specularis tuvo relación con el abandono de Caraca en el siglo II d.C.», sugiere el arqueólogo Saúl Martín.


UN CSI ARQUEOLÓGICO
Los peones que ayudan en la excavación acaban de encontrar un fragmento de interés y requieren el examen de Gamo, que explica: «Esto es como en CSI, investigamos cada pieza, cada detalle, solo que no es una escena de un crimen».

Excavar en un yacimiento virgen como el de Caraca permite estudiarlo desde cero, documentando de forma exhaustiva cada hallazgo, con el apoyo de modernos métodos como el sistema de información geográfica del Instituto Geográfico Nacional o los sistemas de información geocientífica del Instituto Geológico y Minero de España (IGME). El equipo multidisciplinar cuenta con la ayuda de especialistas en inscripciones latinas, expertos en gestión del patrimonio y especialistas del IGME, así como con la financiación de la Junta de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Driebes, la Asociación de Mujeres de Brea de Tajoy y la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara.

Los arqueólogos confían que Caraca arroje luz sobre un periodo histórico aún en parte desconocido. Es «otra tesela más en ese mosaico tan complejo de la romanización en el interior peninsular», subraya Fernández Ortea.

Hasta el 17 de agosto removerán la tierra en busca de cuanta información logren obtener, pero parte de Caraca siempre ha estado ahí, a la vista de cualquiera. En la construcción de la ermita de la Virgen de la Muela en el siglo XVI se reutilizaron fustes de columna que aún permanecen encajados en las paredes, uno incluso numerado con un cinco romano.

En las laderas del cerro, es fácil ver grandes piedras que formaron parte de edificios públicos de relevancia. Los agricultores las fueron arrojando a un lado cada vez que daban con alguna que les impedía arar el campo. No es ésa una buena tierra para cultivar. Allí donde antes se empedró una calle o se levantó una vivienda no crece igual el cereal.

El cerro de la Virgen de la Muela donde el pastor Mariano Vadillo jugaba solo en su niñez con aquellas piedras y trozos cerámicos de los que desconocía su origen, acapara ahora el interés de lugareños y curiosos, tanto que la Guardia Civil patrulla a menudo por los alrededores, no sea que una porción de la Hispania romana acabe olvidado en la vitrina de algún desaprensivo sin revelar sus secretos.


EL TESORO ESCONDIDO A FINALES DEL S. III a.C.
Durante la construcción del canal de Estremera en 1945 se descubrió en un talud del cerro de la Virgen de la Muela un tesorillo de plata de más de 13 kilos en forma de tortas, lingotes y fragmentos de adornos (torques, brazaletes, varillas, sortijas y fíbulas) que actualmente se expone en el Museo Arqueológico Nacional. Son piezas de cultura carpetana, datadas entre los siglos IV y III antes de Cristo o principios del II a.C. «El peso de las tortas, entre 448 y 455 gramos y sus particiones indican que utilizaban un sistema metrológio estandarizado, similar al de Cancho Roano», se indica en la vitrina que contiene las piezas halladas en Driebes. Los fragmentos completarían el valor de su peso en una transacción comercial. Las monedas constituyen solo una pequeña parte del tesoro y en su mayoría están partidas, pues se usaron como pequeños lingotes. Algunas proceden de Cartago y por su datación se ha podido fechar cuándo se ocultó el tesoro, ya que las más modernas fueron acuñadas a finales del siglo III a.C.

La pieza más relevante del tesoro es una fíbula que debió de ser emblema de un personaje de la aristocracia. Muestra un personaje con casco y torques en el pie y una escena simétrica de un felino que devora una cabeza humana en el puente. Ésta representaría a un jefe guerrero que al ser comido por el león se convierte en héroe. Cuando se descubrió, el arqueólogo Julián San Valero Aparisi la llamó «Fíbula de Hércules», creyendo que la imagen del puente representaba al héroe griego vestido con la piel del león de Nemea.

30 de noviembre de 2022

El yacimiento de Alarcos ya cuenta con un proyecto de realidad virtual y aumentada

Este proyecto de digitalización se une a los ya iniciados en Carranque y Segóbriga y, antes de que finalice este año, también estarán en marcha en los parques arqueológicos de Recópolis, Libisosa y El Tolmo de Minateda.

El Gobierno regional ha llegado a un acuerdo con la empresa propietaria de la finca ‘Villadiego’ para la cesión de los terrenos donde está ubicada la nueva necrópolis que fue hallada en el parque arqueológico de Alarcos. Así lo ha anunciado hoy la viceconsejera de Cultura y Deportes, Ana Muñoz, que ha estado acompañada de la alcaldesa de Ciudad Real, Eva María Masías, y el concejal de Cultura y Educación, Nacho Sánchez, durante la presentación del proyecto de virtualización y digitalización de este parque que comienza a funcionar hoy.

A esta presentación también han asistido, entre otros, el vicepresidente de la Diputación de Ciudad Real, David Triguero; el alcalde de Poblete, Luis Alberto Lara; y de la empresa que está llevando a cabo estos proyectos ‘Ibercover’, Manuel Horischnik.

Muñoz, que ha detallado que en esta necrópolis está previsto invertir 150.000 euros para su musealización y puesta en valor, ha calificado la misma “de un hallazgo excepcional que aporta un nuevo punto de vista al mundo íbero, sobre todo al de los rituales funerarios”.

Esta necrópolis, ha detallado la viceconsejera, “fue hallada tras los movimientos de tierras que se llevaron a cabo para poner en marcha un proyecto de instalación de riego por goteo en el que se localizaron enterramientos en fosas de incineración. Tras los correspondientes trabajos y sondeos arqueológicos se concluyó que los restos pertenecen a época ibérica”. El hallazgo de este espacio de enterramientos supone la tercera área cementerial de la Edad del Hierro en el Parque Arqueológico de Alarcos.

Muñoz ha recordado que “se ha podido excavar casi un 50 por ciento de la necrópolis pudiendo comprobar que esta área fue utilizada como lugar de enterramiento en dos momentos diferentes entre los siglos V y I a.C.”. La entidad de los restos conservados y su importancia para la protohistoria del área ibérica de Castilla-La Mancha ha generado la necesidad de plantear esta cesión de los terrenos a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, para la preservación de los restos, su investigación sistemática y su puesta en valor para la exposición al público.

Realidad virtual y aumentada
Por otra parte, la viceconsejera ha explicado que este proyecto de digitalización se une a los ya iniciados en Carranque y Segóbriga y, antes de que finalice este año, también estarán en marcha en los parques arqueológicos de Recópolis, Libisosa y El Tolmo de Minateda. Posteriormente, se llevará a cabo en el nuevo parque de El Cerro de las Cabezas.

Para la viceconsejera, además de poner en valor el patrimonio de la región y de darlo a conocer fuera y dentro de Castilla-La Mancha, estas nuevas herramientas “ofrecen una imagen innovadora de nuestros parques arqueológicos y sirven de reclamo turístico”.

Se han desarrollado dos apps, una de realidad virtual y otra de realidad aumentada y cada parque arqueológico contará con las suyas específicas. Estas experiencias están disponibles en español e inglés y también adaptadas para personas que padecen una pérdida auditiva en mayor o menor grado.

El proyecto contempla e incluye el modelado 3D para cada uno de los parques arqueológicos, las gafas de realidad virtual necesarias y otros dispositivos (25 gafas para cada parque, 150 en total), instalación y puesta en funcionamiento de los sistemas y formación al personal de los parques.

Para la elaboración de contenidos se ha realizado un estudio detallado de cada uno de los parques, supervisado por las direcciones científicas y por el servicio de Patrimonio y Arqueología de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes.

A través de la realidad virtual y la realidad aumentada los visitantes, de forma divertida, podrán viajar en el tiempo y sumergirse en experiencias totalmente inmersivas, didácticas y sorprendentes, de 360 grados, para conocer cómo eran estos parques.

La viceconsejera ha anunciado que “se podrá ver una maqueta 3D de todo el parque, animada y locutada, a la que nos podremos acercar para apreciar sus detalles; pero también podremos recorrer de forma virtual, inmersiva y realista, sus calles y edificios, a tamaño real, para poder explorarlo como si viajáramos en el tiempo”.

15 de noviembre de 2010

Revelan que las termas de la Legio VII en León estaban profusamente decoradas

Hasta el momento, se han hallado vestigios similares en las termas de Tarraco, Baelo Claudia, San Pedro de Alcántara, Itálica y Segóbriga
La investigación acaba de ser publicada en Zephyrus , la revista de prehistoria y arqueología de la Universidad de Salamanca, y revela las características que debieron tener las termas de la Legio VII a tenor de un descubrimiento del año 1996 cuyo análisis sale ahora a la luz. Se trata de los restos de un labrum , un lavabo romano que apareció en las excavaciones realizadas por Victorino García Marcos en Puerta Obispo. La importancia de este hallazgo no es baladí, puesto que, como señala el arqueólogo Ángel Morillo -autor de la investigación junto a Javier Salido Domínguez- estos objetos se encuentran escasamente documentados en las provincias hispanas de Roma.
Restos hallados en las excavaciones de Puerta Castillo.
Piezas similares . Hasta el momento, se han hallado vestigios similares en las termas de Tarraco, Baelo Claudia, San Pedro de Alcántara, Itálica y Segóbriga. «Los pocos ejemplares citados arrojan medidas de entre uno y 2,50 metros de diámetro. Fueron fabricados en mármol o piedras similares blancas o de color, aunque se han documentado también en granito. La pieza inédita de León viene a completar este panorama tan limitado», explica Morillo. Añade el investigador que la concavidad de la pila y la curvatura de sus paredes permiten enmarcarla dentro de un tipo denominado a bacino y precisa que correspondería a formas muy abiertas de dimensiones grandes, con ombligo interior y fondo plano, cuyas paredes se curvan en ángulos casi rectos. Se trata de un lavabo similar a los aparecidos en los caldaria de las termas Stabians de Pompeya, en las termas de los Cisiarii de Ostia, en el ágora Mesenia o en el ninfeo de Herodes Ático de Olimpia.
Otra de las características que hacen especial esta pieza es su cromatismo. Ángel Morillo revela que la tonalidad violácea escogida para tallar el labrum pone de manifiesto cómo debió ser el programa decorativo de las termas legionarias, de las que proceden también numerosos restos de revestimientos arquitectónicos de mármoles de tonalidades blancas y grises. «Todo ello, contrastaría cromáticamente con nuestra pieza, buscando un efecto de claroscuro muy llamativo», subraya. Este detalle se completa además con el descubrimiento de un fuste de columna tallado asimismo en el mismo tipo de piedra que el labrum , que podía formar parte de la decoración interior de las estancias termales. Ángel Morillo hace hincapié en el hecho de que se utilizó piedra de Espejón, cuyas canteras -en Burgos- se encontraban a una distancia de 300 kilómetros de la Legio VII. «Sólo el transporte del bloque de piedra desbastado de más de dos metros de diámetro y varias toneladas de peso a través de vías y caminos terrestres entre las canteras de procedencia y el territorio astur augustano debió plantear notables problemas de infraestructura, resueltos en este caso gracias a la administración militar», describe. El historiador llega a la conclusión de que su presencia en León confirma la importancia del programa monumental acometido en las termas legionarias. Es decir, por todo lo dicho anteriormente puede concluirse que las termas legionarias tuvieron unas características -"tanto desde el punto de vista ornamental como de sus dimensiones-" sobresalientes.
(Fuente: Diario de León)

19 de mayo de 2023

El mito clásico de Belerofonte, uno de los descubrimientos más importantes en la arqueología salmantina

La Villa Romana de Saelices el Chico, del siglo III, se descubre casualmente al realizarse los cimientos de una casa en la calle del Palomar
Mosaicos de decoración geométrica. Uno de los elementos más importantes que aún permanece en buen estado de conservación

El territorio de frontera está lleno de restos arqueológicos y huellas de un pasado que, en alguna ocasión como es el caso del yacimiento de Siega Verde-Valle del Côa, se remonta a 20.000 años atrás. Pero más cerca en la historia, concretamente en la época de la dominación romana, la Lusitania fue uno de los territorios más importantes del Imperio romano en Hispania. Y, de esa época, procede uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la geografía salmantina. Concretamente la Villa Romana de Saelices que procede, según los arqueólogos de los siglos I a III de nuestra era.

La casualidad es parte esencial en la arqueología, porque así fue como se descubre la Villa Romana, al realizarse las excavaciones para construir los cimientos de una vivienda en la calle del Palomar, en el denominado barrio de El Polvorín, en la margen derecha del Arroyo Grande, en Saelices el Chico, dentro de la comarca de Ciudad Rodrigo y, como tal, territorio de frontera. Con las obras de cimentación aparecieron restos constructivos de una vivienda, como fueron dos basas de columas de piedra arenisca.

Pero no será hasta 1995 cuando se inician los trabajos de excavación arqueológica ya bajo un proyecto. Es que, tal como se adujo en aquellos inicios, los hallazgos demostraron la importancia de esta villa, que contenía un pavimento musivo de decoración geométrica y, además, una estructura semicircular con banco corrido muy singular. Así, fue declarado por la Junta de Castilla y León Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica en 1997. Concluyendo con ellos la primera fase de excavación.

Aparece el mito clásico de Belerofonte matando a la Quimera
En 2005 es cuando se realizan los trabajos más importantes de la excavación arqueológica, dentro de la segunda fase. En los mismos se descubre la totalidad del mosaico en el que se representa el mito clásico de Belerofonte matando a la Quimera. Dando origen a unos de los mosaicos romanos más interesantes en Castilla y León y, de paso, poniendo en valor la importancia de este yacimiento. Ya que, tres años después, en otra excavación queda al descubierto construcciones de una ocupación seguida desde la época romana, posiblemente el siglo I, hasta la baja edad media.

La Quimera, hija de Tifón y de Equidna, era un monstruo de tres cabezas que asolaba las tierras de Asia Menor. Su cuerpo era el de un león al igual que su cabeza principal. Del lomo le salía una segunda cabeza de cabra o macho cabrío y finalmente la cola era una larga serpiente. De sus tres bocas lanzaba fuego con el que mataba todo lo que se le ponía por delante, asolando los fértiles campos y devorando personas y animales. En las tres cabezas de este pavimento musivo se ve perfectamente como el monstruo expulsa fuego por las bocas en un afán de defenderse.

Así, el yacimiento presenta dos áreas bien diferenciadas, según las anotaciones de los arqueólogos, una primera urbana con la vivienda y el espacio lúdico que contiene un ninfeo sobre un área termal de una villa anterior. Y, en segundo lugar, una zona considerada rústica cercana la superficie de recreo.

Con todos los trabajos de excavación analizados, la Villa Romana de Saelices el Chico presenta tres etapas de ocupación. Una primera, que corresponde a una villa de la época del Alto Imperio (siglos I y II). Una segunda villa romana tardía (siglos III a V). Y, en tercer lugar, también se vislumbra una vivienda bajomedieval, que, según los estudiosos, podría considerarse el antecedente del actual núcleo urbano, situado a la margen izquierda del Arroyo Grande, ya que la Villa Roma se ubica en la margen derecha, donde se expanden los restos en un área de 4.800 metros cuadrados, de los que 600 m2 han sido ya exhumados y estudiados.

Mosaicos de decoración geométrica
Uno de los elementos más importantes que aún permanece en buen estado de conservación es un gran mosaico con decoración geométrica ubicado en el pasillo residencial de esta villa, fechado en el siglo IV. En el estudio se recoge que "un mosaico similar se encuentra en la villa de La Olmeda de la provincia de Palencia".

En el trabajo de investigación de 1995 se recoge que todo el complejo romano está delimitado con muros de esa época y dentro de él se alternan un total de seis estructuras semicirculares en buen estado de conservación, que se corresponden con estanques, piscinas y zonas de recreo.

Conchi Martín, la arqueóloga encargada de las prospecciones, asegura que "hemos descubierto una zona rústica, y esto es de lo más importante, porque no se han encontrado prácticamente zonas de este tipo en ninguna villa excavada en la región". Esta parte de la villa se caracteriza por ser la localización en la que se ubicaron los establos y las casas de los esclavos y los campesinos. Otro de los aspectos que hace suponer que se trata de una villa bastante importante es el hecho de que se han descubierto tres zonas bien distintas que formarían parte de la misma. "Por un lado está la parte residencial, que es propiamente el lugar donde vivían los romanos", argumenta Conchi, "pero por otra parte, descubrimos la zona lúdica, que es donde se ha hallado el ninfeo, un área con jardines y fuentes".

Los últimos hallazgos confirman la existencia de un hipocausto, es decir, el sistema de calefacción que utilizaban en las habitaciones o las termas, lo que hace suponer, según la arqueóloga, "que nos encontramos ante unas termas que están bajo la zona lúdica, y es el hipocausto el que nos da pie a pensar que son termas porque utilizarían este sistema para calentar el agua de los baños". Los primeros datos sitúan esta villa entre los siglos I y II, pero será el descubrimiento de la necrópolis el que aporte muchos más datos. "Pienso que la necrópolis puede estar como mucho a un kilómetro en dirección al municipio de Castillejo. Cuando la encontremos nos servirá para obtener información cronológica". Además, según afirma la arqueóloga, "normalmente aparecen piezas del ajuar, lo que también nos dará muchas pistas".

La segunda fase de excavaciones ha puesto al descubierto un nuevo mosaico que forma parte del pasillo y que, según Conchi Martín, "es como un rompecabezas, un conjunto de dameros intercalados con un motivo, pero creo que el maestro mosaista lo hizo de tal manera para que no solo llamara la atención, sino para que además tuviera una serie de connotaciones". Una vez que concluyan estas excavaciones, habrá que decidir si la villa se vuelve a soterrar. Francisco Bernal, alcalde de Saelices, explica que "estamos trabajando en una serie de proyectos para conseguir la financiación necesaria para que la villa quede abierta al público".

Restos difíciles de calibrar
Los restos musivos de Saelices son difíciles de calibrar, tanto estilística como cronológicamente, dado el estado fragmentario y la parcialidad de la documentación fotográfica, así como por la falta de contexto arqueológico (hallazgos cerámicos, numismáticos...). Aún así, podemos aventurar con cierta seguridad unas fechas tardías. El interés del muro pictórico de Saelices se centra en que es el único hallazgo de pintura mural romana conservado in situ en la provincia de Salamanca.

GAIUS SERGIUS AURATA (Cayo Sergio Orata)
Nacido, posiblemente, en Campania (140 a.C-91 a.C), fue un ingeniero romano, que según Vitrubio, inventó el hipocaustum. Este sistema de calefacción ya lo utilizaban los griegos, pero los romanos lo perfeccionaron y lo difundieron. Se utilizaba, tanto para las viviendas de las clases más adineradas como para las termas públicas o los baños privados.

En un horno situado fuera del edificio, se quemaba la leña que, posteriormente, y a través de una serie de galerías construidas con pilas de ladrillos debajo de los suelos, se difundiría el aire caliente.

En la Villa Romana de Saelices el Chico, han encontrado este sistema de calefacción bajo algunas habitaciones de los baños.

Las puertas y ventanas de las viviendas romanas, también tenían cristales. Los romanos utilizaban el vidrio para la realización de vajillas, por ejemplo, pero, para cubrir las ventanas y las puertas de las inclemencias del tiempo, utilizaban algo que era mucho más transparente, dejando pasar la luz. Era el lapis specularis. Un mineral de yeso que se presenta en láminas muy transparentes. Los romanos lo utilizaron, sobre todo, entre los siglos I y II d. C.

En Hispania, la ciudad romana de Segóbriga, basaba su economía en la obtención de este mineral. En la Villa Romana de Saelices el Chico han encontrado fragmentos de vidrio, pero de momento no hemos hallado lapis.

14 de junio de 2013

Descubren importantes vestigios romanos en Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real)

Se trata de una escultura íbero-romana de un animal mitológico --un grifo-- y un fragmento de un monumento funerario romano --un pulvino-- en el paraje de Las Virtudes, en Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real). Ambos vestigios, que son únicos en la provincia de Ciudad Real y muy raros en el conjunto de Castilla-La Mancha, podrían estar relacionados con la ciudad perdida de Ad Turres.
El grifo se había utilizado como material de construcción en un muro
de mampostería hace pocos años.
Foto: EUROPA PRESS
Un equipo de investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha descubierto una escultura íbero-romana de un animal mitológico --un grifo-- y un fragmento de un monumento funerario romano --un pulvino-- en el paraje de Las Virtudes, en Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real). Ambos vestigios, que son únicos en la provincia de Ciudad Real y muy raros en el conjunto de Castilla-La Mancha, podrían estar relacionados con la ciudad perdida de Ad Turres.

De esta manera, el convenio de colaboración suscrito el pasado mes de enero entre el Ayuntamiento de Santa Cruz de Mudela y la UCLM para la investigación del patrimonio arqueológico de la localidad ciudadrealeña ya ha comenzado a producir interesantes resultados, tal y como ha informado en nota de prensa la Universidad regional.

Ha sido el equipo de investigadores que dirige el profesor Jorge Onrubia quienes han identificado estas dos piezas muy relevantes, una escultura de un animal mitológico y un fragmento de un monumento funerario. Ambas piezas, además, podrían proceder de Ad Turres, una misteriosa ciudad romana que mencionan las fuentes clásicas y cuya localización exacta se desconoce.

El primero de los vestigios es una escultura íbero-romana que representa a un grifo, un animal mitológico, mitad águila, mitad león, que tuvo una gran difusión en la antigüedad, ya que se le atribuía la capacidad de proteger a los difuntos o de trasladarlos desde el mundo de los vivos al mundo de los muertos. El que se ha encontrado en Las Virtudes se había utilizado como material de construcción en un muro de mampostería edificado hace tan solo algunos años.

En la provincia de Ciudad Real apenas se han localizado esculturas íbero-romanas hasta la fecha y, de hecho, este es el primer grifo que se encuentra en este ámbito geográfico, lo que justifica la relevancia del hallazgo.

El pulvino se empleaba para coronar
las tumbas monumentales romanas.
Foto: EUROPA PRESS
El primer pulvino
Es la primera vez que se localiza un pulvino en la provincia de Ciudad Real, mientras que en toda Castilla-La Mancha solamente se han encontrado restos de piezas parecidas en Segóbriga (Cuenca) y Ontur (Albacete). Asimismo, el estado general de conservación de la pieza es excelente, si bien los expertos apuntan que necesitará una limpieza superficial. 

Un pulvino es una pieza arquitectónica que solía emplearse para coronar las tumbas monumentales romanas en forma de altar, mientras que el que han descubierto los investigadores de la UCLM --entre quienes también se encuentra Víctor López-Menchero-- estaba siendo utilizado como base de una pila bautismal en el interior de la ermita de Las Virtudes.

Morfológicamente, es una pieza cilíndrica decorada con hojas lanceoladas --en forma de punta de lanza-- con el nervio central. Según los arqueólogos de la UCLM, esta pieza pertenecería a un monumento funerario romano de forma cúbica, coronado en su parte superior mediante sendos pulvinos cilíndricos de frente circular.

Por su parte, los investigadores, miembros del grupo de investigación de Materialidad, Arqueología y Patrimonio de la UCLM, han subrayado que, a pesar de su importancia, ambas piezas han pasado desapercibidas durante décadas para los lugareños, los turistas, e incluso los investigadores.

Ciudad perdida de Ad Turres
"Este hallazgo puede dar un giro radical a la historia de la comarca, ya que las piezas podrían estar relacionadas con la ciudad pérdida de Ad Turres, un enclave romano que debió ser una de las ciudades de la antigüedad más importantes de la actual provincia de Ciudad Real", han apuntado.

La localización exacta de esta misteriosa ciudad de Ad Turres es una incógnita, lo que incrementa el valor histórico de estos hallazgos y suscita el interés de los investigadores.
(Fuente. Europa Press)

5 de noviembre de 2011

Torreparedones sigue deparando sorpresas a los arqueólogos

Los arqueólogos encargados de las excavaciones en el foro romano de la ciudad siguen rescatando elementos constructivos y piezas escultóricas.
Hoy hemos visitado el Parque Arqueológico de Torreparedones, próximo a la localidad cordobesa de Baena y que abrió sus puertas a las visitas en enero de este año. En este enclave se han encontrado industrias que certifican que estuvo habitado desde la Edad del Cobre con una pequeña comunidad agraria y granjera hacia aprox. el año 2.000 a. de C.


Hacia el año 600 a. de C. Torreparedones se transforma en un oppidum o ciudad fortificada, llegando a ser la ciudad más importante de cultura íbera en la campiña cordobesa. De la civilización íbera procede su santuario, dedicado a una deidad femenina de la fertilidad (¿Caelestis?), datado en los Siglos III y II a. de C.


A partir del Siglo I d. de C. la ciudad se transforma en la urbe romana Itucci Virtus Iulia. de esta época procede su mercado o micellum, en el que se conservan algunas peceras que utilizaban los comerciantes para vender pescado vivo procedente del río Guadajoz. Es uno de los pocos mercados que se conservan de esta época en la Península Ibérica. El foro incluye en su pavimento una inscripción referida al mecenas que lo mandó construir.  En su extremo noreste se ha hallado recientemente la Curia. Sólo tenemos constancia de que haya otra igual en Hispania, en la ciudad romana de Segóbriga (Cuenca). La semana pasada, los arqueólogos que trabajan en su excavación han encontrado un antebrazo de mármol de grandes dimensiones procedentes de una estatua "enorme". Si tenemos en cuenta que en Torreparedones sólo se ha excavado una superficie aproximada al 4% de su extensión total deducimos que la ciudad todavía tiene mucha historia que contarnos. Ahora hace casi un año del último gran hallazgo, una escultura thoracata de mármol blanco y unos 600 kilos que seguramente representa a un emperador y que se puede contemplar en el Museo de Baena.


Por último, el castillo de Torreparedones es el único vestigio que nos queda del periodo de ocupación durante la Edad Media, un castillo que apenas se mantiene en pie pese a los esfuerzos humanos y económicos dedicados en su mantenimiento. En febrero de este mismo año se vino abajo una parte importante del lienzo de su murallas. La ciudad fue abandonada en el S. XVI.


Aquí os dejo la galería fotográfica de nuestra visita al Parque Arqueológico y al Museo Arqueológico de Baena, que alberga piezas interesantísimas de las culturas íbera y romana que vivieron en esta tierra.

21 de febrero de 2017

Sale a la luz la ciudad romana de Caraca, en Driebes (Guadalajara)

La ciudad se extendería sobre 12 hectáreas en las que el georradar ha descubierto calles, termas, viviendas, acueducto y un foro. Los investigadores datan su existencia entre los siglos IV y II d.C. y estiman que llegó a tener una población de 2.000 habitantes 
El georadar ha desvelado la existencia de un trazado urbano y la existencia de grandes edificaciones en Diebres.
Un equipo multidisciplinar de investigadores y arqueólogos ha descubierto una ciudad romana bajo tierra en perfecto estado de conservación en el municipio de Driebes (Guadalajara). Los trabajos empezaron en octubre y gracias a la utilización de tecnología como el georradar han concluido que bajo la tierra, apenas a 70 centímetros hay una ciudad con sus calles, el foro, termas, viviendas y templos.

La ciudad romana de Caraca podría estar en el Cerro Virgen de la Muela, en Driebes. El hallazgo ha sido realizado por un grupo de expertos que ha conseguido documentar la existencia de varias estructuras en el subsuelo que podrían conformar una ciudad romana de 12 hectáreas en perfecto estado.

Entre las estructuras enterradas podrían encontrarse un foro porticado, diversas manzanas de viviendas y posiblemente un mercado y unas termas. Incluso se han encontrado restos de un acueducto, que por su tamaño, han permitido documentar que en esa ciudad vivían alrededor de 2000 personas.


Esta ciudad, de tipo medio, supone un gran descubrimiento y tiene una importancia similar a la ciudad romana de Segóbriga, en Cuenca. Así lo asegura Javier Fernández Ortea, codirector del proyecto que asegura estar muy feliz con el hallazgo. “Esto ha sobrepasado las expectativas que teníamos. Las impresiones eran buenas pero la verdad es que es algo excepcional para nosotros”

Las labores de campo, financiadas a través de una subvención de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, se iniciaron en octubre de 2016. Los investigadores han utilizado diversas técnicas para estudiar la zona. Entre ellas destaca el uso, en el mes de noviembre, de un georadar 3D que fue utilizado para detectar la existencia de muros enterrados en el subsuelo. Este aparato emite ondas que rebotan si encuentran elementos grandes enterrados sin necesidad de realizar una excavación. Con esta prueba se ha podido hacer un plano bastante aproximado de la ciudad que permanece enterrada. “Hemos hecho un scanner del suelo y nos ofrece todo un plano del urbanismo de la ciudad. Ahí podemos ver el foro, las termas, el mercado...”- señala Javier Fernández. Un plano que todavía no se ha hecho público.

EN SEIS MESES PODRÍAN EMPEZAR LAS EXCAVACIONES
Tras la elaboración de este plano ya se está poniendo en marcha la segunda fase que pasará por excavar el terreno para confirmar lo que el georadar ha desvelado. “Es un lugar con una importancia histórica muy importante y además hay un compromiso de las administraciones, principalmente del Ayuntamiento de Driebes, para llevarlo a cabo”- afirma Javier Fernández. La idea es que en seis meses puedan empezar los trabajos.

Las excavaciones se realizarán a través de un plan de empleo que pondrá en marcha el propio ayuntamiento de Driebes y con la colaboración económica de la Junta de Comunidades. De hecho hace unos días hubo una reunión en el pueblo para hablar del tema, encuentro en el que estuvo presente la Directora General de Turismo de Castilla La Mancha, Ana Isabel Fernández, junto a diversos responsables regionales de bienestar social y empleo.

A largo plazo el objetivo es convertir esta ciudad en un lugar visitable y que se transforme en un polo de atracción turística similar a Recópolis, reconoce Javier Fernández.

ZONA RICA EN YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS
La zona del hallazgo es especialmente rica en yacimientos arqueológicos. En un cerro continuo hay restos de una necrópolis visigoda y de otra celtibérica. Además en los años 40, al realizar las obras del canal de Estremera, se encontró un lote de piezas de orfebrería datadas en el siglo III antes de Cristo. Ese lote se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y fue uno de los avisos de que en la zona podría encontrarse un gran asentamiento romano. “Ese fue uno de las indicios -reconoce Javier Fernández - pero además realizamos un proyecto de romanización de la provincia y nos llamó la atención por la gran cantidad de materiales que había en superficie en esa zona. Eran densidades muy potentes. Yo no había visto nada igual… El caso es que cada vez que volvíamos encontrábamos un evidencia nueva: grandes sillares que nos hablaban de edificios públicos.. Estaba claro que era algo más que un yacimiento cualquiera.”

La investigación, que ha sido dirigida por Emilio Gamo Pozas, profesor de la UNED de Madrid, y Javier Fernández Ortea, gestor del Monasterio de Monsalud, ha contado con la participación de numerosos profesionales del mundo de la arqueología, la historia, las matemáticas e, incluso, con expertos en Física de la Tierra y Geodesia.

El hallazgo será presentado públicamente en las próximas semanas en, al menos, dos actos. El primero tendrá lugar el 9 de marzo en el Palacio del Infantado y el segundo el 18 de marzo en la Casa de la Cultura de Driebes.

8 de abril de 2012

Olvido y abandono del yacimiento romano de Carrascosa del Campo (Cuenca)

Se cumplen cinco años desde que la Dirección General de Patrimonio resolvió exponer el material encontrado en el Museo Arqueológico de Cuenca, realizar unas jornadas en la localidad conquense y colocar un panel informativo en la zona, sin haber resuelto todavía dichas promesas.
Estado del yacimiento junto a la autovía A-40.
Foto: Paloma Torrijos.

Las construcciones de la A-40, del AVE o de la tubería manchega han sacado a la luz en estos últimos años numerosos yacimientos paleolíticos y arqueológicos. Las obras del AVE a su paso por Fuentes dejaron al descubierto el patrimonio paleontológico de la provincia, referente mundial del Cretácico.

En el caso de la A-40, el trazado desde la capital hasta Tarancón para enlazar con la A-3, desveló que la zona era rica en yacimientos. A la altura de Carrascosa del Campo, Campos del Paraíso, las excavadoras descubrían un yacimiento ibérico con perduración hasta época del Imperio romano, que en la actualidad permanece escondido, ocultado bajo el asfalto de la autovía.

Probablemente muchos conquenses y turistas que utilizan la A-40 desconocen que dicha autovía tuvo que detenerse en su ejecución durante un mes allá por marzo de 2006, cuando se descubrió, junto al trazado y en el margen izquierdo en dirección a Tarancón a unos dos kilómetros de la población, un importante yacimiento datado entre los años 600 y 300 a.C, conocido como ‘Fuente de la gota’.

El hallazgo no era único, pero tenía interés
Un grupo de 20 personas se encargaba de retirar rápidamente los objetos de gran valor encontrados y almacenarlos, por temor de que fueran expoliados. Vasijas, tinajas, piedras de molino, indicaban que se trataba de un poblado de artesanos que trabajaban el barro y fundían los metales.

El yacimiento contaba con un barrio residencial, con viviendas y necrópolis, que albergaban aún restos óseos humanos. La buena conservación de lo hallado sorprendió en su momento al equipo arqueológico y técnicos de la Dirección General de Patrimonio que decidió en un principio el estudio de su planimetría, y la realización de fotos aéreas para determinar la importancia del yacimiento.

Las primeras apreciaciones determinaron que dicho hallazgo no era único, pero sí tenía interés. Sin embargo, Patrimonio decidió en primera instancia que los restos hallados serían sepultados para no interrumpir el desarrolló normal del trazado de la autovía, tal y como había ocurrido en otros yacimientos encontrados, caso del de Atalaya del Cañavate. Unos paneles informativos en el lugar y unas jornadas de arqueología a celebrar en Carrascosa del Campo recordarían la presencia del asentamiento romano.

Finalmente se acordó convertir el yacimiento en no visitable y pasar el trazado de la A-40 por encima, tal y como estaba previsto. La noticia aparecida en los medios de comunicación, aquel 12 de enero de 2007, fue la última conocida en torno al descubrimiento. Nada se sabe del panel informativo o de las jornadas arqueológicas a realizar en la localidad conquense. El material datado vendría a ser expuesto en el Museo Arqueológico de Cuenca, que para aquellas fechas contaba con un proyecto de remodelación y ampliación para albergar, entre otras piezas de la provincia, las halladas en dicho yacimiento.

La zona es rica en yacimientos, (Se encontraron otros de similares características durante la realización de las obras de canalización para trasvasar agua a Ciudad Real y Toledo desde el Trasvase Tajo-Segura, conocida como Tubería manchega), ya que era atravesada por una vía romana que iba desde Segóbriga a Ercávica, a un paso del complejo minero de lapis specularis de Olmedilla, y también por el paso de la vía trashumante desde Beteta a tierras del sur de la península.

Otro de los yacimientos, el Cerro de la Muela, excavado por la Universidad Guelph de Ontario (Cánada), fue un centro de varios gremios que usaron probablemente las conducciones de agua existentes y las calzadas romanas.

El carácter de urgencia de las obras de la A-40 sepultó definitivamente el yacimiento encontrado por azar y le sumió en el más absoluto de los olvidos. Tampoco lo prometido por la administración para compensar se cumplió y el hallazgo, patrimonio histórico de Cuenca, quedó definitivamente en el abandono.
(Fuente: Voces de Cuenca / J. López)

7 de agosto de 2017

La excavación en el yacimiento de Driebes descubrirá el foro de la ciudad romana de Caraca

Los trabajos arqueológicos, cuya primera fase acaba el 16 de agosto, se centran en recuperar dos espacios clave: la plaza pública y una de las vías principales. Los restos encontrados hasta ahora acreditan la existencia de la primera ciudad romana localizada en Guadalajara entre el siglo X a.C. y el siglo II d.C. Emilio Gamo, director de las excavaciones: “la campaña arqueológica está confirmando el hallazgo que detectó en febrero el georradar
Las excavaciones en el yacimiento de Driebes las dirige el equipo técnico encabezado por los arqueólogos Emilio Gamo y Javier Fernández. También participa un equipo multidisciplinar del que forman parte los también arqueólogos Saúl Martin y David Álvarez. FOTO: RAQUEL GAMO
“Caraca fue la primera ciudad romana con rango jurídico en la provincia de Guadalajara”. Así lo confirma Emilio Gamo, codirector del ‘Proyecto Driebes’, a eldiarioclm.es, después de que las excavaciones arqueológicas que actualmente se desarrollan al sur de la localidad de Driebes, en la comarca de la Alcarria Baja, hayan podido confirmar la existencia de este asentamiento de época romana, tal como apuntaba la investigación llevada a cabo mediante la técnica del georradar.

Caraca data del primer milenio antes de nuestra era. Y no es la única constatación fehaciente. Los trabajos a pie de campo, que se iniciaron a mediados de julio, han revelado los restos del pórtico y la cabecera del foro, una prueba que cumple con una de las mayores expectativas de esta investigación. “Nos encontrarnos ante la ciudad romana más primitiva de la provincia de Guadalajara”, admite el arqueólogo. De hecho, la existencia de un foro, centro de la vida social en el Imperio romano, es precisamente el criterio por el que se otorgaba el estatus de ciudad a una población.

El paisaje bajo el que yace Caraca es mesetario, casi lunar. Se trata del Cerro de la Virgen de la Muela, al sur del municipio de Driebes. Es un paraje a 600 metros de altitud, abierto, vasto, rodeado de barrancos esteparios, casi desérticos por la pobre vegetación de matorral. Este alto en el que también se emplazan los restos de la Ermita Nueva contrasta con la deliciosa imagen de la fértil vega, regada por el río Tajo que puede otearse en el horizonte. Una paleta de diversidad y cromatismo que tanto caracteriza a Guadalajara.

Pasear por esta loma es como reencontrase con la historia antigua y experimentar la sensación de caminar encima de unas termas o un mercado de época romana. La ubicación de la que fue la antigua Caraca hace que el viajero pueda toparse con todo tipo de vestigios. Por ejemplo, valiosas cerámicas, piedras de granito u otros objetos que formaban parte de la vida cotidiana de nuestros antecesores.

UNA CIUDAD MEDIANA
Caraca, según los especialistas que trabajan en su emplazamiento, debió de ser una ciudad mediana en su tiempo con una población de entre 1.500 y 1.800 habitantes. Otra relevante infraestructura que refuerza la hipótesis de que ésta se trataba de una urbe administrativa es el acueducto de tres kilómetros que abastecía a los pobladores desde el manantial de Lucus o ‘bosque sagrado’ en latín y que, gracias a la arqueología, se ha recuperado parcialmente.

El punto geográfico escogido por los romanos para construir Caraca no fue casual, como nada que tenga que ver con esta avanzada civilización que sentó las bases de la ingeniería civil hace 2000 años. Al contrario, el Cerro de La Muela, que es donde asienta, estuvo considerado, según puntualiza Emilio Gamo, una zona “estratégica” de la meseta sur desde donde la población dominaba el Tajo por el norte y controlaba diversos arroyos y vegas circundantes. Esta situación privilegiada permitió a los romanos, por un lado, defenderse de las invasiones enemigas y, por otro, abastecerse de abundante agua para sostener su próspera economía basada en la explotación del ‘lapis specularis’-mineral usado en el Imperio Romano para construir ventanas- y en la fabricación de esparto, una planta empleada antiguamente para la minería y la cordelería de los barcos.

De ahí que los romanos decidieran asentarse en Caraca, ciudad ubicada en la vía ‘Complutum-Carthago Nova’- principal centro portuario de la época-, a medio camino entre Alcalá de Henares (Complutum) y Segóbriga, otro yacimiento cercano en la provincia de Cuenca. “Probablemente la ciudad se abandonó en el siglo II después de Cristo por el fin de las actividades mineras que se llevaban aquí a cabo”, explica Gamo al hablar sobre el ocaso de Caraca.


"GRAN DESCUBRIMIENTO"
El yacimiento del cerro de la Virgen de la Muela está ubicado sobre un amplio cerro amesetado situado en la orilla derecha del Tajo, cuando traza un amplio meandro, y está delimitado por barrancos con un curso de agua irregular. Se sitúa una altitud de 610 metros y la extensión del yacimiento de época imperial es de al menos 8 hectáreas.

A nivel geológico, la zona a estudio está compuesta de gravas, arenas y limos del cuaternario Superior. Se trata de un área, por tanto, óptima para el asentamiento antrópico. Esta visión queda reforzada por la situación estratégica del enclave, dominando el Tajo desde el norte, el arroyo del Barranco al este, el arroyo Salobre al oeste y una fértil vega a sus pies, al sureste.

Juan Manuel Abascal, catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Alicante, sostiene que Caraca “es, sin duda, el gran descubrimiento arqueológico de los últimos años en Castilla-La Mancha”. Especialmente, por la luz que arroja acerca “del trazado de las principales vías romanas a su paso por la actual provincia de Guadalajara”.

EQUIPO TÉCNICO
La campaña arqueológica en el yacimiento de Driebes está siendo ejecutada por un equipo técnico encabezado por los arqueólogos Emilio Gamo y Javier Fernández, y un equipo multidisciplinar del que forman parte los también arqueólogos Saúl Martin y David Álvarez. Además, un grupo de nueve peones naturales de Driebes, contratados mediante el Plan de Empleo de la Junta de Castilla-La Mancha, se encarga de excavar con pico y pala cada mañana durante seis horas en las tres catas que se han abierto en el yacimiento: dos en las que, según apuntan los estudios previos, se situaría el foro; y otra que pertenecería al ‘decumano’ o calle principal del enclave que se cruzaba perpendicularmente con el cardo, la otra gran vía del plano urbano que discurría de norte a sur de la ciudad.

El objetivo esencial del trabajo de campo que se llevará a cabo en el Cerro de la Virgen de la Muela hasta el próximo 16 de agosto es verificar los resultados del ‘georradar’ tridimensional que durante la fase previa de prospección arqueológica del terreno arrojaron “la presencia de una planta urbanística plenamente establecida en las dos calles principales de una ciudad romana, el foro, unas posibles termas y un posible ‘macellum’ o mercado”.

POBLADO CARPETANO ANTERIOR
En noviembre de 2016, el grupo de arqueólogos desarrolló una prospección arqueológica sobre 1,3 hectáreas del Cerro de la Virgen de la Muela a través de la tecnología del georradar con la que se determinó que estas ruinas correspondían probablemente a una población con su foro, sus termas y su acueducto, entre otros edificios. Se trataba de una ciudad romana reconstruida sobre un poblado carpetano existente anteriormente.

Tras varios meses, las expectativas depositadas por los arqueólogos en la información aportada por la técnica se van cumpliendo punto por punto. “De momento las excavaciones están confirmando lo que habíamos visto en las prospecciones”, reconoce Gamo. De este modo, la información que ofrezcan los restos hallados servirá para “analizar cómo se produjo el proceso de romanización en la provincia de Guadalajara y en Castilla-La Mancha”, mediante la evolución histórica de Caraca desde el primer mileno a.C. hasta el Siglo II d.C.

VISITA GUIADA
La primera visita guiada que el grupo de arqueólogos organizó al yacimiento el pasado jueves despertó una gran expectación. Contó con la participación de cerca de un centenar de visitantes de Driebes y otras localidades que, a pesar del incesante calor que caía sobre el cerro, no faltaron a la cita con Caraca. Esa misma tarde tuvo lugar otra visita por la tarde y, además, hay programadas otras dos: el día 10, organizada por la Asociación de los Amigos del Museo de Guadalajara y, al día siguiente, otra de la Asociación de Mujeres de Brea del Tajo.

Durante el recorrido por Caraca, Emilio Gamo describió con todo lujo de detalles los avances que se han alcanzado en apenas 20 días de trabajo. Y, aunque aún no hay nada asegurado y los especialistas recomiendan conceder tiempo y prudencia a las investigaciones, lo cierto es que los trabajos realizados hasta la fecha permiten alumbrar la esperanza sobre la confirmación de los hallazgos detectados por el georradar. En primer lugar, el arqueólogo se detuvo en las inmediaciones de la Ermita Nueva de Driebes, sobre la que aún perviven varias leyendas a su alrededor y desde donde puso en situación a los escuchantes sobre el contexto de la investigación.

PÓRTICO DEL FORO
En la primera cata que los técnicos han abierto en el yacimiento arqueológico, los trabajos se enfocan a encontrar una zona característica del foro: el pórtico. Según Gamo, “la presencia de un espacio diáfano, rodeado al sur por una columnata a modo de pórtico y al norte por dos habitáculos de grandes dimensiones al sur de la actual ermita hace pensar que podría tratarse de un foro”, es decir, el área pública y administrativa del núcleo.

En una segunda excavación, situada a escasos metros de la anterior, la investigación se propone “documentar una parte del ‘decumano’ cercana a su conexión con el cardo máximo”. Aquí se puede observar un rebaje de la calzada empedrada para la conducción de las aguas residuales, que ratifica la hipótesis del georradar de que en esta ciudad romana hubo un sofisticado sistema de alcantarillado. También es visible un muro que pudo pertenecer a una villa e incluso restos de una viga de madera que formaría parte de la sujeción de la citada casa.

Y, finalmente, en la tercera cata podría ubicarse un complejo de instituciones públicas, civiles o religiosas aún por determinar. “Hemos hallado todo lo que esperábamos y a partir de este momento pueden venir las sorpresas. Queremos llegar al nivel ocupacional de las catas y en este punto que alberga la cabecera del foro podríamos encontrar el Templo Imperial, la Curia o la Tesorería”, asegura Javier Fernández Ortea, codirector del ‘Proyecto Driebes’.


APOYO DE LA JUNTA
La ruta arqueológica culminó a la entrada de la antigua ciudad romana, una pronunciada pendiente desde donde se contempla idéntico paraje árido y desmochado. En medio de este entorno se conserva la vía que daba acceso al municipio, la conocida como Vía Espartaria, que se prolonga hasta llegar al río Tajo y sobre el que los romanos debieron construir un puente, hoy desaparecido. Caraca debió contar con una extensión de entre 8 y 12 hectáreas.

Entre los asistentes a la visita se encontraba Faustino Lozano, director provincial de Cultura, quien reiteró el compromiso del Gobierno regional con la continuación de las excavaciones arqueológicas “interesantes” que se están ejecutando en la provincia de Guadalajara. “Sigue habiendo mucha expectativa, pero hay que seguir con prudencia los trabajos cuya continuidad dependen de las subvenciones públicas que convoca anualmente la Junta. Es una pena que a veces algunos yacimientos se queden sin ayudas, porque Guadalajara es muy rica en estos recursos”, admitió.

FINANCIACIÓN DEL PROYECTO
La financiación de las excavaciones en el enclave de Caraca ha corrido a cargo de la Junta de Castilla-La Mancha, que ha aportado 16.000 euros; además de las aportaciones del Ayuntamiento de Driebes, la Asociación de Mujeres de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo Provincial de Guadalajara. Mediante un canal de ‘crowdfunding’, destinado a incrementar los fondos para la investigación, se recaudaron 11.000 euros en solo tres meses, lo que da una idea del fervor que este hallazgo ha causado entre la población de Driebes y su entorno.
Pueblo ilusionado

“La gente de Driebes es sencilla y tiene una gran humanidad, un corazón muy grande. Somos especiales”. Así califica el alcalde, Pedro Rincón a sus conciudadanos. Y es que Driebes vive con enorme entusiasmo el hallazgo de la ciudad romana de Caraca, a escasos 6 kilómetros de este municipio de la Alcarria Baja, rayano con la Comunidad de Madrid.

Con un censo municipal de alrededor de 300 habitantes, la materialización de este hito arqueológico actuaría como foco cultural y turístico para atraer viajeros a toda la comarca. “De momento ya hemos ganado mucho. Recibimos la visita de gente de toda España y del extranjero, que pasan por el pueblo, preguntan, compran algo y eso da más vida al pueblo”, asegura el primer edil a eldiarioclm.es. En cuanto a los planes que imagina para Caraca, el regidor reconoce que “todos tenemos un sueño: que haya un centro de interpretación, un pequeño museo… pero todo esto depende de los resultados que vayamos obteniendo y de las ayudas”.

La entrega de los driebanos al proyecto para desenterrar a su ciudad romana del olvido encuentra un claro ejemplo en la solidaridad de los hermanos Ángel y Pedro Zorita, propietarios durante décadas de los terrenos bajo los que se asientan los vestigios de Caraca.

Ambos se los compraron a una monja de Driebes en 1979 y, según cuenta, siempre sospecharon que “ahí debajo” había algo extraordinario. “Vaya campos más malos que hemos hecho, no salen más que piedras”, le decía Ángel a su hermano. Casi 40 años después, el mayor de los hermanos Zorita, de 82 años, cree que el proyecto “tiene buena pinta”. Los dos han colaborado con la causa cediendo sus dominios agrícolas. La participación de su hijo y su nieto en las excavaciones demuestra la ligazón que existe entre el pueblo de Driebes y Caraca, convertida desde este año en un insólito aliciente en la oferta cultural y turística de Guadalajara en el futuro.