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13 de diciembre de 2015

La Unesco denuncia el saqueo del otro galeón "San José" naufragado en Panamá

La Unesco ha denunciado el saqueo del galeón San José, naufragado en aguas panameñas en el siglo XVII, y la comercialización de su valioso cargamento de oro y plata, algo contrario a los principios de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático. 
Los expertos de la Unesco han concluído que la metodología arqueológica no se ha empleado con los estándares correctos.
FOTO: UNESCO
Otro galeón llamado también San José, pero hallado recientemente en las costas colombianas, es objeto de polémica por su propiedad, que España reclama, mientras que Colombia mantiene que una ley nacional le permite conservar en sus aguas ese pecio y su contenido de oro, plata y esmeraldas, e incluso comercializarlo en parte. 

Panamá ha ratificado la convención de la Unesco para la protección del patrimonio subacuático En el San José de Panamá, el problema es que su explotación puramente mercantil, centrada solo en la búsqueda de bienes de valor, ha causado además daños particularmente importantes en ese sitio arqueológico, según las conclusiones de un informe de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura. 
  • A diferencia de Colombia, Panamá, sí ha ratificado la convención de la Unesco para la protección del patrimonio subacuático.
DECOMISACIÓN DE OBJETOS ARQUEOLÖGICOS
Incluso la Dirección Nacional del Patrimonio Histórico panameño decomisó, el pasado julio, objetos procedentes de esas excavaciones que estaban a punto de ser exportados ilegalmente, resaltó la Unesco en un comunicado. 

A petición del gobierno panameño, ese mismo mes y también el pasado octubre, el Consejo Consultivo Científico y Técnico de la Convención de la Unesco envió una misión de expertos para evaluar las acciones realizadas en ese pecio desde 2003. 

Sus expertos concluyeron que la metodología de relevamiento (estudio y análisis) arqueológico "no se ha efectuado" con los estándares correctos, indicó la Unesco. 

SE HAN REMOVIDO LOS SEDIMENTOS
"El uso de deflectores de hélices, que generan potentes chorros de agua, ha removido sedimentos y excavado el sitio", lo que impide ya una futura documentación precisa del mismo, lamentaron. 

Según los técnicos, esos métodos "son contrarios a las reglas internacionalmente reconocidas en el Anexo de la Convención" del patrimonio subacuático, además de que algunas piezas presentadas como procedentes del San José por la empresa que explota el sitio, parecen posteriores a su naufragio. 

Este galeón español hallado el archipiélago de Las Perlas fue construido en 1611 y había zarpado del puerto del Callao, en Perú, rumbo al país centroamericano, el 17 de junio de 1631, pero naufragó tras rozar con un bajío.

27 de mayo de 2015

La Universidad de Cádiz dedica un barco a la arqueología subacuática

El "Ucádiz", de 25 metros de eslora y capacidad para 16 personas estará listo a finales de este año. La intervención a la que se va a someter a este barco está presupuestada en 1,3 millones de euros. 
El "Ucádiz" estará destinado a actividades de ingeniería, biología y arqueología subacuática. FOTO: ABC
Gran noticia. La Universidad de Cádiz (UCA) ha enviado al astillero el barco Ucádiz, que será equipado durante los próximos meses para dedicarse a la investigación. Se trata de un buque de 25 metros de eslora con capacidad para 16 personas (la dotación habitual será de 12 científicos y 4 tripulantes) que estará listo a finales de este año. La intervención a la que se va a someter a este barco en Cádiz está presupuestada en 1,3 millones de euros, sufragados con ayudas de la UE y de la Junta de Andalucía, la UCA y el Campus de Excelencia Internacional del Mar (Ceimar).

Según confirmó Xavier Nieto, coordinador de arqueología náutica de la UCA, el "Ucádiz" estará destinado a actividades de ingeniería, biología y arqueología subacuática. Esta última disciplina ocupará cuatro meses al año de la actividad del buque, cuyo rango será el mar territorial situado frente a las costas andaluzas. Ni que decir tiene que se trata de uno de los mares más ricos en restos antrópicos de toda época, desde barcos fenicios y romanos a importantes pecios de época moderna, galeras como las de la flota de Juan de Mendoza, galeones de la carrera de Indias, o navíos de la batalla de Trafalgar, incluso restos de buques hundidos en la Guerra Civil, todos ellos de alto interés cultural e histórico. Desde su primera campaña, según adelanta Xavier Nieto repartirá su tiempo entre un pecio de época clásica o preclásica y otro de época moderna.

El barco, que se suma al Thetis (de 23 metros, propiedad del CASC, el centro de referencia catalán para la disciplina), será desde su entrada en funcionamiento el segundo buque dedicado en nuestro país a la investigación del pasado en nuestros mares. Y cabe considerar su puesta en marcha como un gran paso adelante en el desarrollo de la arqueología subacuática española, hasta ahora muy limitada, pese al buen trabajo de sus arqueólogos. A falta de una política nacional digna de ese nombre, como ya denunciábamos, es necesario celebrar estas buenas noticias que suponen avances importantes.

Xavier Nieto. FOTO: ABC / ESPEJO DE NAVEGANTES
 LA ARQUEOLOGÍA TAMBIÉN IMPULSA EL CEIMAR
Pero es que hoy se producen otras dos buenas noticias para la arqueología subacuática que vamos a reseñar.Se presenta en Cádiz la línea de Arqueología Náutica y Subacuática que han puesto en marcha CEIMAR y UCA en estrecha colaboración con el Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía. En el mismo acto se presentarán, en su versión impresa, las actas del Congreso de Arqueología Náutica y Subacuática Española. En ellas, más de un centenar de artículos resumen a la perfección los trabajos realizados en nuestro país en los últimos años.

Al frente de la iniciativa de CEIMAR y como editor de las actas del Congreso celebrado en el museo Arqua de Cartagena está Xavier Nieto, uno de los más prestigiosos arqueólogos subacuáticos españoles, hoy director, además, de la misión de la Unesco para inspeccionar el pecio del galeón San José en Panamá.

(Fuente: ABC / Espejo de Navegantes)

20 de mayo de 2015

Arqueólogos estadounidenses descubren un pecio español del S. XVII en Panamá

Un grupo de arqueólogos subacuáticos de la Universidad de Texas ha descubierto los restos de la nao «Nuestra Señora de la Encarnación» cerca de Panamá. Se fue a pique debido a una tormenta
Uno de los investigadores inspecciona la zona del hallazgo. FOTO: JONATHAN KINGSTON / NATIONAL GEOGRAPHIC
Hace más de 300 años que la nao hispana «Nuestra Señora de la Encarnación» se fue a pique en un lugar imposible de determinar cargada de armas y utensilios de uso cotidiano. Objetos que iban a ser entregados a los colones españoles asentados en América. Desde entonces, se desconocía qué había sido de este buque y el por qué de su desaparición. Sin embargo, un grupo de arqueólogos subacuáticos acaba de descubrir que unos restos hallados a 12 metros de profundidad cerca de Panamá en 2011 se corresponden con los de este navío.

Tal y como ha afirmado Frederick Hanselmann, jefe de la expedición y arqueólogo submarino en el «Centro Meadows» de la Universidad de Texas, han podido averiguar que el buque se fue al fondo del mar en 1681 durante una tormenta acaecida en la desembocadura del río Chagres (Panamá). A su vez, el experto ha señalado el buen estado en el que se encuentra el navío a pesar de haberse hundido en aquellas trágicas circunstancias.

De hecho, una buena parte de su carga aún sigue intacta en su interior. «Iba cargado de una amplia variedad de artefactos, aunque destacaban más de 100 cajas de madera que contenían hojas de espada, tijeras, zapatos, herraduras para mulas y cerámica. Todos ellos eran objetos usuales en la corte y también podían servir para los soldados de la Corona. Desde los filos, hasta las tijeras (que podrían haber servido para el tratamiento de heridas por parte de los cirujanos)», ha señalado Hanselmann.
 
PARTE DEL CONVOY DE "TIERRA FIRME"
La nao «Nuestra Señora de la Encarnación» fue construida en Veracruz (México) y pronto comenzó a navegar como parte del convoy de «Tierra Firme» (una de las dos flotas mercantes que, escoltadas por buques militares de la Armada española, viajaban hasta el Nuevo Mundo cargadas de utensilios para los colonos y regresaban hasta los topes de riquezas). Concretamente, el grupo en el que usualmente viajaba este bajel salía de la metrópoli en dirección a América en agosto. Así pues, esta nao formaba parte del entramado comercial entre ambos puntos que enriquecía soberanamente a la Corona.

Sin embargo, su destino quedó sellado en 1681 cuando se fue a pique junto a su cargamento en un lugar desconocido. Ahora, se sabe que el trágico suceso se produjo durante una gran tormenta en la desembocadura del río Chagres (cerca de Portobelo) que, además, se llevó al fondo del mar otros tres navíos. Esto ha asombrado a los expertos, pues no es habitual encontrar barcos españoles en esta zona de América de Sur.

El navío permaneció desaparecido bajo las aguas hasta que, en 2011, Hanselmann y sus colegas tropezaron con sus restos mientras buscaban una serie de buques que se hundieron en 1671 en dicha zona. En principio, sin embargo, no supieron identificar el bajel. Ahora, casi 4 años después, han conseguido finalmente desvelar su identidad gracias a su cargamento (una representación clara de la vida colonial en el S.XVII) y la considerable cantidad del casco que se mantiene intacta. 

(Fuente: ABC)

1 de abril de 2015

Panamá permite el expolio de un galeón español del S. XVI

El país centroamericano incumple la Convención Unesco 2001, de la que es firmante, al contratar a una empresa para la explotación comercial del buque de Estado español "San José", del que hasta el momento han recuperado unas 8.000 monedas además de lingotes y tortas de plata, cerámicas, munición y armamento.
Un galeón español está siendo excavado para su venta en Panamá. Como tantos otros expolios del patrimonio subacuático de origen hispánico, su impresionante historia puede acabar disuelta en subastas y mercados. Se trata del San José, un barco construido en 1610 que naufragó junto a la costa del Pacífico panameño en 1631, acarreando uno de los cargamentos más ricos que salieron jamás del puerto de El Callao.

Pero la noticia es mucho más triste, puesto que el propio Gobierno de Panamá está dando respaldo a la empresa Investigaciones Marinas del Istmo (IMDI), con la que ha firmado un contrato para repartirse el resultado de las excavaciones a razón de 65% para la firma y 35% para el Gobierno. El contrato incluye preferencia para edificar un museo con las piezas del Gobierno, si se hiciera.

Según los documentos el fin es comercial. El asunto cobra su total gravedad porque además Panamá es uno de los primeros países que ratificaron la Convención Unesco 2001 para la Protección del Patrimonio Subacuático, el instrumento internacionalmene reconocido por los arqueólogos. Tanto ese organismo como el Gobierno español han enviado sendas cartas a las autoridades panameñas.

La misiva de Unesco la firma Alfredo Pérez de Armiñán, subdirector de Cultura, y recuerda a Mariana Núñez Emiliani, directora general del Instituto Nacional de Cultura (INC), que el permiso emitido a IMDI en 2013 es ilegal, puesto que fue posterior a la vigencia de la Convención en Panamá (firmada en 2003 y aplicable desde 2009). Ese permiso se concretó en una resolución N°136-13 de 16 de julio de 2013. Unesco sigue presionando a las autoridades para que corrijan su actitud.

LA SOCIEDAD CIVIL
Las primeras noticias de esta catástrofe cultural comenzaron a llegar a España el pasado verano gracias a la intervención de miembros de la sociedad civil, cuando el abogado José María Lancho, en nombre del Instituto para la Memoria Arqueológica Naval Hispánica, recibió la denuncia de la maraña legal que iba a posibilitar este expolio. De hecho, en febrero de 2014 se habían extraído materiales (1.063 monedas de plata, dos balas de mosquete, dos cureñas de cañón, una joya de oro y varias piezas de cerámica), aunque no eran los primeros.


El citado Instituto tratará de sumar posibles cauces a la participación de la sociedad civil a los criterios y acción jurídicos, y los protocolos arqueológicos para proteger el patrimonio hispánico sumergido. Y también oponerse a la actividad cazatesoros informando sobre la amenaza y la vulnerabilidad del mismo. El propio Lancho informó de esa maraña legal que acontecía en Panamá en el último congreso arqueológico Ikuwa, celebrado el pasado mes de septiembre en el Arqua de Cartagena.

El contrato original de 2003 considera los restos del San José objetos hundidos cualesquiera. Hacen la distinción («ilegal y errónea», según Lancho) entre objetos de valor «comercial» y objetos de valor «histórico y cultural». Hubo dos fallos de la Corte Suprema de Justicia que pidieron a las autoridades panameñas de Patrimonio que definieran qué objetos son de valor histórico y cultural que no se pueden comercializar. «A todas luces, el tesoro del San José es de valor cultural, histórico, arqueológico y patrimonial, y no se puede comercializar», señala Lancho.

El citado permiso de 2013 extiende la autorización a IMDI hasta el 28 de agosto de 2015, prorrogable, violando según parece leyes vigentes y la Convención. Para Lancho, la actividad de IMDI puede suponer un comportamiento penal en el derecho español, siendo el galeón San José un buque de Estado.

Por su parte, el arqueólogo Carlos León, que conoce muy bien el patrimonio subacuático panameño, alerta de que en abril de 2013 IMDI presentó su proyecto de intervención (un proyecto que no cumple los estándares arqueológicos que precisa un yacimiento tan importante, a cargo de un antropólogo y un conocido cazatesoros).


De hecho, la empresa IMDI ha gozado del favor de varios gobiernos y fundamentalmente del Ministerio de Economía y Finanzas panameño, quien les apoya. Sus socios, según consta, son el empresario de origen palestino residente en Colón, Hassam Salama; el economista y aventurero australiano Michael Mc Dowell; el inversionista panameño, ingeniero y empresario de ganadería, hostelería, petróleo y gas, Alberto Vázquez; el antropólogo social panameño Gustavo José Leal Cuervo (director del proyecto), y el buscador de tesoros norteamericano que trabajó con Mel Fisher y Odyssey Marine Exploration, James J. Sinclair. Su visión comercial es incompatible con los criterios de la Unesco.


Y alerta también de que «en este último mes ha solicitado permiso para continuar las excavaciones desde mayo hasta diciembre de 2015, con un presupuesto de 466.000 dólares de coste». Para León el tema «es tan urgente por eso mismo. Si nadie lo detiene, IMDI seguirá sacando material sin control. La única vigilancia que tienen es la de algunos enviados del INC que se desplazan hasta Contadora para ver las piezas que sacan del agua sin hacer ningún control en el lugar de la excavación ni bucear sobre los restos», añade.

El arqueólogo recuerda que las operaciones de rescate comenzaron en 2001 y continúan actualmente. La empresa IMDI ha trabajado en Nombre de Dios, «sobre un barco español del siglo XVI y en el galeón San José rescatando un número indeterminado de piezas (según unas informaciones 8.000 monedas, según otras 5.000), además de lingotes y tortas de plata, cerámicas, munición, armamento…», concluye.

(Fuente: ABC / Jesús García Calero)