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28 de abril de 2023

La Universidad de Alcalá de Henares inicia su VII campaña en Egipto

La expedición, dirigida por Antonio J. Morales, profesor del Departamento de Historia y Filosofía de la UAH, contará en esta ocasión con 24 investigadores españoles y extranjeros. La campaña se desarrollará del 1 al 30 de mayo en el cementerio estrella de Deir el-Bahari (Luxor)
La UAH es una de las pocas universidades españolas con estudios especializados de Egiptología con una concesión arqueológica en el país árabe.

Este mes de mayo, el equipo de egiptólogos, arqueólogos y restauradores que conforman la expedición de la Universidad de Alcalá se desplazará un año más a Luxor para desarrollar los trabajos de excavación, documentación y publicación de tumbas de época faraónica. La expedición, dirigida por Antonio J. Morales, profesor del Departamento de Historia y Filosofía de la UAH, contará en esta ocasión con 24 investigadores españoles y extranjeros. La campaña se desarrollará del 1 al 30 de mayo y cuenta con ayudas del Ministerio de Ciencia e Innovación, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Fundación Palarq, la Asociación Española de Egiptología y la Asociación de Amigos de la UAH. El progreso de la expedición UAH podrá seguirse día a día en el diario de excavación del proyecto.

Los trabajos de la Universidad de Alcalá, desarrollados en el cementerio estrella de Deir el-Bahari (Luxor), no se limitan a la excavación, documentación y estudio de varias tumbas del periodo conocido como Reino Medio (aprox. 2000 a.n.e.), sino que también aspiran a reconstruir, proteger y publicar monumentos egipcios que constituyen un reflejo significativo de la antigua civilización del país del Nilo. Las seis campañas anteriores han revelado la existencia de varios complejos funerarios de oficiales de alto rango en la zona (visires, asesores del rey, secretarios de hacienda, directores de prisiones); estas construcciones cuentan con una monumentalidad y localización extraordinaria, signos del papel fundamental que jugaron sus dueños en la vida política, social y económica de la corte tebana. Estos complejos se construyeron alrededor de la tumba del rey Mentuhotep II, monarca conocido por haber puesto fin a un siglo y medio de crisis y fragmentación estatal (2150-2000 a.n.e.) y por haber dado inicio a la época dorada de la cultura del antiguo Egipto. Los hallazgos materiales y la evidencia asociada a los mismos demuestran la existencia de espléndidos enterramientos con ajuares funerarios de gran valor y prácticas rituales complejas para estos oficiales, los hombres más poderosos de la administración faraónica. Además, se atestiguan en la zona tumbas de poderosas mujeres, esposas y asesoras del monarca, cuyos monumentos fueron incorporados al edificio central de culto y enterramiento del rey. También se han identificado sepulturas de mujeres de la élite con ajuares compuestos por objetos de naturaleza mágica y tatuajes sobre sus cuerpos, lo que ha hecho que sean consideradas sacerdotisas de la diosa Hathor, deidad patrona de la montaña tebana.

El interés de la zona para los expertos de la Universidad de Alcalá radica en que se trata de uno de los cementerios más importantes del antiguo Egipto y sede de los enterramientos de individuos de gran poder que dieron forma a la historia del periodo clásico. Los trabajos incluyen, en primer lugar, las excavaciones arqueológicas de estos monumentos, la interpretación de los textos jeroglíficos así como de las escenas halladas en estas tumbas y la restauración y preservación de dichas construcciones y sus ajuares; sin embargo, también se desarrollan otras labores más particulares como el estudio de los restos humanos hallados en las tumbas (momias), el análisis de tejidos antiguos depositados en las mismas o el examen de las cerámicas antiguas, que aportan una información imprescindible para la datación de los enterramientos. A todo ello se suma el trabajo de los especialistas en arqueología del paisaje y sistemas de información geográfica (SIG) aplicada al estudio del territorio; estos expertos contribuyen a reconstruir el espacio antiguo y con ello ofrecer un conocimiento más preciso de la distribución de los edificios, caminos y calzadas, así como de los canales y estanques artificiales que rodeaban a templos y tumbas de la zona. Para desarrollar todas estas labores, el equipo cuenta con 21 investigadores y 3 estudiantes becados. A expertos destacados de la UAH, como los profesores de Arquitectura Ernesto Echeverría y Flavio Celis, el profesor de Medicina legal y forense Manuel Carrillo, el especialista en textos egipcios Carlos Gracia o la experta en Geología Teresa Bardají, se une casi una veintena de especialistas de diversas disciplinas que hacen de este equipo una iniciativa multidisciplinar e internacional de gran calibre. Los 3 estudiantes que se han asegurado un lugar en la campaña consiguieron obtener una de las tres becas que ofrecieron la Asociación Española de Egiptología (AEDE), la Asociación de Amigos de la UAH y el propio proyecto de la universidad.

El trabajo de campo de la expedición UAH y las labores de investigación derivadas del mismo se combinan bajo los auspicios del Middle Kingdom Theban Project, iniciativa que aúna los diversos esfuerzos y actuaciones en el cementerio de Luxor. En esta VII campaña los trabajos se concentrarán en las fachadas de dos tumbas de gran valor para conocer un sector particular del cementerio y en las pinturas murales excepcionales que se encuentran adornando las paredes de estas fachadas. Al final de la campaña, el equipo regresará a Alcalá de Henares a continuar con la labor de investigación, análisis de los datos recogidos e interpretación de los hallazgos y, con ello, avanzar en el conocimiento de este cementerio de la élite antigua egipcia.

23 de diciembre de 2022

Uceda, una medina oculta a los pies de Somosierra

Un proyecto arqueológico que lidera la Universidad de Alcalá ha permitido confirmar la secuencia histórica del asentamiento poblacional de época islámica en esta zona a caballo entre las provincias de Madrid y Guadalajara
Excavación del espacio extramuros del castillo-alcázar de Uceda (Guadalajara) Imagen: Universidad de Alcalá

Bajo el pueblo de Uceda, en la provincia de Guadalajara, hay todo un mundo. Los pobladores se han ido sucediendo desde la fundación de una ciudad árabe que, según los primeros cálculos, se habría extendido en unas diez hectáreas de territorio. Sobre sus restos crecería después una población medieval que mudó de aspecto hasta hoy.

“Estamos encontrando una gran diacronía, una secuencia histórica en la zona que nos permite saber cómo se fue trasladando la población desde la primera medina original”, explica Lauro Olmo, codirector del proyecto junto a Manuel Castro. Ambos investigadores son profesores en la Universidad de Alcalá (UAH) y buscan saber cómo han cambiado los poblamientos a los pies de la Sierra Norte de Madrid en lo que hoy es el límite con Guadalajara.

Parten de los datos del cercano yacimiento del Pontón de la Oliva. “Fue saqueado por los furtivos y explotado como cantera desde el siglo XIX”, asegura Manuel Castro. Seguramente sirvió para la construcción de la presa que hay en esta parte del río Jarama, que hoy está en desuso.

“No hay ninguna fase anterior al siglo VI, en época visigoda, así que lo lógico es pensar que la población se trasladó posiblemente a Uceda y que se convirtió en el asentamiento dominante en la zona durante época islámica y muy vinculada a la medina de Talamanca del Jarama”, cuenta Castro.

“Uceda ofrece una oportunidad muy significativa porque gran parte de la medina está fosilizada”, abunda el arqueólogo, aunque en la excavación todavía no han llegado a los niveles en los que están los restos islámicos que se conocen gracias al georradar. La medina tuvo una extensión de entre 10 y 12 hectáreas y, aunque en parte está ocupada por construcciones modernas, todavía conserva intacta una amplia zona.

En 2018 ya se llevó a cabo una primera prospección y en este 2022, durante tres meses, han excavado en el espacio extramuros de lo que primero fue alcazaba árabe y después castillo-alcázar, en las proximidades de la puerta que daba acceso a la fortificación.

En el siglo XV sitúan los investigadores el último momento de una gran reforma en el edificio antes de iniciar su declive. Fue intensa y supuso el desmantelamiento de la fortaleza medieval articulada entre los siglos XIII y XIV.

Los resultados han permitido confirmar que el momento de abandono de la fortaleza se inició a finales del siglo XVI, para convertirse en cantera. Pero, ¿qué paso a lo largo de ocho siglos?

La medina islámica
El origen de este pueblo de Guadalajara cercano a Torrelaguna (Madrid) está en la época de Al-Andalus. “Es uno de esos asentamientos urbanos de nueva planta que se fundaron en época andalusí”, explica Lauro Olmo.

Su nacimiento coincidió, además, con “la aparición de un nuevo modelo de ciudad en el siglo IX, durante la consolidación del Emirato omeya de Córdoba que incluía aldeas o alquerías como las llamaban los árabes. La de Uceda era la típica ciudad. Nuestra provincia siempre ha estado muy ligada al mundo árabe, incluso en la toponimia”, recuerda el arqueólogo que cita por ejemplo otros movimientos de población como el éxodo de los habitantes de la ciudad visigoda de Recópolis a la vecina Zorita de los Canes, la fundación de Madinat al-Faray (hoy Guadalajara), o los nuevos asentamientos de Sigüenza y Atienza.

El lugar de surgimiento de la medina no se elige al azar. Los romanos ya estuvieron allí antes, en un asentamiento a apenas dos kilómetros de lo que hoy es el pueblo de Uceda. Y además, muy cerca de allí hay otras dos importantes referencias poblacionales: el yacimiento de la Dehesa de la Oliva, en Patones o el de la medina de Talamanca del Jarama, ambos ya en la provincia de Madrid. “Es posible que desde ambos se produjera un éxodo de población hacia Uceda”, señala Olmo-Enciso quien destaca además la importancia de la vida en torno al río Jarama.

“Me gusta recordar que uno de los legados árabes fueron los grandes cultivos de huerta que es evidente en Uceda”, añade para matizar que “todo eso cambió con el efecto del Corredor del Henares, que ha dejado una estructura económica muy distinta en la actualidad”.
El alcázar y la ciudad medieval: el Arzobispado de Toledo guardaba allí su recaudación

Lauro Olmo-Enciso lamenta que la arqueología de Al-Andalus “no se prodiga demasiado en los proyectos de investigación ni tampoco la post medieval y resulta que en Uceda tenemos referencias de los siglos XIV, XV y XVI de gran trascendencia”.

De hecho, el proyecto investigador abarca varios momentos de la historia. Uceda era una amplia ciudadela medieval de 10 hectáreas y un punto estratégico en el control del paso de Somosierra que permitía el acceso entre la meseta sur y la norte. Era todavía un importante núcleo militar a principios del siglo XVI, momento en el que conservaba un importante arsenal y fue uno de los centros defensivos más importantes del Arzobispado de Toledo.

En el conjunto urbano destacaba la alcazaba, que en el lugar siempre se ha conocido como el Alcázar y después el castillo medieval.

Se conserva todavía parte de una imponente torre albarrana junto a los restos de un camino de origen medieval que permitía el acceso desde el Jarama y que aporta al castillo un importante valor paisajístico y ambiental para conocer el entorno a los pies de la Sierra Norte entre Madrid y Guadalajara.

“Las fuentes textuales nos hablan de diversas reconstrucciones y ampliaciones de la fortaleza entre los siglos XII-XV, sobre una fundación islámica”, explican los investigadores. Su función estratégica fue reforzada en el siglo XV por los sucesivos arzobispos que “convirtieron a la fortaleza en uno de los puntos fuertes donde se guardaba la recaudación fiscal”.

Aunque el castillo sufrió diversas reconstrucciones entre los siglos XIII-XIV, destacan las obras emprendidas por el díscolo arzobispo Alonso Carrillo de Acuña (1410-1482), que encargó que el alcázar se reforzara, preparándolo intensamente para el fuego de artillería además de ampliar su foso. Y es que “en el siglo XIII hubo un cambio en el concepto de las construcciones ofensivas”, detalla Olmo-Enciso.

Con la llegada de los Reyes Católicos, tras imponerse en la Guerra de Sucesión (1475-1479), se inició un largo periodo de abandono de un lugar que, por cierto, sirvió de encierro para personajes ilustres como el cardenal Cisneros a finales del siglo XV, y “tal vez” para el duque de Alba (1579-1580).

Las excavaciones realizadas en el interior del recinto han puesto de manifiesto la existencia de suelos que formaron parte de un segundo piso y un gran aljibe.

De momento, se ha trabajado en la identificación de algunos de los elementos más significativos de la alcazaba a través de una extensa prospección geofísica, mediante georradar. Eso ha permitido a los investigadores reconocer parte de la planta y el diseño original del castillo que permanece enterrado. Se ha confirmado, por ejemplo, la organización del edificio en torno a un gran patio central.

Después y gracias a drones de alta resolución, se ha podido identificar gran parte del espacio de la medina, mediante la creación de modelos 3D. Todo ello ha permitido encontrar un recinto amurallado que debió tener unas dimensiones de, al menos, 1,40 kilómetros.

Una iniciativa ciudadana
El pasado islámico de la provincia, arqueológicamente, ha permanecido siempre en un segundo plano, reconoce Lauro Olmo-Enciso. Con Uceda ha llegado la excepción y además gracias a la iniciativa ciudadana local: “Partió del propio Ayuntamiento de Uceda y eso no suele ser habitual”. El Consistorio financia parte del proyecto, además de la Junta de Castilla-La Mancha, la Universidad de Alcalá y no se descarta que se pueda sumar la Diputación de Guadalajara.

Además del ayuntamiento, los vecinos de este pueblo que no llega a los 3.000 habitantes se han volcado con los investigadores: “Los arqueólogos y los historiadores nos basamos en documentación científica, pero la colaboración de las gentes del lugar que te vienen a contar cosas, incluidas las tradiciones, es algo muy notable. Ha sido un entorno de trabajo muy agradable y potenciador”.

Ya les esperan para la próxima campaña que está prevista para la primavera de 2023. Se centrarán en la excavación de la puerta de acceso y en la identificación de la primera configuración de la fortaleza, cuya fundación se debió producir en época emiral (siglos VIII-IX) y ligada estrechamente con la medina de Talamanca del Jarama.

28 de noviembre de 2022

Niños soldado en Castilla-La Mancha: un enigma arqueológico apasionante

Investigadores de la Universidad de Alcalá descubren en Numancia de la Sagra (Toledo) brazales de arquero en tumbas infantiles del III milenio A.C
Brazal de arquero con huellas de impactos.

Profesores de Prehistoria de la Universidad de Alcalá del grupo de Investigación Prehistoria Reciente en la cuenca interior del Tajo (PRECYT), junto a investigadores del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC y de la Universidad Autónoma de Madrid, han realizado un trabajo de investigación sobre los brazales de arquero encontrados en tumbas infantiles de Europa a partir de piezas localizadas en la península ibérica.

Como explica la investigadora principal de la Universidad de Alcalá, Rosa Barroso, ‘los brazales proceden de la excavación del yacimiento de Las Mayores, en Numancia de la Sagra (Toledo), realizada en el año 2008. El equipo de la UAH lleva varios años estudiando los enterramientos documentados en este yacimiento, en colaboración con la empresa Rojas Arqueología SL que realizó las excavaciones, donde se han obtenido fechas de radiocarbono, se han realizado estudios antropológicos y físico-químicos de los restos encontrados gracias a la financiación de la Junta de Castilla la Mancha y la Universidad de Alcalá’.

Estas piezas de piedra de forma rectangular con dos perforaciones aparecen con frecuencia colocadas en el antebrazo de los individuos enterrados a finales del III milenio A.C. lo que ha permitido su interpretación como protectores del antebrazo durante el tiro con arco. Hoy en día está probada su funcionalidad como protectores, pero muchas piezas pudieron tener también una función de reconocimiento social en las tumbas.

Deduciendo lo que no se ha conservado
‘En el periodo al que corresponden las tumbas de Las Mayores, son frecuentes los enterramientos en los que aparecen puntas de flecha líticas que podrían tener un astil de madera que no se ha conservado. Lo mismo pasa con los arcos que conocemos desde etapas anteriores pero que sólo se han conservado donde se dan las condiciones ambientales necesarias para que la madera perdure. Es muy probable que también se utilizaran brazales de piel que no se han conservado’ asevera la investigadora.

Dos de las tumbas excavadas en el yacimiento arqueológico de Las Mayores son particulares porque se trata de dos niños de corta edad en los que difícilmente podríamos encontrar experimentados arqueros. Y es que solo se han encontrado tumbas infantiles con brazales en centroeuropa, pero en conjunto son muy escasas.

El estudio detallado de los brazales de arquero asociados a estos individuos infantiles ha determinado que ambas piezas fueron reutilizadas, rehechas a partir de brazales rotos de mayor tamaño antes de ser depositadas en las tumbas, pero un tanto imperfectas en su reparación, quizás porque se asocian precisamente a aprendices.

‘Una de las piezas mejor conservada ha permitido, mediante un análisis microscópico de sus huellas, confirmar su uso en arquería antes y después de su reutilización a pesar de su pequeño tamaño, afirma la profesora Rosa Barroso. Los resultados indican un valor social en la tumba, quizás como piezas heredadas o trasferidas, al igual que sugieren el aprendizaje o uso del arco en momentos tempranos de la infancia, en torno a los 10 años.

Este estudio se inserta en una línea de investigación del Área de Prehistoria de la Universidad de Alcalá que profundiza en la biografía de los útiles de piedra en las sociedades de la Prehistoria reciente. Los útiles líticos son el resultado de todo un recorrido desde la selección de la materia prima, el proceso de elaboración, su reparación o reutilización con fines diversos hasta ser abandonadas o como en este caso, amortizadas en contextos funerarios que tanta información proporcionan para entender los modos de vida de las sociedades humanas en la prehistoria.
(Fuente: La Crónica)

27 de octubre de 2022

Guadalajara, la medina islámica que desplazó a la ‘Complutum’ romana como centro de poder

Las monedas de cobre encontradas en varios yacimientos han arrojado nuevos datos sobre una ciudad que data de finales del siglo VIII y de la que todavía queda mucho por descubrir
El Ataifor de Guadalajara, una pieza de cerámica andalusí aparecida en la ciudad que permite ahondar en el pasado islámico de la ciudad y su entorno Foto: Junta de Castilla-La Mancha

Medio centenar de monedas de cobre han sido clave para que los investigadores hayan podido confirmar nuevos datos sobre el origen islámico de Guadalajara. Y es que el felús, la unidad más humilde del sistema monetario hispano-musulmán, resultó ser un elemento fundamental en el proceso de islamización de la Península Ibérica. Además, estas monedas de cobre, mucho más abundantes que las visigodas, marcaron el inicio de nuevas relaciones sociales o económicas a través de los zocos o mercados.

Ahora se sabe que el origen de la ciudad se remonta, al menos, al periodo comprendido entre los años 780 y 790 y que estaba vinculada al gobierno de los Banu Salim. Era un linaje beréber perteneciente a la tribu de los Masmuda que controlaba el territorio entre Guadalajara y Medinaceli (Soria).

El Museo de Guadalajara guarda una importante colección de monedas islámicas que ronda el medio centenar. “Gracias a su labor se ha podido determinar su procedencia. Todas disponen de su propia referencia topográfica. Se encontraron en yacimientos que son, incluso, anteriores a la propia fundación de la ciudad. Las hay que datan con anterioridad al gobierno de Abd al Rahman I (756-788)”, detalla Manuel Castro, profesor del área de Arqueología de la Universidad de Alcalá (UAH).

Hoy sabemos que desplazó a la urbe romana de Complutum (Alcalá de Henares). “Se creó un nuevo núcleo de poder territorial y urbano: la medina de Guadalajara. Y así sería hasta bien entrada la Baja Edad Media. Las monedas encontradas confirman eso ocurrió muy avanzado en el siglo VIII”, explica Castro.

“El siglo VIII es oscuro en lo histórico, pero sabemos que se fundaron otras medinas como la de Zorita de los Canes, en Guadalajara y Medinaceli, en Soria. Probablemente, ya estarían formadas o en proceso de consolidación definitiva, bajo el gobierno de Al-Hakam I (796-822)”. Lo hicieron, reconoce el investigador, “un poco antes de lo que hasta ahora pensábamos. E incluso antes que Madrid, que se fundó a mediados del siglo IX”.

Wād al-ḥaŷara -el nombre islámico más conocido de la hoy Guadalajara- no fue su primera denominación. En realidad, su nombre fundacional fue Madinat al-Faray.

Esa medina -como la actual Guadalajara- era una zona de paso, pero estratégica, ubicada junto al río Henares. “Sabemos que en la margen izquierda se funda una fortaleza islámica con funciones estratégicas no solo frente a enemigos externos, sino de control de la población y de los recursos interiores de Al-Andalus. Por ejemplo, el cobro de impuestos”.

Guadalajara, la Madinat al-Faray islámica, ciudad de la Marca o Frontera Media, aparece mencionada en las fuentes escritas árabes como centro secundario en relación con Toledo. “Tuvo zoco, un recinto amurallado con torres rectangulares -no necesariamente en el mismo lugar que la actual muralla- y en la segunda mitad del siglo IX fue una de las medinas más destacadas en el centro de la Península Ibérica porque tuvo una importante escuela de ulemas o doctores de la ley islámica”.

Manuel Castro explica además que en el lugar “solían parar las tropas procedentes de Córdoba para iniciar las aceifas o saqueos hacia el norte”.

Ricos yacimientos hasta ahora poco explorados
“La ciudad de Guadalajara es un auténtico yacimiento islámico y de otras épocas. Conocemos relativamente poco”, lamenta el investigador. Cree que “necesitaría un buen proyecto de investigación, al margen de las excavaciones de urgencia, junto a un plan de musealización de algunas áreas de la ciudad y de su entorno”, según propone.

Y es que la ciudad “fue un sitio estratégico por su elevación. Hoy la vemos como la vemos, pero en el siglo VIII su Alcázar, sobre una peña, permitía un control del territorio increíble”.

Si las fuentes escritas han sido importantes para ahondar en el pasado andalusí de Guadalajara, también lo son las muchas, aunque pequeñas, excavaciones realizadas tanto en la ciudad como su entorno en los últimos años y que han ido arrojando nuevos datos.

El arqueólogo alude en particular a la que se llevó a cabo en el año 2000 cuando se construía el túnel de Aguas Vivas, uno de los más importantes enlaces entre el casco antiguo y las nuevas zonas residenciales. “De allí salió una importante secuencia arqueológica que confirmó la ocupación de la ciudad en los siglos VIII y IX, de la que formó parte un singular tesoro de monedas de cobre o feluses”.

Otras excavaciones realizadas en el Real Alcázar de Guadalajara, que hoy es casi una ruina, sacaron a la luz más monedas, en este caso del siglo noveno. “Guadalajara era entonces la referencia urbana más importante de la zona. La siguiente era ya Medinaceli. Al menos hasta el siglo XI y XII. Cuando en 1085 cae Toledo, Guadalajara sigue siendo una plaza importante”.

Actualmente, coincidiendo con las obras del nuevo campus de la Universidad de Alcalá, se han descubierto restos arqueológicos de una necrópolis visigoda y medieval. “Es posible que también haya otros elementos islámicos relativamente próximos”.

El Ataifor de Guadalajara
Manuel Castro acaba de ofrecer una conferencia en el Museo de Guadalajara dentro del ciclo dedicado al recientemente descubierto Ataifor de Guadalajara, en la que reflexiona sobre el origen de la ciudad, a partir de un conjunto de conferencias, como resultado de una reciente exposición en torno a la excepcional pieza de cerámica andalusí, la más importante aparecida en muchos años, localizada durante unas obras en la ciudad.

“Tiene una especial belleza, realizada en la técnica conocida como verde y manganeso, que incluye una figura humana y eso era muy poco frecuente”, señala el arqueólogo. La pieza destaca por la representación de un jinete, algo muy poco frecuente en la iconografía islámica.

29 de agosto de 2022

Primera intervención arqueológica en el castillo de Uceda (Guadalajara)

Los trabajos van a incluir también el empleo de Nuevas Tecnologías. En este sentido, se espera la utilización de un Georradar que permita obtener una primera imagen del subsuelo, y que servirá de apoyo a la excavación arqueológica.
El proyecto, desarrollado en la parte técnica y metodológica desde la Universidad de Alcalá, ha significado la contratación de dos técnicos arqueólogos y cuatro operarios.

Entre el 22 de agosto y el 6 de octubre se desarrolla la I Campaña de Investigación Arqueológica en el entorno del Castillo de Uceda. La intervención se enmarca dentro de la colaboración entre el Ayuntamiento, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Universidad de Alcalá. Cuenta, además, con financiación conjunta del Plan Autonómico para la realización de Proyectos Arqueológicos y Paleontológicos 2022 y del propio Ayuntamiento.

El proyecto, desarrollado en la parte técnica y metodológica desde la Universidad de Alcalá, ha significado la contratación de dos técnicos arqueólogos y cuatro operarios.

La antigua alcazaba-castillo de Uceda es mencionada en las fuentes textuales árabes desde el siglo X, y supuso el núcleo desde el que se produjo el crecimiento primero de una medina, y posteriormente de una villa medieval, que dieron origen al actual núcleo urbano. Se conocen datos que indican, además, que el cerro pudo estar habitado desde la II Edad del Hierro (400-100 a. C.).

Los trabajos van a incluir también el empleo de Nuevas Tecnologías. En este sentido, se espera la utilización de un georradar que permita obtener una primera imagen del subsuelo, y que servirá de apoyo a la excavación arqueológica.

El objetivo de la intervención, que pretende continuar en el futuro, es doble. Por un lado, tener un mejor conocimiento del Patrimonio Histórico y Cultural de Uceda, y promover nuevos recursos que permitan el crecimiento del Turismo Cultural en el municipio, ampliando una oferta que aúne naturaleza e Historia.

9 de mayo de 2017

Recópolis llega a la Universidad de Harvard

La ciudad visigoda está cambiando la idea sobre la ciudad europea de comienzos de la Edad Media (siglos VI al VIII d. C.), época considerada hasta el momento como decadente y oscura. Los expertos analizan los últimos descubrimientos en el yacimiento.
Los hallazgos en la ciudad han sido posibles gracias al empleo de nuevas tecnologías y herramientas metodológicas.
La Universidad de Harvard ha sido la sede de un encuentro internacional de expertos dedicado a analizar los excepcionales hallazgos realizados en el yacimiento arqueológico de la ciudad visigoda de Recópolis en Zorita de los Canes, (Guadalajara) durante los años 2015 y 2016.

Dicho encuentro ha sido organizado por la propia Universidad de Harvard y la de Alcalá de Henares (UAH) que, junto a la Universidad de Frankfurt y más recientemente el Instituto Tecnológico de Massachusetts, son las entidades encargadas de llevar a cabo la investigación arqueológica, ha informado hoy la UAH en una nota.

Investigadores procedentes de los campos de las ciencias naturales, humanísticas, aplicadas y nuevas tecnologías han presentado los resultados de este proyecto internacional, que contribuyen a resaltar cómo Recópolis está cambiando la idea sobre la ciudad europea de comienzos de la Edad Media (siglos VI al VIII d. C.), época considerada hasta el momento como decadente y oscura.

En este sentido, el profesor de la UAH que codirige el proyecto, Lauro Olmo, ha indicado que «estas investigaciones confirman cómo Recópolis fue una ciudad excepcional, con una densidad de edificios inusual para la Europa de la época, y muestran la importancia del trabajo interdisciplinar y con nuevas tecnologías para el estudio del pasado».

NUEVAS TECNOLOGÍAS
Y ha abundado que los hallazgos únicos localizados en esta ciudad visigoda han sido posibles gracias a la aplicación de nuevas tecnologías y herramientas metodológicas, como la prospección arqueológica geomagnética, la extracción de muestras por vibracoring, la espectroscopia de fluorescencia de rayos x (XRF) o las analíticas arqueobiológicas, y al trabajo de arqueólogos, historiadores, geólogos, biólogos, químicos e ingenieros.

Así, ha detallado que la prospección geomagnética, una técnica no intrusiva, ha revelado la existencia de nuevas zonas palaciales con relevantes construcciones, manzanas de viviendas de grandes dimensiones junto a otras más modestas de diferentes tipos.

DENSO TRAZADO URBANO
Todo esto documenta lo que fue «un denso trazado urbano», según Olmo, quien ha precisado que también en las áreas suburbanas, al exterior de la muralla, se ha descubierto la presencia de construcciones de la época alineadas con las vías de salida de la ciudad, así como obras de infraestructura ligadas a antiguos cauces del río Tajo.

«El hallazgo de nuevos poblados, aldeas y granjas construidas en el entorno de la ciudad, unido a datos sobre la organización del espacio agrario, ayudan a entender cómo la fundación de Recópolis vertebró una nueva organización del hábitat y de los espacios productivos», ha agregado el arqueólogo.

Asimismo, la investigación realizada por sondeos por vibracoring, por XRF y analíticas radiocarbónicas ha ampliado la visión del paisaje a través del hallazgo de nuevas estructuras, existencia de cambios en la morfología del terreno, posibles cauces antiguos de un curso cambiante del río Tajo y una nueva organización de los espacios agrarios y ganaderos.

Los análisis sobre las técnicas constructivas presentes en la ciudad han ofrecido datos sobre la composición y lugar de procedencia de los materiales, pero también sobre su posible aplicación en la fabricación de materiales actuales, como ladrillos, desde criterios sostenibles.

(Fuente: ABC)