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18 de junio de 2024

Descubren en Navarra un altar votivo del siglo I d.C. dedicado a una divinidad vascona

 El altar, documentado en un monasterio medieval de la localidad navarra de Larunbe, recoge una dedicatoria en latín de una mujer, Valeria Vitella, a la deidad vascona Larrahe. El catedrático de Filología Latina y decano de la Facultad de Filología y Comunicación de la Universidad del País Vasc, Javier Velaza, forma parte del grupo de investigadores que descubrió esta pieza en 2022.

Un equipo multidisciplinar coordinado por arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y con la participación de investigadores de la Euskal Herriko Unibertsitatea-Universidad del País Vasco, la Universitat de Barcelona, la Universidad de Burgos y la Université de Pau et des Pays de l’Adour descubrió en agosto del 2022 un ara o altar votivo de época romana, datada en el siglo I d.C. Esta pieza es excepcional debido a su inscripción y la posición donde fue recuperada, ya que recoge una dedicatoria en latín de una mujer, Valeria Vitella, a la deidad vascona Larrahe.

La Sociedad de Ciencias Aranzadi coordina desde el 2010 y en auzolan a un equipo de arqueología junto a más de 50 voluntarios y voluntarias de Larunbe para excavar y consolidar los restos del monasterio medieval de Doneztebe (siglo XI), ubicado en la cima del monte Arriaundi (942m).

Un monasterio medieval sobre restos de época romana
Arriaundi constituye un importante yacimiento arqueológico, puesto que permite conocer la evolución de un enclave cultural con diversas fases que van desde la época romana, pasando por la Antigüedad Tardía y siguiendo prácticamente durante toda la Edad Media hasta la Edad Moderna. De hecho, las características de su emplazamiento, un promontorio fácilmente defendible e inexpugnable por su vertiente sureste y con un control visual de una de las principales vías de acceso a la cuenca de Pamplona, lo convirtieron en un lugar atractivo y de carácter religioso en diferentes épocas.

Fue en el contexto de las políticas del reino de Pamplona cuando, a finales del siglo XI, se ordenó la construcción de un monasterio dedicado a San Esteban (Doneztebe) que define el espacio central del yacimiento. Gracias a las labores de voluntariado de vecinas y vecinos de Larunbe y la coordinación arqueológica de Aranzadi se descubrieron y consolidaron los restos de este monasterio, cuyo emplazamiento era desconocido hasta la fecha, y que conserva su planta original de tres ábsides semicirculares.

Pero una sorpresa aguardaba debajo de la tierra. Una pieza arqueológica 1000 años más antigua que la construcción del monasterio emergió en verano del 2022 en plena campaña arqueológica: un ara o altar votivo del siglo I d.C, escrito en latín y dedicado a una divinidad vascona. Esta pieza no se ha localizado en su ubicación original: es un altar diseñado para estar de pie, ser contemplado y ser legible. Sin embargo, se ha encontrado depositada en el fondo del pozo medieval adscrito al monasterio, con la inscripción oirentada hacia abajo. Se desconoce si fue arrojada o depositada de forma intencionada en este lugar.

Si bien en el yacimiento de Arriaundi se han podido documentar aisladamente materiales arqueológicos de época romana tales como fragmentos cerámicos, tachuelas de sandalias y monedas, el descubrimiento del ara aporta avances significativos sobre las creencias de los vascones, el área de culto a la deidad Larrahe y el sincretismo entre el mundo romano y el vascón.

El ara de Larunbe, una ofrenda de agradecimiento de Valeria a Larrahe
En Hispania la mayor parte de los textos sobre aras están escritos en latín y llevan el nombre de la divinidad a la que va dedicada y, por lo general, también el nombre de la persona que hace la dedicatoria.

Los altares o aras romanas suelen estar realizados de piedra. En la parte central tienen el cuerpo, donde se escribe la dedicatoria. La base y la parte superior suelen sobresalir del cuerpo, y en la superior suelen tener una corona con un pequeño orificio denominado focus. En este focus se realizaban los sacrificios, es decir, se vertía vino o se quemaba algún tipo de incienso en su interior a modo de ofrenda.

En el caso del ara de Larunbe, se representa el cumplimiento de un voto puesto por una mujer, Valeria Vitella, a una divinidad vascona de nombre Larrahe.

El nombre de este dios o diosa indígena solamente se atestigua en otras tres aras procedentes del territorio vascón, localizadas en la cuenca del Arga y de su afluente el río Salado: Muruzabal de Andión (Mendigorria, antigua Andelo), Irujo y Riezu. La de Larunbe es excepcional ya que es la pieza que más al norte ha aparecido y a más altitud, y la única recuperada en contexto de intervención arqueológica. Esto amplia el ámbito de influencia hasta ahora conocido para esta divinidad.

Se trata por tanto de una deidad evidentemente vascona, ya que tiene una parte final, escrita -he que podemos interpretar probablemente como la forma del dativo vascónico, es decir, que marca a quién está dedicada: a la deidad Larra. El nombre vascónico, con su vinculación al euskara actual, nos lleva a una interpretarla como una deidad relacionada con el campo o el territorio de labranza.

Importancia del hallazgo para la lengua vascónica
El ara de Larunbe amplía más al norte la dimensión territorial de los testimonios escritos de la divinidad y del idioma vascónico. El lugar donde aparece está en los límites de lo que podría ser el territorio patrimonial vascón y sus vecinos probablemente várdulos. El testimonio del ara nos delimita un poco más este territorio y nos señala esta zona de culto a la divinidad vascona a finales del siglo I d.C. Es un testimonio más que ayuda a profundizar sobre los orígenes y evolución del vascónico y del euskera.

Acto de presentación del ara de Larunbe
El ara votiva se ha presentado en un acto institucional en la iglesia de San Vicente de Larunbe y ha contado con la participación de Unai Hualde, presidente del Parlamento de Navarra; Ana Ollo, vicepresidenta segunda y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera del Gobierno de Navarra; Floria Pistono, alcaldesa de Iza; Jokin Otamendi, presidente de Aranzadi; Juantxo Agirre Mauleon, Secretario General de Aranzadi y arqueólogo director del yacimiento de Larunbe; y Javier Velaza, Catedrático de Epigrafía Latina de la Universitat de Barcelona.

En el acto se han presentado dos monografías sobre el ara de Larunbe y el yacimiento de Arriaundi, un reportaje documental sobre el hallazgo y un mural dedicado a Larrahe realizado en Larunbe por el muralista Iker Uribe.

Mediante este acto, Aranzadi inaugura así la temporada de excavaciones arqueológicas en Navarra, que se alargará hasta mediados de septiembre. En este contexto, y relacionado con otra pieza esencial de la epigrafía de los vascones como lo es la Mano de Irulegi, Aranzadi ofrece visitas guiadas al yacimiento de Irulegi para toda la ciudadanía interesada en conocer este poblado en el corazón de la tierra de los vascones.
(Fuente: Aranzadi)

15 de noviembre de 2022

Hallada una mano de bronce con la inscripción más antigua en lengua vasca que se conoce

La singular pieza, descubierta en un yacimiento de Navarra y datada en el primer tercio del siglo I a.C., constituye "un hito en la historia del origen del euskera".
La llamada La mano de Irulegi, hallada en el yacimiento ubicado en el valle de Aranguren (Navarra).
Foto: Sociedad de Ciencias Aranzadi

Una representación en bronce de una mano, probablemente diseñada para colgar con los dedos hacia abajo en la puerta de entrada de una casa, como si se tratase de un objeto ritual protector, esconde "el documento más antiguo y también el más extenso escrito en lengua vascónica". La pieza fue hallada durante unas excavaciones en un yacimiento arqueológico ubicado en el monte de Irulegi, en el valle de Aranguren (Navarra), entre los vestigios de un poblado de la Edad del Hierro que fue destruido a comienzos del siglo I a.C., tras ser atacado por tropas romanas en el marco de las guerras sertorianas (años 83-73 a.C).

La llamada "mano de Irulegi", fechada en el primer tercio del sigo I a.C., constituye un hallazgo excepcional al iluminar los difusos orígenes del euskera, al menos en lo que al apartado escrito se refiere. Sorioneku, que significa "de buena fortuna", es la primera de las cinco palabras (40 signos) distribuidas en cuatro líneas que ha podido ser descifrada por un equipo de investigadores dirigido por los arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que prospectan el sitio desde 2017, y del que también han formado parte Javier Velaza, catedrático de Filología latina en la Universidad de Barcelona, Joaquín Gorrochategui, catedrático en Lingüística Indoeuropea en la Universidad del País Vasco, y Berta Balduz, restauradora del Gobierno de Navarra.

La pequeña lámina de bronce, cuya pátina contiene un 53,19% de estaño, un 40,87% de cobre y un 2,16% plomo, fue descubierta junto a la entrada de una de las viviendas excavadas en el yacimiento —estuvo habitado entre mediados de la Edad del Bronce (siglos XV-XI a.C) y finales de la Edad del Hierro—. Con unas dimensiones de 14,3 cm de altura, 1,09 mm de grosor, 12,7 cm de ancho y 35,9 g de peso, es lisa en el lado de la palma y en el dorso presenta la forma de las uñas correspondientes a los dedos anular, corazón e índice, aunque no se han conservado.

En el centro del extremo cercano a la muñeca presenta una perforación. Por el lugar en el que se encontró, su morfología y su decoración, los investigadores sugieren que se trata de un objeto ritual que se colgaba en la puerta de entrada de la vivienda.

En un comunicado distribuido por la Sociedad de Ciencias Aranzadi se detalla que el sistema gráfico empleado para escribir el texto, cuyas trazas solo lograron identificarse en el laboratorio, pertenece al sistema ibérico. Sin embargo, presenta algunas características que llevan a catalogarlo como "un sistema específico del territorio vascón". Durante la presentación del singular objeto, los investigadores han destacado el parecido entre la primera palabra —sorioneku— y el vocablo vasco zonioneko (de buena fortuna, de buen agüero). El resto de la inscripción, realizada con la técnica de punteado después de un esgrafiado, no ha podido ser descifrada hasta el momento.

"La 'mano de Irulegi' introduce novedades significativas en el mundo arqueológico y lingüístico", han subrayado los especialistas. "Por un lado, confirma la existencia de un sistema gráfico específico, derivado del signario ibérico, llamado 'signario vascónico'. Además, certifica el empleo de la lengua vascónica en el área geográfica en el que ha sido descubierta a inicios del siglo I a.C.; es decir, hace más de 2.000 años".

También han apuntado que es una prueba más del uso de la escritura por parte el antiguo pueblo prerromano de los vascones y que habría que sumarse a otras evidencias como las acuñaciones de monedas, el mosaico de Andelo, el bronce de Aranguren o una inscripción sobre piedra de Olite. La "mano de Irulegi" ha sido calificada como "un hito en la historia del origen del euskera".

El yacimiento, que va a ser declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica, donde se ha hallado el peculiar bronce se sitúa en la zona más exterior del antiguo poblado, uno de los mejores ejemplos de oppidum de la región y con un tamaño de 14 hectáreas. Se trata de una zona abierta con una superficie de 370 metros cuadrados, en la que han aparecido dos viviendas de unos 70 m2 y parte de la vía principal, de cuatro metros de anchura.

Su excavación, según los arqueólogos, es de singular importancia dado que ofrece una imagen "congelada" de la época. El poblado fue incendiado durante la guerra que enfrentó a los ejércitos romanos de Quinto Sertorio y Lucio Cornelio Sila —los indígenas locales tomaron partido por uno de ellos y fueron castigados— y los muros cayeron sobre las viviendas, sepultando y protegiendo lo que se encontraba en su interior. Se ha podido documentar cerámica y objetos cotidianos en buen estado de conservación. En la Edad Media, sobre sus vestigios, se erigió un castillo de realengo que fue destruido a finales del siglo XIII por orden de los reyes de Navarra para evitar que fuese utilizado por los afines al reino de Castilla.

19 de junio de 2020

Descubren cuatro tumbas más en la necrópolis bizantina de Sant Francesc en Formentera

En las dos tumbas excavadas que se han excavado hasta el momento se han encontrado restos de dos niños en una de ellas, y un adulto y un niño, en la otra. Las sepulturas, datadas en el siglo VII se suman a otras cuatro halladas anteriormente y podrían estar relacionadas con algún asentamiento próximo.
La necrópolis de época bizantina se documentó en 2017. FOTO: NOU DIARI
El Consell de Formentera, a través del área de Patrimonio, informa que ha empezado una nueva tarea de excavaciones arqueológicas en la necrópolis de época bizantina que se encontró en 2017 en un solar de la calle del Médico Vicent Riera en Sant Francesc. En esta primera semana, los trabajos que están desarrollando un equipo de arqueólogos de la empresa Sociedad Ciencias Aranzadi han sacado a la luz cuatro tumbas más junto a las otras cuatro que se encontraron anteriormente y que corresponden a la época tardía antigua del siglo VII.

La consellera de Patrimonio, Raquel Guasch, ha valorado el trabajo que se está desarrollando en este lugar. “Estos hallazgos nos ayudan a conocer más en profundidad nuestra historia y por eso es fundamental que la administración impulse estas acciones y disponga de las herramientas adecuadas para proteger nuestro patrimonio, como son el catálogo de patrimonio cultural y la Comisión Específica de Arqueología”, ha señalado la consellera Guasch.

Por su parte, la arqueóloga Glenda Graziani ha comentado que, en Formentera, de esta época baja imperial bizantina hay otras necrópolis documentadas “un poco anteriores a este periodo, como Can Gabino, Can Toni Blai, monasterio de la Mola, etc. y esta que no se conocía hasta ahora, dentro de la finca sa Tanca Vella”. Graziani ha subrayado que “se espera que con esta intervención se pueda dar un poco de luz a una época menos conocida; esta necrópolis seguramente estaría ligada a un asentamiento que quizás algún día saldrá”. De hecho, en los trabajos ha salido una estructura excavada en la roca que podría tener alguna relación con la necrópolis. También hay un campo de cultivo antiguo, “muy interesante para conocer la evolución de la explotación agrícola a lo largo de la historia”.

ESTUDIO DE SEDIMENTOS
Por su parte, la también arqueóloga Almudena García-Rubio ha detallado que “las sepulturas encontradas están más separadas de las anteriores y que en las dos tumbas excavadas de momento hay restos de dos niños, en una de ellas, y un adulto y un niño, a la otra”. “Los restos tienen un estado de conservación bastante deficiente y se hará un estudio de sedimentos por saber si el tipo de tierra afecta a su conservación”, ha comentado.

Durante una excavación en 2017 previa a la concesión de licencia de obras para construir dos viviendas, se localizó parte de una necrópolis de época bizantina, en un espacio que se encuentra dentro del entorno de protección del yacimiento arqueológico YA-111 del catálogo del patrimonio cultural de Formentera. Posteriormente, en 2018 el Consell firmó un convenio de colaboración con la propiedad de la finca para asumir la ejecución de la excavación arqueológica del resto del solar y sacó a concurso público, que ganó Sociedad Ciencias Aranzadi, por un importe de 25.703,74 € (IVA incluido).

(Fuente: Nou Diari)

5 de octubre de 2017

Descubren una necrópolis medieval en una iglesia de Arrasate (Guipúzcoa)

Arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, con la colaboración de miembros de Arrasate Zientzia Elkartea, han descubierto una necrópolis medieval, datada entre los siglos XIII y XV, en la torre del campanario de la iglesia de San Juan Bautista de esta villa guipuzcoana fundada en 1260.
Cada fosa acoge a varios individuos, tres o cuatro según los casos, superpuestos y todos ellos sin ajuar.
Las excavaciones, que han contado con el respaldo de la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de la localidad, se han desarrollado durante la última semana de septiembre en pleno casco histórico de Arrasate, en un solar de unos trece metros cuadrados.

Se trataría del primer lugar de enterramiento medieval de la población, ubicado en la parte del yacimiento más cercana a la iglesia, donde se han encontrado una serie de fosas de forma ovalada excavadas directamente en la arcilla natural del terreno y organizadas en calles paralelas.

Según explican los promotores de este proyecto en una nota, cada fosa acoge a varios individuos, tres o cuatro según los casos, superpuestos y todos ellos sin ajuar, que fueron enterrados con orientación este-oeste.

Los expertos consideran que esta necrópolis se originó "en el contexto de un templo más pequeño que la iglesia actual" y que desapareció durante un incendio ocurrido en 1448.

Las investigaciones arqueológicas continuarán ahora con estudio osteológico de los restos humanos para determinar su dieta y obtener el ADN de los individuos descubiertos.

FORJA
Además de este hallazgo, las excavaciones también han permitido documentar la existencia de una edificación "relacionada con el trabajo del hierro" y que fue derruida en el siglo XVI, cuando se construyó la actual torre de la iglesia de San Juan Bautista.

Los arqueólogos recuerdan además que en este mismo entorno arqueológico se ha documentado la presencia de cerámicas relacionadas con un estadio de ocupación "mucho anterior", sobre la Edad del Bronce, que puede datarse en torno a hace entre 3.500 y 3.900 años.

Un hecho que, según estos expertos, "evidencia una temprana ocupación de la colina" en la que en 1260 se fundó la villa de Arrasate, lo que pondría de manifiesto una "continuidad" en la presencia humana en este mismo lugar desde la prehistoria hasta la actualidad.

7 de noviembre de 2014

Encuentran dos varillas ornamentales de 14.000 años en una cueva de Azpeitia (Guipúzcoa)

Las varillas, datadas en el Magdaleniense Medio, tienen unos veinte centímetros de longitud y están fabricadas en asta de ciervo o reno. Los investigadores creen que la factura de estas dos piezas, de "calidad excepcional", denota también un contacto directo con otros grupos humanos de la vertiente norte de los Pirineos, ya que "entroncan con la tradición cultural de las varillas isturitzenses" localizadas en Francia. 
La arqueóloga María José Iriarte posa junto a las dos varillas enteras halladas en la cueva de Ezkuzta, en Azpeitia.
FOTO: RUBÉN PLAZA / NOTICIAS DE GIPUZKOA.
Ambas piezas, encontradas en la cueva de Ezkuzta (Azpeitia), han sido presentadas por la diputada guipuzcoana de Cultura, Ikerne Badiola, y la arqueóloga del centro Ikerbasque y de la Sociedad de Ciencias Aranzadi María José Iriarte, quienes han estado acompañadas por el alcalde de Azpeitia, Eneko Etxeberria.

Las varillas, datadas en el Magdaleniense Medio, tienen unos veinte centímetros de longitud y están fabricadas en asta de ciervo o reno, material que fue empleado por un artista prehistórico de nuestra misma especie para realizar una serie de profundos grabados en todos sus lados, salvo en la cara posterior, con un claro propósito decorativo.

María José Iriarte ha destacado la "calidad técnica" de los grabados de las varillas, una de las cuales se caracteriza por sus líneas incisas en haces, que juegan también con los espacios que el artista dejó blanco sobre el cuerno, mientras que la segunda destaca por sus espirales y rayas curvilíneas.

USO ORNAMENTAL
Las varillas, que no fueron concebidas para ser empleadas como herramientas sino para que únicamente tuvieran un uso ornamental, están trabajadas con un buril de piedra muy fino por un artesano con gran precisión y grabadas en paralelo en un único trazo con una distancia de unos dos milímetros entre ellas, según ha desvelado Iriarte.

La arqueóloga ha destacado también el "gran concepto artístico" de las personas que elaboraron estos elementos, quienes confeccionaron las varillas "pensando en lo que iban a grabar" sobre ellas desde el momento inicial de "la concepción previa de la obra".

La experta ha recordado además la dificultad de conservación de los elementos orgánicos en los yacimientos prehistóricos debido a la acidez de algunos suelos guipuzcoanos y a la facilidad con la que se corrompen estos materiales.

PROBLEMAS DE CONSERVACIÓN EN LA CUEVA
En el caso de Ezkuzta, una cueva descubierta por la asociación Antxieta Jakintza Taldea, también existen problemas de conservación debido a la instalación de una cantera sobre la gruta y la construcción de una acequia próxima, lo que erosionó el yacimiento y originó un "colapso" en la cueva con el desplazamiento de sus sedimentos y la entrada de agua en el lugar.


Los investigadores creen que la factura de estas dos piezas, de "calidad excepcional", denota también un contacto directo con otros grupos humanos de la vertiente norte de los Pirineos, ya que "entroncan con la tradición cultural de las varillas isturitzenses" localizadas en Francia.

RESTOS DE FAUNA, INDUSTRIA LÍTICA Y OBJETOS DE ADORNO
Junto a las piezas presentadas, las últimas excavaciones realizadas en Ezkuzta han permitido localizar otras piezas destacadas como restos de fauna de los animales con los que se alimentaban sus moradores, industria lítica confeccionada con sílex y datada en el Paleolítico Inferior, y objetos de adorno personal como conchas con las que pudieron confeccionarse colgantes.

Durante la comparecencia, la diputada de Cultura, Ikerne Badiola, ha destacado la riqueza arqueológica de Gipuzkoa, donde en la última campaña se han realizado 19 excavaciones y otros proyectos de interés arqueológico.

Por su parte, el alcalde de Azpeitia, Eneko Etxeberria, ha reclamado protección para el yacimiento de Ezkuzta con el fin evitar el posible "saqueo" y que alguien pueda "borrar las huellas" de sus vestigios arqueológicos.

(Fuente: Deia / EFE)