google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Llanes
Mostrando entradas con la etiqueta Llanes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Llanes. Mostrar todas las entradas

25 de octubre de 2017

Las excavaciones regresan a Llanes para saber cómo vivían los asturienses

Un equipo de arqueólogos liderados por el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, Pablo Arias, trabajará durante dos semanas en el abrigo del Alloru. La costa oriental es «una de las mejores de Europa» para estudiar esta fase del Mesolítico
Los arqueólogos excavan a la entrada del abrigo del Alloru, en la localidad llanisca de Balmori. / FOTO:  N. ACEBAL
El entorno del abrigo del Alloru, ubicado a la entrada de la localidad llanisca de Balmori, vuelve a ser un hervidero de actividad en busca de vestigios que ayuden a saber cómo vivían los antiguos pobladores de la costa Oriental. El equipo liderado por el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria Pablo Arias retomaba ayer por la mañana las excavaciones enmarcadas en un proyecto que iniciaron en 2013 y que pretende arrojar luz sobre las costumbres de los últimos cazadores-recolectores que habitaron la zona hace entre 8.000 y 5.000 años, justo antes de la llegada de los primeros agricultores. En los trabajos participan una docena de arqueólogos procedentes de las universidades de Cantabria y La Rioja y se prevé que éstos tengan una duración mínima de dos semanas que se podrían ampliar.

«Sabemos qué animales cazaban y pescaban y qué vegetales recolectaban estos grupos de asturienses, pero es una visión muy parcial. Ésta es una investigación relevante, pues si todo va bien nos permitirá saber de una vez cómo era su día a día, cómo se organizaban sus asentamientos, qué tamaño tenían los grupos, cómo se asignaban las tareas, hasta qué punto eran nómadas y otras muchas preguntas que llevamos décadas haciéndonos», explicaba ayer Arias, mientras supervisaba los primeros momentos de la excavación.

Precisamente en el mismo lugar donde hoy trabajan los arqueólogos ya se hallaron hace cuatro años evidencias del paso del Mesolítico al Neolítico, así como de uno de los asentamientos que habitualmente acompañan a los concheros -nombre con el que los expertos se refieren a las acumulaciones de conchas y otros restos animales que posiblemente correspondan a los basureros de la época-. En el mismo se encontraron incluso un par de agujeros de poste que los investigadores consideran que podrían haber formado parte de una cabaña. Se trata, indicó Arias, de «un yacimiento muy rico» en el que destacan los «indicios de industria lítica, como los picos asturienses, de los que hallamos más de diez en la última ocasión».

Asimismo, el director de la excavación explicó cómo un reciente estudio de micromorfología llevado a cabo por un miembro de su equipo, Carlos Duarte, demostró que algunas de las conchas del Alloru contenían tierra procedente de otros lugares. «Esto demostraría que los desperdicios fueron movidos de un sitio para otro, quizás en un intento de mantener limpio el asentamiento», indicó.


LA BORBOLLA Y PIMIANGO
La actuación no se limitará al entorno del Alloru, sino que se replicará en otras zonas ya conocidas por estos investigadores, como la sierra plana de La Borbolla, donde en su día se hallaron 57 túmulos, así como la zona de Pimiango, donde se excavaría por primera vez. La costa oriental, agregó el director de la excavación, es «una de las mejores de toda Europa» en lo que a vestigios de la vida en esta última etapa del Mesolítico se refiere.

Estos trabajos conforman la última fase del estudio 'Sociedades costeras en un mundo cambiante', en el que trabajan expertos de diferentes instituciones académicas y cuya finalización está prevista para diciembre de 2017.

19 de julio de 2011

Las obras de la autovía A-8 sacan a la luz un yacimiento asturiense en Llanes

Localizado en un gran conchero un cráneo humano completo, un hallazgo único en ese período si los estudios confirman la investigación inicial.

Un importante yacimiento asturiense, en el que destaca el hallazgo en un gran conchero de un cráneo humano completo y algunos huesos sueltos, es una de las felices consecuencias del seguimiento arqueológico realizado en las obras de construcción del tramo Pendueles-Llanes, de la Autovía A-8 del Cantábrico. 


La arqueóloga muestra el cráneo hallado en la cueva.

El yacimiento asturiense pertenece a un sistema kárstico en el que se integran ocho bocas abiertas al exterior, dos de ellas ya inventariadas en la carta arqueológica de Llanes. Los trabajos en la cueva, un abrigo con una visera que se desplomó sobre la entrada, localizaron un conchero cementado (depósito arqueológico que contiene una cantidad visible de moluscos), en este caso con abundantes restos de bígaros, mejillones, caracol terrestre, lapas y otros. Se encontraron también piezas líticas, entre ellas un pico asturiense, y distintos útiles. 

En medio del conchero se halló un cráneo humano completo, hallazgo único en el período asturiense (que abarca entre los años 4.000 y 7.000 antes de Cristo), en buen estado de conservación, y varios huesos humanos, lo que revela un asentamiento en esa época, con unos niveles de potencia superior al metro. 

El asturiense está estrechamente ligado al conde de la Vega del Sella y a las primeras excavaciones que realizó en la cueva del Penicial en Nueva de Llanes. Los asturienses ocuparon la franja norte de la península Ibérica, concentrándose sobre todo en el oriente de Asturias y en el occidente de Cantabria. Sus yacimientos se encuentran mayoritariamente en bocas de cuevas cerca del mar o bajo abrigos, generalmente próximos a la costa. Entonces, según María Noval, directora de las excavaciones de la obra, Asturias tenía un clima más favorable que el actual, la línea de la costa estaba mucho más metida en el mar y el paisaje de acantilados no era el actual. 

El hombre vivía en libertad y se alimentaba de la caza y del marisqueo, por eso aparecen tantos restos de moluscos en la cueva. Paralelamente, se encontró en la misma cavidad una estructura megalítica, probablemente de un momento posterior, aunque la arqueóloga, prudente, indicó que todo lo hallado se encuentra en fase de estudio por destacados especialistas y pendiente de las dataciones. Lo cierto es que, de confirmarse los períodos de ambos hallazgos en una misma cavidad, sería algo inédito hasta el momento en la arqueología asturiana. 

Todos los trabajos se han realizado siguiendo las prescripciones de la Consejería de Cultura. Este descubrimiento obligó a la dirección de la obra de la Autovía A-8 a hacer una modificación del proyecto en el enlace de San Roque-L'Acebal, lo que paralizó las obras en la zona durante un año. Volvieron a iniciarse el pasado mes de mayo. No obstante, según fuentes de la Delegación del Gobierno, esta paralización no perjudicó a las de la autovía, que siguieron a buen ritmo. Además de este hallazgo se localizaron en otra de las cuevas restos óseos identificados como pertenecientes a un rinoceronte lanudo, y de otras especies. Estaban en el fondo de una dolina, una especie de trampa natural por la que caían los animales.

 Los responsables de la empresa que efectúa las obras y la propia arqueóloga insisten en que las voladuras no tuvieron nada que ver con el hallazgo. En el primer reconocimiento de esta cavidad se comprobó que, pese a la espectacularidad de las estalactitas y estalagmitas, carecía de interés arqueológico, tal y como concluyeron los especialistas que la visitaron, entre ellos un arqueólogo de la Consejería de Cultura. Sin embargo, tenía una gran importancia paleontológica. 

Los restos de fauna que se encontraron se extrajeron y se trasladaron al laboratorio del Cuaternario del Área de Paleontología del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo para su estudio. Una vez finalizada la investigación será la Consejería de Cultura quien determine el destino de los mismos. Hasta el momento se han documentado 23 yacimientos en toda la península Ibérica con restos de rinoceronte lanudo, dos de ellos en Asturias (La Parte de Siero y la Cueva de la Xana, en Nava).

 La novedad, en este caso, es que los huesos se conservan aparentemente en un buen estado. El rinoceronte lanudo es una especie de gran importancia, porque indica clima glaciar, propia de las glaciaciones del Pleistoceno Superior. También fue necesario proteger con un puente de vigas la cueva de Cordoveganes, en la que hace años tres llaniscos localizaron restos de pinturas. Ahora se ha estudiado. Se trata de puntos, rayas y lo que parece una silueta de cierva. Se protegió, asimismo, la de Cuartamentero, con restos de fauna, reforzando el entorno con un muro de escamas de hormigón. Lo que demuestran estos descubrimientos según las mismas fuentes es que los estudios realizados y la Demarcación de Carreteras tenían razón al situar en el entorno de Vidiago varios yacimientos de relevancia. En su momento, la asociación llanisca Peña Tu los criticó porque sostenía que estaban a decenas de kilómetros. La realidad parece haber dado la razón a la Demarcación.