google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: tomografía
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14 de junio de 2017

El escáner desvela que una de las momias del MAN era sacerdote de Imhotep

Una tomografía descubre los secretos ocultos bajo los vendajes de cuatro momias del Museo Arqueológico Nacional. Una de ellas fue médico del faraón y sacerdotisa de Imhotep.
Ya sabemos qué hay debajo de los vendajes de cuatro momias del Museo Arqueológico Nacional. Tres momias egipcias y una guanche han sido sometidas a un TAC, una tomografía computarizada de alta resolución en el Hospital Universitario Quirón Salud Madrid proporcionando información sobre los objetos que portan, sobre su estatus y sobre algunas patologías que padecieron sobre su vida.

Tras su paso por el escáner, comenzó el trabajo de reconstrucción de las imágenes, reconstrucción tridimensional e investigación llevado a cabo por arqueólogos y egiptólogos del MAN y radiólogos del hospital. La investigación demuestra que una momia del Museo Arqueológico Nacional fue médico del faraón y sacerdotisa de Imhotep. Se trata de la momia de Nespamedu, cubierta con cartonajes dorados.

Silvia Rodriguez Portugal radióloga del centro médico destaca la momificación de Nespamedu de la que señala que por la sofisticación de su vendaje puso sobre la pista a los investigadores de que pertenecía a un rango social mayor. En sus vendajes se han detectado tres tipos de tejidos, aunque la prueba definitiva de su estatus la dio el escaneado de su cuerpo tras el que se han descubierto 25 piezas ocultas. Los ornamentos son 9 adornos (diadema, collar, brazaletes, pulseras, y sandalias) y 16 amuletos, que representan entre otros a los Hijos de Horus y al dios Thot.

Radiólogos y arqueólogos han determinado que estos objetos del interior son del mismo material que los cartonajes exteriores de la momia, lo que confirma que se trata de la momia del médico del que hablan los textos del cartonaje.


MOMIFICACIÓN DIFERENTE
También se han apreciado en los cuerpos las diferentes técnicas de momificación de las momias egipcias respecto a la guanche. La momificación en Egipto se realizaba siguiendo un proceso de deshidratación, se incluían los cuerpos en sales de natrón para deshidratarlos y posteriormente se retiraba el cuerpo pasados 75 días, se les aplicaba unas sustancias oleosas aromatizadas y luego se envolvían en vendajes. En cuanto los procesos de momificación de las momias guanches son completamente distintos porque a los cuerpos no les quitaban las vísceras y para momificarlos se exponían sus cuerpos sobre arenas calientes y en ocasiones se les ahumaba.

“Nos sorprendieron los resultados porque allí donde pensábamos que íbamos a encontrar sólo restos óseos pudimos identificar ligamentos, tendones e incluso partes blandas en la cara de alguna de las momias que tras aplicar procesos tridimensionales de reconstrucción de imagen nos ha permitido reconstruir rostros de alguna de las momias”, destaca Silvia Rodriguez Portugal.

También gracias la resolución del escáner se han podido ver las patologías de las momias y han detectado fracturas en las costales derechas de Nespamedu lo que indica que sufrió un fuerte impacto en vida. Las momias egipcias se confirma que son mujeres y se ha descubierto que una de ellas estuvo embarazada.

La investigación además ha permitido reconstruir en 3D los rasgos faciales de las tres momias egipcias del MAN. Un proceso que tiene como punto de partida las imágenes obtenidas por el escáner que después contó con la intervención de escultores forenses.

8 de junio de 2016

Analizan con técnicas de radiología cuatro momias del Museo Arqueológico Nacional

Las momias -tres egipcios y una guanche- han sido trasladadas al Hospital Universitario Quirón de Madrid para ser analizadas con un equipo de tomografía computarizada de nueva generación, que permite escanear a las momias y generar su representación volumétrica y tridimensional a partir de la adquisición de más de 2.000 imágenes transversales.
El traslado fue coordinado por la jefa de Conservación, Teresa Gómez, la jefa del departamento de Antigüedades Egipcias y Oriente Próximo, Mª del Carmen Pérez Die y la conservadora Esther Pons.
Este proyecto está dentro de una iniciativa pionera en España para mejorar el conocimiento sobre la anatomía de estas momias, así como recabar información sobre su contexto histórico.

Todo el proceso se llevó a cabo entre las 15.00 horas de este domingo 5 de junio y las 4.30 de la madrugada del lunes 6 de junio, siguiendo un estricto protocolo para garantizar las mejores condiciones de conservación de las momias durante las cuatro horas en las que permanecieron en el exterior del museo.

El organismo ha explicado que un equipo de once personas realizó el traslado, coordinado por la jefa de Conservación, Teresa Gómez, la jefa del departamento de Antigüedades Egipcias y Oriente Próximo, Mª del Carmen Pérez Die, y la conservadora Esther Pons.

Las cuatro momias han sido analizadas con un equipo de tomografía computarizada de nueva generación que permite escanear y generar su representación volumétrica y tridimensional a partir de la adquisición de más de 2 000 imágenes transversales. De este modo, el estudio ha permitido obtener imágenes de muy alta resolución de los cuerpos.

Los expertos han explicado que una primera observación ha mostrado detalles inéditos de su fisonomía, que necesitarán a partir de ahora un análisis minucioso para determinar posibles causas de la muerte, enfermedades o hábitos de vida, entre otros. El jefe del Servicio de Diagnóstico por la Imagen del Hospital Universitario Quirón Madrid, Vicente Martínez, es el encargado de dirigir el equipo responsable de la investigación médica.

TRES MOMIAS EGIPCIAS Y UNA GUANCHE
Dos de las momias analizadas pertenecen al periodo ptolemaico (332 a.C.-30 a.C.). La primera de ellas corresponde Nespamedu, sacerdote de Imhotep el Grande, y procede de la necrópolis de Saqqara (Menfis). La segunda pertenece a una mujer adulta.

En cuanto a las otras dos, una se ha identificado como una mujer joven, que vivió durante el Tercer Periodo Intermedio (845 a.C.-664 a.C.); mientras que la otra es el ejemplar guanche mejor conservado que existe en el mundo. Fue hallada en 1776 en el Barranco de Herques, en Tenerife.

Tres de estas cuatro momias podrán verse de nuevo a partir de mañana en su espacio expositivo habitual, en las salas 18 y 35 del Museo Arqueológico Nacional.

Los resultados del estudio formarán parte del documental 'La historia secreta de las momias', coproducido por RTVE y Story Producciones, que viajará al antiguo Egipto partiendo de este análisis iniciado este domingo.

(Fuente: MadridPress)

22 de noviembre de 2013

Descubren un foso defensivo en la ciudad íbera del Puig de Sant Andreu, en Ullastret (Gerona)

El empleo de la tomografía eléctrica en 3-D ha permitido descubrir un foso defensivo en la ciudad Ibérica del Puig de Sant Andreu de Ullastret (Baix Emporda, Gerona). El enclave data del siglo VI a.C y sus dimensiones y profundidad lo convierten en un elemento defensivo singular y poco habitual en las fortificaciones Ibéricas. La muralla tiene una longitud de 1,5 kilómetros.
Se estima que la muralla perimetral alcanzó una longitud de 1,5km. Actualmente están documentados 825 metros.
Según el responsable de la institución, Gabriel de Prado, el enclave data del siglo VI a.C y sus dimensiones y profundidad lo convierten en un elemento defensivo singular y poco habitual en las fortificaciones Ibéricas.

CAPITAL DE LOS INDIKETES
De Prado señala que el conjunto arqueológico de época ibérica de Ullastret está formado por dos grandes núcleos de hábitat (Puig de Sant Andreu e Illa d’en Reixac) que conforman conjuntamente la capital de un territorio de unos 2.775 km² que las fuentes antiguas atribuyen al pueblo ibero de los indigetes o indiketes.

Los dos asentamientos ocupaban una extensión conjunta superior a las15 hectáreas y constituyen el núcleo poblacional más importante de la cultura ibérica y uno de los más relevantes del mediterráneo noroccidental durante la edad del hierro.

La fortificación del Puig de San Andreu dispone de un sistema defensivo, la singularidad e importancia del cual se ha puesto de manifiesto reiteradamente en la bibliografía científica. El asentamiento se fortificó inicialmente a finales del siglo VI a.C con la construcción de una muralla, flanqueada por seis torres, que protegía la vertiente occidental de la colina.

LONGITUD APROXIMADA DE 1,5 KM

Durante la primera mitad del siglo IV a. C se amplió la superficie del oppidum de manera considerable, con la construcción de un nuevo recinto amurallado que incorporó al asentamiento la zona norte y la vertiente oriental de la colina, reformándose también de manera integral la anterior fortificación.

Se puede estimar que la muralla perimetral alcanzó una longitud aproximada de 1,5 Km. En la actualidad están documentados unos 825 m, señala el arqueólogo.

A pesar de que el Puig de Sant Andreu ha sido objeto de una investigación continuada desde el año 1947, no se habían documentado estructuras defensivas avanzadas tipo foso. No obstante, la variedad y complejidad hipológica de elementos defensivos representados en esta fortificación hacía prever la existencia de un elemento de estas características.
El Puig de Sant Andreu reúne, además, los dos factores que están presentes en las fortificaciones protohistóricas donde este elemento está representado. Por una parte dispone de un flanco muy accesible en el cual un foso representaría un elemento defensivo de gran eficacia.

Por otra parte, el tipo de suelo geológico, formado por areniscas y margas, no comporta que la extracción de la piedra para excavar el foso fuera de una gran dificultad. Partiendo de estas premisas, el año 2011 se realizaron diversos sondeos estratigráficos en el exterior del trazado occidental de la muralla.

Los resultados no fueron concluyentes, de forma que el año 2012, en el marco de una reunión de trabajo internacional, celebrado en Ullastret, sobre las diferentes técnicas de prospección geofísica aplicables a la arqueología, se decidió utilizar una de estas técnicas en la búsqueda de este posible foso.

TOMOGRAFÏA ELÉCTRICA EN 3-D
La técnica aplicada fue la tomografía eléctrica 3D utilizando un equipo de última generación operado por el ingeniero italiano Gianfranco Morelli de la empresa Geostudi Astier. Esta técnica permite determinar la distribución de la resistividad eléctrica del subsuelo obteniendo perfiles e imágenes en tres dimensiones y está especialmente indicada para la detección de estructuras negativas como es el caso de un foso.

Las anomalías detectadas en las dos tomografías realizadas en el exterior de la muralla occidental (torres I y II) permitieron confirmar la existencia de un foso avanzado a la muralla de unas dimensiones considerables.

FOSO EN PERFIL DE "U"
El foso, estructuralmente, presenta un perfil en U, dispone de una anchura mínima en la parte inferior de 8,10 m y una anchura máxima en la parte superior de 11,85 m, con una profundidad que alcanza en algunos puntos los 3,71 m. A partir de las prospecciones geofísicas, de los sondeos realizados y de algunas observaciones sobre el terreno, se puede intuir que el foso formaría parte de la estructura defensiva de la primera fortificación del siglo VI a.C. Este tendría una longitud total aproximada de 350 m y protegería completamente el flanco occidental del asentamiento en aquel comento.

En una primera estimación, se calcula que el volumen de piedra extraído en la construcción de este elemento defensivo podría haber llegado a los 12.500 m³, asegura el responsable del museo.

L’oppidum del Puig de Sant Andreu dispone de un sistema defensivo formado por la fortificación más compleja y elaborada de la cultura ibérica, que muestra numerosos elementos defensivos fuertemente influenciados por la arquitectura defensiva mas avanzada del mediterráneo central i oriental en aquel periodo.

El descubrimiento de un foso defensivo de esta magnitud, excavado enteramente en la roca, enfatiza mas si cabe la importancia de todo el conjunto que, sin duda, habría tenido una función defensiva y un aspecto disuasorio para los atacantes.

No obstante, por su monumentalidad, también habría sido un elemento simbólico, de prestigio y de demostración del potencial de la comunidad que lo construyó, concluye de Prado.

14 de octubre de 2013

Después de 45 años vuelven las excavaciones al oppidum ibérico de Giribaile, en Vilches (Jaén)

La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ha aprobado el Proyecto de Investigación Arqueológica de Giribaile para los próximos seis años. Dotado con 268.000 euros contempla la prospección tomográfica, con georradar y ortografía aérea de una zona de la meseta para delimitar la trama urbanística del oppidum, además de la excavación en pequeñas áreas muy delimitadas del yacimiento.
Luis María Gutiérrez en el Instituto Universitario de Estudios de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén.
Por fín, después de que en 1968 se iniciaran las últimas excavaciones en la meseta del oppidum ibérico de Giribaile, que terminaron de forma repentina en 1969, la Junta de Andalucía ha aprobado una nueva intervención arqueológica en este yacimiento ibérico de Vilches (Jaén). 

Con ello, el profesor Luis Mª Gutiérrez, del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén y autor de la "Guía Arqueológica de Giribaile", ha visto cumplido uno de sus mayores sueños: el inicio de los trabajos para los que se vienen preparando desde hace casi 25 años. Se trata del Proyecto General de Investigación Arqueológica para Giribaile, que aunque "se ha aprobado por seis años, en principio la financiación sólo nos alcanza para los primeros cuatro en los que alternaremos la prospección con la excavación así como con el estudio de los materiales que vayamos encontrando", nos comenta.

Según Luis María Gutiérrez,  "Gracias a estos años de investigación ya tenemos unos planteamientos iniciales muy concretos y algunas prospecciones muy adelantadas". "Como objetivo prioritario de esta actuación será la aplicación de innovaciones metodológicas en el campo de la Arqueología, sobre todo en lo que se refiere a la relación entre las prospecciones y la excavación.

UNA ESTRATEGIA DIFERENTE
"Después de tantos años de investigación, la estrategia que aplicaremos en Giribaile será muy diferente de la aplicada en otros yacimientos, ya que en este caso lo que nos define es la diversificación de riesgos y oportunidades, abriendo muchos sectores de excavación pero con poca superficie de ejecución", dice Gutiérrez.
La muralla de "barrera" y acceso al yacimiento de Giribaile.

 "De esta manera en un primer momento vamos a comenzar las prospecciones sobre la plataforma principal de la meseta sobre la que se asienta el yacimiento y en la que va a participar la Escuela Politécnica de Linares, realizando una tomografía eléctrica  y un barrido con georradar sobre una superficie delimitada de 1 hectárea de terreno que tendrá como objetivo el delimitar la posible articulación de la trama urbanística del oppidum, así como determinar la potencia estratigráfica y en profundidad de los depósitos arqueológicos y el aterrazamiento de la superficie principal de la meseta, un trabajo en el que nos será de ayuda el empleo de la ortofotografía aérea", comenta el profesor Gutiérrez.

PUNTOS DE EXCAVACIÓN
El Proyecto contempla la excavación de diferentes áreas del yacimiento, todas ellas de una superficie aproximada a los 70 metros cuadrados, para intentar esclarecer algunas de las hipótesis con las que se ha venido trabajando durante todos estos años.

Así por ejemplo, se tiene previsto excavar una casa completa del poblado intramuros de aproximadamente 20x20 metros, un monumento funerario descubierto extramuros, un muro ciclópeo para estudiar su cronología, el emplazamiento de la posible cueva-santuario descrita por Góngora en 1860 y en la que se cita el descubrimiento de figurillas de bronce "similares a las de Sierra Morena". Otra de las excavaciones se centrará en la zona afectada por el expolio que se realizó en 2008 sobre lo que parece un horno cerámico en la meseta del yacimiento.

¿ORISSIA U ORINGIS?
La campaña de excavación también contempla trabajar sobre el emplazamiento de un posible campamento romano que de confirmarse localizará aquí la ciudad de Oringis, que sufrió un asedio por los romanos y fué destruída después de que sus habitantes ayudaran a los de Cástulo en su campaña contra Roma durante la Segunda Guerra Púnica (aprox. 207 a.C.). De confirmarse esta teoría, se rebatiría la actualmente en vigor desde 1860 en la que el investigador D. Manuel Góngora, siguiendo la historiografía de Plutarco, en sus "Vidas Paralelas" situaba en Giribaile la ciudad de Orissia, que también fue destruída por los romanos pero en fecha más reciente, el 90 a.C.

¿UN CAMPAMENTO CARTAGINÉS EN GIRIBAILE?
En los trabajos en Giribaile colaborará el catedrático de la Universidad de Almería D. José Luis López Castro, quien no descarta encontrar  un campamento cartaginés en el yacimiento, ya que en 2004-2005 se realizó una recogida sistemática de materiales en el yacimiento en la que aproximadamente el 15% de la cerámica recogida era de origen cartaginés. Además se constató la existencia de casamatas en algunas en algunos puntos de los 250 metros de la muralla de la barrera (que también se estudiará a partir del tercer año de trabajo) que protege el acceso al yacimiento, y que es algo típico de los yacimientos cartagineses.

"Otro de los puntos que hacen pensar sobre la existencia de un asentamiento cartaginés en Giribaile es el hallazgo de un mortero hidráulico realizado con la técnica del opus signinum cubierto con una lechada de cal, muy característico de las balsas cartaginesas.", nos comenta Luis María Gutiérrez.