La fortaleza podría datar de principios de la Alta Edad Media y su recinto fortificado es uno de los 20 más grandes del noroeste peninsular. La nuevas tecnologías han conseguido recrear la muralla de Castro Valente
Fotografía láser del yacimiento de Castro Valente. CEDIDA
Un grupo de arqueólogos de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) han localizado un castillo muy singular, posiblemente, de la época altomedieval, que permanece oculto bajo una densa vegetación.
Mario Fernández, uno de los arqueólogos encargados de la investigación, explica que han incorporado “las nuevas tecnologías que disponemos en arqueología como vuelos dron, combinadas con la metodología clásica de excavación y prospección arqueológica” para descubrir los secretos de la fortaleza, de unas 10 hectáreas, situada entre Padrón (A Coruña) y A Estrada (Pontevedra).
Los descubrimientos hallados hasta el momento todavía no permiten establecer una cronología precisa de este sistema defensivo, pero los investigadores piensan que podría encuadrarse en fechas cercanas al final del Imperio Romano y principios de la Alta Edad Media (V-VII).
Mario Fernández asegura que “este recinto fortificado se encuentra dentro de los 20 más grandes del noroeste peninsular y está muy bien conservado”. Su importancia radica en la defensa que ofrecía y añade que “los galaicos se defendían de los suevos en sitios fortificados y este puede ser uno de ellos”.
La estructura poco común de Castro Valente
Después de cuatro años de investigación, los expertos ya han localizado algunas de las peculiaridades de Castro Valente. “Estamos hablando de una superficie poco excavada pero los resultados preliminares son muy interesantes”, comenta Mario Fernández.
Se han hallado, contiguos a la muralla de unos 1,2 kilómetros de largo, y de la que todavía quedan restos, unos 30 cubos o torres que son poco comunes de encontrar en las fortificaciones del noroeste peninsular.
Según las primeras investigaciones, los fragmentos de ladrillo encontrados en estas torres podrían indicar que estos cubos estaban envueltos por techos similares a los de la muralla romana de Lugo, declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. Aunque es necesario recoger más muestras para establecer una conclusión.
Además, han logrado identificar diversas estructuras pétreas dentro de la muralla, pero aún no se conoce la funcionalidad que tenían en aquella época, así que todavía faltan muchos entresijos por descubrir de esta fortaleza.
Una fortaleza en peligro
El problema que tiene ahora Castro Valente es que se está viendo amenazado por una instalación de cuatro aerogeneradores, una subestación eléctrica y está en trámites el trazado de una línea de alta tensión en la ladera del monte.
Pero esto no es lo único, durante la construcción del recinto y en las últimas décadas, se ha reforestado la zona con especies como pinos y se han construido pistas cortafuegos que alteran y destruyen el castro. Además, otro factor a tener en cuenta es la erosión natural y la falta de cuidados del recinto por parte de las administraciones y de la comunidad local.
Después de cuatro años de investigación, los expertos ya han localizado algunas de las peculiaridades de Castro Valente. “Estamos hablando de una superficie poco excavada pero los resultados preliminares son muy interesantes”, comenta Mario Fernández.
Se han hallado, contiguos a la muralla de unos 1,2 kilómetros de largo, y de la que todavía quedan restos, unos 30 cubos o torres que son poco comunes de encontrar en las fortificaciones del noroeste peninsular.
Según las primeras investigaciones, los fragmentos de ladrillo encontrados en estas torres podrían indicar que estos cubos estaban envueltos por techos similares a los de la muralla romana de Lugo, declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. Aunque es necesario recoger más muestras para establecer una conclusión.
Además, han logrado identificar diversas estructuras pétreas dentro de la muralla, pero aún no se conoce la funcionalidad que tenían en aquella época, así que todavía faltan muchos entresijos por descubrir de esta fortaleza.
Una fortaleza en peligro
El problema que tiene ahora Castro Valente es que se está viendo amenazado por una instalación de cuatro aerogeneradores, una subestación eléctrica y está en trámites el trazado de una línea de alta tensión en la ladera del monte.
Pero esto no es lo único, durante la construcción del recinto y en las últimas décadas, se ha reforestado la zona con especies como pinos y se han construido pistas cortafuegos que alteran y destruyen el castro. Además, otro factor a tener en cuenta es la erosión natural y la falta de cuidados del recinto por parte de las administraciones y de la comunidad local.
(Fuente: NiusDiario)