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30 de octubre de 2024

El anfiteatro romano de Córdoba recuperará todo su esplendor

La Universidad de Córdoba, la Universidad Pablo de Olavide y la Gerencia de Urbanismo han ratificado oficialmente el compromiso de las tres instituciones para la recuperación y puesta en valor del yacimiento arqueológico de Cercadilla y del parque arqueológico del anfiteatro romano.
Manuel Torralbo, Miguel Ángel Torrico y Francisco Oliva tras la firma del convenio.

El convenio marco, que tendrá que concretarse en convenios específicos donde se detallarán las actuaciones concretas y los equipos técnicos responsables, ha sido firmado esta mañana por el rector de la UCO, Manuel Torralbo Rodríguez; el de la UPO, Francisco Oliva Blázquez; y el presidente de la GMU, Miguel Ángel Torrico Pozuelo. Los tres se han congratulado por este acuerdo “histórico” que “es solo el comienzo” de un proceso. El presidente de la Gerencia de Urbanismo ha asegurado de que esta consagrará fondos para tal fin en los presupuestos de 2025, de modo que las actuaciones arqueológicas queden garantizadas.

Manuel Torralbo ha manifestado su agradecimiento a la Gerencia, recalcando que, una ciudad como Córdoba, con cuatro declaraciones Patrimonio de la Humanidad, no puede sino preocuparse por estos dos sitios arqueológicos y patrimoniales. “Por nuestra parte, estamos realmente deseosos de poder recuperar y mostrar al público el tesoro que supone el anfiteatro romano sobre el que se asienta el Rectorado”. Para ello, “pondremos a disposición de este proyecto a nuestros mejores investigadores y expertos en la materia”, ha aseverado.

Miguel Ángel Torrico ha explicado que este convenio – a la espera de que se concrete en actuaciones específicas- tiene como objetivos generales la recuperación y conservación del patrimonio, la incorporación del mismo como elemento dinamizador cultural y económico, y la generación de conocimiento científico por parte de los equipos de investigación de ambas universidades, para dotar a estos sitios arqueológicos de profundidad y que no sean solo una mera “atracción turística”.

Francisco Oliva ha agradecido la confianza de la Gerencia en ambas universidades, como ejemplo de colaboración pública y de confianza en la capacidad universitaria para transferir conocimiento a la sociedad, especialmente en el campo de las Humanidades. En este sentido, ha recordado que la UPO centrará sus esfuerzos en el yacimiento de Cercadillas, donde ya comenzó a excavar el arqueólogo y profesor Rafael Hidalgo Prieto, que actualmente presta sus servicios en la universidad sevillana. Oliva ha recordado que Cercadilla es un unicum, un lugar singular por sus peculiaridades y valor.

El convenio actual hoy firmado tiene una duración de un año, pudiendo ser prorrogado por periodos anuales hasta un máximo de cuatro años.

1 de octubre de 2024

Un equipo de la UPO descubre un triclinio acuático en Villa Adriana

Investigadores de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla han revela nuevos detalles sobre la villa imperial del emperador Adriano en Roma, entre ellos una sala de banquetes rodeada de agua.

Equipo de la UPO que ha participado en la campaña de excavación en Villa Adriana.

El equipo científico del Seminario de Arqueología de la Universidad Pablo de Olavide ha realizado un importante hallazgo en el marco de su última y reciente campaña de excavación en Villa Adriana, una de las construcciones más emblemáticas del emperador Adriano, ubicada a 28 km de Roma. El descubrimiento ha revelado la existencia de un triclinio acuático, una sala de banquetes rodeada de agua, en la que se aplicó una solución arquitectónica muy singular para su época.

Durante la campaña de excavación, llevada a cabo del 8 al 29 de septiembre, el equipo centró su trabajo en el pórtico central del Palazzo de Villa Adriana, área que fue la primera zona residencial del emperador. El triclinio está compuesto por una plataforma central que, en tres de sus lados, está bordeada por un estanque.

Las excavaciones han revelado que tanto el interior del estanque como el zócalo de las paredes estaban revestidos con mármol blanco, destacando el mármol de Carrara y otros procedentes de diferentes partes del Imperio. Este tipo de sala era habitual en la arquitectura romana, pero el diseño descubierto es especialmente singular y único en su época, que más tarde se reproduciría en otras construidas en distintos lugares del Impero Romano. Ejemplos similares de estos comedores rodeados de agua se pueden encontrar en la península ibérica, como en la Villa romana de Salar (Granada) y en la Casa dos Repuxos en Conimbriga (Coimbra, Portugal).

En campañas anteriores, los arqueólogos y arqueólogas de la UPO descubrieron otro triclinio acuático de distinto diseño en la misma zona del Palazzo, lo que convierte este lugar en un auténtico laboratorio arquitectónico donde se experimentó con el uso del agua en espacios de banquetes. Las dimensiones reducidas de las plataformas donde se celebraba el banquete sugieren que estos comedores eran íntimos, reservados para el emperador y dos comensales más, creando un espacio de reunión privada.

Rafael Hidalgo, profesor de la UPO y director del proyecto, destaca la importancia de este hallazgo: “La localización de dos triclinios acuáticos nos permite entender mejor las innovaciones arquitectónicas llevadas a cabo en Villa Adriana y el papel simbólico del agua en las estancias dedicadas al banquete”.

El proyecto arqueológico en Villa Adriana, desarrollado de forma ininterrumpida por la UPO desde 2003, es el primer proyecto de excavación español en esta villa. Solo otros dos equipos internacionales, de las universidades de Oxford y Columbia, están actualmente autorizados para excavar en este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El proyecto de la UPO en Villa Adriana junto al proyecto institucional del CSIC en la ciudad romana de Tusculum, son los dos únicos proyectos de excavaciones arqueológicas españoles que actualmente se desarrollan en Italia.

La reciente campaña ha contado con la colaboración del Instituto Autónomo de Villa Adriana y Villa d’Este, dirigido por Andrea Bruciati, y ha sido financiada íntegramente por la Universidad Pablo de Olavide, con el apoyo de su Consejo Social, la Facultad de Humanidades y el Departamento de Geografía, Historia y Filosofía. En esta ocasión, el equipo de excavación está constituido por profesorado e investigadores e investigadoras de la UPO y estudiantes de la Facultad de Humanidades, así como por alumnos y alumnas de la Università degli Studi Roma Tre.

16 de julio de 2024

Estudiantes del curso de Arqueología realizarán excavaciones en las termas romanas de Carmona (Sevilla)

El curso está estructurado mediante sesiones prácticas de excavaciones arqueológicas, apoyadas por sesiones teóricas en las que se tratarán temas metodológicos y de aspectos relacionados con la gestión de las excavaciones, como la legislación de referencia o la documentación administrativa necesaria.

Estudiantes de la 17ª edición del curso de verano ‘Arqueología de campo’ de la Universidad Pablo de Olavide, un seminario eminentemente práctico, tendrán la oportunidad de excavar desde hoy en las termas romanas halladas en el subsuelo de la plaza de Julián Besteiro en la localidad sevillana de Carmona, un complejo termal construido a principios del siglo I. Una parte importante de estos restos arqueológicos quedarán expuestos una vez finalicen las obras de remodelación que actualmente se están desarrollando en la plaza.

El curso, organizado con la colaboración del Ayuntamiento de Carmona, se impartirá del 15 al 26 de julio. Está dirigido por Ricardo Lineros, jefe de Servicio de la Delegación de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Carmona y director del Museo de la Ciudad y Juan Manuel Román, arqueólogo municipal de dicha Delegación.

En el acto de inauguración oficial de dicho curso han participado esta mañana el alcalde de Carmona, Juan Ávila; el concejal delegado de Cultura, Patrimonio Histórico y Turismo, Ramón Gavira y Juan Manuel Román.

El principal objetivo del mismo es que el alumnado pueda conocer in situ todos los aspectos a los que se tiene que enfrentar un arqueólogo cuando realiza una excavación. El curso está estructurado mediante sesiones prácticas de excavaciones arqueológicas en la ya mencionada zona, apoyadas por sesiones teóricas en las que se tratarán temas metodológicos y de aspectos relacionados con la gestión de las excavaciones, como la legislación de referencia o la documentación administrativa necesaria.

Los alumnos del curso realizarán trabajos de campo en la también conocida como plazuela de San José, prosiguiendo con unas excavaciones que se iniciaron como actuación preventiva antes de la remodelación de esta plaza situada en el centro histórico de la ciudad.

Según ha explicado Juan Manuel Román, los trabajos realizados en la zona han dejado al descubierto unas termas romanas públicas construidas en la época de Augusto a principios del siglo I d. C., siendo las más antiguas de este tipo de instalaciones encontradas hasta el momento en Carmona “y cuyas estructuras presentan un relativo buen estado de conservación”.

En este sentido, ha añadido que, en este caso, los niveles de mayor interés son los de época romana, en concreto los relacionados con el edificio termal. En la misma intervención se han documentado restos de otras épocas, como cuatro silos para el almacenamiento de cereal, tres de ellos del periodo islámico y el cuarto de la Edad del Cobre. Los expertos han podido constatar que los baños públicos estuvieron en uso hasta mediados del siglo II de nuestra era, si bien, durante época almohade, se reaprovecharon parcialmente algunas de las estructuras. Además, los trabajos han permitido “constatar por primera vez una mina de agua asociada a la estratigrafía arqueológica, certificando sin ninguna duda su datación romana”.

Sobre este solar se edificó el convento de San José, fundado por los carmelitas descalzos a finales del siglo XVII y desamortizado a mediados del XIX. No hay restos relevantes, más allá de las naves laterales del templo que se conservan junto a los actuales juzgados, ya que el edificio fue demolido tras su uso como cárcel y colegio.

Curso de espeleoarqueología
Por otro lado, la sede Olavide en Carmona también pondrá en marcha del 29 al 31 de julio el curso de verano ‘Introducción a la espeleoarqueología aplicada: el estudio de las minas de agua. 5ª edición. José Millán Naranjo in memoriam’, un curso teórico práctico que permitirá a los alumnos adentrarse en las minas romanas de agua de Carmona. Organizado junto a la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas y el Ayuntamiento de Carmona, está dirigido por Juan Manuel Román y Miguel Ángel Carranco, este último bombero y ambos miembros de dicha asociación, al igual que el resto de profesorado que imparte este curso.

Las exploraciones realizadas durante los últimos años por un equipo formado por espeleólogos, arqueólogos, geólogos y ambientólogos han sacado a la luz una impresionante red de minas existentes bajo el subsuelo de Carmona. Estas casi desconocidas obras de ingeniería hidráulica tuvieron como fin la captación de las aguas subterráneas y fueron construidas en época romana, pudiendo considerarse como elementos patrimoniales de primer orden. Durante el curso, los alumnos aprenderán la metodología diseñada específicamente para estos estudios y realizarán prácticas tanto de progresión vertical en cuerda como de exploración en el interior de estas minas.

15 de mayo de 2013

Un análisis desvela que la "Tumba del Elefante" de Carmona fue un templo dedicado al dios Mitra

La llamada Tumba del Elefante de la necrópolis romana de Carmona (Sevilla) no tuvo siempre una función funeraria. La estructura original del edificio y una ventana por la que el sol entra de forma directa en los equinoccios parecen indicar que fue un templo del mitraísmo, una religión no oficial en el Imperio Romano. La posición de Tauro y Escorpio en los equinoccios refuerza la hipótesis.
En los solsticios de invierno y de verano, el sol entra iluminando
 las paredes norte y sur, respectivamente.

La necrópolis de Carmona es un conjunto de estructuras funerarias de entre los siglos I a. C. y II de nuestra era. Entre ellas, una es conocida con el nombre de la Tumba del Elefante porque en su interior se encontró una estatua con la forma de este animal.

El origen y la función de esta construcción han sido muy debatidos. Ahora, arqueólogos de la Universidad de Pablo de Olavide de Sevilla han analizado minuciosamente la estructura y sugieren que en sus orígenes no tuvo una función funeraria sino de culto al dios Mitra

El mitraísmo fue una religión no oficial muy extendida por el Imperio romano durante los primeros siglos de nuestra era. Los investigadores han identificado cuatro etapas en las que el edificio sufrió reformas que le dieron diferentes funciones. “En algunas etapas el edificio tuvo un uso funerario, pero su forma y un análisis arqueoastronómico indican que originalmente fue diseñado y construido para albergar un mitreo (templo a Mitra)”, ha explicado a la agencia SINC Inmaculada Carrasco, una de las autoras del estudio.

Los mayores esfuerzos de Carrasco y su compañero Alejandro Jiménez se centran en una ventana de la cámara principal construida en la primera etapa. Estudios anteriores ya habían sugerido que su objetivo no era iluminar, sino que tenía implicaciones simbólicas y espirituales.

El Sol, la Luna y las estrellas

“Del análisis de la ventana deducimos que estuvo orientada para que entraran los rayos de sol al centro de la cámara durante los equinoccios, en primavera y otoño, tres horas después del amanecer” explica Carrasco. En ese momento, según los autores, se iluminaría una estatua de la tauroctonía –la imagen de Mitra matando el toro-, que se ha perdido. Además, en el solsticio de invierno y de verano, el sol entra iluminando la pared norte y la sur, respectivamente.

Por otro lado, la posición que los astros tenían en estos días en el siglo II refuerza la hipótesis de que el edificio se construyó para el culto mitraico, una religión que daba mucha importancia a las constelaciones. En el momento en que el sol penetra por la ventana en el equinoccio de primavera, al este se levanta Tauro y al oeste se oculta Escorpio. En el equinoccio de otoño ocurre lo contrario. Tauro y Escorpio tenían especial importancia para los mitraicos.


La escena principal de este culto es el dios Mitra matando un toro, y en la mayoría de las representaciones hay también un escorpión que pica con su aguijón los testículos del animal. Otras constelaciones como Acuario, Orión o Leo, que también tienen importancia en esta religión, se sitúan en la trayectoria del sol en los equinoccios y solsticios de la época. Además, según los autores, la Luna, aunque tendría un papel secundario, en su fase de luna llena pudo haber iluminado el rostro de Mitra en las noches próximas a los equinoccios.
El edificio sufrió tres fases de reformas que le dieron nuevas funciones
 más acordes con el contexto de la necrópolis.

Cuatro fases de reformas

Aparte de la ventana, la arquitectura del edificio original presenta analogías con otras construcciones mitraicas. 

Carrasco explica que es “una estructura subterránea, con un aula dividida en tres naves y encabezada por una capilla o altar iluminada por la ventana. La presencia de una fuente es también muy significativa ya que está presente de manera común en los mitreos”.

Según los autores, tras su etapa como templo mitraico, el edificio sufrió tres fases de reformas que le dieron nuevas funciones más acordes con el contexto de la necrópolis. Se construyó una cámara funeraria y más tarde se eliminó la cubierta dejando patios abiertos. Finalmente se llenó con escombros y se utilizó como lugar de enterramientos.

Sin embargo, hay ciertas objeciones a la teoría de que fue un templo mitraico ya que se encuentra en una necrópolis, contexto poco común en los edificios dedicados a este culto, que suelen estar en ámbitos domésticos, urbanos o rurales. “Un caso muy parecido es el de Sutri (Italia) donde el mitreo está ubicado a las afueras. El de Carmona está en un espacio plurifuncional, al lado de la Vía Augusta que unía Cádiz con Roma, próximo al anfiteatro y al circo, por lo que su ubicación no debe ser considerada una objeción”, opina Jiménez.