Así, bajo el subsuelo de la plaza, se ha encontrado los muros de un edificio de al menos ocho metros de longitud por uno de alto además de otros materiales como algún ajuar personal, tejas y cerámicas. Elementos que en la actualidad están en proceso de investigación con el fin de determinar la cronología del yacimiento, por lo que se prevé que no sea hasta dentro de dos meses cuando se cuente con los resultados definitivos que determinen la época.
El proyecto, realizado desde la Universidad de Castilla-La Mancha en coordinación con el Ayuntamiento de Santa Cruz de Mudela y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, ha contado con el trabajo de un equipo altamente cualificado, formado por José Luis Sánchez, arqueólogo que ha dirigido la parte relacionada con la geofísica, Víctor López Menchero, que inició los trabajos de restauración y documentación histórico-artística y del arqueólogo Miguel Ángel Hervás, además del profesor Jesús Sánchez Vizcaíno y del ingeniero Óscar Merlo. Profesionales en el mundo de la historia y la arqueología que iniciaron los trabajos hace aproximadamente algo más de un año, tiempo en el que se ha trabajado en la ermita, en la plaza de toros y en los jardines perimetrales que rodean este Conjunto Histórico-Artístico.
MEDIOS ELECTROMAGNÉTICOS Y ELÉCTRICOS
Para el hallazgo se han empleado diferentes métodos, tanto electromagnéticos como eléctricos. Es el caso del georadar. Una técnica, explica José Luis Sánchez, que se ha utilizado en los últimos meses para encontrar la tumba de Cervantes en el Convento de las Trinitarias, de Madrid y que «permite estudiar grandes zonas de terreno en poco tiempo». Se ha utilizado además otras técnicas como la tomografía eléctrica y el nanotem, ésta última usada por primera vez en patrimonio para la detención de restos arqueológicos.
La plaza de Toros se remonta al S. XVII y es de planta cuadrada. |
La geofísica aplicada a la arqueología es una herramienta «importante que ayuda a tener una visión de subsuelo de yacimientos creando mapas de estructuras que permiten conocer las zonas más importantes del yacimiento». De tal forma que «de no haberse hecho la geofísica se hubiera tenido que excavar en todo el entorno, algo imposible por los millones de euros que hubiera supuesto».
CATAS EN EL 2% DE LA SUPERFICIE DE LA PLAZA
En este sentido, explica que la plaza tiene 1.400 metros cuadrados, pero «se hicieron catas de 20 metros cuadrados, lo que supone aproximadamente tan solo un dos por ciento de la superficie». Y es que, «justo en ese porcentaje se dio con el sitio y el metro que anunció la geofísica». De lo contrario, «se tendría que haber sondeado o excavado toda la plaza, por lo que este proceso ha permitido ahorrar tiempo y dinero».
OTROS YACIMIENTOS
El sistema de la geofísica se ha empleado también en el yacimiento de la Bienvenida, en Almodóvar del Campo y en el yacimiento arqueológico de Castillejo del Bonete, situado en la localidad de Terrinches, aunque Sánchez lamenta que los lugares a nivel provincial y nacional en los que se ha utilizado esta técnica «son muy escasos» en comparación a otros países.
«Después de muchos años de excavaciones, algunos arqueólogos han empezado a darse cuenta que sirve y tiene una salida», argumenta el arqueólogo, quien resalta además que este tipo de hallazgos ayudan a revitalizar el turismo y la economía de la zona, pues «no solo es una cuestión científica sino que la arqueología también está destinada a tener un uso social y económico».
(Fuente: La Tribuna de Ciudad Real / Ana Pobes)