google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Cripta Arqueológica del Testaccio de Gades
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30 de octubre de 2024

La UCA inaugura la musealización de la Cripta Arqueológica del Testaccio de Gades

Se trata de un espacio de unos 140 m2 de planta, donde se puede visualizar una amplia estratigrafía de más de 4 m de altura y unos 100 m2 de superficie total del Testaccio haliéutico de Gades, la gran montaña que sirvió para el reciclado de los residuos urbanos (el gran vertedero de la ciudad romana). Es el primer museo arqueológico universitario en España

La Cripta Arqueológica del Testaccio de Gades, situada en el sótano del Centro de Transferencia Empresarial El Olivillo, ha abierto sus puertas esta tarde tras un completo proceso de investigación, análisis y puesta en valor realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Cádiz desde el año 2016. El rector de la UCA, Casimiro Mantell, junto a la vicerrectora de Emprendimiento y Empleabilidad, Carmen Camelo, y el catedrático del departamento de Historia, Geografía y Filosofía, Darío Bernal (encargado de la dirección de los trabajos de musealización), han presidido un acto que pone el acento en la permanente labor de estudio, protección y divulgación del patrimonio impulsada desde la institución universitaria gaditana.

La musealización de la Cripta Arqueológica del Testaccio de Gades es un proyecto, iniciado en 2016, por investigadores de la Universidad de Cádiz con la colaboración de la Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía para, de este modo, crear un nuevo espacio museístico en el casco histórico de Cádiz, situado en la planta sótano del edificio Centro de Transferencia Empresarial El Olivillo, junto a la playa de la Caleta. Sería, como ha resaltado el rector, el primer museo arqueológico en una universidad en España de estas características.

Casimiro Mantell ha explicado que su objetivo es poner en valor unos restos arqueológicos que se encontraron cuando se rehabilitó el edificio y que la Universidad ha trabajado para que fuera una realidad. El siguiente paso será la licitación para que empresas turísticas puedan gestionarlo, abrirlo al público para que los puedan visitar dentro de una ruta turística. “Es muy llamativo porque es un vertedero romano que la gran virtud que tiene es que puedes estudiar por distintas alturas el paso del tiempo por la historia de la ciudad”, ha detallado. Por último, ha agradecido al Museo de Cádiz la cesión de varias piezas únicas, que se van a poder conocer y descubrir in situ en la cripta.

Se trata de un espacio de unos 140 m2 de planta, donde se puede visualizar una amplia estratigrafía de más de 4 m de altura y unos 100 m2 de superficie total del Testaccio haliéutico de Gades, la gran montaña que sirvió entre época de los Cornelios Balbos y Nerón para el reciclado de los residuos urbanos (el gran vertedero de la ciudad romana). Además, el discurso museográfico está reforzado por una selección de materiales arqueológicos recuperados en las excavaciones que se encontraban depositados en el Museo de Cádiz, y por recursos museográficos orientados a profundizar en tres aspectos fundamentales de la Historia Antigua de Gades: el comercio marítimo a través de las ánforas, la explotación de recursos marinos (pesca, garum y salazones de pescado) y el descubrimiento del Testaccio haliéutico como parte de la topografía del Cádiz romano. 

La cripta arqueológica del Testaccio de Gades no sólo cuenta la historia del gran vertedero público de la ciudad romana de Gades sino que, a través de ella, el visitante se adentra en conocer las principales características de la economía de dicha ciudad, tomando especial atención el llamado ciclo haliéutico que viene a significar el análisis de las industrias conserveras que procesaron y comercializaron la riqueza piscícola de este territorio.

El Testaccio haliéutico de Gades se data en el año 50 antes de Cristo y se cree que perdura hasta medio siglo después, cuando se construirá lo que sería ahora el barrio del Balón en Cádiz. Era una zona al borde de las orillas de las dos penínsulas separadas por un estrecho o lo que también se llama canal Bahía- Caleta. En este espacio singular, alejado de la urbe, se ubicaba el vertedero o gran montaña de residuos, donde se quemaban los restos de atunes y demás basuras, junto a artesanos de producción de púrpura (conchas, cañaíllas), factorías de salazones, tintorerías, comercio de ánforas e industria auxiliar portuaria.

Desde 2016 hasta ahora, los investigadores de la UCA, liderados por el profesor Bernal, han realizado excavaciones arqueológicas y su investigación y posterior publicación de resultados en foros nacionales e internacionales por el grupo HUM-440 de la UCA. Supone “más de 3.000 días trabajando aquí… han pasado ocho años y tres meses” lo que ha propiciado que se cumpla “el ciclo integral del patrimonio histórico”. Entre ellos, Darío Bernal ha destacado la publicación de dos libros y más de 20 artículos científicos con la participación de más de 50 investigadores de diferentes disciplinas (geólogos, físicos, químicos, arqueólogos, restauradores e historiadores…), de los que el 70% pertenecen a la Universidad de Cádiz.

En paralelo, se ha ido preparando el espacio específico para musealizarlo con el objetivo de hacerlo visitable para, una vez abierto, sumarlo a los activos culturales de Cádiz. En este sentido, se ha optado por un desarrollo de contenidos museográficos en línea con los museos existentes en la ciudad. En la actualidad, se está preparando licitación pública para que las visitas puedan ser gestionadas por una empresa. A finales de noviembre se tiene previsto unas jornadas de puertas abiertas de visitas guiadas concertadas para la comunidad UCA y para público en general.

El acto ha contado con la presencia de los vicerrectores de Investigación y Transferencia, Mª Jesús Ortega, y de Títulos y Calidad, Manuel Arcila, de las concejalas de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento de Cádiz, Maite González y Beatriz Gandullo, respectivamente, así como el delegado de la Zona Franca, Francisco González, y la directora del Museo de Cádiz, Laura Esparragosa.