Conjunto escultórico ibérico de Porcuna, en el Museo Provincial de Jaén. |
Los yacimientos se localizan en el valle medio del río Salado de Porcuna y ocupan varios cerros allanados de la campiña alta del valle del Guadalquivir. Corresponden a un asentamiento que tuvo su origen en el Neolítico Final-Cobre antiguo (III milenio a.C.) y que, con distinta extensión e intensidad, ha mantenido una ocupación ininterrumpida hasta la actualidad.
Como antecedentes de este poblamiento se protegen también, entre otros enclaves paleolíticos, los de La Peña de la Grieta, los Farallones del Sulfuro o la Cueva de los Enamorados, hábitats que se desarrollaron al resguardo de pequeños abrigos en los bordes de los cerros de Porcuna. Destaca especialmente el de la Peña de la Grieta, uno de los primeros de este tipo investigados mediante excavación y comparable a las conocidas cuevas de Ambrosio, en Almería, o las del Parpalló y Les Mallaetes, en Valencia.
Al final del Neolítico las comunidades se asientan en las cimas de los cerros de Los Alcores y El Albalate, donde crean sendos poblados fortificados a unos dos kilómetros de distancia el uno del otro y flanqueando el antiguo lago salado pleistocénico de Pescolar.
En la denominada época orientalizante o tartésica, el enclave de Los Alcores se expande en sentido sureste, hacia el Cerro del Castillo, casco histórico de la actual Porcuna. Las fuentes literarias clásicas señalan este poblamiento como la polis de Ibolca y la consideran capital de los túrdulos y de la zona oriental de la Turdetania. Su prosperidad se refleja en la complejidad de las viviendas y en la importancia de los conjuntos escultóricos hallados. En torno al núcleo Los Alcores-El Cerro del Castillo se sitúan también necrópolis y sileras como las del Camino Alto-El Muro, la Cruz Blanca y El Ejido de Napoleón.
CIUDAD ROMANA
En la época romana, Obulco obtiene el estatus de ciudad y su ceca, la más prolífica y variada de la Hispania, acuña durante 200 años decenas de tipos de monedas que circulan por todo el Imperio. Fruto de este florecimiento se produce la consolidación del urbanismo de la población y se trazan nuevos barrios como los actuales San Benito, Santa Ana, San Marcos o San Francisco. Nuevas necrópolis la rodean por todos los flancos a partir de sus puertas y caminos y también surgen asentamientos periurbanos atestiguados en yacimientos como La Dehesa de los Potros y las villas de La Sendilla Golosa, Chichimao, La Cabra Mocha y El Cerro de Camacho.
Durante la Antigüedad tardía y toda la Edad Media se refuerza el castillo, se crea un perímetro más reducido y se intensifica la población intramuros. De la época musulmana se han investigado algunos restos de viviendas de la ciudad fortificada de Bulkuna, sobre todo en la parte alta (barrio del Castillo), así como silos y restos de necrópolis. Por su parte, los yacimientos de Las Huertas de El Vélez, La Galga, La Tenería y Mengíbar reflejan la agricultura de regadío que abastecía al núcleo urbano.
En el perímetro de la zona arqueológica declarada por el Gobierno andaluz también se incluye el legado de la Alta Edad Media y de la época moderna. Tras la entrega al rey Fernando III en 1240, la ciudad pasa a la Orden de Calatrava y durante los siglos XIV y XV sirve de residencia de los maestres.
A este periodo corresponde la construcción del nuevo castillo sobre los restos antiguos como recinto palaciego, además de una compleja evolución urbanística sobrepuesta a amplias zonas de la ciudad túrdula y romana. De la Orden perviven algunos de sus edificios más señeros, como la Iglesia y Priorato de San Benito o la Torre Nueva o de Boabdil, singulares ejemplos del estilo gótico en Andalucía oriental y ambos declarados ya monumentos.
De la época moderna se conservan numerosas viviendas de arquitectura vernácula y valiosos edificios que reflejan la importancia de Porcuna tanto por su población como por su actividad agropecuaria. Entre ellos destacan el Pósito Real (actual Ayuntamiento), el Granero y Bodega de Francisco Javier Ceballos, la Iglesia de San Sebastián o Jesús Nazareno y la Casa Palacio de los Aguileras.