El edificio se califica como de "primera categoría" para el patrimonio de la ciudad del Torcal. |
De este modo, los investigadores han podido dar respuesta a algunas de las preguntas e interrogantes que surgieron tras este hallazgo, considerado como uno de los más importantes en la Península Ibérica en los últimos años, y que tuvo a Carlos Gozalbes Cravioto como su descubridor. Precisamente, en el año 2006, se publicó el libro 'El Cortijo Las Mezquitas, una mezquita medieval en la Vega de Antequera', que se considera que aportó un importante conocimiento del mundo andalusí, aunque presentaba más interrogantes que respuestas, según algunos expertos en la materia.
ENMASCARADO EN LAS RUINAS DE UN MODERNO CORTIJO
Diferentes casualidades posibilitaron que este edificio permaneciera en el anonimato hasta el año 2006, aunque desde el departamento de arqueología del Ayuntamiento de Antequera se considera que los nuevos estudios que se están realizando en estos momentos abren nuevos caminos a la investigación y documentan un nuevo elemento que se califica como de "primera categoría" para el patrimonio de la ciudad del Torcal, tanto por la características histórico-artísticas como por el buen estado de conservación que tiene, "embutido y enmascarado en las ruinas de un moderno cortijo".
Los trabajos de investigación, que se han desarrollado en paralelo a los trabajos de consolidación, adelantan en un siglo la cronología propuesta hasta el momento, situando su construcción en el siglo IX: época emiral.
Los expertos aseguran que el edificio tienen una inspiración califal y sus dimensiones hablan de una intervención estatal, más que fuese fruto de una esporádica actuación popular.
"Su gran extensión nos indica que tuvo que ser un santuario rural de una enorme importancia, puesto que en ningún momento de la Edad Media la población de los alrededores justificaba un templo de estas dimensiones, ni tampoco de esta calidad constructiva.", explican desde la oficina arqueológica antequerana, por lo que se afirma de forma rotunda que "se trata, sin duda, de una arquitectura hecha desde el poder, para su representación y propaganda". Además, explican que la bibliografía existente sobre las mezquitas rurales en Al-Andalus es muy escasa, ya que solía tratarse de edificio poco monumentales, construidos a base de materiales pobres y fácilmente deteriorables, lo que ha impedido que perduren en el tiempo. Estas mezquitas solían estar situadas en el interior de alquerías o alzadas como santuarios para la oración de la población rural de la zona.
Además, en muchos casos eran eliminadas para acabar con vestigios del pasado islámico o se procedía a "limpiarlo" o "purificarlo" con la superposición de nuevas construcciones.
(Fuente: Málaga Hoy / Javier Flores)