Vista aérea de las excavaciones en las que se nota la presencia de los dos hornos. / Levante-EMV |
La campaña arqueológica de este año en el yacimiento de La Rana, en Gata de Gorgos (Alicante), ha revelado que el centro de producción de ánforas y cerámica tenía dos hornos con una capacidad aproximada para producir 280 ánforas en cada cocción.
Estos dos hornos son dos plataformas cuadrangulares de alrededor de 20 metros cuadrados a los que les faltan las bóvedas. El calor entraba por la parte inferior y en la superficie se colocaban las ánforas hechas con arcilla de la zona para destinarlas a guardar vino. Estos recipientes, que se colocaban encima de unas parrillas, se cocían con las altas temperaturas a las que llegaba el horno.
Estas cocinas de combustión romanas eran frágiles, debido a que estaban expuestas a mucho calor y los ladrillos que formaban los muros, que se llaman adobes, iban cediendo ante la temperatura hasta que se rompían. Ximo Bolufer, arqueólogo presente en las excavaciones, explica que durante la temporada en la que la factoría de ánforas de Gata funcionaba, se iban abandonando algunos hornos y construyendo nuevos debido a su fragilidad y la escasa vida útil de los mismos.
El horno romano ubicado en esta localidad de la Marina Alta estuvo produciendo cerámica hasta el siglo III después de Cristo aproximadamente. Aunque no siempre en los mismos hornos, sino que cuando uno de ellos cedía ante el calor y la producción, se creaba otro que se adaptara a las necesidades del momento.
Mientras estuvo en funcionamiento, compartía mercado con otra productora de ánforas en la misma comarca: la de l’Almadrava, en els Poblets. De hecho, la tipología de las ánforas encontradas en el yacimiento presenta muchas similitudes a las producidas en els Poblets. Su uso se destinaba a almacenar vino desde los terrenos donde se cosechaba y se trasladaba hasta el puerto de Xàbia, donde se enviaba a diferentes puntos del Imperio Romano.
El yacimiento arqueológico de La Rana en Gata de Gorgos fue un centro de producción de ánforas y cerámicas de 9.000 metros cuadrados en el periodo del alto Imperio Romano. En las excavaciones se han descubierto restos de ánforas de arcilla además de las dos máquinas de producción recién descubiertas.
A finales de la década de los 80 se localizó el yacimiento pero no fue hasta 2018 cuando empezaron las excavaciones arqueológicas. Desde entonces se han realizado tres campañas por parte del Museu de Xàbia y el Institut Universitari d’Investigació en Arqueologia i Patrimoni Cultural de la Universitat d’Alacant.
En 2018 se descubrieron los hornos y en 2019 ya se localizaron los vertederos. Allí se encontraron fragmentos de ánforas y cerámicas que se habían desechado desde la factoría. En 2021 fue cuando se detectó la presencia de las grandes superficies de combustión, ya que utilizaron la prospección electromagnética que indicó que se encontraban debajo de la tierra.
Según el arqueólogo Ximo Bolufer, hace unos 1.800 años el valle donde se sitúa Gata de Gorgos estaba habitado por íberos pero eran una sociedad muy romanizada y posiblemente estaba compuesta por pequeños propietarios agrarios, «similar a la que subsistió hasta las últimas décadas del siglo pasado». Los romanos de Gata producían su propio vino y lo comercializaban por el extranjero vía marítima.
(Fuente: Levante // Sonia Codina)
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