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19 de noviembre de 2024

Unos hallazgos en Ávila pueden cambiar la visión sobre los vetones

Fíbulas, anillos o elementos cerámicos se descubrieron en estos últimos trabajos que cambiaron la perspectiva de los investigadores. El Carbono 14 indica la ocupación del castro vetón de la Mesa de Miranda, en la localidad abulense de Chamartín, en torno al siglo VI de nuestra era y su abandono en el siglo VIII.
Unos hallazgos que pueden cambiar la visión sobre los vettones - Foto: David González

A poco más de diez kilómetros de Ávila se encuentra el castro vetón de la Mesa de Miranda, en el municipio de Chamartín, uno de los vestigios de la cultura prehistórica que habitó estas tierras. Allí estuvo trabajando durante un mes el equipo del proyecto Terra Levis, encabezado por el arqueólogo Juan Pablo López, que encontró una serie de hallazgos que podrían provocar en el futuro una revisión sobre los conocimientos adquiridos sobre la cultura vetona. Estos descubrimientos han sido expuestos esta mañana en la sede de la Diputación Provincial, institución que aporta una inversión de 40.000 para el proyecto, con la presencia de su presidente, Carlos García, y el diputado provincial encargado del área de Cultura, Javier González.

Los hallazgos se localizaron en el castro de la Mesa de Miranda y en el enclave conocido como 'El Palomar', ubicado a escasos 300 metros del antiguo asentamiento. Fíbulas, anillos o elementos cerámicos se descubrieron en estos últimos trabajos que cambiaron la perspectiva de los investigadores. «Los historiadores y los arqueólogos estamos acostumbrados a encasillar los sitios arqueológicos en una época o un periodo concreto, pero lo que aquí vemos es un eslabón que navega entre dos eras: el mundo antiguo y la época medieval», desveló López. Una declaración que parece confirmar una datación radiocarbónica (utilizando el Carbono-14) de un carbón y una semilla hallados en El Palomar. «El carbón nos aporta el momento de la ocupación del sitio en torno al siglo VI de nuestra era y el momento del abandono, allá por el siglo VIII», afirmó el arqueólogo.

Más interesantes aún fueron los hallazgos en la Mesa de Miranda. «Detectamos como el tiempo se ha quedado congelado en un momento muy preciso: el momento del abandono», declaró Juan Pablo López. Una huida que debía producirse «de manera traumática y precipitada, a tenor de cómo nos hemos encontrado los materiales en el propio registro arqueológico. Parece que hubieran escapado de un lugar maldito, porque nadie volvió a pisarlo», explicó. Sin embargo, todo son hipótesis por el momento que esperar confirmar o refutar en futuras intervenciones.

No obstante, el martes 26 de noviembre se expondrán al público en el Palacio Los Serrano los resultados de esta campaña y, además, se podría desvelar un hecho inédito: la primera datación absoluta del castro de la Mesa de Miranda. Los amantes de la historia y la arqueología tienen una cita ineludible ese día.

13 de julio de 2024

Nuevas excavaciones revelan la excepcional importancia del castro vettón de Ulaca en Ávila

Las nuevas excavaciones realizadas en el castro vettón de Ulaca, situado en el término municipal de Solosancho, a unos veinte kilómetros de Ávila, han desvelado la excepcional importancia de este oppidum considerado entre los más importantes de Europa por su extensión -setenta hectáreas- y restos.
Los trabajos realizados han demostrado que el edificio tuvo “más complejidad estructural en su interior” de lo que inicialmente se preveía.

Las nuevas excavaciones realizadas en el castro vettón de Ulaca, situado en el término municipal de Solosancho, a unos veinte kilómetros de Ávila, han desvelado la excepcional importancia de este oppidum considerado entre los más importantes de Europa por su extensión -setenta hectáreas- y restos.

El resultado de los trabajos de la séptima campaña, realizada desde el pasado 23 de junio por parte de arqueólogos y estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid, han sido difundidos este viernes por Jesús Álvarez Sanchis, catedrático de Prehistoria de dicha institución académica y director del proyecto arqueológico.

Tres décadas
Comenzó hace tres décadas en esta atalaya privilegiada desde la que se contempla todo el Valle Amblés y entre cuyos icónicos vestigios se encuentran la Sauna, la Cantera o el singular Altar de los Sacrificios, labrado en la piedra granítica de la zona.

El director del proyecto, acompañado por el diputado provincial de Cultura, Javier González, y por el alcalde de Solosancho, Jesús Martín, han explicado los trabajos realizados por un equipo de quince personas desde hace tres semanas en la zona de El Torreón.

Se trata de la séptima y, probablemente, penúltima campaña en este lugar cuyas funciones están aún por determinar a finales de la Edad del Hierro, si bien Jesús Álvarez ha señalado que cada vez parece más clara su “función política” en este castro.

Las sucesivas excavaciones en el espacio que ocupó en su momento este edificio “singular y fantástico” han arrojado información para concluir que esta construcción “no tiene parangón con otras”, dadas sus “grandes dimensiones”.

El director calcula que, teniendo en cuenta las piedras extraídas en las siete campañas realizadas en la zona, podría haber tenido una altura de “entre ocho y diez metros”, lo que hace pensar que puso haber sido una gran atalaya “con un enorme control visual” tanto dentro como fuera del poblado.

Los trabajos realizados han demostrado que el edificio tuvo “más complejidad estructural en su interior” de lo que inicialmente se preveía, según el director del proyecto, quien ha señalado que contaba con tres partes: una habitación central y dos algo más pequeñas.

Cuentas de vidrio
Teniendo en cuenta el tamaño, la altura y una “cierta orientación astronómica”, El Torreón pudo tener una función “ceremonial y política”, ha explicado Jesús Álvarez, quien ha llamado la atención acerca del hallazgo de cuentas de vidrio, cuya producción podría situarse en “talleres del próximo Oriente”.

Dichas cuentas de vidrio, remitidas a laboratorios del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para su análisis, podría proceder de Siria, Israel o Egipto.

De confirmarse este extremo, el catedrático de Prehistoria destaca el hecho de que Ulaca pudo ser una importante referencia en el comercio de aquella época, datada en torno a los siglos II y I antes de Cristo.

“Que cuentas de vidrio llegaran al centro de la Península Ibérica es un acicate para pensar en el carácter absolutamente excepcional y privilegiado de este monumento a finales del la Edad del Hierro”, ha precisado.

Gran población
Los expertos han señalado que la importancia de la que fue una destacada ciudad vettona también viene determinada por su población, ya que sus cerca de trescientas construcciones apuntan que Ulaca pudo llegar a tener en torno a 1.500 habitantes hace más de 2.000 años.

Los resultados de esta séptima campaña de excavaciones en El Torreón se producen dos días antes de que arqueólogos y estudiantes finalicen unos trabajos que cuentan con la colaboración del Ayuntamiento de Solosancho y de la Diputación de Ávila, que aporta 30.000 euros.

Todo apunta, ha concluido, que la del próximo año puede ser la última campaña en El Torreón antes de seguir excavando en otros puntos de este extenso poblado, entre los que ha destacado la necesidad de volver a retomar los trabajos en la “excepcional” necrópolis de Ulaca.

(Fuente: La Vanguardia)