Dos trabajadores intervienen en la restauración de las columnas. FOTO: A.J. GONZÁLEZ |
En esta primera fase los restauradores actúan tanto en los elementos originales (sillería o mampostería en la que ya trabajó el arquitecto y arqueólogo Félix Hernández a mitad del siglo XX) como en la anastilosis, la reproducción del Templo Romano que hizo y que no pudo concluir.
A simple vista se pueden observar los resultados de la restauración. La arquitecta que dirige el proyecto junto al arqueólogo Juan Murillo, Carmen Chacón, explica que «en el hueco de cimentación del templete han sido restaurados los sillares, se han sellado las fisuras con mortero especial, se ha limpiado, se ha quitado la vegetación, los biocidas y los líquenes que estaban ennegreciendo esas piedras, y se le ha dado el tratamiento consolidante y protector». De la misma forma, añade, se ha actuado «en la superficie horizontal», por lo que esa parte está «prácticamente terminada». Chacón indica que el hueco que hay se rellenará y el fondo «ya está preparado» con «geotextil y malla antihierba para que no prolifere la vegetación».
Los trabajos se centran ahora en los muros de apoyo y en la anastilosis de Félix Hernández. Los dos muros que servían de apoyo al suelo del pronaos (pórtico de entrada al templo) «se están restaurando y se están sellando las fisuras con mortero de reparación», según indica Chacón, que asegura que es «un trabajo laborioso y delicado».
En cuanto a la anastilosis de Félix Hernández, los trabajos que se llevan a cabo consisten tanto en la restauración de los elementos originales como en la restitución. En estos momentos, la arquitecta señala que las tareas se centran en «los capiteles, tanto en los originales como en los rehechos por Félix Hernández». En este sentido, indica que «se está procediendo a la limpieza sin quitar la pátina del paso del tiempo». También se actuará en pilastras y columnas, de las que ya hay varias limpias y en las que se percibe la diferencia. Una vez limpias, asevera, «se sellan las pequeñas fisuras y se aseguran los encuentros de las piezas de mármol que Félix Hernández insertó de las columnas originales».
Otro ámbito de actuación es la zona que hay por encima de las antérides, que también «se limpiará y en la que se restaurarán los elementos de sillería que puedan tener fisuras y el caementicium (hormigón romano)», afirma Chacón, que explica que es «la base donde la escalera del templo se apoyaba y de la que solo queda la cimentación» y «eso se va a restaurar también y se va a poner en valor el ara que había en la plaza». En esa zona ya se han iniciado los trabajos. El proyecto contempla, además, intervenir en el muro de las antérides que da a la calle Capitulares.
Esta intervención permitirá extraer las marcas de cantero estudiadas por la arqueóloga Maribel Gutiérrez, que se extraerán con moldes y se digitalizarán para que no se pierdan.
A simple vista se pueden observar los resultados de la restauración. La arquitecta que dirige el proyecto junto al arqueólogo Juan Murillo, Carmen Chacón, explica que «en el hueco de cimentación del templete han sido restaurados los sillares, se han sellado las fisuras con mortero especial, se ha limpiado, se ha quitado la vegetación, los biocidas y los líquenes que estaban ennegreciendo esas piedras, y se le ha dado el tratamiento consolidante y protector». De la misma forma, añade, se ha actuado «en la superficie horizontal», por lo que esa parte está «prácticamente terminada». Chacón indica que el hueco que hay se rellenará y el fondo «ya está preparado» con «geotextil y malla antihierba para que no prolifere la vegetación».
Los trabajos se centran ahora en los muros de apoyo y en la anastilosis de Félix Hernández. Los dos muros que servían de apoyo al suelo del pronaos (pórtico de entrada al templo) «se están restaurando y se están sellando las fisuras con mortero de reparación», según indica Chacón, que asegura que es «un trabajo laborioso y delicado».
En cuanto a la anastilosis de Félix Hernández, los trabajos que se llevan a cabo consisten tanto en la restauración de los elementos originales como en la restitución. En estos momentos, la arquitecta señala que las tareas se centran en «los capiteles, tanto en los originales como en los rehechos por Félix Hernández». En este sentido, indica que «se está procediendo a la limpieza sin quitar la pátina del paso del tiempo». También se actuará en pilastras y columnas, de las que ya hay varias limpias y en las que se percibe la diferencia. Una vez limpias, asevera, «se sellan las pequeñas fisuras y se aseguran los encuentros de las piezas de mármol que Félix Hernández insertó de las columnas originales».
Otro ámbito de actuación es la zona que hay por encima de las antérides, que también «se limpiará y en la que se restaurarán los elementos de sillería que puedan tener fisuras y el caementicium (hormigón romano)», afirma Chacón, que explica que es «la base donde la escalera del templo se apoyaba y de la que solo queda la cimentación» y «eso se va a restaurar también y se va a poner en valor el ara que había en la plaza». En esa zona ya se han iniciado los trabajos. El proyecto contempla, además, intervenir en el muro de las antérides que da a la calle Capitulares.
Esta intervención permitirá extraer las marcas de cantero estudiadas por la arqueóloga Maribel Gutiérrez, que se extraerán con moldes y se digitalizarán para que no se pierdan.
(Fuente: Diario Córdoba / Isabel Leña)