Su nombre significa Castillo del Califa, y contaba con una fortaleza vinculada a un importante eje fluvial y de comunicaciones, como era el valle del Guadarrama en la época
Restos de la muralla FOTO: COMUNIDAD DE MADRID
Desconocida, por muchos, este emplazamiento arqueológico de primera magnitud en la región. Ahora, un poco menos. El Consejo de Gobierno ha declarado este miércoles Bien de Interés Cultural, en la categoría de Zona de Interés Arqueológico, el yacimiento musulmán Calatalifa, en Villaviciosa de Odón, que constituye un “valioso testimonio material de la cultura islámica” de la Comunidad de Madrid.
El vicepresidente y consejero de Educación y Universidades, Enrique Ossorio, ha señalado que se trata de uno de los asentamientos andalusíes más importantes de la región, cuya ocupación se extiende desde el siglo IX hasta la conquista castellana, siendo abandonado durante la baja Edad Media. No obstante, las excavaciones arqueológicas han revelado un pasado emiral e incluso anterior.
Su nombre significa Castillo del Califa y contaba con una fortaleza vinculada a un importante eje fluvial y de comunicaciones, como era el valle del Guadarrama en la época. Sin embargo, por su extensión y hallazgos, sería más que un lugar de vigía o castillo, y su población de carácter militar se ocupaba también de una agricultura eminentemente hortícola, junto con una ganadería fundamentalmente ovina y caprina, y pesca en el contiguo río Guadarrama.
A día de hoy, es una de las escasas ciudades andalusíes de la Comunidad de Madrid localizadas y fosilizadas en el tiempo. De hecho, en la región la presencia de vestigios islámicos no es especialmente abundante y, en muchos casos, o son de menor entidad o, como en el caso de la propia capital, se encuentran ocultos o muy transformados.
El enclave tiene un “gran valor” para conocer cómo fueron estas ciudades que se ubicaban en la meseta, ya que durante las distintas intervenciones arqueológicas se han ido localizando numerosos elementos que conformaron la misma. En la zona superior se ubica el recinto amurallado, documentándose en su interior restos de poblamiento, así como estructuras de almacenamiento hidráulico, han detallado desde el Gobierno regional posteriormente. En el entorno podrían existir un arrabal de gran extensión y, siguiendo otros modelos de medina, una necrópolis.
No solo son importantes las partes constructivas in situ, como los aljibes y el tramo de la muralla, sino que destaca también el numeroso material localizado, sobre todo, cerámico. Por ello, el lugar, que ahora cuenta con el máximo grado de protección, sigue conservando una gran riqueza arqueológica e histórica, lo que lo convierte en “un punto de referencia para el estudio de la Edad Media y, concretamente, del mundo andalusí”.
(Fuente: La Razón // Rafael Fernández)