El estudiante Pedro Ultra y el arqueólogo Francisco Gutierrez junto al pedestal. FOTO HERALDO DE ARAGÓN.
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«Es el testimonio más antiguo que se conserva en toda la Península Ibérica de homenaje de un oficial de caballería a un emperaor. Y seguramente sea también el más antiguo de todo el Occiente romano», asegura Javier Andreu, el historiador y arqueólogo que dirige el proyecto científio de Los Bañales.
El hallazgo, de gran importancia, ha sido puesto en conocimiento de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón, que supervisa los trabajos en el yacimiento, y esta ha autorizado el traslado urgene de la pieza a un lugar seguro paa su estudio y limpieza. Ese traslado, para el que se necesita una grúa dado el peso del pedestal, se realizará esta misma mañana.
PEDESTALES Y ESTATUAS
Pedestales de este tipo solo se habían encontrado hasta ahora en ciudades como Corduba, Carthao Nova, Castulo o Bilbilis, pero la mayor parte de ellos están fragmentados y ninguno se conserva en estado tan excepcional. Los especialistas están empezando ya a desentrañar todos los datos que ofrece la inscripción.
«La mandó tallar un oficial de caballería que servía en una unidad auxiliar del ejército romano –relata Andreu–. Hay que supoer que cuando encargó el documento ya había terminado el servicio y era ciudadano romano a todos los efectos. El gentilicio de este personaje, Sempronius, está atestiguado entre varios libertos, ya del siglo II d. C., nombrados en cupas funerarias de la zona. Vitulo es un cognomen o sobrenombre que se da mucho en la zona entre Lusitania y Celtiberia, en el entorno de Mérida. Quizá fue un individuo reclutado en ese área.
Estuvo al frente de una turma o escuadrón de 30 jinetes y, aunque no sabemos a qué unidad perteneció, en la época a la que nos referimos solo estaban actuando en la zona las tres legiones que fundaron Caesaraugusta, la IV Macedonica, VI Victrix y X Gemina.
Cabe suponer que pertenecía a una de ellas y, adentrándonos aún más en el terreno de las hipótesis, se podría pensar en la IV Macedónica, que fue la que construyó el acueducto de Los Bañales». Pero se trata, subraya el especialista, de hipótesis.
Ese tipo de pedestales ecuestres se construían en tres trozos, con un zócalo que apoyaba sobre el suelo; un gran bloque de piedra con la inscripción, como el que ha aparecido ahora; y, encima, una moldura decorativa. Sobre la moldura se colocaba una estatua, aunque ambos elementos, al igual que el zócalo, no han aparecido. Pero no se descarta que se encuentren en los próximos días; incluso podrían salir a la luz nuevas inscripciones.
«Da la sensación de que es posible que aparezcan –apunta Andreu–. Estamos excavando el criptopórtico del foro, donde han aparecido otros materiales amortizados, así que no se pueden descartar nuevas sorpresas».
TRABAJO ININTERRUMPIDO
El hallazgo viene a subrayar, una vez más, la importancia del yacimiento romano de Uncastillo, uno de los pocos en los que se vienen realizando campañas de excavaciones de forma ininterrumpida en los últimos años.
El pedestal mide un metro de alto y casi 70 centímetros de fondo y ha aparecido en una acumulación de material arquitectónico en un lateral del foro de la ciudad romana. La campaña de excavaciones comenzó el pasado 4 de mayo y se prolongará hasta el 26 de julio, y en ella está previsto que participen una veintena de estudiantes de toda Europa bajo la dirección de los arqueólogos Juan José Bienes y Francisco Javier Gutiérrez, y del historiador Javier Andreu. A partir del 28 de junio se trabajará en la zona donde el año pasado aparecieron varios fragmentos de estatuas romanas.
La investigación está impulsada por la Fundación Uncastillo, la Comarca de las Cinco Villas, los ayuntamientos de Biota, Uncastillo, Layana y Sádaba, y la Fundación ACS y General Eólica Aragonesa.
(Fuente: Heraldo de Aragón / Mariano Gracia)