El equipo de arqueólogos en plena actividad. FOTO: ABC |
Según ha informado la Diputación, estos trabajos han contado con la participación de una veintena de voluntarios procedentes de las universidades de Alicante, Valencia, León, Pamplona y Belfast (Reino Unido).
Las excavaciones se han centrado en la parte más profunda de la cueva, que dejó de habitarse para convertirse en una necrópolis.
Entre las piezas más relevantes localizadas en la sala interior destaca una quincena de puntas de flecha de sílex de perfecta factura y sin ningún desgaste en sus filos, un hecho que revela que fueron elaboradas para acompañar a los difuntos ante la creencia de que pudieran necesitar hacer uso de ellas en la otra vida.
En este sentido, el director del proyecto, Jorge A. Soler, ha explicado que "estos objetos podrían formar parte de las ofrendas que los habitantes del valle dejaban junto a las personas relevantes de la comunidad, propias de finales del Neolítico".
CARNÍVOROS DE VIDA INTENSA
Los primeros diagnósticos de los restos humanos hallados -dientes, vértebras y falanges de pies y manos- realizados por las especialistas en antropología física Consuelo Roca de Togores (MARQ) y Susana Gómez (Universidad de León) revelan una actividad intensa en la vida de los individuos, que no superaban los treinta años, así como una alimentación basada principalmente en el consumo de carne de ovicápridos.
Asimismo, durante el desarrollo de la campaña también se ha trabajado en la sala de la entrada, donde se ha realizado un sondeo con la finalidad de reconocer el uso que se le daba a la cavidad por parte de los cazadores y recolectores del valle, a los que previsiblemente se sitúa en una cronología centrada en el Magdaleniense.
La campaña de excavaciones de la Cova del Randero está impulsada por el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) y cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Pedreguer, que proporciona alojamiento y apoyo técnico al equipo de profesionales procedentes, tanto del centro expositivo provincial como de distintas universidades españolas y europeas.
Finalmente, Soler ha recordado que durante la campaña de 2015 se descubrió una vasija en perfecto estado de conservación y ha añadido que "el estudio detallado de esta pieza nos ha permitido concretar su datación y situarla en torno al 4.200 aC".
Además, la investigación ha revelado sus distintos usos como un contenedor de hidromiel, recipiente para la elaboración de alimentos y también como lámpara para alumbrar una sala".
(Fuente: ABC)