El yacimiento íbero-romano de El Palao es uno de los más grandes que se conocen en el Bajo Aragón. |
Aunque no es una opinión unánime, algunos de los investigadores que han dirigido el último programa de excavaciones en El Palao -Salvador Melguizo, Francisco Marco, Pierre Moret y José Antonio Benavente- sostienen esta hipótesis. Uno de ellos es este último, arqueólogo y director del Taller de Arqueología de Alcañiz, director de la Ruta Iberos en el Bajo Aragón.
Lo que permite apuntar a que El Palau fue un centro neurálgico de producción o distribución de aceite fue el hallazgo -durante la campaña voluntaria de excavaciones realizada el verano pasado- de una habitación de planta rectangular y de unos 25 metros cuadrados que presentaba un tipo de pavimento de cal o yeso blanco con un banco perimetral situado alrededor y donde “se supone que se guardaban diferentes vasijas de almacenamiento”, comentó José Antonio Benavente. Además, las excavaciones sacaron a la luz lo que parece ser un pequeño depósito que sirvió para la recogida de líquidos.
Según el arqueólogo alcañizano, esta zona de almacenamiento hallada recientemente en El Palao se sitúa al noroeste del poblamiento. En su opinión, este habitáculo cuadrangular es “idéntico a bodegas de aceite que todavía hoy se conservan en pueblos del Bajo Aragón”. En concreto, señaló que “hay una copia idéntica en una vivienda de Castellote”.
(Fuente: Diario de Teruel / Maribel S. Timoneda)