google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Rafael Clapés
Mostrando entradas con la etiqueta Rafael Clapés. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Rafael Clapés. Mostrar todas las entradas

9 de septiembre de 2024

Hallan un aljibe del siglo X en una vivienda califal de Córdoba

Hasta ahora solo se conocían otros tres depósitos subterráneos similares de la época en la ciudad. Ha salido a la luz en la excavación arqueológica de un solar para un edificio de viviendas en Poniente y será integrado en la construcción en el mismo lugar en el que ha aparecido.
Restos Arqueológicos del siglo X en el solar excavado en calle Escritor Conde Zamora ÁLEX GALLEGOS

La excavación arqueológica de un solar destinado a edificar un bloque de viviendas en la zona de Poniente de Córdoba ha sacado a la luz un hallazgo singular. Se trata de un aljibe, datado en el siglo X, que se utilizaba para almacenar agua en una vivienda de un arrabal de época califal. Este elemento de gran valor destaca porque solo se conocían hasta ahora tres similares en la ciudad, ya que lo habitual en la época era que las casas contaran solo con un simple pozo del que surtirse de agua, pero no con aljibes subterráneos para su almacenamiento.

El hallazgo se ha producido en una solar de la calle Escritor Conde Zamora esquina con calle Escritora Emilia Pardo Bazán, donde se proyecta un edificio de viviendas de autopromoción. La preceptiva excavación arqueológica ha sacado a la luz restos de viviendas de época califal del siglo X en lo que es “un sector más del arrabal de Poniente de época islámica”, explica a este periódico Rafael Clapés, arqueólogo responsable de la actuación llevada a cabo por Rusafa Arqueología S.L.

“La novedad y lo más destacado es el aljibe encontrado en el patio de una de esas viviendas”, valora. “El aljibe está formado por el depósito propiamente dicho, más un pozo con encañado cuadrado al que se accedería desde la superficie de la vivienda”. El aljibe quedaría, así, a unos cinco metros de profundidad por debajo de la cota de la casa y tendría unas dimensiones de 2,68 x 1,91 metros y una altura interior de 2,43 metros. El pozo de acceso a ese aljibe cuenta con una profundidad de 2,85 metros.

Elemento singular
“Este elemento destaca porque aparece muy poco en Córdoba, donde el nivel freático está bastante alto y es raro encontrar un depósito así para almacenar agua; solo había pozos generalmente”, señala sobre cómo lo habitual en la época era surtirse directamente del agua que no faltaba a través de un pozo.

De hecho, en Córdoba solo se conocían hasta ahora tres aljibes similares de época califal: dos que fueron hallados en las excavaciones de la Ronda Oeste -uno de los cuales se exhibe en la glorieta del Hipercor-, y un tercero encontrado también en la zona de Poniente.

Ahora, se espera ya la resolución por parte de la Junta de Andalucía del informe de la excavación y, con ello, a partir de ahí, se acometerá el proyecto que integrará el aljibe “tal cual está y en el mismo lugar que ha sido hallado”, dentro del edificio de viviendas que se va a levantar.

Integración en el nuevo edificio de viviendas
El nuevo edificio, que constará de 36 viviendas y 49 plazas de garaje, ha visto modificado su proyecto inicial dado el relevante hallazgo del aljibe. “Se ha hecho un esfuerzo importante, con la colaboración con Urbanismo y el arqueólogo, para conservar este elemento singular”, explica por su parte María Aguilar de Dios, responsable de Gada Gestión, la gestora de la comunidad que lleva a cabo la autopromoción de las viviendas.

El proyecto inicial contemplaba 51 plazas de garaje que, ahora, con la integración del aljibe en las plantas subterráneas, se quedarán en 49 -precisa la responsable-, en la promoción que se denomina Bazán Residencial y que tendrá en su interior un elemento relevante de la época califal de Córdoba.

27 de enero de 2020

Un poblado de hace 5.000 años en pleno casco urbano de Córdoba

La excavación bajo el hospital de La Arruzafa encuentra los cuerpos de cuatro personas que vivieron en el cuarto milenio antes de Cristo, la evidencia más antigua de la presencia humana en la Edad del Cobre en Córdoba.  El estudio contradice la tesis de que el origen de los asentamientos humanos de la ciudad están en la Colina de los Quemados
Fosa común con los restos de los cuatro individuos de hace 5.000 años. FOTO: RAFAEL MARTÍNEZ 
Desde hace décadas, la tesis académica y la más popular señala que los primeros poblados se asentaron en la zona que hoy ocupa el casco urbano de Córdoba sobre la Colina de los Quemados, en lo que hoy es el parque Cruz Conde, entre el final del Neolítico y los inicios de la Edad del Cobre. Sin embargo, hay pocas evidencias arqueológicas que señalen que aquel antiguo poblado fue el primer asentamiento cordobés. Ahora, un descubrimiento arqueológico revolucionario, señala lo contrario. Bajo lo que hoy es casco urbano de Córdoba han aparecido indicios de que el suelo de lo que hoy es la ciudad ya tenía presencia humana hace 5.000 años, en plena Edad del Bronce.

Una investigación de la Universidad de Granada en colaboración con Arqueoqurtuba desarrollada desde el año 2014 en la zona de ampliación del hospital de La Arruzafa ha descubierto una fosa común en la que han aparecido los cadáveres de cuatro personas: dos niños, un adolescente y un adulto. Los investigadores saben qué dieta seguían, sus edades, que eran agricultores y que vivieron en algún momento del siglo XXXI antes de Cristo, hace la barbaridad de 5.100 años, en lo que parece ser un poblado que se localizaba en el glacis de El Brillante, una zona entre dos arroyos, protegida naturalmente y con una tierra muy rica para los cultivos que ya se estaban desarrollando. Pero lo más revolucionario es que es el asentamiento humano más antiguo que se conoce en pleno casco urbano de Córdoba. O los primeros cordobeses de los que se tiene noticia.

La investigación ha sido desarrollada por Rafael M. Martínez Sánchez, del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada; Rafael Clapés Salmoral, arqueólogo autónomo: Luis Rey Tovar Acedo, de Arqueoqurtuba: Fátima Castillo Pérez de Siles, de Arqueoantropología: Inmaculada López Flores, del de Prehistòria, Arqueologia i Hª Antiga, Universitat de València; Antonio Morgado-Rodríguez, de la Universidad de Granada; Guillem Pérez Jordà, de la Universidad de Valencia: Leonor Peña-Chocarro, del Instituto de Historia; y Úrsula Tejedor García, de Arqueoantropología.

Rafael Martínez, uno de los mayores expertos en Prehistoria en Córdoba, señala que “probablemente si se excava cerca habrá más estructuras, un poblado calcolítico más extenso”. Martínez explica además que este hallazgo reformula ese concepto “prístino” de que hubo un poblado en la Colina de los Quemados, el de la antigua Córdoba, que en el siglo III antes de Cristo observaron los romanos, lo conquistaron y asimilaron en la ciudad actual.

Al contrario, este hallazgo, y otros recientes, evidencia que durante la Edad del Cobre el Valle del Guadalquivir tenía una “gran densidad de población”, configurada en una especie de “Vía Láctea” de muchos poblados cercanos que se aprovechaban de los recursos naturales que ofrece la zona, como las propias vegas del Guadalquivir y desde luego la zona de huertas y tierras para el cultivo de cereal de los alrededores.

“La Arruzafa se relacionaría con el aprovechamiento del glacis del Brillante y de parte de las tierras que con el tiempo se convertirían en las productivas huertas del alfoz de la ciudad de Córdoba”, abunda Martínez. El estudio ha sido publicado esta semana en el International Journal of Osteoarchaeology. Próximamente se publicará otro en la revista Antiqvitas, con los detalles de la excavación. “Los restos de la Arruzafa constituirían las estructuras constructivas de mayor antigüedad detectadas hasta el momento en el casco urbano de la ciudad, no conociendo hasta el momento materiales anteriores al III milenio en la Colina de los Quemados. La Arruzafa, pues, arrancaría de momentos finales del IV milenio antes de Cristo, momento en el que en todo el valle del Guadalquivir cristaliza una trama de asentamientos campesinos de pequeña extensión con una densidad sin precedentes arqueológicos conocidos”, detalla.

RESTOS DE LA FINCA DE ABDERRAMÁN I
La Arruzafa se excavó hace ocho años. Allí, la arqueóloga Fátima Castillo descubrió una importante estructura de los siglos VIII y IX bajo el hospital de la Arruzafa que podrían corresponderse con los restos de la gran finca de Abderramán I. Pero bajo esa imponente estructura había más restos. Uno de sus pilares partía en dos una fosa común con cuatro individuos. La sorpresa fue mayúscula cuando después de hacerle todas las pruebas científicas se llegó a la conclusión de que habían vivido hace 5.000 años.

“Son cuatro personas que murieron en un mismo evento”, señala Martínez, que insiste en que “desconocemos si tuvieron una muerte violenta o no”. Eso sí, “acabaron en una fosa y no sabemos si había más” personas, ya que “falta más de la mitad” porque se cortó para un cimiento islámico. Las pruebas han determinado que “comían cereales”. Y el niño pequeño, de unos cuatro años, era “todavía lactante”.

“La ocupación prehistórica de este sector del glacis del Brillante conocido como La Arruzafa, y sucesión de fases arqueológicas de cronología posterior documentada sobre ella, representa un ejemplo palpable de un hábitat reiterado beneficiado de unas condiciones topográficas y ecológicas óptimas”, detalla el arqueólogo, que señala que no es un “caso único”. Hay más evidencias de otros yacimientos. En 2004 se encontró uno similar en Alcolea. También ha habido hallazgos junto al puente de Ibn Firnás. “En este caso pues, una trama atomizada compuesta por distintos asentamientos a lo largo del territorio dispuesto bajo el arco serrano cordobés, podría encarnar la imagen prístina que precede a la génesis de Córdoba como ciudad histórica”, concluye esta investigación.