María José Escandell y Ricard Marlasca trabajando en el yacimiento. FOTO: PILAR MARTÍNEZ |
La arqueóloga María José Escandell, a cargo de la excavación, explicó ayer a este diario que la escasa existencia de objetos de ajuar, que se limita a una pequeña jarra cerámica y unas cuentas de collar, confirman su primera impresión de que se trata del cementerio de una familia rural muy humilde. Los restos de la jarra y el collar servirán para datar el hallazgo con más precisión.
ZANJAS AGRÍCOLAS
Además de las cuatro tumbas, descubiertas casi por azar durante un seguimiento arqueológico preventivo, en el solar también ha aparecido un grupo de sèquies de conreu, unas zanjas abiertas por los campesinos en la piedra para alcanzar la tierra y plantar árboles. Estos orificios son posteriores al enterramiento bizantino, pero hará falta un estudio más preciso para detallar cuándo se hicieron.
Escandell y el resto de arqueólogos de la empresa Posidònia fueron los responsables del descubrimiento del yacimiento de Sa Capelleta, y desde su experiencia se atreven a asegurar que el camposanto es mucho más amplio, extendiéndose hacia un aparcamiento situado junto al área excavada.
(Fuente: Diario de Ibiza / Pilar Martínez)