Yacimiento ibérico de Mas Castellar en Pontós (Gerona). FOTO: ACN |
El edificio del siglo V aC donde se ha trabajado en esta campaña de excavaciones se descubrió el año pasado y ha servido para demostrar que ya en aquella época los griegos explotaban este territorio bajo la influencia de Empúries. Lo demuestra el hecho de que las cerámicas de aseo que se han encontrado eran fabricadas en Grecia, por ejemplo.
Aunque ya hace 25 años que se trabaja en el yacimiento de Mas Castellar, la campaña de este año ha sido especialmente productiva ya que el edificio donde se ha trabajado, formado por un cuerpo central, tres habitaciones y dos terrazas adyacentes, estaba quemado y derrumbado. Esto ha hecho que se encontraran muchos objetos a su emplazamiento original. "Cuando descubres un edificio quemado sabes que encontrarás cosas interesantes porque el pasado se ha fosilizado allí", destacó Jordi Moré, uno de los arqueólogos que trabaja.
LANZAS Y JABALINAS
Entre los objetos encontrados destacan una lanza de hierro, dos jabalinas y una coraza de bronce, localizados en una de las estancias, y cerámicas de aseo y pequeñas joyas, en una segunda. Esto evidencia, según los arqueólogos actividades especializadas para hombres y mujeres en espacios separados del mismo edificio, un extremo que no se había observado hasta ahora en el yacimiento.
Lo que también han constatado los arqueólogos es que durante más de tres siglos hubo una polarización muy evidente entre el mundo helénico y el ibérico. Es decir, que unos y otros luchaban por ser hegemónicos. Así, por ejemplo, en el mismo yacimiento de Mas Castellar, que esencialmente era un gran centro de almacenamiento de grano con más de 1.000 silos, está dividido en tres áreas muy diferenciadas: un yacimiento del siglo III aC, de clara influencia helénica, uno de los siglo IV aC, ibérico, y el del siglo V aC donde se ha trabajado este año, con influencias griegas de nuevo. "Observamos un bipartidismo muy claro entre los colonizadores y los indígenas por el control del grano", explica Moré.
Finalizada la campaña de excavaciones, los arqueólogos se centrarán ahora en clasificar y restaurar los muchos objetos encontrados. "Hay que procesar y digerir todo este tesoro", señala Moré. En vista al próximo año, las excavaciones continuarán en este mismo edificio donde aún esperan encontrar muchos objetos que ayuden a entender un poco más cómo era la vida cotidiana de sus pobladores.
YACIMIENTO DE MAS CASTELLAR
El yacimiento de Mas Castellar de Pontós está situado sobre una pequeña elevación, entre la orilla izquierda del Fluvià y el Algama, a unos 2000 metros al norte de Pontós y cerca de la masía que lleva su nombre. El yacimiento corresponde a la edad del hierro inicial (siglo VII aC) y toda la época ibérica y desaparece en la época romana (principios del siglo II aC).
Desde 1990 se han llevado a cabo trabajos de excavación arqueológica, bajo la dirección de la Dra. Enriqueta Pons, conservadora de la sede de Girona del Museo de Arqueología de Cataluña. En todos estos años de trabajo cabe destacar el descubrimiento de un importante conjunto patrimonial que extiende por una superficie de unos 8000 m², aunque el complejo arqueológico en su conjunto ocuparía un espacio en ningún caso inferior a las cinco hectáreas. Los restos actualmente visibles están formadas por la parte frontal de un oppidum fortificado del siglo V aC, el cual, a lo largo del siglo IV aC, fue desmantelado y sustituido por un establecimiento agrícola que gestionó un inmenso campo de silos y que perduró hasta principios del siglo II a.C.
(Fuente: La Vanguardia)
Lo que también han constatado los arqueólogos es que durante más de tres siglos hubo una polarización muy evidente entre el mundo helénico y el ibérico. Es decir, que unos y otros luchaban por ser hegemónicos. Así, por ejemplo, en el mismo yacimiento de Mas Castellar, que esencialmente era un gran centro de almacenamiento de grano con más de 1.000 silos, está dividido en tres áreas muy diferenciadas: un yacimiento del siglo III aC, de clara influencia helénica, uno de los siglo IV aC, ibérico, y el del siglo V aC donde se ha trabajado este año, con influencias griegas de nuevo. "Observamos un bipartidismo muy claro entre los colonizadores y los indígenas por el control del grano", explica Moré.
Finalizada la campaña de excavaciones, los arqueólogos se centrarán ahora en clasificar y restaurar los muchos objetos encontrados. "Hay que procesar y digerir todo este tesoro", señala Moré. En vista al próximo año, las excavaciones continuarán en este mismo edificio donde aún esperan encontrar muchos objetos que ayuden a entender un poco más cómo era la vida cotidiana de sus pobladores.
YACIMIENTO DE MAS CASTELLAR
El yacimiento de Mas Castellar de Pontós está situado sobre una pequeña elevación, entre la orilla izquierda del Fluvià y el Algama, a unos 2000 metros al norte de Pontós y cerca de la masía que lleva su nombre. El yacimiento corresponde a la edad del hierro inicial (siglo VII aC) y toda la época ibérica y desaparece en la época romana (principios del siglo II aC).
Desde 1990 se han llevado a cabo trabajos de excavación arqueológica, bajo la dirección de la Dra. Enriqueta Pons, conservadora de la sede de Girona del Museo de Arqueología de Cataluña. En todos estos años de trabajo cabe destacar el descubrimiento de un importante conjunto patrimonial que extiende por una superficie de unos 8000 m², aunque el complejo arqueológico en su conjunto ocuparía un espacio en ningún caso inferior a las cinco hectáreas. Los restos actualmente visibles están formadas por la parte frontal de un oppidum fortificado del siglo V aC, el cual, a lo largo del siglo IV aC, fue desmantelado y sustituido por un establecimiento agrícola que gestionó un inmenso campo de silos y que perduró hasta principios del siglo II a.C.
(Fuente: La Vanguardia)