Las excavadoras trabajan cerca de la zona donde aparecieron los restos. FOTO: PATXI CASCANTE |
Las ruinas halladas corresponden a estructuras de combustión: “Un rebaje en el terreno en el que colocaban leños, a los que prendían fuego y cubrían con piedras, sobre las que se ponían los conejos, jabalíes... lo que se quisiera cocinar”, explica Nicolás Zuazúa, director de los trabajos.
Los arqueólogos del Gabinete Trama (empresa contratada por Príncipe de Viana para hacerse cargo de las excavaciones) también han encontrado varios depósitos “que deberían de ser silos para guardar el trigo u otros alimentos”. Según detalla Zuazúa, “son circulares, de un metro de diámetro más o menos, aunque hay uno rectangular de 6 metros de ancho por 2 de largo”. Además, se han descubierto pequeños objetos, como restos de molinos de mano, evidencias de cerámica y pequeños trozos de piedra sílex, con la que se creaban herramientas.
HALLAZGOS SIMILARES
En total, han aparecido seis núcleos, “ubicados de forma bastante dispersa. Es muy difícil llegar a saber si son contemporáneas o no”, apunta Zuazúa, quien señala que, en las cabañas donde se ubicaban estas estructuras, podían llegar a vivir varias familias. Estaban ocultos a unos 40-60 centímetros de profundidad, por lo que algunos habían sido arrastrados por máquinas agrarias.
Estos seis puntos podrían aumentar conforme avancen las obras del PSIS de Salesianos y de urbanización de la zona, donde además se construirá un restaurante de comida rápida y un supermercado.
Los restos encontrados son algunos de los más antiguos de la zona. “No son únicos en Navarra, pero tienen su importancia porque lo que podemos conocer de aquella gente es gracias a los restos que dejan; aún no existía la escritura”, detalla María García-Barberena, técnico arqueólogo de Trama. Similares a estos se encontraron en las obras de la nueva cárcel de Pamplona y en la construcción del colegio Izaga, en Cordovilla.
Estos nuevos hallazgos en Sarriguren se suman a las tres necrópolis (dos medievales y una de la Edad del Hierro) que ya aparecieron en la ecociudad desde que comenzaron las obras de edificación. Zuazúa señala que, “al principio, pensamos que lo que había aparecido aquí -en referencia a las estructuras de combustión- eran necrópolis similares, pero enseguida nos dimos cuenta que no”.
Como se ha procedido otras veces, las piedras se desecharán, pero los demás restos se catalogarán y terminarán en un almacén de arqueología.
(Fuente: Noticias de Navarra / Nazareth Bernhardt)