El “Santísima Trinidad”, navío insignia de la flota española en el siglo XVIII y que se hundió en la batalla de Trafalgar en 1805, podría haber sido hallado a ocho leguas de la costa gaditana por un buque hidrográfico en una demostración con un sonar de barrido lateral.
Vicente Carrasco, director comercial de SIMRAD SPAIN, S.L., empresa dedicada a la hidroacústica marina que el pasado 23 de junio hizo una demostración a bordo del buque Malaspina por las costas de Cádiz, ha informado que podría haber sido hallado el “Santísima Trinidad”, buque insignia de la flota española en el siglo XVIII hundido durante la batalla de Trafalgar.
El navío de 61 metros de eslora era el único de su época con cuatro puentes
y capacidad para 1.070 tripulantes.
“Tanto la posición como la dimensiones del buque coinciden con el Santísima Trinidad”, ha afirmado Carrasco quien no obstante ha señalado que es el Ministerio de Defensa el que tiene que confirmar el hallazgo tras una inspección visual con un robot. El descubrimiento del “Malaspina”, provisto con un sonar, revela en imágenes acústicas y sombras del fondo marino que hay un buque “perfectamente reconocible tendido en el fondo” y que podría tratarse del “Santísima Trinidad”, un hallazgo que ya ha confirmado la Universidad de Cádiz y el Instituto Hidrográfico de la Marina.
Carrasco ha explicado que las referencias históricas indican que el Santísima Trinidad se hundió en la batalla de Trafalgar a ocho lenguas de la costa de Cádiz, por la zona de Barbate, una situación que coincide “al cien por cien” con la sondeada a un centenar de metros de profundidad.
Fué conocido como "El Escorial de los mares"
En julio de 1779, cuando España declara la guerra a Gran Bretaña junto a Francia en apoyo a las colonias norteamericanas en su Guerra de la Independencia, el “Santísima Trinidad” fue el buque insignia de la flota española, y tomó parte en las operaciones en el canal de la Mancha a finales del verano de ese año. Pero, sobre todo, se le recuerda por su trágico final en la batalla de Trafalgar, en 1805, donde tras una dura lucha fue capturado por los ingleses en muy malas condiciones, con más de 200 muertos y 100 heridos.
Via: elimparcial.es
El buque fue construido en La Habana en 1769 y era el buque de guerra más grande construido en aquel momento con más de 61 metros de eslora y 16,59 de manga. Por estas cifras se le conocía como “El Escorial de los Mares”, aunque tras ser probado en alta mar, se dieron cuenta de que sufría de varios desperfectos que fueron corregidos en los astilleros de Ferrol y Cádiz. Tales fueron las modificaciones ejecutadas que se convirtió en el único navío del mundo que contaba cuatro puentes, con una tripulación de 1.071 plazas.