José Beltrán y María Luisa Loza son los nombres propios de esta historia que tiene como protagonista a Livia, madre del emperador Tiberio. Las investigaciones que estos dos arqueólogos, él de la Universidad de Sevilla y ella del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, realizaban sobre la escultura romana en la zona de Medina Sidonia desembocaron en el hallazgo en los almacenes del Museo de Cádiz del cuerpo de una estatua sin cabeza que correspondía al retrato de la emperatriz Livia que se exponía, junto a los de Germánico y Druso Minor, en la sala romana del centro. Ambas piezas llegaron al Museo en la década de los 60 del siglo XX, procedentes de las excavaciones arqueológicas en el Castillo de Medina Sidonia, pero no ha sido hasta ahora cuando las investigaciones han permitido encajarlas y mostrar la estatua de cuerpo entero. El restaurador del museo, Luis Carlos Zambrano, ensambló el conjunto y permitió que Livia "sentara la cabeza".
Las redes sociales fueron uno de los cauces por los que se difundió la noticia, de la que informó oficialmente la Consejería de Cultura a través de una nota de prensa.
Junto a las tres cabezas halladas en 1960 en Medina se encontraron, y también por entonces, se llevaron al Museo gaditano trozos de mármol de otras estatuas y un cuerpo de mujer casi entero. Las tres cabezas fueron expuestas y las otras piezas se depositaron en el almacén, donde quedaron fechadas y catalogadas pero, evidentemente, separadas de sus originales. Al menos el cuerpo de Livia.
CONFERENCIA
Fue el año pasado cuando José Beltrán y María Luisa Loza, que darán próximamente una conferencia sobre su investigación, llegaron al Museo de Cádiz para estudiar las piezas halladas en la excavación asidonense, tanto las expuestas en la sala romana como las guardadas en el almacén. Sus investigaciones les llevaron a relacionar la cabeza de Livia con la estatua del almacén. Como explica el propio museo en Twitter, "observan que el tamaño y la tipología de la estatua corresponde a la iconografía de Livia y comprueban que encajan perfectamente". La restauración se hizo en el propio museo.
Pese a permanecer durante 57 años en el depósito del centro de la plaza de Mina, el cuerpo de la estatua de Livia mantenía aún restos de azules y dorados, los colores originales de la escultura.
La delegada territorial de Cultura, Remedios Palma, mostró ayer la "emoción" que el hallazgo ha causado en todo el personal del museo: "Llevamos disfrutando la noticia varias semanas. Ahora está teniendo repercusión y esto va a ser importante para el número de visitantes del museo. "Decía nuestro restaurador que había sido emocionante el momento en el que la cabeza y el cuerpo encajaban. Y ha sido muy gratificante para los arqueólogos, que lo han vivido de una manera muy profesiona"l. "Un sótano de un museo es siempre un baúl de sorpresas. Las instituciones estamos obligadas a custodiar todo lo que se encuentra", concluyó la delegada..
Nunca se sabe qué más puede salir, es necesario una investigación, y nuestros museos están abiertos siempre, siempre a los investigadores".
(Fuente: Diario de Cádiz / J.A.L.)