Interior del claustro con la iglesia de Cristo Rey al fondo. FOTO: PACO MORENO. |
El inmueble municipal de la calle San Vicente, casi llegando a la plaza España y a espaldas del colegio de Agustinos, dista mucho de ser la ruina de hace unos años. Tanto Sarrià como el arquitecto Alberto Peñín, quien ha participado en la intervención, destacaron el mal estado del viejo convento, con paredes y techos hundidos, además de recordar la consolidación de emergencia realizada en la base de la torre.
INVERSIÓN
La inversión ha llegado a los 2,3 millones de euros, con un plazo de ejecución que se podría adelantar a los 14 meses previstos. De momento se ha salvado el inmueble, que no es poco, a la espera de un proyecto de intervención y la definición de los usos que quiera el Consistorio. Entre ellos, el edil apuntó que podría reservarse alguna estancia para una exposición sobre el culto a San Vicente Mártir.
El arqueólogo Albert Ribera destacó que sólo se excavó el 20% de la superficie del claustro, una campaña realizada a mediados de los años 80, por lo que la futura intervención se perfila como una de las más apasionantes de la ciudad. Sarrià habló de un «referente simbólico para los valencianos», donde señaló por ejemplo que fue el primer lugar donde Jaume I asistió a una misa después de la Conquista, además de ser el lugar de la custodia del Penó de la Conquesta.
UN LUGAR EMBLEMÁTICO
El lugar donde se atribuye el enterramiento de San Vicente Mártir es vecino de la parroquia de Cristo Rey, templo con el que comparte una de las portadas románicas más bonitas de Valencia. Seguro que la más desconocida, dado que forma parte del claustro desde hace siglos.
Ribera señaló que en los años 70 se numeró para ser desmontada, cuando la orden religiosa puso a la venta el edificio, algo que se impidió gracias a una campaña en prensa iniciada por Vicente Castell, archivero de la Catedral. El Ayuntamiento decidió hacerse con la propiedad por expropiación.
La planta baja está completamente despejada, al igual que la primera y la cámara. En esta última podrá situarse instalaciones del futuro equipamiento, cuando se decida.
Junto al enterramiento del siglo IV también aparecieron fragmentos de cerámica, lo que ayuda a la datación a los arqueólogos. Rivera también mencionó la presencia de restos de la fortificación que mandó construir Jaume I, al quedar extramuros el lugar de culto, uno de los más venerados de Europa.
'ROMPECABEZAS' DE ESTILOS
Peñín habló de que el propósito de la intervención ha sido dar coherencia a la lectura de todo el edificio, dejando huellas de cada etapa. La característica común es que los sucesivos dueños arrasaban con lo interior, literalmente en ocasiones, por lo que la misma fachada que recae a la calle San Vicente es un rompecabezas de estilos.
La propuesta de los arquitectos es que se rebaje la cota para poder dejar a la vista toda la fachada, aunque esto está por decidir. Sarrià sí que dijo que se ampliarán las aceras para dignificar el inmueble, lo mismo que ocurrirá cuando se ejecute el planeamiento, en cuanto a la demolición de parte del recreo del colegio colindante, con la alineación de la finca próxima a la plaza de España. Esto último no tiene plazos.
San Vicente de la Roqueta es monumento nacional desde 1978 y los trabajos realizados se han centrado en los cimientos, forjados, cubiertas, escaleras y fachadas. No ha faltado de nada, ni siquiera sacar a la luz un muro de tapial del siglo XIV, el más antiguo del conjunto, en un pequeño cuarto donde está pendiente de finalizar las obras. Debido a la aparición de todos estos elementos, los responsables del proyecto han tenido que hacer varias modificaciones, como el cambio de una de las escaleras.
(Fuente: Las Provincias / Paco Moreno)