La tumba se ha encontrado en muy bien estado de conservación FOTO: NURIA TORRES / La Vanguardia |
UNA BASÍLICA IMPONENTE
Hace unos 80 años, el arqueólogo Joan Serra Vilaró dirigió las excavaciones de la Necrópolis Paleocristiana y entre los hallazgos más excepcionales apareció una basílica de tres naves con una longitud de unos 39 metros por 18,50 metros de anchura que tenía un ábside semicircular.
Sus trabajos han servido de guía a la excavación para localizar con rapidez el sepulcro San Fructuoso, el mártir quemado vivo en el Anfiteatro romano de Tarragona en el año 259, aunque ya se sabía que las reliquias se trasladaron a Italia en la invasión musulmana.
SÓLO UN DÍA EXPUESTO AL PÚBLICO
Los trabajos también han localizado parte del ábside de la basílica del siglo IV, pero aunque con toda probabilidad sea el conjunto paleocristiana más importante de la península, los restos se taparán y solo se abrirán al público un único día, el próximo 2 de noviembre.
No es ninguna novedad que en Tarragona se excave, se descubra un hallazgo y tengamos que cubrirlo de nuevo. Los arqueólogos, sin embargo, no lo ven con malos ojos. "De hecho, si no se puede conservar y mantener en condiciones idóneas es mejor tapar, para que no se degrade el espacio", afirma la arqueóloga municipal Imma Teixell.
El equipo tomará muestras del interior del sarcófago en previsión de futuras pruebas de carbono 14 y también se recogerán muestras de cotas inferiores, ya que el templo está datado mucho después de la muerte del mártir.
(Fuente: La Vanguardia)