La torre de la iglesia San Nicolás de Córdoba tras las obras de restauración / LAURA MARTÍN |
La torre ya luce despejada en todo su esplendor tras un año en obras por el desprendimiento de parte del enfoscado de la fachada por el temporal de viento que se registró en marzo del año 2018 en Córdoba, hecho que obligó a la parroquia a mantener la estructura entre andamios desde agosto del 2019.
Hace unos días, finalmente, fue develada por completo la fachada de la iglesia y su torre, que sufrió un proceso de restauración siguiendo los criterios en materia de conservación del patrimonio histórico y tras la aprobación del proyecto de limpieza, conservación y mantenimiento del segundo cuerpo y cornisa superior de ladrillo del campanario, promovido por el Obispado de la Diócesis de Córdoba.
La torre, que tras la restauración ha sido calificada por algunos feligreses como "esbelta y señorial", tiene unos 30 metros de altura y fue intervenida por los arquitectos Felipe Romero y José Enrique Crespo, el arqueólogo Francisco Javier Peña y la conservadora y restauradora de obras de arte, Ana Infante de la Torre.
En principio solo se iba a intervenir en el cuerpo de campanas, tras el desprendimiento, "pero para llegar al sitio había que instalar todo el andamiaje y se ha aprovechado para revisar toda la ornamentación, que estaba en un estado lamentable", según comenta el responsable de Patrimonio de la parroquia, José Salamanca.
Esta intervención supuso el estudio y descubrimiento de varios hechos históricos. Uno de los principales objetivos marcados por el equipo del arqueólogo fue comprobar si la torre se asentaba sobre un antiguo alminar islámico y, según ha asegurado a el Día, "no hemos encontrado restos de muros de edificios islámicos, la torre no se asienta sobre ninguna estructura previa de origen islámico, la estructura es totalmente cristiana, construida en el siglo XV por Gonzalo Rodríguez".
Sin embargo, en el interior se han descubierto algunos muros que "podrían indicar que hubo un alminar y una mezquita, pero las reformas que se hicieron desde la conquista cristiana han borrado cualquier indicio del edificio". Aún así, Peña explica que en las primeras décadas del siglo XV, la torre se construye siguiendo el patrón de un posible edificio previo, pero "no se ha documentado ningún resto de alminar". En definitiva, según el arqueólogo "la torre se adosa a la iglesia, y es totalmente cristiana".
Según recuerda Peña, en la estructura no se hacía una intervención de este tipo más o menos desde el año 1755, cuando se reconstruyó la parte superior del campanario en ladrillo tras el terremoto de Lisboa y de 1799, cuando se macizó la parte superior y se ensanchó el balcón para que los campaneros pudieran tocar las campanas.
Durante la intervención también han podido confirmar que Gonzalo Rodríguez es, efectivamente, el constructor de la obra. Peña explica que han encontrado dos inscripciones, una de ellas en una de las tejas superiores, que hace referencia al padre de Hernán Ruiz I, de quien, por varios autores, ya se presumía que era el constructor de la torre. "Este es el azulejo que adobó Gonzalo Rodríguez", reza la pieza, con lo cual "está diciendo que es él el maestro cantero de la obra".
Las piezas exteriores de la torre de San Nicolás también han sufrido un proceso de limpieza y restauración y la policromía de las piezas fue otro descubrimiento sorprendente para los técnicos. Las figuras alegóricas, el escudo Íñigo Manrique, las letras de Obediencia y Paciencia y la lápida ahora relucen sus colores al resplandor del sol de Córdoba. "Esto nos da una imagen de que la torre tenía una policromía en sus elementos más significativos, con un contraste cromático bastante importante".
También se han podido salvar a tiempo muchos elementos que estaban sueltos y constituyen parte del patrimonio histórico de la capilla. "El objetivo era mantener los elementos que estaban muy deteriorados y que eran un peligro para la vía pública", ha finalizado Peña.
El estudio todavía está en proceso, junto al informe técnico arqueológico destinado a la Administración que comprende incluso un modelado en 3D de cómo lucía la torre antiguamente, estudios previos y detalles de todo lo intervenido por la conservadora y restauradora de obras de arte Ana Infante de la Torre.
Pero estos arreglos no se han terminado de pagar, el presupuesto asciende los 200.000 euros y está siendo pagado totalmente por la feligresía de San Nicolás, según afirma el el responsable de Patrimonio, José Salamanca. "Ha sido un buen trabajo, una restauración completa para transmitir el patrimonio que tenemos, había zonas que de lejos no podíamos apreciar el deterioro que tenían, pero pudimos intervenir a tiempo", ha asegurado.
El párroco de San Nicolás, Antonio Evans, también ha expresado su alegría tras ver las obras finalizadas, que constituyen historia, cultura, arte y presente de cordobeses y visitantes que tienen la dicha de conocer la parroquia.
(Fuente: El Día de Córdoba / Fabiola Mouzo)