Hace cincuenta años, en 1962, una voladura con dinamita en una cantera de piedra caliza del municipio de Castroverde puso al descubierto el primer yacimiento paleolítico gallego ubicado en una cueva que fue objeto de una investigación sistemática. El hallazgo, por tanto, es el precedente más destacado de las excavaciones que se realizan actualmente en diversas cavidades de las sierras orientales lucenses, que han supuesto un avance importante en el conocimiento de la prehistoria remota del noroeste.
Excavaciones arqueológicas realizadas en los años ochenta. |
Las excavaciones en este yacimiento no se llevarían a cabo hasta mucho más tarde, en la segunda mitad de los años ochenta. Pero los primeros materiales arqueológicos que proporcionó fueron recogidos poco después del descubrimiento de la cueva por el entonces director del Museo Provincial de Lugo, Manuel Vázquez Seijas, quien fue avisado por los propietarios de la cantera, que era explotada con procedimientos casi artesanales. Las piezas consistían en varias azagayas talladas en astas de cérvidos y un buen número de fragmentos de fósiles de diversas especies animales: oso de las cavernas, oso pardo, hiena, reno, zorro, ciervo, corzo, jabalí, caballo... Estos materiales fueron depositados en el museo lucense y los más importantes de entre ellos están expuestos al público desde hace bastantes años.
Estudio interdisciplinar
A partir de 1987 se llevaron a cabo tres campañas de excavación que supusieron el primer estudio interdisciplinar realizado en Galicia de un yacimiento prehistórico situado en una cueva. En estas intervenciones se utilizaron a la vez métodos de investigación arqueológica, paleontológica y edafológica.
Aunque el yacimiento había quedado muy dañado por la propia explosión que lo puso al descubierto, los trabajos dieron como resultado la recuperación de cerca de un centenar de artefactos líticos -depositados y expuestos en el Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba- y de numerosos fósiles animales. Los datos obtenidos en estas investigaciones fueron difundidos en publicaciones científicas y ayudaron en gran medida a incrementar el interés por el potencial arqueológico y paleontológico de las cuevas lucenses, cuya exploración se intensificó en las dos siguientes décadas.
(Fuente: La Voz de Galicia / Francisco Albo)