Visita a las excavaciones del presidente del Cabildo de Fuerteventura. FOTO: DIARIO DIGITAL DE CANARIAS. |
El yacimiento fue descubierto a principios de 2012 en Lobos y ha permitido constatar las primeras hipótesis que apuntaban a la existencia de un asentamiento de origen romano de una considerable magnitud y cuya ocupación fue al menos estacional, que estuvo dedicado a la obtención de la púrpura a partir del procesamiento de moluscos marinos, de los que se hasta el momento se han contabilizado más de 70.000 ejemplares.
En una segunda zona en la que trabajan los arqueólogos, explicó Carmen del Arco, “han aparecido elementos domésticos, elementos y estructuras de combustión, ajuar de mesa, ajuar de cocina y algunos restos de fauna terrestre, con lo cual se trataría de un área de procesado de alimentos, aunque junto a ella también vemos que hay en superficie, abundantes restos de extramonita procesada, con lo cual en algún momento y cuando sigan los trabajos con probabilidad podamos encontrar también focos de concheros”.
El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Marcial Morales, anunció que se renovará el convenio con el Departamento de Patrimonio Histórico y el Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife, con la colaboración de la Universidad de La Laguna “porque este yacimiento se va a convertir en nivel de referencia a nivel cultural y, por lo tanto, también a nivel turístico".
OBTENCIÓN DE TINTES PÚRPURAS
Hasta ahora sí se habían localizado en Canarias de forma puntual otros restos de cerámica de torno relacionada con las culturas clásicas del Mediterráneo, pero la singularidad del yacimiento de Lobos radica en que la cerámica aparecería ya contextualizada en un emplazamiento concreto y con actividad también relacionada con la obtención de tintes para su posterior comercialización.
Los tejidos teñidos de púrpura gozaron de gran popularidad en todo el mundo antiguo, desde los fenicios hasta los romanos. Eran considerados objetos de lujo y signo de distinción social, hasta el punto de que el propio Estado controlaba su monopolio y se organizaban expediciones comerciales y militares en busca de los productos necesarios para su elaboración. También se establecieron bases en la costa africana atlántica para su extracción.
Junto a Carmen del Arco y Mercedes del Arco, arqueóloga conservadora del Museo Arqueológico de Tenerife, trabajan en la excavación Milagros Estupiñán e Ignacio Hernández, del Departamento de Patrimonio Cultural del Cabildo de Fuerteventura.
(Fuente: Diario Digital de Canarias)