Denuncian el «grave deterioro» de la zona que supone los primeros vestigios de civilización encontrado en el término municipal
Jesús Molins, en la zona donde está el yacimiento. PP
El lugar en el que a finales del siglo XIX y a principios del XX se encontró el famoso Baco de Aldaia, una pieza que custodia el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, es actualmente un espacio degradado y rodeado de vertederos. Así lo ha denunciado el Partido Popular de la población, tras una visita a la zona que alberga el yacimiento Ereta del Moros, realizada por su candidato a las elecciones municipales de 2023, Jesús Molins, así como algunos ediles. «Es lamentable el estado de abandono del propio yacimiento y de su entorno.
No puede presumir el gobierno local de abanderar la cultura cuando el origen de la época romana de Aldaia es actualmente una zona abandonada, que tiene el yacimiento arqueológico sin proteger, ni poner en valor y su entorno salpicado de vertederos ilegales que claramente son una degradación medioambiental inaceptable», ha criticado Jesús Molins.
El yacimiento de Ereta del Moros data de los siglos I y II, cuando en ese punto hubo una importante villa romana (que desaparecería en el siglo III), dedicada fundamentalmente a la agricultura y a la producción de vino, y es el vestigio más antiguo de un núcleo poblacional en el término municipal, más allá de la alquería musulmana que siglos después dio lugar al actual casco urbano.
Las excavaciones realizadas allí se realizaron en diversas campañas y, de hecho, el propio Baco se encontró en dos piezas, con varias décadas entre cada hallazgo (entre 1884 y 1924). La primera fue localizada por casualidad por Pascual Simón en 1884 cuando trabajaba en un campo de su propiedad y, a partir de ahí, se realizaron las prospecciones arqueológicas que permitieron, años después, encontrar el resto del cuerpo. No obstante, solo se ha estudiado y excavado una pequeña parte de este yacimiento «cuya extensión debe ser mucho mayor», valora el PP, que también señala la importancia de toda la zona, como han manifestado en sus trabajos destacadas arqueólogas como Rosa Albiach y Carmen Aranegui.
El Baco está representado en esa escultura con corona de flores, desnudo a excepción de una piel de ciervo y calzando sandalias. Llegó al Museo Arqueológico Nacional en 1931 y allí está junto al llamado Apolo de Pinedo. Existen diversas réplicas, una de ellas situada en el recibidor del Teatro Autitorio Municipal de Aldaia (TAMA) y otra en el Museo de la Beneficencia de València.
El yacimiento de Ereta del Moros data de los siglos I y II, cuando en ese punto hubo una importante villa romana (que desaparecería en el siglo III), dedicada fundamentalmente a la agricultura y a la producción de vino, y es el vestigio más antiguo de un núcleo poblacional en el término municipal, más allá de la alquería musulmana que siglos después dio lugar al actual casco urbano.
Las excavaciones realizadas allí se realizaron en diversas campañas y, de hecho, el propio Baco se encontró en dos piezas, con varias décadas entre cada hallazgo (entre 1884 y 1924). La primera fue localizada por casualidad por Pascual Simón en 1884 cuando trabajaba en un campo de su propiedad y, a partir de ahí, se realizaron las prospecciones arqueológicas que permitieron, años después, encontrar el resto del cuerpo. No obstante, solo se ha estudiado y excavado una pequeña parte de este yacimiento «cuya extensión debe ser mucho mayor», valora el PP, que también señala la importancia de toda la zona, como han manifestado en sus trabajos destacadas arqueólogas como Rosa Albiach y Carmen Aranegui.
El Baco está representado en esa escultura con corona de flores, desnudo a excepción de una piel de ciervo y calzando sandalias. Llegó al Museo Arqueológico Nacional en 1931 y allí está junto al llamado Apolo de Pinedo. Existen diversas réplicas, una de ellas situada en el recibidor del Teatro Autitorio Municipal de Aldaia (TAMA) y otra en el Museo de la Beneficencia de València.
Desconocida en Aldaia
El Partido Popular ha puesto de manifiesto que el yacimiento y el propio Baco son un patrimonio desconocido en la población y para la comunidad escolar. «Los alumnos de los colegios de Aldaia deberían conocer el origen y la historia de nuestro municipio y poder visitar un yacimiento en condiciones. Actualmente, si alguien visita la zona, lo que se encuentra son vertederos ilegales, con escombros, restos de uralita altamente contaminante por amianto, neveras destrozadas a la intemperie, y mucha suciedad. Es un espectáculo lamentable en una zona que en su día fue una explotación agrícola fértil y prospera», critica Jesús Molins.
El Partido Popular ha puesto de manifiesto que el yacimiento y el propio Baco son un patrimonio desconocido en la población y para la comunidad escolar. «Los alumnos de los colegios de Aldaia deberían conocer el origen y la historia de nuestro municipio y poder visitar un yacimiento en condiciones. Actualmente, si alguien visita la zona, lo que se encuentra son vertederos ilegales, con escombros, restos de uralita altamente contaminante por amianto, neveras destrozadas a la intemperie, y mucha suciedad. Es un espectáculo lamentable en una zona que en su día fue una explotación agrícola fértil y prospera», critica Jesús Molins.
Propiedad privada
Por su parte, fuentes del gobierno local socialista de Aldaia han manifestado que la «dificultad» para actuar en este terreno es que es «de titularidad privada» lo que dificulta cualquier actuación «sin obtener previamente el permiso», incluso la limpieza cuando no está en condiciones. «A día de hoy, el ayuntamiento debe contar inexcusablemente con la autorización del propietario», añaden. En este sentido, al conocer por este diario el estado en el que se encuentra la zona que alberga el yacimiento, «de la misma manera que se actúa en otros terrenos particulares en los que se producen vertidos, el ayuntamiento procederá a notificar a los propietarios su obligación de mantener sus propiedades en buen estado», explican.
Respecto a las acciones del consistorio en los últimos años en la zona, las mismas fuentes explican que se ejecutaron catas en el punto donde se excavó a finales del siglo XIX y principios del XX, pero a la hora de intentar comprobar si el yacimiento tiene mayores dimensiones y plantearse una expropiación, los terrenos del entorno también son privados y la propiedad no ha permitido pasar un georadar por encima.
Por su parte, fuentes del gobierno local socialista de Aldaia han manifestado que la «dificultad» para actuar en este terreno es que es «de titularidad privada» lo que dificulta cualquier actuación «sin obtener previamente el permiso», incluso la limpieza cuando no está en condiciones. «A día de hoy, el ayuntamiento debe contar inexcusablemente con la autorización del propietario», añaden. En este sentido, al conocer por este diario el estado en el que se encuentra la zona que alberga el yacimiento, «de la misma manera que se actúa en otros terrenos particulares en los que se producen vertidos, el ayuntamiento procederá a notificar a los propietarios su obligación de mantener sus propiedades en buen estado», explican.
Respecto a las acciones del consistorio en los últimos años en la zona, las mismas fuentes explican que se ejecutaron catas en el punto donde se excavó a finales del siglo XIX y principios del XX, pero a la hora de intentar comprobar si el yacimiento tiene mayores dimensiones y plantearse una expropiación, los terrenos del entorno también son privados y la propiedad no ha permitido pasar un georadar por encima.
(Fuente: Levante // Laura Sena)