Atravesar la Puerta de la Ciudad, contemplar la Mezquita, pasear por el Patio de Armas y por los jardines del Alcázar puede ser a partir de ahora diferente. El recinto amurallado sigue escondiendo tesoros y secretos que, poco a poco, van saliendo a la luz y siguen sorprendiendo a los que cada día convivimos con los viejos muros. Los recientes trabajos de excavación en una de las áreas que estaban cerradas al público han proporcionado a los especialistas y a la historia de la ciudad 400 cajas de material perteneciente a diferentes etapas históricas.
El Área de Conservación del Patrimonio Histórico, dirigida por Juan Ramón Díaz y dependiente de la Delegación de Urbanismo, es la encargada de analizar e interpretar todo lo hallado. Partían de ciertas hipótesis de trabajo y nada de lo que han encontrado «ha sido inesperado». Querían saber si antes del Alcázar islámico había otro tipo de ocupación en ese lugar, cómo empezó, cuáles fueron sus primeras infraestructuras, cómo era su acceso al agua y el almacenamiento de víveres en los graneros. En este momento, el equipo está elaborando el informe y la memoria de la excavación, fase para la que tienen de plazo hasta el próximo mes de abril.
Desde el área aseguran que «ahora se conoce más del Alcázar como conjunto edificativo autónomo, al margen de la ciudad». Por su utilidad, el recinto busca independencia del exterior, prestigio, impactar al visitante, reflejar el poder político. Uno de los aspectos que más interés ha despertado entre los especialistas jerezanos es el de las conducciones de agua, que revelan una tecnología muy avanzada para la época.
Revisión histórica
Las 400 cajas de material que ha deparado la reciente excavación esconden muchas otras claves útiles para conocer aún más detalles de la historia de la ciudad. «Con el estudio de las piezas cerámicas, podemos descubrir cómo eran las relaciones comerciales con otras ciudades tanto en época islámica como en otras posteriores», indicaron los expertos.
Para la delegada de Cultura, Dolores Barroso, gracias a la protección que otorga la Carta Arqueológica Municipal a todas las intervenciones en el casco histórico «se está produciendo una revisión de la historia de la ciudad en los estadios medievales y modernos, con lo cual conocemos mejor el mundo pre almohade consiguiendo de esta manera avances notables en la investigación y el conocimiento. De otra parte, se ponen al descubierto hallazgos que van a posibilitar incrementar el atractivo turístico de la ciudad y las posibildades de trabajar con niños y jóvenes para seguir fomentando la conciencia en torno a las señas de identidad de Jerez. Hay que recordar que la Carta Arqueológica es un instrumento de trabajo que se aplica desde el 2007 y que está dando buenos resultados. Entre otras cosas, implica que cualquier obra en el casco histórico de la ciudad en la que puedan aparecer restos de importancia, ya la lleve una empresa privada o una pública, debe contar con la supervisión de un arqueólogo.
Importancia de la ciudad
La responsable municipal citó como ejemplo la plaza Belén, donde actualmente se levanta la Ciudad del Flamenco. «Con los primeros movimientos de tierra apareció una villa pre-almohade». También están siendo importantes los trabajos que se han acometido recientemente en el Alcázar «porque han aparecido muros que permiten hablar de una ciudad rica e importante en la fase pre-almohade y dan datos del ritual funerario, de las relaciones políticas y económicas de la ciudad con el resto de Al-Ándalus».
Las planimetrías, las fichas de unidades estratigráficas, las fotografías del material cerámico y metálico, su lavado y análisis ocupan ahora al equipo municipal. La intervención arqueológica empezó en junio del pasado año y terminó en abril de 2010 y ha sido ejecutada por tres arqueólogos, un historiador y un equipo de trabajadores de la empresa adjudicataria del proyecto, CYES.
(Publicado en: La Voz Digital)