El yacimiento arqueológico oscense obliga a alterar el calendario de entrega de septiembre a marzo, con la construcción ya concluida
Excavaciones en la antigua aldea medieval de Fornillos de Violada aparecida durante las obras.Verónica LacasaLa fecha prevista para la entrega de las obras del embalse de Almudévar se retrasará previsiblemente hasta marzo del 2024. Inicialmente se barajó septiembre del 2023 para la finalización oficial, pero las excavaciones arqueológicas en el vaso han obligado a posponer la fecha, según la Confederación Hidrográfica del Ebro. En todo caso la construcción está casi lista. Apenas ha durado seis años, un tiempo récord dada la demora de este tipo de proyectos hidráulicos.
Los trabajos en el yacimiento del Morrón del Villar han arrojado más resultados de los esperados, afirmó la CHE, lo que ha supuesto "un replanteamiento de las excavaciones", en coordinación con la Dirección General de Patrimonio de la DGA y, en consecuencia, "la ampliación no prevista de la extensión y duración de las labores de excavación, catalogación y documentación de los restos". Por su parte, fuentes de Patrimonio indicaron que se trabaja a buen ritmo.
Las obras del embalse sacaron a la luz hace unos meses los restos de la antigua aldea medieval de Fornillos de Violada. El yacimiento está lejos de los dos grandes diques, de 2,4 y 3,5 kilómetros de longitud, que cerrarán el vaso donde se almacenarán 169 hectómetros cúbicos de caudales sobrantes de los ríos Cinca y el Gállego.
La excavación arqueológica comenzó en marzo del 2023. Ya se conocía la existencia de este pueblo, que quedó abandonado. Apenas era visible sepultado en una montaña de piedras, ya que los agricultores depositaban aquí las que encontraban en los campos de cultivo cercanos.
Tanto esta actuación como la de los restos históricos de una antigua ermita, la de Santo Domingo, situada en medio del vaso, están bajo supervisión de la Dirección General de Patrimonio Cultural. La Confederación Hidrográfica trasladará en los próximos días el muro medieval de ese templo, el único con valor patrimonial (se derribaron las otras paredes más modernas). La mudanza se hará piedra a piedra hasta una colina para ponerlo a salvo de la inundación.
La prueba más evidente de la finalización de las obras es la cercanía del agua. El de Almudévar es un embalse lateral, no construido sobre un río, que se alimenta del Canal de Monegros, conectado con la entrada de la presa este a través de un canal de aducción de poco más de 1 kilómetro. Este ya está lleno y solo lo separa del dique una ataguía. En el momento en que se retire esta pared de tierra que impide la entrada del caudal mientras duran la obras, podrá empezar el llenado.
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