google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: julio 2015

31 de julio de 2015

Documentan un palacio ibérico de los siglos II - I a.C. en el Cerro de la Merced, en Cabra (Córdoba)

Los arqueólogos sacan a la luz un gran edificio con diez estancias en su planta baja, diferentes aterrazamientos y una escalinata monumental hasta el acceso principal del recinto palaciego donde se ha localizado el arranque de escalera para una segunda planta.
Fernando Quesada con el equipo de excavación al completo en ésta IV Campaña en el Cerro de la Merced. 
Los hallazgos realizados en esta IV campaña de excavaciones trascienden por completo la idea de que se trataba de un simple recinto fortificado ibérico. Según nos comenta Fernando Quesada, director de la excavación, "hoy podemos afirmar que nos encontramos frente a un complejo aristocrático o palacial de gran relevancia", como queda demostrado por la suma de los diferentes hallazgos realizados este año.

DIEZ HABITACIONES Y ESCALERA A PISO SUPERIOR
Las tareas de desescombro y excavación realizadas han permitido descubrir la existencia de un gran edificio de dos pisos, con hasta diez estancias muy regulares en la planta baja y muros de piedra y adobe conservados hasta en cuatro metros de altura. Precisamente en una de las estancias descubiertas junto al acceso principal  se ha encontrado el arranque de la escalera al piso superior. 

La existencia de esta segunda altura viene demostrada también, nos comenta Quesada, por el descubrimiento de mechinales a dos metros de altura en los muros en los que se sustentarían los soportes para una segunda altura del edificio, hoy colapsada y cuyos restos de derrumbe todavía ciegan una de las dependencias.
Fernando Quesada nos muestra los mechinales 
en los que se sustentaría la segunda planta del edificio.

Dentro de los espacios habitacionales descubiertos destaca por su singularidad una pequeña estancia, anexa a otra mayor, que también ha aparecido enlosada con lajas de piedra en su totalidad y que no dispone de ventilación ni aperturas al exterior con un vano de acceso que sólo permitiría la entrada de una persona. En opinión de Quesada, ésta habitación se podría corresponder con un lugar de culto.

MURALLA DE CUATRO METROS DE ESPESOR
Según Quesada el recinto fortificado se extiende sobre una superficie total de 700 metros cuadrados de los cuales la planta del edificio ocupa unos 400 metros cuadrados, que con esta segunda altura podría superar los 600 metros cuadrados habitables. Todo el edificio estaría protegido por una potente muralla de cuatro metros de espesor que en su parte exterior estaría formada por bloques ciclópeos de piedra y adosado a una muralla interior mediante carga de mampostería. 

Según nos comenta Quesada, toda la estructura palaciega y las cuatro esquinas de esta muralla fueron destruidas, con toda probabilidad por los ejércitos de Roma que controlaban el Valle del Guadalquivir y como consecuencia de algún desacuerdo con el señor, o príncipe de éste lugar. 
Escalinata de acceso al recinto palaciego desde los aterrazamientos 
de la cara sur hasta el acceso principal en la ladera este del edificio.

ATERRAZAMIENTOS Y ESCALINATA DE ACCESO
La importancia y complejidad de esta edificación -nos comenta Quesada- también vendría demostrada por el descubrimiento de diferentes aterrazamientos en la ladera sur del Cerro y el hallazgo de una escalera monumental perfectamente pavimentada con losas de piedra que, partiendo de estas terrazas, daría acceso al recinto por la cara Este del cerro, donde además se ha localizado el acceso principal. 



UNA SINGULAR MANILLA DE ESCUDO IBÉRICO
Precisamente en este acceso, en lo que vendría a ser el vestíbulo se ha descubierto una manilla de escudo ibérico elaborada en hierro forjado, y que por su singularidad, sólo hay otras tres documentadas del mismo tipo y dimensiones en los yacimientos de Fuente Tójar (Córdoba) y en los de Jumilla y Mula en Murcia.

En opinión de Quesada esta manilla, que estaba oculta entre los materiales constructivos de uno de los muros, tendría alguna funcionalidad religiosa o de protección, y es muy posible que perteneciera al ajuar guerrero de uno de los antepasados del príncipe ibérico, señor de este palacio, y en cuyo honor se erigiera el monumento que coronó la cima de este cerro en los S. IV o V a.C.

REUTILIZACIÓN DE MATERIALES
Nuevos hallazgos en la estructura constructiva del edificio confirman además la reutilización de materiales correspondientes al monumento documentado en campañas anteriores y datado entre los siglos V-III a.C. 
Detalle del enlosado en una de las habitaciones
descubiertas.


Con las tareas de desescombro han salido a la luz nuevas piezas del monumento que ocupó lo alto del Cerro de la Merced entre los siglos IV-V a.C. entre los que destacan una nueva piedra con gola, cuyo perfil casa perfectamente con la descubierta el pasado año, como nos ha demostrado Fernando Quesada, así como nuevos restos de molduras ("ovas") cinceladas a mano sobre la piedra.

Y es que, según nos cuenta Fernando Quesada, la cronología de ocupación del Cerro de la Merced es sin embargo muy anterior a estas fechas, ya que también se han documentado en el interior del recinto algunas industrias correspondientes al Bronce pleno o antiguo.

UN ESPACIO HABITADO A LO LARGO DE LA HISTORIA
La habitabilidad del Cerro de la Merced también se extiende a mucho tiempo después de que los romanos destruyeran el recinto palaciego e inutilizaran sus enormes murallas provocando el derrumbe de las cuatro esquinas de las mismas, ya que en este mismo espacio en el S. X aproximadamente también se reutilizó el emplazamiento con una atalaya árabe de vigilancia en el paso entre el valle del Guadalquivir y la depresión Priego-Alcaudete. 

También hemos comprobado como se han desplazado piedras desde sus emplazamientos originarios para construir rudimentarios habitáculos en épocas posteriores y cómo éste emplazamiento ha atraído la curiosidad de expoliadores a lo largo de la historia, destacando tres periodos de expolio sistemático como lo demuestran diferentes trincheras, una del S. XVII (que hemos datado gracias al hallazgo de monedas) y dos más del S. XX.

30 de julio de 2015

Descubren intacta una necrópolis ibérica en Ulldecona (Tarragona)

Se trata de una veintena de sepulturas de finales del siglo V y comienzos del IV a.C., Las urnas contenían restos óseos procedentes de incineración y en su interior se han encontrado también algunos elementos de ornamentación personal de bronce (colgantes, cadenillas, fíbulas...) y en el exterior, debajo o al lado de la urna, han aparecido objetos de hierro, sobre todo piezas de armamento (puntas de lanza, jabalinas, virolas, cuchillos...)
Miembros del equipo durante la excavación de una de las sepulturas. FOTO: UNIVERSIDAD DE BARCELONA.
Un equipo de investigadores de la Universitat de Barcelona (UB) y del Instituto Catalán de Arqueología Clásica de Tarragona, dirigido por Maria Carme Belarte y Jaume Noguera, ha localizado una de las pocas necrópolis ibéricas con urnas de cerámica prácticamente intactas, según informó ayer la UB en un comunicado. 

En mayo finalizó la segunda y última campaña de excavaciones en la necrópolis de Les Esquarterades, en el municipio de Ulldecona, al sur de la provincia de Tarragona. Los arqueólogos han descubierto una veintena de sepulturas de finales del siglo V y comienzos del IV a.C., según han podido saber tras el hallazgo de unos fragmentos de cerámica ática de barniz negro pertenecientes a unas copas, las denominadas copas Cástulo, propias de esa época. 
Una de las urnas cerámicas descubiertas. 

Las urnas de cerámica fueron elaboradas con un torno de alfarero o a mano, cubiertas con una tapadera de cerámica y depositadas en fosas que fueron selladas con una losa de piedra.

ORNAMENTOS DE BRONCE Y ARMAMENTO DE HIERRO
"Las urnas contenían restos óseos procedentes de incineraciones, siguiendo el ritual típico de época ibérica. En el interior de estas urnas se depositaban también algunos elementos de ornamentación personal de bronce (colgantes, cadenillas, fíbulas...) y en el exterior, debajo o al lado de la urna, han aparecido objetos de hierro, sobre todo piezas de armamento (puntas de lanza, jabalinas, virolas, cuchillos...)", detalla Jaume Noguera, de la UB.


"La importancia de estos restos se debe al hecho de que las necrópolis conocidas de este período ibérico antiguo fueron descubiertas en los años sesenta del siglo XX como consecuencia de la introducción de tractores en la agricultura, de manera que la mayor parte de estas necrópolis quedó destruida", añade. 

METODOLOGÍA MODERNA
En la necrópolis de Les Esquarterades se ha aplicado una metodología moderna que incluye la prospección geofísica, fotografías aéreas, radiografías y tomografías computarizadas de las urnas para obtener imágenes del contenido de las mismas y determinar así la presencia de ajuares antes de excavarlas.

Las investigaciones ulteriores se centrarán en el estudio antropológico de los restos óseos mediante la datación por termoluminiscencia, el análisis micromorfológico de los sedimentos y el análisis arqueobiológico de la tierra contenida en las urnas y otros sedimentos de la zona de enterramiento.
(Fuente: National Geographic)

29 de julio de 2015

Descubren parte de la muralla de la Edad del Bronce de Velilla de Medinaceli (Soria)

Su grosor supera los tres metros, excluyendo el antemuro. Se construyó en seco, con grandes piedras procedentes de la propia plataforma del cerro y un relleno desigual de piedras menores y tierra.
Los trabajos de excavación arqueológica desarrollados durante las tres primeras semanas de julio en el cerro de ‘La Coronilla’, en Velilla de Medinaceli, descubrieron, tal y como contemplaba el proyecto, parte de la muralla. Esta campaña se enmarca como una primera fase de un proyecto de investigación más amplio, planificado en tres etapas, y cuyo objetivo es estudiar la evolución desde el Bronce Medio hasta el Bronce Final, así como los cambios que se produjeron en el tránsito de este a la Edad del Hierro en la zona del Jalón.

El proyecto, que fue aprobado y financiado en esta primera campaña por la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León con 8.990 euros, está dirigido por Marian Arlegui Sánchez y José Javier Fernández Moreno, y cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Arcos de Jalón y la autorización de los propietarios del terreno.

UNA CONSTRUCCIÓN COMPLEJA
Según los responsables de la excavación, “la construcción de la muralla no fue uniforme, es compleja, y lo hallado parece responder a una reparación o reforzamiento de la misma: en la cara interior de la muralla, que pudo fallar por algún problema de construcción, se dispuso un potente muro de piedras cementadas con pellas y cuñas de barro. Un área muy localizada de fuego intenso ante la muralla, en el interior del poblado, puede explicar la necesidad del antemuro”. En este punto se extrajeron muestras de carbón para realizar la datación mediante Carbono 14.

El grosor de la muralla supera los tres metros, excluyendo el antemuro. Se construyó en seco, con grandes piedras procedentes de la propia plataforma del cerro y un relleno desigual de piedras menores y tierra. El equipo de investigación procederá ahora a estudiar estructuras detectadas en el interior de la muralla, que debieron servir para aligerar las presiones hacia los paramentos exteriores. Además, el derrumbe de la muralla afectó a algún tipo de estructura doméstica que quedó sellada por el mismo.

Los sondeos en el interior del poblado ofrecieron resultados desiguales, que sin embargo permitieron un mayor conocimiento de las características geológicas y los procesos erosivos sobre el yacimiento, así como la actividad antrópica posterior.

FRAGMENTOS CERÁMICOS Y RESTOS ÓSEOS
Los fragmentos cerámicos hallados corresponden a vasijas de almacenaje con cordones de barro en su superficie que fueron decorados mediante impresiones realizadas con los dedos y las uñas, así como cerámicas menores para la preparación de alimentos y su consumo.

También se recuperaron restos óseos, que según una primera evaluación corresponden a ovicápridos, bóvidos, caballo, así como de cornamenta de ciervo. Algunos de estos huesos muestran la huella de corte para su aprovechamiento. “Su estudio permitirá conocer la composición de la cabaña ganadera y algunas prácticas de aprovechamiento de los animales domésticos. De un modo genérico, ello demuestra una actividad ganadera que aún no podemos saber si era principal o equitativamente proporcional a la actividad agrícola de cereal de secano”, manifestaron los directores del proyecto.

PROSPECCIÓN NO SISTEMÁTICA
El trabajo realizado en el yacimiento incluyó, además, de la excavación arqueológica, una evaluación del yacimiento basada en la prospección, si bien no sistemática del mismo, y de su entorno. El objetivo de esta tarea, utilizando sistemas de medición topográfica, es adquirir un mayor conocimiento del sistema defensivo, obtención y extracción de piedra, entre otros, situación de elementos de refuerzo en los ángulos o uniones de los lienzos, localización de la puerta y portillos, entre otros, así como la existencia o no de elementos exteriores defensivos complementarios dispuestos ante la muralla. Ello ofrecerá datos necesarios para el planteamiento de la próxima campaña de investigación.

El proceso de prospección proseguirá este otoño para conocer otros yacimientos próximos que ayuden a determinar el entorno arqueológico y su evolución en el tiempo y establecer un modelo de ocupación del territorio, así como de las áreas potenciales de abastecimiento de agua y explotación agrícola y minera de este poblado.

El conjunto de datos obtenidos corrobora el gran interés de este yacimiento que corresponde a un momento desconocido que, aún pendiente de dataciones absolutas, se ha situado en áreas próximas del Sistema Ibérico, y basándose en elementos diagnósticos como las cerámicas, en el comienzo del Bronce Final, pero con una tradición cerámica de continuidad con del Bronce Medio. La investigación de este yacimiento, situado entre los valles del Ebro, del Tajo y de la Cuenca del Duero, resulta decisivo para cubrir un vacío sobre un periodo aún desconocido y establecer la cronología de distintos modelos de poblamiento.

El cerro de La Coronilla, que se localiza al norte de la localidad de Velilla de Medinaceli, es una de las elevaciones destacadas de la zona (1.777 metros) y se corresponde con el extremo adelantado de un borde de páramo que es bañado en su base al este por el río Blanco y de noroeste a sureste por el arroyo menor Mingo Rando.

TRABAJO FUTURO
Este proyecto prevé una duración de entre tres y cinco años. La investigación tiene como objetivo el conocimiento de determinadas áreas del Alto Jalón del Bronce Final y los fenómenos culturales que dieron paso a la Edad del Hierro. Como fechas convencionales, esta época se sitúa entre el 1500/1300 y el 1100 antes de Cristo.

El trabajo de investigación proseguirá durante este año con el análisis del sistema defensivo y de todos los restos materiales recuperados, cerámicos y óseos, así como el estudio comparado de ambos con yacimientos de áreas culturales próximas.

La próxima campaña arqueológica profundizará en el sistema defensivo, para resolver las dudas acerca de los sistemas constructivos de la muralla, y en la excavación de al menos una estructura doméstica.

(Fuente: Noticias de la Ciencia)

28 de julio de 2015

Se buscan mecenas para investigar la Edad de Bronce en Alhambra (Ciudad Real)

Las primeras valoraciones en superficie del yacimiento del Cerro Bilanero han llevado a la catalogación de diferentes materiales, entre los que destacan restos cerámicos con decoración y carenas, industria lítica como molinos barquiformes y lascas además de algún elemento óseo y malacológico.

El rastro de los posibles pobladores prehistóricos de Alhambra se encuentra en el Cerro Bilanero. Este montículo en medio del Campo de Montiel fue, muy posiblemente, hogar y testigo de un asentamiento milenario desde el que se controlaba la vista del valle y de varios promontorios de alrededor, un lugar idóneo para entender el paisaje de la comarca en tiempos prehistóricos. 

Un tesoro arqueológico virgen que un grupo de jóvenes investigadores de entre 25 y 34 años de varias universidades trabajarán durante el mes de agosto con el objetivo de conocer mejor una cultura de la que apenas se sabe nada: el Bronce de La Mancha.

Esta campaña arqueológica nace auspiciada por varias instituciones, pero impulsada gracias a la iniciativa particular de Alfonso Monsalve, un joven doctorando de la Universidad de Granada, vecino de Manzanares y su profesora Margarita Sánchez. 


EN BUSCA DE MECENAS
Su equipo y ellos precisan de los nuevos 'Médici' —micromecenas que aporten pequeñas cantidades— para cubrir los gastos de la excavación. Con este fin han lanzado su proyecto en la plataforma Verkami para intentar recaudar los 2.500 euros que les permitan trabajar en el yacimiento durante 4 semanas.

Cerámicas, restos de industria lítica y otras herramientas encontradas en la superficie dieron la pista a Monsalve hace un año del posible valor histórico del Cerro Bilanero. El joven de 26 años intentó abrir el yacimiento entonces, pero no fue posible debido a la falta de financiación. Este año, gracias a la ampliación de su equipo y a la concesión de los permisos, se ha embarcado en la aventura de datar las huellas de los pobladores y conocer cómo era su vida en las inmediaciones de Alhambra.

JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS
El equipo de Monsalve ha planteado desde el principio la necesidad de acercar la arqueología a los vecinos de municipio. Para ello, los responsables del proyecto han programado unas jornadas de puertas abiertas en el yacimiento el 22 y 29 de agosto y 5 de septiembre a las 19:00 horas. Las visitas se iniciarán en la plaza del Ayuntamiento con una breve charla introductoria sobre la localidad y su historia.

El proyecto cuenta con la ayuda de instituciones (Ayuntamiento de Alhambra, Universidad de Granada, Laboratorio de Poblaciones Pasadas de la Universidad Autónoma de Madrid), asociaciones (Asociación Alhambra Tierra Roja), empresas (Vinícola de Castilla) y otros profesionales (PAR. Teconologías de representación gráfica del Patrimonio y Virtua Nostrum).

27 de julio de 2015

Confirman la existencia de una villa romana de los siglos. I-II d.C. en La Genestosa (Salamanca)

La tercera campaña de excavación del yacimiento de La Genestosa, en el término municipal salmantino de Casillas de Flores, confirman la existencia de una ocupación romana altoimperial, fechado entre los siglos I-II, posiblemente un asentamiento inferido a una villa. Además, el equipo de investigadores también ha podido documentar la existencia de una ocupación postromana (siglos V-VII) con al menos dos fases diferenciadas.
El yacimiento de La Genestosa durante una jornada de puertas abiertas. FOTO: WORD
Los trabajos, dirigidos por el profesor de Historia Medieval de la Universidad de Salamanca Iñaki Martín Viso y el arqueólogo Rubén Rubio Díez, han sido desarrollados del 1 al 21 de julio y se han centrado en el área denominada como El Cañaveral.

En este lugar se localiza un espacio residencial compuesto por aproximadamente una docena de estructuras, dos de las cuales han sido objeto de estudio, según informó ayer la Universidad de Salamanca (Usal).

La recuperación de numerosos fragmentos cerámicos, a la espera del examen de los materiales, corrobora esa cronología, lo que confirma «uno de los escasos yacimientos romanos rurales conocidos en la comarca de Ciudad Rodrigo».

OCUPACIÓN POSTROMANA
Además, el equipo de investigadores también ha podido documentar la existencia de una ocupación postromana (siglos V-VII) con al menos dos fases diferenciadas.

La segunda de ellas correspondería a los siglos VI-VII por fechas radiocarbónicas realizadas sobre materiales recuperados en campañas anteriores, por lo que la primera debería corresponder a una datación en torno a los siglos V-VI, apuntaron desde la Usal.

PIEZAS CERÁMICAS Y PIZARRAS NUMERALES
Entre los materiales de ese periodo hallados en la presente campaña hay fragmentos de piezas cerámicas y de pizarras numerales, así como una fíbula que «todavía debe ser examinada».

En los próximos meses, los expertos llevarán a cabo el estudio de los materiales recuperados, lo que permitirá obtener datos «más afinados» con el objetivo de emprender una nueva campaña en 2016.

Esta cuarta campaña se centraría en otros espacios dentro de la dehesa de La Genestosa que presentan semejanzas con el área de El Cañaveral, indicó la Usal.

24 de julio de 2015

Aparecen numerosos objetos medievales durante la recuperación del aljibe del castillo de Priego (Córdoba)

El aljibe está construido en mamposteria y ladrillo con más de 60 m2 de planta y casi seis metros de altura. En los estratos inferiores de colmatación han aparecido monedas desde la época de Enrique IV a Felipe IV, restos de cerámica vidriada, restos humanos y ajuares funerarios y un escudo en mármol rojo de los Fernández de Córdoba (Marquesado de Priego), entre otros objetos. 
El aljibe una vez terminados los trabajos.
Los trabajos se han prolongado durante seis meses y se han financiado con fondos gestionados por la Junta de Andalucía a través del programa Emplea Joven. La intervención ha sido dirigida por el Servicio Municipal de Arqueología (Museo Histórico Municipal).

En 1997 el aljibe calatravo del castillo de Priego solo era conocido por una referencia realizada en un plano de 1870 conservado en el Archivo Ducal de Medinaceli, donde se coloca una equis en un punto aproximado donde se creía la existencia de un aljibe y un pozo, “pero no reconocido esto con exactitud”. Gracias a este documento, en la campaña arqueológica de 1998 pudo localizarse la estructura hidráulica, exhumando entonces una de las esquinas exteriores del aljibe, al que se consigue acceder gracias a una rotura en su bóveda. 

INTERIOR TOTALMENTE COLMATADO
El interior se mostraba totalmente colmatado de tierras, basura y escombros contemporáneos que llegaban a techo, es decir, que llenaban el interior hasta la bóveda. Aunque estos depósitos no tenían interés arqueológico, era presumible que en los estratos inferiores pudieran documentarse sedimentos más antiguos, aunque teniendo presente que durante la Edad Media habría funcionado siempre como aljibe y que todos los rellenos de su interior deberían haberse arrojado a partir de un momento postmedieval. 

DIMENSIONES ESPECTACULARES
El aljibe es espectacular por sus dimensiones y buen estado de conservación. Presenta una planta rectangular cubierta con bóveda de cañón. Las medidas interiores finales arrojan una longitud media de 10,69 m y un ancho de 5,82 m (62,21 m2), mientras que la profundidad o altura total interior alcanza los 5,70-5,80 m. La obra está construida con mampostería (vaso y arranque de la bóveda) y ladrillo (parte superior de la rosca de la bóveda) y las dos terceras partes de su alzado estaban soterradas. 

Se ha localizado, así mismo, uno de los puntos de entrada de agua, que recogía el aporte de lluvia de la plataforma superior exterior del aljibe y, quizás, de otros edificios próximos. También se ha identificado el lugar donde se ubicó el pozo medieval, no conservado, para la extracción de la aguada y dos sumideros para la evacuación del excedente.

DEPÓSITO DE AGUA EN LA EDAD MEDIA
El aljibe fue construido en un momento indeterminado entre 1246, año en que Fernando III otorga Priego a la Orden de Calatrava como señorío, y 1327, cuando la plaza se pierde para el lado cristiano y pasa a integrarse en el reino nazarí de Granada. Su uso como depósito de agua se mantuvo durante toda la Edad Media restante, o al menos no hay constancia documental o arqueológica de que fuera de otro modo. 
Escudo de los Fernández de Córdoba (Marquesado
 de Priego) recuperado del interior del aljibe.

Sin embargo, tras la caída de Granada en 1492 y la creación del Marquesado de Priego en 1501, la puesta en explotación agrícola de un territorio definitivamente pacificado y sin cultivar desde hacía más de un siglo, obligaba a la búsqueda de espacios que solucionaran la necesidad de almacenamiento de excedentes y rentas, entre las que el cereal tenía un valor predominante. Por ello el aljibe cambió de función y se adaptó para ser usado como granero, misión que cumplió durante los siglos XVI y XVII. Por último, entre finales del siglo XVII y principios del siguiente, el aljibe se convierte en una escombrera, uso que mantendrá, con alguna intermitencia, hasta el siglo XX, al que se le sumará el de pozo de aguas residuales.

INTERESANTES HALLAZGOS MEDIEVALES
Entre los fragmentos de cerámica recuperados destacan por su representatividad aquellos vidriados en azul y blanco destinados al servicio de mesa y que fueron manufacturados en talleres de Talavera de la Reina (Toledo), Granada o Sevilla. También se han localizado numerosos restos óseos humanos fragmentados y sin conexión anatómica acompañados por una miscelánea de objetos que podemos entender como propios de un ajuar o contexto funerarios: alfileres para cerrar las mortajas, fragmentos de tela, botones, talismanes (mano de azabache, colgante de nácar, campanillas de bronce…), pequeños clavos con cabeza plana de aleación de cobre para decorar ataúdes, restos de joyas, apliques de hilos fitomorfos metálicos, cuentas de collar, cuentas de rosario o fragmentos de lápidas funerarias en piedra y en cerámica vidriada.

Durante el desescombro también se han recuperado monedas de entre finales del siglo XV y mediados del siglo XVII o, concretando por reinados, con acuñaciones de Enrique IV, Reyes Católicos, Felipe II y Felipe III/IV. 


Asímismo se han recuperado 20 bolaños de catapulta medieval de contrapeso (trabuco) y uno de artillería de pólvora. También varios fragmentos de armadura de placas y dos cércoles o anillos de cañón de hierro.  Uno de los hallazgos individualizados más destacados del Periodo I es un monolito (47 cm x 31 cm conservados) con un triple escudo heráldico barroco tallado en “mármol” rojo con las armas de los apellidos Fernández de Córdoba.
(Fuente: Priego Digital / Rafael Carmona Ávila -Arqueólogo Municipal-)

23 de julio de 2015

Desentierran los restos de cinco edificios en el castro de Arxeriz (Lugo)

Los nuevos hallazgos vienen a confirmar la existencia de una compleja estructura urbana asentada sobre un conjunto de terrazas en las laderas del promontorio, También se han encontrado restos de cerámica del tipo conocido como miñoto -negra y con poca decoración- y parece ser de carácter exclusivamente castreño, sin influjo romano.
Las construcciones desenterradas presentan plantas cuadrangulares o rectangulares con esquinales curvos.
La Fundación Xosé Soto de Fión inició el pasado día 7 la tercera campaña de excavaciones arqueológicas en el castro de Arxeriz, en el municipio de O Saviñao, el único proyecto privado de este tipo que se desarrolla en el sur lucense.

Según explica el director del museo, José Antonio Quiroga, los trabajos realizados hasta el momento en esta nueva campaña se han centrado especialmente en la ladera oeste del promontorio sobre el que se asienta el castro, una zona en la que anteriormente ya habían aparecido algunos restos de construcciones. Las excavaciones efectuadas en los pasados días en esta parte del yacimiento abarcan un área de unos 250 metros cuadrados, en la que se han desenterrado los vestigios de otros cinco edificios, dos de ellos de considerable tamaño.

Los nuevos hallazgos -añade Quiroga- vienen a confirmar la existencia de una compleja estructura urbana asentada sobre un conjunto de terrazas en las laderas del promontorio, una hipótesis que se planteó en las dos campañas precedentes. «Cremos que toda esa ladeira estaba cuberta de construccións ata a croa, a parte superior do castro -apunta a este respecto- e nas próximas semanas imos seguir escavando monte arriba por esa zona para corrobar esta impresión». Todas las construcciones que han sido desenterradas hasta ahora en el antiguo asentamiento presentan plantas cuadrangulares o rectangulares con esquinales curvos.

UN ALMACÉN DE CEREALES
Por otro lado, también se está lleva a cabo una excavación en el recinto central del castro, en torno a un edificio descubierto con anterioridad que se supone que pudo ser un almacén de cereales. Pero en este sector los trabajos acaban de empezar y todavía no dieron resultados apreciables.

La actual campaña de excavaciones -que cuenta con un presupuesto de en torno a 30.000 euros- continuará desarrollándose de forma continuada hasta finales de agosto. En las próximas semanas está previsto levantar otros trescientos metros cuadrados de terreno y los responsables del proyecto arqueológico esperan que se produzcan nuevos hallazgos significativos.

CERÁMICA CASTREÑA SIN INFLUENCIA ROMANA
Además de sacar a la luz nuevos vestigios constructivos, el equipo que realiza las excavaciones en el castro de Arxeriz ha conseguido exhumar numerosas piezas arqueológicas, entre las que hay un gran número de fragmentos de cerámica y algún objeto metálico. La cerámica es del tipo conocido como miñoto -negra y con poca decoración- y parece ser de carácter exclusivamente castreño, sin influjo romano. Al igual que en las campañas previas, de momento no aparecieron restos de terra sigillata, un tipo de cerámica romana que está presente en muchos castros.

La ausencia de indicios de la influencia cultural romana en Arxeriz ya fue notada en las anteriores excavaciones. Por este motivo se maneja la hipótesis de que el poblado quedase abandonado ya antes de la romanización de Galicia.

DOS OCUPACIONES DIFERENTES
Los arqueólogos que trabajan en el proyecto apuntan por otro lado que en el asentamiento puede haber rastros de dos ocupaciones de diferentes épocas, ambas encuadradas en la Edad del Hierro. Una de ellas correspondería a la etapa inicial de este período cultural y la otra correspondería a la época más avanzada de la civilización castreña, hacia el siglo II antes de Cristo. «Pero isto de momento son só conxecturas», puntualiza Quiroga.

22 de julio de 2015

Los arqueólogos sacan a la luz nuevas estancias en el yacimiento de la Penya Negra, en Crevillent (Alicante)

Las excavaciones han permitido descubrir una sala dentro de una vivienda que ayudará a identificar la importancia de este núcleo urbano donde convivieron tartesios y fenicios hasta el S. VI a.C.
Penya Negra fue un núcleo comercial muy destacado hasta el S. VI d.C que fue abandonado. FOTO: INFORMACIÓN.
Crevillent sigue excavando el yacimiento arqueológico de la Penya Negra, un antiguo poblado donde convivieron tartesios y fenicios hasta el siglo VI, periodo denominado bronce final o del hierro antiguo.

Según Alberto Lorrio Alvarado, catedrático de Historia en la Universidad de Alicante y doctor en Prehistoria, la importancia que este poblado alcanzó en su día fue notable, puesto que llegó a ser «un núcleo comercial muy destacado debido a su localización. La Penya Negra sirvió de lugar de redistribución comercial porque está en una zona de paso». En él se han encontrado «platos, joyas y evidencias de una orientalización en la forma de vestir, la gente adoptó la moda de Oriente próximo, es decir, las zonas que ahora conocemos como Siria, Palestina, etc...», explicó el profesor, quien indicó que eso evidencia la importancia comercial y comunicacional del poblado.

ABANDONADO SIN RAZÓN APARENTE EN EL S. VI a.C.
Fue en el siglo VI a.C. cuando la Penya Negra se abandona «sin ninguna razón aparente», según Lorrio, quien añadió que «hemos encontrado hasta incluso un tesoro oculto, lo que significa que nadie se preocupó en volver para recuperarlo». Y es que dicho siglo, tal y como manifestó el experto, significó una época de «inestabilidad en el Mediterráneo» en el que la Penya Negra quedó a su suerte mientras la ciudad de Illice (la actual Elche) «se convierte en el núcleo urbano y ciudad ibérica y romana más importante de la zona».

A pesar de que los yacimientos no se empezaron a excavar hasta los años 70, en los años 50 ya se tenían nociones de su existencia. «Las excavaciones como tal empiezan en el año 1977 hasta 1987, dirigidas por el profesor de Historia de la UA Alfredo González Prats», afirmó Alberto Lorrio. «La actividad continuó hasta finales de los 90, cuando se pararon las investigaciones, porque ya no había un interés social por los yacimientos» señaló.

PROCESO ACTUAL
El profesor destacó que las antiguas excavaciones se encontraban en un estado muy degradado, «debido al paso de tiempo, los robos y las expoliaciones», pero que de todos modos han conseguido «identificar una nueva estancia en una de las viviendas que se encontraron». La actual excavación lleva activa desde el día 28 de junio y durará hasta el 30 de julio, haciendo una parada en el mes de agosto debido a las temperaturas, que dificultan enormemente el trabajo de los arqueólogos.

En septiembre se retomará el trabajo de investigación para desvelar el misterio de por qué se paralizó la vida urbana en la Penya Negra, en un proyecto que ha sido financiado con una ayuda de 15.000 euros, al igual que el año pasado, provenientes de la Generalitat Valenciana.
(Fuente: Diario Información / Carmen Asensio)

21 de julio de 2015

Localizados en Tarragona restos de una gran fortificación de la época romana

Los arqueólogos que trabajan en el yacimiento de La Secuita calculan que el tramo de muralla y los fragmentos de cerámica encontrados se remontan al siglo II antes de Cristo. La estructura es la primera de estas características que se encuentra en Tarragona.
Yacimiento de la fortificación romana encontrada en La Secuita. FOTO: RAFAEL MORALES
Un equipo de arqueólogos del Instituo Catalán de Arqueología Clásica (ICAC) ha localizado en el término municipal de La Secuita (Tarragona) las estructuras de una fortificación romana que se remonta al siglo II a.C, ha informado el ICAC. "No es una torre de vigilancia aislada como las que se han descubierto y estudiado en otros puntos de Catalunya, sino que se trata de una construcción de mucha más envergadura", ha destacado Joan Canela, uno de los investigadores del ICAC que dirigen la excavación junto con Jordi López y Núria Otero.

Es la primera vez que se excava en este yacimiento descubierto por el también arqueólogo Marc Dalmau y que situado en una colina lejos del casco urbano del pequeño municipio de La Secuita. Arqueólogos y estudiantes de la UAB y la UB finalizarán mañana viernes los trabajos que han realizado durante dos semanas. De momento, la excavación financiada por el Ayuntamiento de La Secuita y el departamento de Cultura de la Generalitat se ha limitado a un pequeño espacio de terreno. Sus responsables, no obstante, intuyen que la estructura podrían ser, dentro de sus características, una de las más importantes de Catalunya y la primera que se encuentra en Tarragona.

ÁNFORA CON LA FIRMA DEL AUTOR
En el lugar también se han encontrado fragmentos de estucados pintados y de cerámica característica de la época. Entre los restos hay parte de un ánfora procedente de la zona italiana de Brindisi que conserva la firma del fabricante. En el asa de la vasija está inscrito el nombre CANINI, que hace referencia al nombre del fabricante,Caius Aninius, según aclara Jordi López. También han logrado recomponer casi en su totalidad lo que parece un vaso de cerámica para beber.

La parte excavada, ha informado Canela, parece una torre de vigilancia de forma cuadrada, pero en el fondo han encontrado parte de un gran muro que se alarga en el terreno y revela que se trata de un gran recinto amurallado. "Intuimos que se trata de una gran construcción", ha insistido Canela, que además de los restos encontrados destaca la posición, ya que desde el montículo existe una amplia visión del Camp de Tarragona.

Los arqueólogos también señalan que el yacimiento contribuirá a conocer mejor el proceso de romanización de la provincia de Tarragona y la relación entre íberos y romanos. Consideran que algunos de los restos podrían corresponder a construcciones de las tribus íberas que poblaban la zona.

Hallan los restos de un buque hundido por Blas de Lezo en la resistencia de Cartagena de Indias (Colombia)

El pecio es parte de los cuatro navíos que el "Mediohombre" hundió en el canal de Manzanillo durante el asedio a la ciudad por parte de la armada británica en 1741.
La heroica defensa de Cartagena de Indias frente a la poderosa armada británica de Vernon.
Arqueólogos colombianos descubrieron los restos del que podría ser un buque mercante del siglo XVIII hundido por el marino español Blas de Lezo en 1741 para intentar bloquear el acceso de los ingleses durante el sitio a Cartagena de Indias, según explicaron este domingo los investigadores.

El descubrimiento consiste en un cañón y varios trozos de madera que forman parte de "un patrón que permitiría deducir que todas las maderas y las estructuras pertenecen a un solo barco", explicó el profesor de Arqueología de la Universidad Externado de Colombia y director de la Fundación Terra Firme, Carlos del Cairo H. El pecio, al parecer es parte de los cuatro navíos que el Mediohombre, como se le llamaba a Blas de Lezo por las numerosas heridas sufridas en batalla, hundió en el canal de Manzanillo durante el asedio a la ciudad por parte de los corsarios ingleses comandados por el almirante Edward Vernon.

PARA HACER ENCALLAR LOS BARCOS INGLESES
El almirante Blas de Lezo, dentro de su estrategia de defensa de la ciudad, hundió al menos seis buques de guerra más en los canales de Bocachica y lo que hoy se conoce como Castillo Grande para que los agresores encallaran sus naves en su intento de tomar la ciudad. "El cañón que encontramos está clavado, es decir inutilizado; estudiando las características del cañón pareciera que hubiera sido inutilizado, por lo que nuestra hipótesis es que podría haber sido parte del lastre del barco", indicó Del Cairo.


Pese a que el cañón no se pudo intervenir pues en Colombia no se cuenta con la infraestructura adecuada para hacerlo, Del Cairo dijo que "es de hierro y estamos apenas en la caracterización tipológica que nos permite pensar que es de origen español". "Creemos que es un cañón de seis libras, es decir que permitía disparar balas de hasta seis libras", agregó. 


CUARENTA DÍAS DE EXCAVACIÓN SUBMARINA
Del Cairo dijo que el pecio presenta alteraciones porque en las labores de dragado que se realizaban antiguamente para profundizar el canal nunca se presentó "un plan de manejo arqueológico que por ley (hoy) deben hacer las empresas que van hacer una intervención ya sea en agua o de tierra que implique remoción de tierras". "Este es un sitio que como fue removido está alterado, es decir está desencajado, desmembrado y tenemos muy pocas piezas, que están dispersas", subrayó. 

En la excavación submarina, que duró 40 días, participaron además de los arqueólogos colombianos, profesionales de Argentina, Uruguay y Chile, así como un arquitecto de México, un arquitecto naval argentino y una experta en conservación de material arqueológico sumergido de España.

COORDENADAS EN SECRETO
Por los "elevados costos" que implica el tratamiento y la conservación del cañón y las maderas encontradas si se sacan del agua, se optó por reubicar el naufragio en otro lugar del fondo de la bahía y así protegerlo del dragado que se realizará del canal de Manzanillo, manifestó Del Cairo. Las coordenadas de la ubicación exacta del naufragio se mantienen en secreto para evitar posibles saqueos a manos de piratas modernos y cazadores de tesoros.
(Fuente: Europa Sur)

9 de julio de 2015

El Arte y la Cultura Moche llegan a Madrid

Mientras Europa asistía al final de Imperio Romano, al otro lado del Atlántico se desarrollaba una importante cultura -anterior a la dominación inca- en las orillas del Río Moche, en la costa norte del actual Perú. Los artesanos "mochicas" vivieron su momento de máximo esplendor entre los años 200 y 850 d.C. Desde el 3 de julio y hasta el 4 de octubre podremos conocer los secretos de esta civilización de la mano de CaixaForum Madrid que ha traído para su exposición 200 piezas cedidas por el Museo Larco de Lima (Perú)
Corona con rostro de felino y guacamayos. Época Auge (1 d. de C. - 800 d. de C.). Museo Larco, Perú. © Archivo Museo Larco.
Los "moches" o "mochicas" fueron los creadores de un estilo artístico único, cuyo sentido era evidentemente religioso. Aún hoy sorprende el amplio conocimiento de una extensa variedad de técnicas de orfebrería que utilizaban, más de mil años antes del florecimiento de la cultura inca.

Una cultura desconocida y anterior a los incas
Según el director del Museo Larco de Lima, Andrés Álvarez-Calderón, "cuando los españoles llegaron a Perú en 1532 la cultura vigente era la incaica, y hasta el S. XIX en Europa la única información sobre Perú que llegaba a través de los cronistas era sobre la cultura inca". "Esta exposición desvela que existieron otras culturas avanzadas anteriores a los incas".

"Los estudios arqueológicos confirman que Perú fue una importante cuna de civilización que comenzó unos 3.000 años a.C." comenta Álvarez-Calderón. Dos mil kilómetros y 1400 años distan entre el inicio mochica y el imperio inca, dos pueblos agrícolas que confeccionaron obras de arte de gran valor.

Los mochicas producían objetos con moldes y láminas, las cuales eran soldadas para crear formas tridimensionales como máscaras y figuras animales a base de aleaciones de oro con cobre y plata. A los mochicas les interesaba más el color del oro que la pureza del metal que formaba el producto final.

Ceremonias y rituales
Los monumentos y los objetos más importantes de su arte tenían representaciones de personajes divinos y estaban relacionados con las ceremonias y rituales.

Sus creadores mostraron no tan solo maestría sino un gran conocimiento de las narrativas cosmológicas y mitológicas que permitían explicar el mundo. Sus obras nos explican cómo esta sociedad plasmó sus historias, creencias, mitos y ritos en objetos de cerámica, y cómo sus líderes expresaron su poder y ascendencia divina a través de la vestimenta, con los atributos de los animales sagrados.

(Fuente: ABC / Fundación La Caixa)