Uno de los descubridores señala con un láser la figura de un caballo. FOTO: AFP |
El hecho de estar en repisas ha evitado que la gran mayoría de espeleólogos pisaran la zona y esos “suelos intactos” han posibilitado encontrar debajo de las pinturas restos arqueológicos, como una lámina de sílex y un trozo de carbón posiblemente usados para hacer las figuras.
En opinión del arqueólogo Diego Garate, que descubrió las pinturas con el espeleólogo Iñaki Intxaurbe, se trata de un “hallazgo muy importante”. Según destaca, no es una cueva más de las que hay en el Cantábrico y los Pirineos con grabados rupestres: “Es un santuario, es de Champions”.
Entre las figuras representadas, Garate destaca la de un bisonte con una veintena de lanzas clavadas en la panza. “Este pobre es posiblemente el animal más cazado de toda Europa”, ha comentado el arqueólogo, que ha señalado que las pinturas rupestres de caza no suelen tener más de tres “proyectiles”. Entre el resto, la mayoría son bisontes y caballos, aunque también hay diversas cabras, ciervos o renos.
La investigación arqueológica forma parte del estudio que se comenzó hace diez años. En la última década se han hallado pinturas paleolíticas en 11 cuevas.
(Fuente: El Periódico Mediterráneo / EFE)
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