Los trabajos en la muralla de Albarracín están a punto de concluir. |
La Fundación ha informado en una nota de prensa que gracias a esta restauración "se conoce con claridad la trayectoria que siguió en la edad media este muro defensivo".
Así, en la embocadura de acceso a la torre Blanca "se presenta, inesperadamente, un considerable pliegue que conecta con los muros de mayor entidad conservados, y pendientes de restaurar, que recorren el mismo escarpe del meandro, circundando la mencionada torre".
Este nuevo nudo de unión "despierta nuevas incógnitas sobre la posible existencia de un portillo de acceso al río, incluso la posible configuración de un torreón, cuyo pliegue descubierto seria uno de sus posibles flancos". Al respecto, la Fundación ha precisado que "la continuidad de esta restauración y su pertinente excavación despejará las dudas".
En la actual intervención, se han recuperado unos 95 metros de muralla, entre el museo de Albarracín y el camino de acceso a la torre Blanca, en dos fases anuales consecutivas de unos 30 y 65 metros, respectivamente.
La muralla tiene gran anchura y su muro exterior es el que ha recrecido, hasta configurar un pretil de seguridad, "con el que se lee perfectamente el trayecto y recorrido que seguía la muralla antigua". Este muro conecta con un andador, marcando la anchura y limite total de la muralla restaurada, y cuyo núcleo lo constituyen los restos de la muralla encontrada.
TRAYECTORIA ORIGINALEl recrecido de este nuevo muro, a veces con altura que superan los 4,5 metros, se ha realizado siguiendo la trayectoria original de la muralla medieval, de manera que por necesidad, se ha ampliado hacia el corte del río el espacio útil de la zona, en la anchura total de la obra ejecutada.
"Esto implica que incluso el terreno ajardinado que existía anteriormente como límite, aún con nuevas especies, ha podido igualmente respetarse, integrándose en la presentación actual", han precisado desde la Fundación.
Además, han apuntado que "ha podido recuperarse incluso un retazo que apareció debajo de los muros del museo de la ciudad, de unos tres metros cuadrados de superficie, muy deteriorados, sobre los que se levantó en su día, el muro del patio del museo de Albarracín".
Estos restos también han perdido su capa externa, "por lo que se halla muy disgregado el material de unión de los bloques de la vieja muralla, colonizado además por la vegetación natural".
Actualmente, se está recomponiendo la perdida esquina de unión entre la vieja muralla y el lienzo recompuesto en la actualidad, "dando una eficiente consistencia a todo el muro, en un punto de especial debilidad".
NUEVA IMAGEN
La Fundación ha explicado que, en conjunto, esta restauración ha supuesto la reaparición del perfil de la vieja muralla dando una nueva imagen a este particular espacio del barrio de San Juan.
"Es un paisaje más cercano al original", en el que predomina el cañón del río, como todo el perímetro de Albarracín, que reaparece cada vez más estrechado por el pretil de la vieja muralla "ahora un poco más restaurada".
En el espacio verde que acompaña la nueva fábrica, se van a reinstalar algunos cedros que hubo que eliminar por estar justo encima de la excavación arqueológica realizada previamente, así como un corredor se sabinas rastreras "un tanto mas acordes con el paisaje calizo de estas laderas del Guadalaviar".
El proyecto comenzó hace ya unos años con la recuperación paisajística del acceso al castillo y el aparcamiento que se localiza a su pie y continuó con la intervención del tramo de muralla que se localiza entre la catedral y el torreón que da acceso a este aparcamiento.
Después, se han realizado las obras que ahora finalizan, todo ello gracias el apoyo de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón, han concluido desde la Fundación Santa María de Albarracín.
(Fuente: Europa Press / La Información)
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